Si Cristo no tendrá un retorno visible a la tierra, entonces ¿cómo va a ser visto por “todas las tribus de la tierra” (Mt 24:30) y por “todos los ojos” (Ap. 1: 7) cuando regrese?
La Biblia en última instancia, es un producto de la mente de Dios. El apóstol Pablo explicó a los corintios cómo podríamos entender los pensamientos de Dios. En 1ª Corintios capítulo 3, el escribió: ‘’Ahora bien, nosotros recibimos, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado bondadosamente. De estas cosas también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por [el] espíritu, al combinar nosotros [asuntos] espirituales con [palabras] espirituales. Pero el hombre físico no recibe las cosas del espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no [las] puede llegar a conocer,porque se examinan espiritualmente. Sin embargo, el hombre espiritual examina de hecho todas las cosas, pero él mismo no es examinado por ningún hombre. Porque “¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, para que le instruya?” Pero nosotros sí tenemos la mente de Cristo. ’’
Así como lo explica Pablo, el hombre físico no puede entender las cosas de Dios. Puede leer y creer que entiende, pero eso no es posible.
Tomemos el verso citado en Mateo donde Jesús dijo:“Y entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y entonces todas las tribus de la tierra se golpearán en lamento, y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.”
Las nubes se usan en la Biblia como un símbolo para denotar invisibilidad. Esto se debe a que una persona en la tierra puede que no sea capaz de ver al sol o la luna si estos están cubiertos por las nubes. Pero aun así saben que están ahí.
El verso anterior hace alusión a la profecía en el séptimo capítulo de Daniel, que dice: “Seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea!, con las nubes de los cielos sucedía que venía alguien como un hijo del hombre; y al Anciano de Días obtuvo acceso, y lo presentaron cerca, aun delante, de Aquel.”
Obviamente, ningún ser humano puede mirar en lo invisible para ver al Anciano de Días, Jehová Dios. Es por ello que el hijo es presentado como si fuera ocultado por las nubes del cielo. Por lo tanto, el que vean a cristo venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria no significa que, literalmente, verán su rostro.
Por otra parte, el verso citado establece que las tribus de la tierra tendrán desconsuelo a causa de la aparición de la “señal del Hijo del Hombre en el cielo.”
La forma que tomará la señal es desconocida hasta ahora, pero de alguna manera milagrosa los incrédulos del mundo se verán obligados a darse cuenta de que están tratando con un Jesucristo sobrehumano. De la misma manera tendrán que saber que Jehová es Dios, como las profecías hebreas lo explican en numerosos pasajes. Pero obviamente ningún ser humano verá a Dios literalmente.
Por otro lado, los que hablan de ver el hijo del hombre viniendo sobre las nubes con gran poder preferirán sin duda no “ver” tales cosas. Verlo significará que ha venido a sentenciarlos desfavorablemente. Y ellos lo sabrán. Por esta razón las tribus de la tierra se golpearan en lamento, sabiendo que su destino está sellado, sabiendo que han sido condenados como incorregibles enemigos de Dios y de Cristo.
El verso en Apocalipsis es una copia de lo que Jesús dijo en el capítulo 24 de Mateo, con el detalle añadido “y los que lo traspasaron.” ¿Cómo es posible que los soldados romanos que le abrieron con una lanza el costado estén de pie ante del Hijo del hombre cuando este venga sobre las nubes del cielo?
Explicando “asuntos espirituales con palabras espirituales”, en el capítulo 25 de Mateo, Jesús llegó a afirmar que el mundo será dividido en dos, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. Las cabras son condenadas porque descuidaron servir a los hermanos de Cristo. Las palabras para ellos serán: “En verdad les digo: Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeñosde estos hermanos míos, a mí me lo hicieron”.
De los que se habla como si hubieran traspasado a Cristo son aquellos que tomarán la iniciativa en perseguir y matar a los hermanos de Cristo durante la conclusión. Estos finalmente serán confrontados por Cristo y condenados a muerte. Sin duda, no va a ser un encuentro agradable.
Es un privilegio ver a Dios y a Cristo. Y sólo aquellos que han sido verdaderamente elegidos por Dios y adoptados como sus hijos – haciéndosehermanos espirituales de Jesucristo – tendrán el privilegio indescriptible de ver la manifestación de Jesucristo, incluso mientras estén todavía en la carne.
En la actualidad se trata de un secreto sagrado, pero durante la parusía real del Hijo del hombre este se manifestará a sí mismo a todos los elegidos. Es mi privilegio conducirlos hacia la inauguración – la gran revelación de Jesucristo.