Ha pasado casi un cuarto de siglo desde que indagué por primera vez en los libros de los profetas y descubrí que el derrocamiento de Tiro y Egipto representa la caída repentina de la potencia mundial angloamericana.Este acontecimiento también es descrito en el capítulo 13 de Apocalipsis como la herida mortal que se inflige sobre una de las cabezas de la bestia. Básicamente, sé qué sucederá, pero no cómo comenzará.
Cuando los terroristas sauditas contratados por los británicos chocaron dos aviones contra las Torres Gemelas de Nueva York y otro contra el Pentágono y ese suceso terrible fue utilizado como un pretexto para la guerra en curso en Medio Oriente y el sur de Asia, yo esperaba que aquello condujera directamente a una guerra mundial. Obviamente, eso no sucedió. Sin embargo, ese evento fue lo que me impulsó a comenzar a pensar en la creación de un sitio web.
Luego, cuando se dio la recesión económica de 2008-2009 —lo cual llevó a la bancarrota o a una grave crisis a muchos bancos y corporaciones—, parecía como si la gigantesca burbuja especulativa de derivados hubiera estado a punto de estallar. Yo esperaba que las fichas de dominó mundiales cayeran en esos momentos. No obstante, los contribuyentes estadounidenses salvaron el día con algo así como un rescate de 23 billones de dólares. Y todo volvió a la normalidad. De hecho, la burbuja ha duplicado su tamaño desde entonces.
Después, en septiembre de 2019, otro gran banco quebró. Nadie dirá cuál fue. Pero eso no importa. La Reserva Federal intervino con una operación de recompra durante la noche y comenzó a inyectar lo que comenzó como unos pocos miles de millones por día y para fin de año ya eran cientos de miles de millones. Luego, se desató el virus y los miles de millones se convirtieron en billones.
Como resultado del confinamiento y las restricciones impuestas por la pandemia, las pequeñas empresas y la clase obrera están siendo aplastadas. Además, a partir de enero de 2021, se levantará la moratoria de desalojo y millones más se quedarán sin hogar. Mientras tanto, el flujo de dinero que ingresa al sistema financiero ha llevado a los mercados de valores a máximos históricos. Los multimillonarios ahora poseen mucha más riqueza.
En pocas palabras, lo que está sucediendo es que los bancos centrales están comprando el mundo al mismo tiempo que cortan los créditos a empresas que de otro modo serían viables. Su intención declarada es lograr el llamado “Gran Reinicio”. En última instancia, el Imperio británico (compuesto actualmente por los denominados globalistas) tiene la intención de hundir al sistema de naciones independientes y soberanas por completo, transfiriendo la formulación de políticas económicas y la emisión de crédito de estas a la empresa privada. BlackRock será la administradora. No deberíamos esperar que su llamado “reinicio” no sea otra cosa que un colapso controlado del sistema financiero global. El imperio con sede en Londres sabe que su sistema financiero está mucho más allá de la bancarrota y está condenado a la extinción. Están desesperados por asegurarse de que cuando se derrumbe, no haya un presidente como Roosevelt con el poder de llevar a los bancos a la quiebra. Todo lo contrario, los bancos pretenden llevar a los gobiernos —especialmente a los Estados Unidos— a la ruina completa.
Los banqueros han dejado claro que a Donald Trump no se le permitirá un segundo mandato como presidente. Simplemente es demasiado peligroso. Ya había sacado a los Estados Unidos del Acuerdo de París, el cual, para aquellos que no saben nada al respecto, exige que las naciones reduzcan drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Si lo llegaran a hacer, básicamente los gobiernos estarían llevando a cabo un genocidio contra sus propios ciudadanos para salvar el planeta.
Para asegurarse de que un presidente manipulable llegara al poder, los globalistas no se arriesgaron. Alteraron las elecciones a través de un fraude. Mediante sus portavoces en los medios alineados con la CIA y el MI6, las elecciones fueron inmediatamente declaradas como las más honestas de la historia.
A medida que se acerca el nuevo año, queda por ver cuál será el resultado final de las elecciones. El director de inteligencia de Trump ha declarado recientemente que es posible que no haya una administración de Biden. Aún hay algunos procedimientos legales que no han concluido, a pesar de que la Corte Suprema hasta ahora se ha negado a involucrarse. Sin embargo, mientras Trump permanezca en el cargo, el mandatario posee un poder tremendo que todavía no ha utilizado.
Irónicamente, a causa de que los globalistas esparcieron el engaño de la colusión con Rusia para socavar toda la presidencia de Trump, él ha firmado varias órdenes ejecutivas que le permiten al presidente tomar medidas específicas contra cualquier interferencia electoral extranjera. Puesto que los servidores de Dominion y el software Smartmatic son propiedad de extranjeros, y violando la ley federal, las máquinas de votación de Dominion fueron conectadas a internet y los votos incluso fueron enviados al extranjero a un servidor de Dominion en Alemania, Trump tiene el derecho legal de anular la elección y arrestar a cualquier estadounidense que sea considerado parte de la conspiración internacional para cometer fraude electoral. Eso sería muy interesante si llegara a ocurrir.
Al invocar la Ley de Insurrección y/o declarar la ley marcial, el presidente podría suspender los derechos legales de los conspiradores traidores, tratarlos como combatientes enemigos y detenerlos indefinidamente en los llamados “lugares negros”, como el que existe en la Bahía de Guantánamo, en Cuba. Si Trump llegase a ejecutar tal acción, la nación se hundiría en una guerra civil. Si Trump no toma medidas, los patriotas probablemente tomarán el asunto en sus propias manos de todos modos. Y tenga la seguridad de que la gran mayoría de los 50 millones de propietarios de armas en los Estados Unidos, que normalmente son ciudadanos respetuosos de la ley, no permitirán que se roben las elecciones. Sea como fuere, no parece haber un resultado pacífico para todo lo que está aconteciendo.
Así que, a esto es a lo que se ha reducido esta situación.
Los estadounidenses patriotas quizás podrían obtener una victoria temporal. No obstante, ellos no comprenden los juicios de Jehová (lamentablemente, los testigos de Jehová tampoco). El Todopoderoso ha decretado que el Egipto Mayor será entregado a un amo cruel. Los tiranos de las naciones van a conseguir lo que tanto han deseado por muchos años. Sí, Dios ha bendecido a los Estados Unidos, pero ahora se acerca el momento de que comience la siguiente fase del gran propósito de Jehová: el día del juicio, también conocido como el tiempo del fin, la conclusión del sistema de cosas o el gran día de Jehová.
Si Trump permanece en el cargo, eso obligará a los globalistas a hacer algo realmente terrible, ¿tal vez un 11-S nuclear? No lo sé. Lo que sí sé, sin embargo, es que las fuerzas desplegadas contra los Estados Unidos y el sistema actual de naciones soberanas e independientes están comprometidas con el genocidio y la destrucción a una escala que desafía la imaginación. Son los comandantes de la fuerza militar de Jehová.
Piénselo, cuando Jehová sancionó a Babilonia como su agente de castigo, Nabucodonosor derrocó a muchas naciones, entre ellas Tiro y Egipto, pero también a Judá. Y la razón por la que Dios tomó medidas tan extremas fue porque su pueblo se había rebelado contra él. Lo que hizo el despiadado monstruo babilónico nos da una idea de lo que hará el temible último gobierno satánico de la humanidad: el octavo rey.
Hasta este momento, el Cuerpo Gobernante se ha negado a ser corregido. De hecho, ahora están en abierto desafío a Cristo Jesús al prohibir el ministerio público y cerrar todos los salones del reino. Claro, hay una pandemia. No obstante, como ya he señalado, en el período previo a las elecciones del pasado mes, los voluntarios republicanos tocaban alrededor de medio millón de puertas cada semana para conseguir apoyo para su candidato. No hay informes de muertes masivas debido a su campaña. Mientras tanto, sin embargo, el ejército de ministros intrépidos de Jehová se está refugiando en sus casas. Por eso, su Dios va a desatar una destrucción nunca antes vista.
Curiosamente, el libro de Ezequiel dedica siete capítulos al juicio de Tiro y Egipto. El capítulo siguiente vuelve a dirigirse al profeta en su rol de centinela. Jehová concluye diciéndole a su siervo: “Oirán tus palabras, pero nadie las pondrá en práctica. Y, cuando se cumplan —que se cumplirán—, tendrán que saber que hubo un profeta entre ellos” (Ezequiel 33:32, 33).
Aunque nadie sabe el día o la hora en que finalmente todo estallará, cuando suceda, incluso los hombres de visiones ciegos de Betel sabrán que yo tenía razón.