PREGUNTA: Si el hombre que desafía la ley está operando sin ser detectado, incluso entre los elegidos dentro de la congregación de Cristo, ¿no significa eso que ellos han sido engañados? Después de todo, solo Jehová y Jesús pueden detectar a los cristianos falsos, ¿cierto?
Absolutamente. Ese es el punto. Ese es el mensaje que he estado tratando de transmitir todos estos años. Los testigos de Jehová están bajo una influencia engañosa, una operación de error, si usted prefiere llamarla así. Y debido a que han sido engañados, no tienen ni idea acerca del cumplimiento real de muchas profecías. Eso incluye a las personas ungidas y al Cuerpo Gobernante.
Al mirar hacia atrás desde un punto en el futuro, bien podría considerarse todo esto como el mayor engaño jamás perpetrado, el engaño acerca el establecimiento del Reino de Dios en 1914 y todo lo que eso conlleva.
El problema es que los testigos de Jehová no se aseguran realmente de todas las cosas ni prueban las expresiones inspiradas, algo que los apóstoles exhortan a todos los cristianos a hacer. Ellos aceptan ciegamente todo lo que enseña la Watchtower debido a que se los enseña ‘’el esclavo fiel y prudente’’. Las evidencias y las pruebas no tienen ningún efecto. El razonamiento bíblico tampoco es lo suficientemente poderoso como para despertar del engaño. Si el esclavo fiel y discreto dice algo, tal cosa tiene que ser cierta. Aunque los testigos de Jehová pueden burlarse de la noción católica de la infalibilidad papal, el Cuerpo Gobernante se ha colocado esencialmente en el mismo púlpito elevado.
Con respecto al hombre que desafía la ley, ¿no se muestra este a sí mismo como un dios? Ser un dios conlleva tener una característica especial. Alguien que dice ser un dios no necesariamente afirma ser infalible, pero si da a entender lo que cree ser con sus actos y forma de expresarse.
Por ejemplo, la noción de que los tiempos señalados de las naciones terminaron en 1914 se considera la piedra angular inamovible de todo el asunto. La Watchtower nos da a entender que solo alguien lleno de la sabiduría y el espíritu de Dios podría descifrar los secretos cronológicos escondidos en las Escrituras para llegar a saber el año en que se establece el Reino de Cristo. Los testigos de Jehová se sienten especiales porque supuestamente solo ellos entienden este maravilloso secreto. La cronología es, por supuesto, extrapolada de los siete tiempos de la locura de Nabucodonosor. Sin embargo, la cronología de 2.520 años solo funciona si usted cree que Jesús pretendía que sus discípulos entendieran que Jerusalén comenzó a ser pisoteada por las naciones en 607 a. C.
Sin embargo, si consideramos el contexto en el cual el Señor mencionó que Jerusalén sería pisoteada por un tiempo determinado, debería ser evidente que los apóstoles querían saber el futuro, no el pasado. Esto ocurrió unos días antes de que Jesús llegara a Jerusalén por última vez. Él lloró cuando la vio desde lejos y habló de su inminente destrucción y de que sus hijos serían lanzados contra el peñasco. Después de entrar a la ciudad y de estar frente al templo de Jehová, él también predijo que el centro de la adoración verdadera sería completamente destruido, sin que quedara piedra sobre piedra que no fuera derribada.
Eso debió haber conmocionado a los apóstoles. Es por eso, que unos días después, se acercaron a Jesús cuando se sentó en el Monte de los Olivos y le preguntaron lo siguiente: “Maestro, ¿cuándo realmente pasarán esas cosas, y qué señal habrá de que esas cosas están por suceder?”
Los apóstoles sin duda sabían que Jerusalén había sido destruida siglos antes. Obviamente, sin embargo, la ciudad y el templo habían sido reconstruidos. Y se dieron cuenta de que el Mesías había venido al templo. De hecho, esperaban que Jesús se convirtiera en rey. Es cierto que sabían que los romanos eran sus gobernantes políticos, pero no hay razón para creer que se hubieran imaginado que Jesús quería decir que las naciones en ese momento estaban pisoteando la ciudad santa. Por el contrario, cuando Jesús respondió a su pregunta, no dejó ninguna duda de que Jerusalén sería pisoteada por las naciones en el futuro.
Notemos lo que Cristo dijo exactamente: “Ahora bien, cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos acampados, sepan entonces que se ha acercado su devastación. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a las montañas; los que estén en medio de Jerusalén, que se vayan de allí, y los que estén en el campo, que no entren en ella. Porque estos son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. ¡Ay de las mujeres que estén embarazadas o amamantando en esos días! Porque habrá gran angustia en esta tierra y habrá ira contra este pueblo. Y caerán muertos a filo de espada y serán llevados prisioneros a todas las naciones; y Jerusalén será pisoteada por las naciones hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones.’’ Tenga en cuenta que Jesús utilizó el verbo ser en tiempo futuro. El Señor dijo ‘’será’’ no ‘’ha sido’’, lo cual indica algo que tendrá lugar en el futuro, no que comenzó en el pasado y continúa en el presente.
Dado que nadie en su sano juicio podría leer el capítulo 21 de Lucas y llegar a la conclusión de que los apóstoles entendieron que Jesús quiso decir que el pisoteo de Jerusalén había comenzado siglos antes, ¿por qué los testigos de Jehová aceptan algo tan absurdo? ¿El paso del tiempo desde el primer siglo ha transferido mágicamente el comienzo de los tiempos señalados de las naciones al año 607 a.C.? O, más bien, ¿no es el hecho de que los testigos de Jehová acepten sin dudar una doctrina que no tienen ningún sentido un indicio de que están bajo la influencia de un poderoso engaño?
La falsa concepción de que Cristo ya ha venido y que el Reino ha sido establecido es tan poderosa en las mentes de los testigos de Jehová como lo es la Trinidad en las mentes de los feligreses de muchas iglesias de la cristiandad. Es casi imposible desalojar de sus mentes y corazones un error tan arraigado cuando quienes son considerados como autoridades religiosas lo promueven y lo enseñan como una verdad sagrada. La mentira de que Cristo ha venido ya prevalecerá hasta que, irónicamente, él de verdad vuelva.
¿Y qué sucederá entonces?
Todas las cosas que supuestamente según la Sociedad han acontecido ya, sucederán realmente. Eso significa que las guerras, el hambre, los terremotos y las pandemias en un lugar tras otro están en el futuro y seguramente ocurrirán a una escala muy superior a cualquier supuesto cumplimiento que haya tenido en el pasado. La mentira quedará totalmente expuesta. ¿Y entonces qué? Nuevamente, Jesús responde: “Y entonces muchos perderán la fe, se traicionarán unos a otros y se odiarán unos a otros. Aparecerán muchos falsos profetas que engañarán a mucha gente y, al aumentar la maldad, se enfriará el amor de la mayoría. Pero el que aguante hasta el fin será salvado.’’
La desolación y el pisoteo de Jerusalén durante la tribulación tiene que ver con la destrucción de lo que la Watchtower llama “la adoración verdadera’’. Será algo realmente devastador y terrible. Los testigos de Jehová se darán cuenta de que han sido engañados. Para algunos eso será demasiado. Su confianza en Dios se hará añicos. Traicionarán a sus antiguos amigos y familiares. Jesús incluso predijo que los miembros de una misma familia entregarían a sus seres queridos a la muerte. Los cristianos fieles serán expulsados de las sinagogas o congregaciones por sus antiguos hermanos.
Sin embargo, aquellos con fe irán en una dirección completamente nueva.
Isaías habla de ese día: “Este error será para ustedes como un muro agrietado, como un muro alto que está encorvado y a punto de caerse. De repente, en un instante, se derrumbará. Se romperá igual que un jarro grande de alfarero, quedará tan destrozado que ninguno de sus pedazos servirá para sacar brasas del fuego o recoger agua de un charco’. Porque esto es lo que dice el Señor Soberano Jehová, el Santo de Israel: ‘Si vuelven a mí y esperan tranquilos, ustedes se salvarán; su fuerza dependerá de que mantengan la calma y demuestren confianza’. Pero ustedes no quisieron. En vez de eso, dijeron: ‘¡No! ¡Huiremos a caballo!’. Pues bien, ustedes huirán. ‘¡Y en caballos veloces cabalgaremos!’. Pues bien, veloces serán quienes los persigan. Mil temblarán ante la amenaza de uno solo; y ante la amenaza de cinco ustedes huirán hasta que lo que quede de ustedes sea como un mástil en la cima de una montaña, como un poste señalizador en una colina. Pero Jehová espera pacientemente para mostrarles favor, y se levantará para mostrarles misericordia. Porque Jehová es un Dios de justicia. Felices todos los que lo esperan con anhelo.’’ (Isaías 30: 13-18)
La ilusión de la Watchtower de 1914 es como un “muro alto que está encorvado y a punto de caerse”. Su repentina caída ocurrirá cuando todas las cosas que la Watchtower afirma que se han cumplido desde 1914 se desaten sobre el mundo repentinamente, como una gran explosión. Debido a que el pueblo de Dios es tan obstinado y terco, Jehová permite que sean conducidos a un estado de impotencia y desesperación, como si estuvieran solos y desnudos en la cima de una montaña, expuestos para que todos vean su penosa situación. Es entonces cuando Dios finalmente les responderá, tal como nos muestran las profecías: “Cuando el pueblo viva en Sion, en Jerusalén, tú de seguro no llorarás más. Cuando grites por ayuda, él sin falta te mostrará favor; te responderá en cuanto te escuche. Aunque Jehová te dará angustia como si fuera pan y opresión como si fuera agua, él, tu Gran Instructor, ya no se esconderá. Verás a tu Gran Instructor con tus propios ojos. Y, en caso de que te desvíes a la derecha o a la izquierda, oirás con tus propios oídos estas palabras detrás de ti: ‘Este es el camino. Anda en él’.’’
El Cuerpo Gobernante ha declarado que, en sentido figurado, escuchamos las palabras de nuestro Gran Instructor como si vinieran de detrás de nosotros simplemente leyendo la Biblia, ya que, según los borrachos de Betel, la Biblia fue escrita hace mucho tiempo, detrás de nosotros en el tiempo, por así decirlo. Sorprendentemente, los testigos de Jehová aceptan sin dudar esa interpretación y declaran que es el mejor alimento espiritual que se puede tener. ‘’El ‘Magnífico Instructor’ es Jehová. No hay maestro que lo iguale. Pero ¿cómo puede la gente ‘verlo’ y ‘oírlo’? Jehová se revela por medio de sus profetas, cuyas palabras están escritas en la Biblia (Amós 3:6, 7). Cuando los adoradores fieles de la actualidad la leen, es como si la voz paternal de Dios les indicara el camino por el que deben ir y los exhortara a reajustar su proceder para andar en él. Todo cristiano debe escuchar atentamente lo que Jehová dice en las páginas de la Biblia y mediante las publicaciones basadas en esta que proporciona “el esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45-47). Leamos la Biblia asiduamente, pues ‘significa nuestra vida’ (Deuteronomio 32:46, 47; Isaías 48:17).’’ – Las profecías de Isaías, Una Luz Para Toda La Humanidad; capítulo 23, párrafo 18
Escuchar a Dios decir una palabra como si viniera desde atrás indica que aquellos a quienes les hablará van por el camino equivocado. El Gran Instructor está dispuesto a ofrecer instrucción correctiva en un momento crítico.
En realidad, Jesús llegará a ser en el “Maravilloso Consejero” que viene a salvar al pueblo de Dios cuando todo parezca perdido. Tal será la manifestación, revelación y presencia de Jesús, es decir, su verdadera parusía. Es por eso que el pasaje anterior establece que “tu Gran Instructor, ya no se esconderá. Verás a tu Gran Instructor con tus propios ojos“. La ilusión de la parusía invisible de la Watchtower ha ocultado a Jehová, por así decirlo. Por supuesto, ningún hombre puede literalmente ver a Dios y seguir viviendo. Pero Jesús, siendo la representación exacta de su Padre y viniendo en gran gloria, se manifestará a los elegidos entonces. De esa manera, verán a su ‘’Gran Instructor con sus propios ojos” o, como Juan explicó: “Amados, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que cuando él sea manifestado seremos como él, porque lo veremos tal como es.’’ (1 Juan 3: 2)
La manifestación de Jesús también reducirá a nada al hombre que desafía la ley. El engaño habrá servido al propósito de Dios y Cristo prevalecerá, destruyendo a todos sus enemigos y derrotando completamente al Diablo.