‘’A Dios ningún ser humano lo ha visto jamás. El dios unigénito, que está junto al Padre, es el que nos ha explicado cómo es él.’’

Pregunta #4 – Según la Biblia, Jesús es “Dios” con ‘’d’’ mayúscula (Isaías 9: 6, Juan 20:28, etc.). La Watchtower enseña que Jesús es “un dios”, pero no Dios mismo. ¿No contradice esto directamente múltiples escrituras como Isaías 44: 6, Isaías 44: 8 e Isaías 45: 21-22, entre otras?

RESPUESTA: Primero, para ser claros, en los idiomas originales de la Biblia no había mayúsculas ni minúsculas. Depende de los traductores modernos utilizar un caso o el otro.

En el contexto de Isaías, Jehová afirma que, desde su perspectiva, al ser el Dios Todopoderoso, no reconoce a ninguno de los dioses o ídolos de las naciones como dioses legítimos. No son ni sus compañeros, ni sus ayudantes, ni sus iguales. Tampoco fueron creados por él.

A Nebo también se le conoce como Nabu

En las primeras palabras del capítulo 46 de Isaías, Jehová incluso nombra en particular a un dios del panteón de dioses babilónicos: Nebo, el cual, curiosamente, era parte de la trinidad babilónica/asiria, siendo el hijo mitológico del dios Marduk y su consorte, Sarpanitu. Sus adoradores lo veían como la fuente de la sabiduría y la inteligencia. Sin embargo, Jehová reprendió a Nebo por no tener ningún poder, por tener que ser transportado en un burro y por haber ido al cautiverio cuando Ciro conquistó Babilonia.

Tal como relatan Isaías y otros profetas, Dios no tiene igual. Aunque hay otros dioses, los cuales son definidos como entidades sobrehumanas, de ninguna manera son superiores a Jehová. Ciertamente, no hay forma en que los artesanos humanos puedan fabricar alguna imagen que pueda aproximarse a su gloria. Jehová existe muy por encima del mundo material y domina la dimensión espiritual con su presencia.

Es por eso por lo que la carta de Santiago dice que los demonios, que se hacen pasar por dioses, saben muy bien que Jehová existe, pero ese conocimiento los hace erizar de escalofrío y miedo. (Ver la nota al pie de página de Santiago 2:19 de la Biblia con referencias de la Traducción del Nuevo Mundo)

Sin embargo, Jehová mismo reconoce que hay dioses distintos a él, al menos aquellos que afirman ser dioses, tal como Jeremías 10: 10-11 nos dice: “Pero Jehová es el verdadero Dios. Él es el Dios vivo y el Rey eterno. Por su indignación, la tierra temblará, y ninguna nación podrá soportar su furia. Esto es lo que ustedes deben decirles: ‘Los dioses que no hicieron ni los cielos ni la tierra desaparecerán de la tierra y de debajo de estos cielos.’’’

Si solo hay un Dios, una Deidad viviente que creó los cielos y la tierra, cuyo nombre es Jehová, ¿por qué hay tantos dioses que compiten por nuestra adoración, incluyendo al dios de la trinidad católica? ¿Por qué hay tanta confusión? La respuesta es que hubo una rebelión de ángeles poderosos y divinos. Satanás fue el primero de muchos. Satanás deseaba la adoración que Jehová recibía de los primeros dos humanos. Él quería ser Jehová. Así que ideó un plan para robar lo que por derecho le pertenecía únicamente a Dios.

Con el paso del tiempo, otros hijos de Dios se unieron al Diablo en su rebelión. Bajaron a la tierra para tener relaciones sexuales con mujeres, produciendo una raza monstruosa conocida como los Nefilim. Dios frustró su plan de contaminar a la raza humana al causar el cataclismo que conocemos como el Diluvio Universal.

El Diluvio obligó a los ángeles materializados a disolver sus cuerpos y regresar a la dimensión espiritual. Desde entonces se les conoce como demonios. Son estos demonios los que fingen ser Dios. Ellos sedujeron a los israelitas para que los adoraran en lugar de a Jehová, tal como dice Deuteronomio 32: 16-17: “Ellos provocaron su ira con dioses extranjeros; lo enfurecieron con cosas detestables. Les hicieron sacrificios a demonios y no a Dios, a dioses que no habían conocido, a dioses nuevos, recién llegados, a dioses que sus antepasados no conocían.’’

Esos mismos demonios se hicieron pasar por dioses durante el primer siglo, cuando el cristianismo fue establecido. Es por eso por lo que uno de los principales discípulos de Jesús escribió en una de sus cartas: “No. Lo que quiero decir es que las cosas que las naciones sacrifican, se las sacrifican a demonios y no a Dios; y no quiero que ustedes participen de nada con los demonios.” (1 Corintios 10:20)

Por lo tanto, hay dioses falsos que no solo son ídolos, sino espíritus inteligentes y poderosos, que están decididos a robar la adoración de Dios. Obviamente, esas deidades demoníacas aún existen hoy.

Pero no todos los dioses son falsos. No todos los dioses desean robar la gloria de Dios. No todos los dioses compiten con el Dios verdadero. Hay un dios especial que es completamente leal a Jehová. Es cierto, él no existía antes de Dios. Nadie existía antes que él. Por consiguiente, a ese respecto, él no es un dios en el mismo sentido que el Dios Eterno. Sin embargo, él sí es un dios, el dios unigénito.

Aunque es imposible de comprender, Jehová Dios siempre ha existido. Él es atemporal. Él no tuvo principio, ni tendrá final. Lo sé, es alucinante incluso contemplarlo, pero él estuvo solo por toda la eternidad. Sin embargo, el hecho de que algo esté más allá de nuestra comprensión finita no significa que no sea cierto.

Evidentemente, el tiempo no tiene ningún significado para Dios. El tiempo solo comenzó cuando Dios creó por primera vez. Es por eso por lo que Juan 1: 1 dice: “En el principio …”. Obviamente, el Eterno llegó a ser el Creador. Y su primera creación fue un dios, a su propia imagen. Es por eso que el apóstol Juan escribió lo siguiente con respecto a Jesús y su posición única con respecto a Dios: ‘’ ‘’A Dios ningún ser humano lo ha visto jamás. El dios unigénito, que está junto al Padre, es el que nos ha explicado cómo es él.’’ (Juan 1:18)

Θεὸν   οὐδεὶς ἑώρακεν πώποτε· μονογενὴς  θεὸς   ὁ            ὢν           εἰς

Dios    nadie   ha visto   jamás . el unigénito dios   el[que]    estando  en

τὸν κόλπον τοῦ πατρὸς ἐκεῖνος ἐξηγήσατο

el    seno     del  padre   ese      explicó

Contrariamente a los dioses falsos, antes de que Jesús descendiera a la tierra, él era el primogénito de Jehová, su hijo unigénito, por medio de quien Dios creó todo lo demás. En verdad, en todos los sentidos de la palabra, el primogénito es en sí mismo un dios. Pero él es un dios, no porque lo sea por sí mismo, como Jehová, sino porque Jehová lo engendró. El Todopoderoso lo engrendró para ser un dios, el único de su clase. Por esa razón es el Unigénito, el dios unigénito.

Por supuesto, ningún trinitario puede explicar cómo fue engendrado Dios o por qué eso sería necesario. La verdad expresada en Juan 1:18 es tan devastadora para el mito de la trinidad que los productores trinitarios de la Biblia simplemente han sacado al “dios unigénito” de sus Biblias, sustituyendo ese título por “hijo’’. Muchos han abandonado incluso la expresión “unigénito”. Algunos traductores incluso han agregado que el hijo es Dios, a pesar de que no hay nada en el griego que respalde esa traducción. Por ejemplo, veamos cómo se nos muestra el versículo en la NVI: A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.’’ Una nota al pie de página de la NVI señala que algunos manuscritos dicen ‘el Hijo Unigénito’, descuidando informar al lector que los primeros manuscritos dicen algo completamente diferente.

En realidad, la Iglesia Católica les dio una mano amiga. Hace mucho tiempo, poco después de que Constantino se hiciera cabeza del cristianismo y lo incorporara al Imperio Romano, incluso antes de que existiera el español, los escribas empleados por el imperio para copiar textos griegos cambiaron Juan 1:18, al sustituir la palabra “dios” por “hijo”. Irónicamente, los trinitarios frecuentemente acusan a la Watchtower de cambiar la Biblia, pero la verdad es que, originalmente, la Iglesia Católica se tomó la libertad de editar los textos griegos para adaptarlos a su propósito de hacer a Jesús Dios y sacar a Jehová de la escena. En efecto, una de las verdades bíblicas más poderosas ha sido robada, a saber, que Jesús es un dios en relación con el Dios verdadero. Sin duda, quien hizo esto es el mismo ladrón que sedujo a Eva para que robara el fruto prohibido, el mismo espíritu que codicia todo lo que le pertenece a Dios. Por lo tanto, los primeros traductores al español pueden ser perdonados, ya que los textos griegos de los cuales traducían estaban plagados de este tipo de tergiversaciones.

Sin embargo, en siglos más recientes, se han descubierto otros manuscritos anteriores al siglo IV. Además, otros manuscritos, como el Códice Sinaítico, fueron escritos por copistas que no estaban bajo la influencia de los sacerdotes de Constantino. Y, en cada caso, sin excepción, todos los manuscritos producidos antes del siglo IV o independientes de la influencia católica, dicen que Jesús es el “dios unigénito”.

Uno pensaría que los trinitarios abrazarían Juan 1:18, ya que dice que Jesús es Dios, pero es el término ‘’unigénito’’ el que les causa problemas. Seguramente, los traductores modernos que producen Biblias como la Nueva Versión Internacional, la cual es muy popular entre los evangélicos, son conscientes del problema, pero debido a su sesgo dominante continúan perpetuando el fraude y traducen el verso como “hijo” en lugar de “dios”. A este respecto, el dios de la trinidad no está en una mejor posición que Nebo, ya que tampoco es capaz de sostenerse sobre sus propios pies. En sentido figurado, necesita ayuda humana para hacerlo, debido a su falta de apoyo bíblico.

Afortunadamente, no todos los traductores son deshonestos. Por ejemplo, la Biblia de Rotherham es fiel a la autoridad más antigua ya que traduce el versículo como: “Nadie ha visto a Dios en ningún momento. Un Dios unigénito, el que existe en el seno del Padre, Él, [lo] ha interpretado.”

(Dado que en el texto original no hay un artículo definido, como en Juan 1: 1, es perfectamente apropiado traducir la expresión como “dios unigénito’’ con una “d” minúscula).

Con respecto a la declaración de Dios en Isaías, debería ser obvio que Jehová estaba hablando de los dioses que se oponen a él, los cuales han sido sus enemigos, no de su hijo unigénito. No solo eso, sino que Isaías fue escrito antes de que se revelara el secreto sagrado sobre Cristo. Sin embargo, cuando Jesús vino a la tierra, se reveló que Dios tenía un hijo especial, el cual es un dios, en quien Jehová ha ocultado todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento. (Colosenses 2: 3)

Una realidad aleccionadora que no debemos perder de vista es esta: el juicio sobre los dioses falsos aún no se ha llevado a cabo. Cristo ha sido designado como el agente de castigo de Dios para destruir al Diablo y sus demonios y exterminar a sus adoradores. La ironía es que, durante el día de Jehová, Cristo usará los poderes que Dios le ha dado para destruir a todos aquellos que ‘’aman la mentira y tienen la costumbre de mentir “, tal como lo revela Apocalipsis 22:15. Eso obviamente incluiría a las masas de adoradores de la trinidad que afirman mentirosamente que Jesús es Dios y quienes niegan que su Padre, Jehová, es el único Dios verdadero que lo engendró.