Artículo en Inglés

default_image_discernimientoMientras se acercaba el fin del ministerio terrenal de Jesús, Él se dirigió por última vez a Jerusalén para la Observación de la Pascua Judía. En esa ocasión el echó fuera a los comerciantes del templo y pronunció una condena contra el templo y contra la nación. Sin darse cuenta de lo que Jesús había dicho, los apóstoles quisieron recordarle a Jesús cuán impresionante era el templo de Jerusalén. Es obvio pensar que los seguidores de Jesús se sorprendieron en gran manera cuando Jesús les dijo que ese templo tan maravilloso sería reducido a ruinas.

Mateo 24:1 nos relata el incidente, diciendo: “Partiendo en seguida, Jesús se iba del templo, pero sus discípulos se acercaron para mostrarle los edificios del templo. En respuesta Jesús dijo: “¿No contemplan estas cosas? En verdad les digo: De ningún modo quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.”

Sus curiosos discípulos obviamente querían saber cuándo sucedería esto. El relato nos dice: “Mientras Él estaba sentado sobre el Monte de los Olivos sus discípulos se le acercaron en privado para preguntarle sobre cuándo sucederían estas cosas, diciéndole: “Dinos: ¿Cuándo sucederán estas cosas y cuál será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”

En respuesta a sus múltiples preguntas, Jesús dio una simple pero profunda contestación. Después de darle a sus discípulos una semblanza general de lo que ocurriría, Jesús entonces dio una señal referente a la inminente destrucción de Jerusalén. Él dijo: “Por lo tanto, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo, -use el lector discernimiento,- entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas.”

Aunque los apóstoles de Jesus eran originalmente de la región de Galilea, aparentemente fijaron su residencia en Jerusalén después de la resurrección de Cristo; haciendo a esta ciudad la sede no oficial de la congregación Cristiana. Por lo tanto, era fundamental que tanto los apóstoles, así como las demás congregaciones Cristianas reconocieran la señal cuando esta apareciera.

Para recalcar la urgencia e importancia de obedecer dicha señal cuando esta apareciera, Jesus dijo en Mateo 24:17-22: “El que esté sobre la azotea no baje para sacar los efectos de su casa; y el que esté en el campo no vuelva a su casa a recoger su prenda de vestir exterior. ¡Ay de las mujeres que estén encintas y que estén amamantando en aquellos días! Sigan orando que su huida no ocurra en en tiempo de invierno ni en día sábado; porque entonces habrá una gran tribulación como la cual no ha habido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. De hecho, a menos que se acortaran aquellos días ninguna carne se salvaría; mas por causa de los elegidos, aquellos días serán acortados.”

Como ayuda para identificar a la “Cosa repugnante que causa desolación” cuando esta se hiciera manifiesta, Jesús hizo referencia a la profecía de Daniel, diciendo entre paréntesis: “Use el lector discernimiento.”

¿Qué profecía tenía Jesús en mente cuando dijo estas palabras? Sin duda alguna, Él estaba haciendo referencia a la profecía de Daniel que encontramos en el capítulo 9 de su libro, allí leemos: “Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado con nada para sí. Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin de tal será por inundación. Y hasta el fin habrá guerras; lo que está decidido es desolaciones. Y Él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva. Y sobre el ala de cosas repugnantes habrá el que cause desolación; y hasta un exterminio, la misma cosa que se ha decidido ira derramándose también sobre el que yace desolado.”

Al hacer referencia a Daniel, los lectores Cristianos del Primer Siglo podían discernir que la “Cosa repugnante” estaba conectada a un líder y a un pueblo que inundaría la tierra durante un periodo de guerra que seguiría a la muerte de Jesús.

Ademas, el lector con discernimiento puede conectar a la futura “Cosa repugnante” con el rey del norte; el cual, como nos dice el capítulo 11, quebrantaría al Líder del Pacto.

Daniel 11:21:22 lee: “Y tiene que ponerse de pie en la posición suya uno que ha de ser despreciado, y ciertamente no pondrán sobre él la dignidad del reino; y realmente entrará en un tiempo libre de cuidados y se asirá del reino por melosidad. Y en lo que respecta a los brazos de la inundación serán inundados por causa de él, y serán quebrantados; como lo será también el caudillo del pacto.”

Si razonamos en la información adicional que Jesús provee, como nos muestra el registro del capítulo 21 de Lucas, especialmente el hecho que Jerusalén sería pisoteada por las naciones por un tiempo señalado, los apóstoles y los discípulos de Jesús sin duda alguna reconocerían a la repugnante cosa como algo relacionado con el imperio Romano; mucho antes que los ejércitos de éste llegaran a Jerusalén y causaran desolación.

Los testigos de Jehová saben por supuesto que la profecía de Jesús tiene un cumplimiento mucho mayor, pero la profecía de Daniel también lo tiene. Sí, la profecía de Daniel hace referencia a otra repugnante cosa política que amenazaría el lugar santo de Dios. Los testigos de Jehová también han identificado a la cosa repugnante que causará desolación en el futuro; esta cosa repugnante son Las Naciones Unidas, organización que es repugnante ante los ojos de Dios, pues está destinada a convertirse en un gobierno mundial; esta organización presume que puede hacer lo que sólo el reino de Dios puede lograr.

Pero, ¿De qué manera debe el lector de hoy usar discernimiento?,y; ¿Cuál es el lugar santo que llega a ser desolado?

En los días de Jesús, Jerusalén era considerada la ciudad santa de Jehová, y a pesar que los comerciantes habían convertido en una cueva de ladronesal templo de Jehová en Jerusalén, Jesús aún consideraba a este templo como la casa de su Padre. Aún después del establecimiento de la congregación Cristiana, los apóstoles aún consideraban al templo de Jerusalén como algo santo. Por ejemplo, después de su conversión, el apóstol Pablo fue al templo a orar. De hecho, Jesús ya glorificado habló a Pablo en el temploHechos 22:17-18 nos dice lo siguiente: “Pero cuando hube vuelto a Jerusalén y estaba orando en el templo me vino un arrobamiento y lo vi que me decía: date prisa y sal pronto de Jerusalén porque no convendrán en tu testimonio acerca de mí.”

Muchos años después de su conversión, el apóstol Pablo se limpió ceremonialmente como un Nazareno según la Ley y de nuevo fue al santo templo. El capítulo 21 del libro de Hechos nos habla de esto: “Entonces Pablo tomó consigo a los varones al día siguiente, y se limpió ceremonialmente con ellos,y entró en el templo para notificar en cuanto a los días que habrían que cumplirse para el limpiamiento ceremonial hasta que se presentara la ofrenda por cada uno de ellos. Entonces cuando estaban para acabarse los siete días, los Judíos de Asia, al contemplarlo en el templo, empezaron a revolver a toda la muchedumbre y le echaron mano.”

Ahora bien, ¿Qué tratamos de decir con esto? Bueno, aunque Jesús les dijo a los Judíos que su casa sería abandonada, por respeto a Jehová, Jesús y sus apóstoles y muchos otros seguidores de Jesús siguieron mostrándole respeto al templo hasta que por fin éste fue destruido. Siendo ese el caso, entonces podemos prguntarnos: ¿Cuál es el lugar santo de los tiempos modernos que será desolado y pisoteado por la cosa repugnante?.

Según la Sociedad, este lugar “Santo” es la Cristiandad. La razón por la que dice esto es porque Jerusalén no era en verdad un lugar santo para Dios después que Jesús la condenó. El más reciente artículo relacionado con este tema apareció en la revista La Atalaya del I de Mayo de 1999. La revista nos dice:

“Esto nos ayuda ver porque el primer cumplimiento de esta profecia consistía en un ataque por parte del ejército Romano contra Jerusalén y su templo -Un lugar santo para los Judíos pero que ya no era santo para Jehová-, lo cual sucedió en el año 66. E.C.”

Por esa razón, la revista continúa diciendo:

“Cuando la bestia de color escarlata ataque a la ramera religiosa, la “Cosa repugnante” se habrá plantado de una forma amenazadora sobre la Cristiandad, el llamado lugar santo. Por lo tanto, la desolación comenzará con la la infiel Cristiandad, que se autodomina santa.

Aunque es ciero que Jehová no consideraba a Jerusalén y su templo verdaderamente santos, Jesús y sus discípulos sí la consideraban, o al menos de forma nominal. Además, como hemos visto anteriormente, los apóstoles tenían su sede en Jerusalén. Aunque los Cristianos maduros miraban más a la“Jerusalén de arriba” como la verdadera ciudad de Dios, sin embargo, aún así, la congregación Cristiana estaba muy ligada a la Jerusalén terrenal y a su templo hasta el tiempo en que la ciudad quedo en un estado de sitio. Por lo tanto, es por eso por lo que Jesús se refirió a Jerusalén y al templo como el lugar santo.

Debido a que Jesús le estaba dando a sus discípulos unguidos una señal específica, es razonable pensar que Jesús se estaba refiriendo a algo que sus seguidores consideraban santo y no a algo que falsamente afirmaba ser santo.

En vista de lo antes mencionado, nos damos cuenta que es obvio que algo falta en la interpretación de la Sociedad Watchtower. Tal vez nosotros como estudiantes de la profecía no hemos usado verdaderamente discernimiento, tal y como Jesús aconsejó.

De manera más razonable preguntémonos: Si los testigos de Jehová son verdaderamente el pueblo de Dios; tal y como lo creemos, entonces el lugar santo que está por ser desolado debe representar el templo espiritual de Jehová compuesta por los santos y la organización asociada con ellos; en otras palabras, lo que comunmente conocemos como la organización visible de Jehová.

Además, si el lugar santo representara a la Cristiandad, ¿Por qué los discípulos de Jesús tendrían que huir de una ciudad que, como todos sabemos, fue condenada hace mucho tiempo? Si el lugar santo fuera la Cristiandad ¿No habrían abandonado sus seguidores dicha ciudad mucho antes que la cosa repugnante se parara donde no debe?

Esto nos trae de vuelta a las palabras de Jesús: “Use el lector discernimiento”, así como a la pregunta: ¿Qué es lo que los seguidores de Jesús deberían de discernir?, ¿Debemos de discernir solamente que el libro de Daniel pronosticó que los ejércitos Romanos eran la cosa repugnante cuando plantaron sus emblemas idolátricos en el templo de Jehová? ¡¡Por supuesto que no!!, ¿De qué provecho sería esto para sus seguidores que estuvieran vivos durante el cumplimiento mayor de sus palabras; es decir, durante la conclusión de este sistema de cosas?

En Daniel 11:30-31 se nos dice: “Y realmente volverá y arrojará denunciaciones contra el lugar santo y actuará eficientemente; y tendrá que volver, y dará atención a los que dejan el pacto santo. Y habrá brazos que se levantarán; procedentes de él, y realmente profanarán el santuario, la plaza fuerte, y removerán el rasgo constante. Y ciertamente pondrán en el lugar la cosa repugnante que está causando desolación.”

El santuario, la plaza fuerte y el rasgo constante mencionados anteriormente hacen referencia a algo que pertenece a Dios; usados en la adoración de Dios, tal y como lo era el templo. En otras palabras, el santuario, la plaza fuerte, así como el rasgo constante son un lugar santo para Dios. Esto podemos corrroborarlo en Daniel 8:13, donde menciona que el Rey del Fiero Semblante causa desolación al “Lugar santo” y al “Rasgo constante”. Por lo tanto “El plantar la cosa repugnante que causa desolacion” solo puede ser una referencia al santuario verdadero de Jehová y no a la Cristiandad; obviamente, tampoco es una referencia a Babilonia la Grande. También el lector con discernimiento debe darse cuenta que el Rey del Fiero Semblante, así como la cosa repugnante, ambos son uno y lo mismo.

Esto nos crea un problema interpretativo en lo que respecta a nuestro entendimiento actual de la profecía del Rey del Norte y el Rey del Sur.

¿Por qué decimos esto?

Nosotros leemos esta profecía asumiendo que esta se desarrollará de manera cronológica y progresiva, pero de acuerdo al capítulo 8 de Daniel, el lugar santo es desolado durante el tiempo del fin. Ahora bien, si asumimos que la profecía paralela del Rey del Norte y el Rey del Sur se sucede en orden cronológico, entonces la desolación del lugar santo y el plantarse de la cosa repugnante suceden antes del “oficial” tiempo señalado del fin. Eso se debe a que Daniel 11:35 dice: “Y a algunos de los que tienen perspicacia se les hará tropezar para que se haga una obra de refinación debido a ellos, y para que se haga una limpieza y para que se haga un emblanquecimiento, hasta el tiempo del fin; porque es todavía para el tiempo señalado.”

Por supuesto, los testigos de Jehová creen que el tiempo del fin comenzó en 1914. Para poder justificar esta contradicción, de manera muy extraña, la Sociedad Watchtower interpreta la expresión “Tiempo del fin” como si se tratara de otro tiempo del fin.

¿Lo confunde a usted esto?

Suponemos que si. No hay duda que la Sociedad se tomó; de manera impropia, ciertas libertades con la Palabra de Dios en un intento por apoyar su obsoleta y absurda enseñanza que el tiempo del fin empezó en 1914. No obstante, lectores con discernimiento pueden darse cuenta que esta interpretación de la Sociedad Watchtower es completamente insatisfactoria. De manera interesante, ¡¡El otrora brillante esclavo fiel y discreto ha tropezado con el versículo que predice su tropiezo!!

A riesgo de enfadar al lector con la redundancia de este tema al que ya hemos tratado brevemente, podemos decir que “El tiempo del fin” y “La conclusión de este sistema de cosas” es lo mismo. La palabra griega “Syntelia”, usada en Daniel y traducida al Inglés como “Tiempo del fin”, fue la misma palabra griega que Jesús usó y es traducida como “La conclusión del sistema de cosas”. Jesús dijo que la siega es la conclusión del sistema de cosas. Es en ese tiempo cuando los ángeles salen y separan el trigo de la mala hierba; el bueno y el malo, y en el reino de Jesús y se remueve a TODA causa que cause tropiezo. Es una fantasía el creer que en este momento los ángeles de Dios ya han efectuado una separación definitiva, o que ya hayan limpiado a aquellos asociados con el reino de Dios.

Además, en Mateo 13:47-50 Jesús usó la palabra “Syntelia” en la ilustración de la red barredera, y dijo: “El reino de los cielos es semejante a una red barredera bajada al mar y que recoge toda clase de peces. Cuando se llenó la sacaron sobre la playa y, sentándose, juntaron los excelentes en receptáculos, pero tiraron a los que no eran apropiados. Así es como será en la conclusión del sistema de cosas: Saldrán los ángeles y separarán a los inicuos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego. Allí es donde será su llanto y el crujir de dientes.”

Por favor, no seamos tan irrazonables e insistir que los ángeles ya han hecho su trabajo. Sin embargo, es muy razonable pensar que la Sociedad Watchtower es esa red barredora de la profecía y no la Cristiandad; tal y como lo suponemos. La Sociedad Watchtower ha logrado verdaderamente una gran recolección de peces, -Personas de todo tipo,- algunas buenas, otras no tanto. Siendo ese el caso, podemos decir que estamos a punto de“Ser llevados a la playa”; por así decirlo, y comenzar con la predicha separación.

El tema que tratamos de enfocar en el comentario: “Use el Lector Discernimiento” es que el tiempo “Oficial” del fin aún no ha comenzado. Por lo tanto, el santuario, la plaza fuerte, así como el rasgo constante aún no han sido desolados, puesto que el capítulo 8 de Daniel nos dice que esto ocurre durante el tiempo del fin. Para armonizar las dos profecías de Daniel, aparentemente Daniel 11:30-31, es una “Pre-exhibición” de los logros del Rey del Norte durante el tiempo del fin.

Es bueno recordar que el entendimiento correcto de esta profecía está reservado para el tiempo del fin. Sin embargo, para apoyar nuestra afirmación respecto a la futura desolación de la verdadera congregación Cristiana, podemos acudir a otros libros proféticos.

Por ejemplo, Joel describe que el lugar santo de Dios es arrasado por una gran plaga de langostas como preludio al “Grande e inspirador de temor Día de Jehová” En armonía con otros profetas que predicen una invasión procedente del norte; Joel se refiere a este ejército de langostas invasoras como “El norteño”. El último capítulo del libro de Joel nos dice de manera muy clara que el ataque de las simbólicas langostas es un preludio inmediato al día de Armagedón, y que las langostas son los extranjeros que violan lo que es santo para Dios, y por lo tanto, deben ser algo análogo a la cosa repugnante que causa desolación al lugar santo. Es por eso por lo que Joel 3:17 lee: “Y ustedes tendrán que llegar a saber que yo soy Jehová su Dios que resido en Sión mi santa montaña. Y Jerusalén tiene que llegar a ser un lugar santo; y en lo que respecta a los extraños, ya no pasarán por ella.”

En la profecía de Nahúm, el ejército Asirio también es comparado con langostas, y Jehová dice de ellos: “Te devorará como la especie de las langostas. Hazte pesada como en números como la especie de las langostas. Has multiplicado tus comerciantes más que las estrellas de los cielos. En cuanto a la especie de las langostas, esta realmente se despoja de su piel; entonces se van volando. Tus guardias son como las langostas y tus guardias de reclutamiento como el enjambre de las langostas. Acampan en los apriscos de piedra en un día frío. El sol mismo solo tiene que brillar y ciertamente huyen; y su lugar es realmente desconocido donde están.”

Nahum 1:15 también nos dice que las langostas se hacen culpables ante Dios al invadir el lugar santo: “¡Mira! Sobre las montañas los pies de uno que trae buenas nuevas, uno que publica la paz. Oh Judá, celebra tus fiestas. Paga tus votos, porque ya no volverá a pasar por ti ninguna persona que no sirva para nada. Enteramente serán por cierto cortadas.”

Isaías 43:25-28 está en armonía con Daniel en lo que respecta a los príncipes del lugar santo siendo entregados a sus enemigos debido a la transgrasiones de ellos. Allí leemos: “Yo …yo soy Aquel que borra tus transgresiones por causa de mi mismo, y de tus pecados no me acordaré. Hazme recordar; presentémonos para juicio juntamente, cuenta tu propio relato de ello a fin que tengas razón. Tu propio padre, el primero, ha pecado, y tus propios voceros han transgredido contra mí. Por eso profanaré a los príncipes del lugar santo, y ciertamente entregaré a Jacob como hombre dado por entero a la destrucción y a Israel a palabras de injuria.”

Como todos los testigos de Jehová saben, es del capítulo 43 del libro de Isaías de donde tomamos nuestro nombre; “Testigos de Jehova”, por lo tanto, es apropiado pensar que estas palabras están dirigidas a esos testigos que en un tiempo futuro serán humillados y necesitarán ser salvados y liberados. Siendo ese el caso, ¿Cómo aplica la Sociedad estos versiculos? De manera extraña no lo hacen, -Al menos no lo hacen en el último comentario-. La Sociedad solo comenta que Jehová perdona las trangresiones de los Cristianos, -de manera generalizada-. Sin embargo, por un análisis detallado nos damos cuenta que la profecía aplica a nosotros y no a la Cristiandad. Tampoco puede aplicar a ningún periodo de persecución que hayan sufrido los testigos en algún tiempo anterior.

Además, la gran salvación que Dios llevo a cabo con los Judíos del pasado al rescatarlos de Babilonia no ha tenido ningun paralelo moderno.-Hasta ahora-. El simple hecho que los testigos hayamos logrado diferenciarnos de las denominaciones de la Cristiandad no es producto de la caída de la Babilonia moderna. No es razonable pensar tal cosa.. La realidad es que Babilonia está más viva que nunca en este momento por todo el mundo y usa su considerable influencia política para dificultar nuestro trabajo.

Si estas profecías han de cumplirse verdaderamente con aquellos que son parte del pueblo de Jehová, entonces podemos afirmar que Dios aún no ha liberado a su pueblo de las cadenas de Babilonia; de hecho, ¡Ni siquiera hemos ido aún al cautiverio!

Pero, ¿Cómo es posible que la Sociedad Watchtower y los testigos en general sean subyugados por el imperio mundial de la religión falsa?

Como todos sabemos, el libro de Revelación nos muestra a Babilonia la Grande como a una ramera montada sobre una bestia salvaje color escarlata. Esta bestia representa al Octavo Rey DESPUÉS que el séptimo rey vuelve a la vida luego de haber recibido un golpe de muerte, lo cual ocurre durante la tribulación. Es después que la bestia revive cuando Jehová entrega a los príncipes transgresores de su santuario a sus enemigos y permite que su santuario sea desolado. Evidentemente, es durante el transcurso de un tiempo de guerra y después de la caída del imperio Anglo-Americano cuando la cosa repugnante se hará manifiesta y se plantará en el lugar santo de Jehová. Esto significa que cuando la cosa repugnante se plante donde no debe, Babilonia la Grande aún será una amenaza para nosotros. Con seguridad nuestro antiquísimo nemésis; la ramera llamada Babilonia la Grande, parecera haber triunfado sobre el reino de Jehová.

¡¡Qué humillación tan grande les espera a los testigos de Jehová!!

Sin embargo, ese es el precio que habremos de pagar por haber pecado contra el Dios Altísimo. Miqueas 7:8-10 da voz al humillado esclavo fiel de Dios en ese tiempo, cuando nos dice: “No te regocijes sobre mi, oh enemiga mía. Aunque he caído ciertamente me levantaré; aunque moro en la oscuridad, Jehová será una luz para mi. Me sacará a la luz, veré su justicia. El enfurecimiento de Jehová soportaré, -porque he pecado contra Él,-hasta que Él conduzca mi causa judicial y realmente ejecute justicia para mi. Me sacará a la luz, miraré su justicia, Y mi enemiga verá, y la vergüenza cubrirá a la que me decía: ¿Dónde está Él, Jehová tu Dios?. Mis propios ojos pondrán la vista sobre ella. Ahora ella llegará a ser un lugar de holladura, como el fango de las calles.”

Durante nuestra humillación parecerá ser que el último rey es superior a Jehová, el Dios Altísimo. Es por eso por lo que Daniel nos dice acerca del presuncioso Rey del Norte: “Y el rey hará según su voluntad y él se exaltará y se magnificará a sí mismo sobre cualquier otro dios; y contra el Dios de dioses hablará grandes cosas. Y tendrá éxito hasta el fin de la denunciación, porque esto es lo que se ha decidido.”

Aparentemente, el ver cuando la cosa repugnante se pare frente al lugar santo servirá como señal para que el pueblo de Jehová abandone a la Sociedad Watchtower, pues aparentemente para ese entonces ya habrá cumplido con su propósito. Pero, ¿Cómo, Por qué, Cuándo, Dónde? Esas preguntas son incontestables y no tienen importancia en este momento. Lo que es importante reconocer es que el servir a Jehová como sus testigos es una enorme responsabilidad y debemos aceptar todo lo que Jehová permita.

Sin embargo, una cosa es cierta: Si hemos de servir éxitosamente como sus testigos hasta el fin, y si hemos de experimentar una salvación como una que nunca ha ocurrido en la historia del mundo, será necesario que bebamos primero de la copa de la ira de Dios, tal y como nos lo dice el Salmo 60.

Oh Dios, tú nos has desechado,

Has irrumpido entre nosotros,

Te has enojado, debes restaurarnos.

Haz hecho que la tierra se meza, la has hendido

Sana sus brechas porque se ha tambaleado.

Has hecho que tu pueblo vea penalidad.

Nos has hecho beber vino que nos ha dado vértigo.

Has dado a los que te temen un seña

Para que huyan en zigzag a causa del arco.

A fin que tus amados sean librados,

Oh salva, sí, con tu diestra y respóndenos