Hemos avanzado ya 20 años en el siglo XXI. Al contemplar que han pasado tantos años y algunos incluso han alcanzado su vejez en este sistema de cosas, muchos se preguntan cuándo llegará el fin. ¿Podríamos esperar algo interesante este año? Aquí está la mirada de e-vigilante hacia el año 2020.
La mayoría de las personas creen que el mundo seguirá igual de manera indefinida. Es algo difícil de sacar de sus mentes. Incluso los fanáticos del juicio final, como los fanáticos del cambio climático que afirman que el planeta se verá inundado por el aumento del nivel de los mares en los próximos años a medida que se derritan todos los glaciares, tienen la esperanza de que todo mejorará si se hacen esfuerzos para lograr el cambio. Sin embargo, yo no espero que las cosas continúen de la misma manera.
Se acerca un día, un día de ajuste de cuentas. Es cierto que lo hemos estado esperando durante un largo tiempo y parece haberse retrasado. Las Escrituras incluso reconocen ese hecho: “Porque todavía falta para que llegue el tiempo fijado de la visión, y esta avanza rápidamente hacia su final, y no fallará. Aunque se retrasara, ¡mantente a la expectativa! Se cumplirá sin ninguna duda. ¡No llegará tarde!”. (Habacuc 2:3)
Desafortunadamente, la visión de Habacuc es una profecía que los testigos de Jehová no entienden correctamente. Nadie la comprende en realidad. Y, de hecho, ese mismo libro predice que nadie creería lo que en él se predice. Es demasiado impresionante para creerlo. Jehová nos dice lo siguiente en Habacuc 1:5: “¡Miren a las naciones y presten atención! Quédense mirando asombrados y boquiabiertos, porque en sus días ocurrirá algo que ustedes no podrán creer, aunque se lo cuenten.’’
La visión de Habacuc tiene que ver con el levantamiento del despiadado Caldeo y su asignación como el verdugo que ejecutará los juicios de Jehová. Él llevará a cabo un terrible saqueo y un gran genocidio a nivel mundial. Nada como eso ha sucedido antes. Muchos creen que solo se trata de teorías de conspiración absurdas.
Sin embargo, debemos ser claros en algo: Dios no causa genocidios. Sin embargo, él permite que hombres malvados tengan éxito en perpetrar sus planes malévolos si eso se ajusta a su propósito. El hecho de que exista una intención genocida es una realidad. Considere, por ejemplo, la “solución” del cambio climático. Si bien se presenta como una campaña impulsada por jóvenes para salvar el medio ambiente, los banqueros detrás del movimiento han revelado su intención de eliminar los créditos a las industrias basadas en el petróleo. Los ingenuos ambientalistas no parecen darse cuenta de que todo el sistema funciona con combustibles fósiles, sobre todo la producción y distribución de alimentos. Si se cortara deliberadamente el financiamiento a las industrias que producen fertilizantes, tractores diésel o incluso a los propios agricultores, ¿no sería eso un acto genocida?
Al echar un vistazo al mundo actual, nos damos cuenta de que varias cosas han salido a la luz y han tomado relevancia. La primera de ellas es que existe un “Estado profundo” y este ha revelado su mano oculta. Comenzando con la campaña presidencial de Donald Trump, ciertos agentes de la inteligencia estadounidense y británica trabajaron juntos para inventar y esparcir la mentira de que Trump era un instrumento de Rusia. Los grandes medios de comunicación solo han actuado como títeres que divulgan las mentiras y desinformación provenientes del Estado profundo. Mientras tanto, la vigilancia del Estado se ha convertido en parte de nuestra sociedad y no puede ser eliminada.
Si bien el golpe de estado disfrazado como un juicio político al presidente puede que no logre que lo destituyan de su oficina, la histeria de que Rusia intervino en las elecciones de 2016 — orquestada también por el Estado profundo alineado con Londres — ha logrado evitar que Trump normalice las relaciones con Rusia, lo cual era su intención. Tal como dijo el presidente en su campaña: “¿qué hay de malo en que haya relaciones pacíficas entre las superpotencias nucleares?” Aparentemente, mucho.
En segundo lugar, el Estado profundo y sus portavoces mediáticos, junto con académicos radicales, han puesto en marcha un plan para dividir a los estadounidenses en dos campos: uno de extrema derecha y otro de izquierda. El escenario está preparado para una guerra civil, la cual solo está esperando que una chispa la haga estallar.
Hay factores subyacentes que impulsan los planes de la élite. Uno de ellos es la quiebra del sistema financiero de Londres y China, principalmente la bancarrota del llamado sistema financiero transatlántico. Desde el colapso de 2008, los bancos centrales han estado tratando de mantener vivo el sistema con medidas extremas. Además del rescate inicial de decenas de billones, desde entonces los bancos centrales básicamente se han apoderado de los mercados de acciones y bonos, inyectando billones y billones en lo que se ha denominado la ‘’burbuja de todo”. Lo que eso significa es que no puede haber más rescates en el futuro. Las tasas de interés ya están puestas en cero e incluso son negativas. En los últimos meses, la Reserva Federal tuvo que respaldar al sistema bancario inyectando decenas de miles de millones de dólares todos los días en el mercado de reportos. Algunos días se han inyectado más de $100.000.000.000, solo para evitar que el sistema se congele.
Con la Reserva Federal y el Banco Central Europeo ejerciendo una titularidad casi total sobre el sistema económico y financiero, todo puede explotar sin previo aviso. Es seguro que en algún momento ocurrirá. Es cierto, nadie sabe el día ni la hora, pero el tiempo se acerca cada vez más y más.
El colapso del imperio monetario de Londres-Wall Street será el fin del sistema de estado-nación. Esa ha sido la intención del Imperio todo el tiempo. El dinero, o más bien la deuda que representa, es simplemente el medio para un fin. Al inducir a las naciones, corporaciones y hogares a que se llenen de dinero barato y deudas, el ‘’Caldeo” ya ha puesto en marcha los medios para esclavizar al mundo. Piense en “ejecución hipotecaria” y tendrá una idea de lo que le sucederá a la nación más grande que haya existido, la cual también tiene la distinción ignominiosa de ser la mayor deudora en la historia del mundo.
Aunque todo está a punto de explotar, actualmente el proyecto de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda de China está revolucionando el mundo. Como demostración del éxito de esta nueva revolución del país asiático, Xi Jinping ha declarado que tiene la intención de erradicar por completo la pobreza en China durante este año. Más de 500 millones de chinos han alcanzado un nivel de vida decente. Y ahora ese mismo programa se está implementando en el sur de Asia y África, donde los siglos de dominio de los amos europeos han impedido cualquier desarrollo real. Contraste eso con el empobrecimiento tan evidente en el continente americano y Europa. Cada vez más naciones están despertando ante el hecho de que el sistema angloamericano se encuentra en un estado decrépito, deteriorado y moribundo. Sin embargo, podemos estar seguros de una cosa: el Imperio no va a permitir que prevalezca la ascendencia de China. Tal es la naturaleza de la Bestia.
Este año seguramente será crítico. Habrá elecciones en los Estados Unidos y la élite gobernante ha dejado claro que a Donald Trump no se le permitirá otro mandato. El problema es que el presidente de los Estados Unidos posee un tremendo poder. Se espera que el fiscal general de la nación norteamericana comience las acusaciones penales en contra de figuras destacadas en el golpe de estado, lo cual provocará un enfrentamiento en el cual el ganador se llevará todo. Podría suceder que los globalistas se desesperen tanto por evitar que Trump gane la reelección, que se sientan obligados a detonar una crisis financiera antes de noviembre solo para destruir su presidencia. El potencial de que eso ocurra existe claramente. Si bien es imposible prever con detalles lo que ocurrirá exactamente en los próximos días o meses, seguramente este será un año tumultuoso. Añada a eso el Brexit y los tantos puntos de quiebre geopolíticos que se encuentran alrededor del mundo, que ante el más mínimo accionador pueden estallar y verá que es difícil imaginar que algo no suceda.
La Watchtower nos ha dicho que en algunos casos las profecías no se pueden entender por completo hasta que se cumplen, lo cual es realmente una confesión de que ellos carecen de discernimiento. Sin embargo, quizás este año proporcionará algo de claridad a esos visionarios que padecen de astigmatismo. ¿Les corregirá su visión este año 2020? Después de todo, cuando Jehová ejecute su juicio contra Egipto, eso será algo imposible de ignorar.
(Para más información acerca de Habacuc, la caída de los Estados Unidos y el sistema financiero, léase los capítulos 7, 13, 14 y 15 del libro Jehová Mismo Ha Llegado A Ser Rey en www.testigosdejehova.info)