PREGUNTA: Si la presencia de Cristo no comenzó en 1914 como enseñan los testigos de Jehová, ¿cómo podemos explicar la cronología que los testigos de Jehová usan para llegar a la conclusión que los últimos días comenzaron en 1914, es decir, los siete tiempos o 2520 días?
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Parece razonable creer que los siete tiempos tienen una aplicación más amplia que la de los siete años literales en los que Nabucodonosor fue destronado; ya que si no fuese así, ¿por qué usaría la biblia el término profético “tiempos” y no simplemente “años”?
Pero la cronología de los “siete tiempos” de la Watchtower se extrapola de otras cronologías y profecías y se basa en “los tiempos señalados de las naciones”, acerca de los cuales Jesús habló en relación con la desolación de Jerusalén y la conclusión del sistema de cosas. La Watchtower supone que los tiempos señalados para que las naciones pisotearan Jerusalén comenzaron cuando Nabucodonosor saqueó la ciudad sagrada cinco siglos antes de Cristo. Se piensa esto porque ambas profecías mencionan el término ‘’tiempos’’.
El error más notorio, al menos en mi opinión, es que cuando los discípulos le preguntaron a Jesús cuándo la reconstruida ciudad de Jerusalén y su templo iban a ser derribados de nuevo, su pregunta y su respuesta tenía que ver con la futura desolación y pisoteo de Jerusalén, no un tiempo designado que ya había comenzado siglos antes cuando Nabucodonosor saqueó originalmente Jerusalén. Los testigos de Jehová, sin embargo, ignoran este hecho.
Otra incongruencia de la interpretación es que Jesús habló de los tiempos señalados para que las naciones pisotearan a Jerusalén en relación con la cosa repugnante que se pone de pie en un lugar santo. Por lo tanto, es evidente que la cosa repugnante es la misma entidad política que la coalición de naciones a las que se les asigna un tiempo señalado para que huellen la ciudad santa de Dios, hecho que queda claro en el capítulo 7 de Daniel y el capítulo 11 de Apocalipsis. Sin embargo, la Watchtower no hace ninguna conexión, separando completamente los tiempos señalados en Lucas de su contexto inmediato con respecto a la desolación de Jerusalén por la cosa repugnante o “los ejércitos acampados” como se muestra en Lucas.
Para subrayar aún más la artificialidad de la interpretación de la Sociedad, el cuerpo gobernante afirma que la “Jerusalén” destinada a la desolación durante la próxima gran tribulación representa a la cristiandad, mientras que la “Jerusalén” unos versos más adelante en el mismo capítulo simboliza al reino de Judá y por extensión al reino mesiánico.
Sin embargo, cuando Jesús habló de la cosa repugnante que traerá desolación al lugar santo de Dios, Mateo aconseja al lector perspicaz consultar la profecía de Daniel, cuyo octavo capítulo predice que el santuario y el lugar santo del príncipe de los príncipes serán desolados por un rey de fiero semblante durante el tiempo del fin. En otra aparente contradicción, la Watchtower afirma que esto ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial, ¡más de 20 años después que el tiempo señalado para que las naciones pisotearan “Jerusalén” supuestamente hubo terminado!
Además, en lo que respecta al árbol del sueño de Nabucodonosor, la interpretación que Daniel le dio nos muestra que este representa al monarca babilonio. La razón por la cual el Altísimo se vio obligado a afirmar su soberanía sobre Nabucodonosor fue porque los caldeos habían conquistado la ciudad de Jehová y derrocado el reino de Judá que Dios había instituido.
Pero a pesar de todo, dado que el árbol con su cima en el cielo derribado por el observador angélico sin duda simboliza primordialmente el reino de Babilonia, ¿cómo es que la ramita del tocón de Jesé también brota del tocón de Babilonia? No hay nada en la profecía de Daniel que indique que el árbol inmenso pueda simbolizar al reino davídico, así como al rey de Babilonia.
Y aunque la lección sí es que Dios es el Soberano y puede nombrar al más humilde de la humanidad para gobernar, cómo Él lo quiera, y ciertamente Jesús califica al ser de genio apacible y humilde de corazón, Dios originalmente demostró su poder en este asunto cuando devolvió a Nabucodonosor su trono, después de haber sido degradado y humillado durante los siete tiempos de su locura bestial. Y no sólo eso, sino que Dios maniobró todo para que el judío exiliado – el humilde esclavo, Daniel – fuera exaltado y se convirtiera en el tercer gobernante de todo el reino. Pero, ciertamente, en última instancia, el Reino será dado a los santos del Supremo.
Sin embargo, la pregunta es, si los siete tiempos no deben ser entendidas de la manera en que la Watchtower los ha presentado, entonces, ¿qué significado tienen?
Pero, antes de considerar la posible respuesta a esa pregunta, considere primero otra pregunta más: ¿Cómo podría la directiva de los testigos de Jehová estar tan profundamente equivocada acerca de algo tan vitalmente importante como el regreso de Cristo? La respuesta bíblica a esa pregunta puede ayudarnos a entender por qué los enigmáticos siete tiempos pueden prestarse tan fácilmente a erróneas interpretaciones.
ACERCA DE LA PRESENCIA DE NUESTRO SEÑOR
‘’Sin embargo, hermanos, tocante a la presencia de nuestro Señor Jesucristo y el ser nosotros reunidos a él, les solicitamos que no se dejen sacudir prontamente de su razón, ni se dejen excitar tampoco mediante una expresión inspirada, ni mediante un mensaje verbal, ni mediante una carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día de Jehová esté aquí. Que nadie los seduzca de manera alguna, porque no vendrá a menos que primero venga la apostasía y el hombre del desafuero quede revelado, el hijo de la destrucción. ’’
En 2 Tesalonicenses capítulo dos, Pablo predijo la presencia de un hombre de desafuero antes de la manifestación de Jesús, que sería capacitado por Satanás el Diablo para ejecutar una operación contra el pueblo de Dios y mediante ella convencerlos que la parusía de Jesús ya había comenzado y que el día de Jehová estaba aquí. Pablo advirtió que habría declaraciones oficiales y cartas escritas, como si los mismos apóstoles hicieran estas inmodestas afirmaciones. Y Pablo continuó diciendo: ” Por eso Dios deja que les vaya una operación de error, para que lleguen a creer la mentira, a fin de que todos ellos sean juzgados por no haber creído la verdad, sino haberse complacido en la injusticia.’’
Así, Dios permite que una influencia engañosa engañe a su pueblo para que ellos crean la mentira. ¿Cuál es esa ‘’mentira”? Según el contexto, la mentira consiste en que la parusía ya ha comenzado y el día de Jehová está aquí, algo que la Watchtower ha anunciado desde antes de 1914. (Hasta alrededor de 1930 la Watchtower sostuvo que la parusía comenzó en 1874.)
El hecho de que Dios permita que el engaño avance es significativo.
Para ilustrar este punto, considere la absurda doctrina de la Trinidad por un momento. Juan 1: 1 es la piedra angular de la creencia de que Jesús es Dios. Obviamente, el omnisapiente Jehová sabía que Satanás movería a los hombres a traducir el verso a otros idiomas de manera que dijera: “Y el Verbo era Dios.” Por supuesto, Dios pudo haber hecho que Juan escribiera este versículo de manera diferente para que no fuera tan fácilmente malinterpretado. Pero obviamente Él no lo quiso así. Dios es muy considerado. Él permite que la mentira prime sobre todos los que no desean conocerlo. Si la gente desea creer en las mentiras de Satanás, Dios les provee graciosamente la justificación bíblica, por pobre que sea.
Sin embargo, para ser claros, la mentira de 1914 no es tan perniciosa como las innumerables mentiras patrocinadas por las iglesias, que impiden que una persona conozca las verdades más simples sobre Dios, su carácter y propósito.
Sin embargo, “la mentira” que Dios permite, tiene la intención de poner a prueba a los incrédulos durante la venida de Cristo. Piense en ello: ¿Qué van a hacer los testigos de Jehová cuando estalle la tercera guerra mundial, acompañada de escasez de alimentos y pandemias globales? ¿Van a aceptar el hecho que la Watchtower ha promovido una mentira y los ha engañado? Y si la Watchtower se niega a reconocer el engaño y lo hace más colosal durante la presencia real, quizá convirtiéndose en la fuente de mensajes aún más engañosos, afirmando que Cristo está en el desierto o que Cristo está en los aposentos interiores, ¿le seguirán creyendo? Aquellos que se aferren al espejismo o cuya fe sea arruinada por completo, en efecto, se negaran a aceptar a Cristo. Es entonces cuando las palabras del Señor Jesús se harán realidad: “a muchos se les hará tropezar, y se traicionarán unos a otros y se odiarán unos a otros. Y muchos falsos profetas se levantarán y extraviarán a muchos; y por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte. ’’
Es por eso que Dios permite esa influencia engañosa, de la cual la aplicación arcaica de los siete tiempos es sin duda el fundamento. Tengo la convicción de que la profunda creencia errónea de que Cristo vino en 1914 es la base subyacente para una sacudida masiva entre los testigos de Jehová durante el período de crisis venidero. En esencia, la Watchtower es cómplice en ocultar los juicios de Jehová de sus testigos hasta el momento en que sean revelados desde el cielo.
Ahora, en cuanto a si los siete tiempos tienen alguna relevancia más allá de los siete años de la locura de Nabucodonosor, la respuesta más probable es sí.
Ciertamente, todos los dramas ocurridos en Babilonia y registrados en el libro de Daniel tienen significado profético. Eso incluiría el drama que implicaba la imagen de oro y los tres hebreos que fueron echados en el horno de fuego, Daniel siendo arrojado a la guarida de los leones y emergiendo ileso, la escritura enigmática en la pared y la aparición de entidades espirituales materializadas similares a Cristo que iluminaron a Daniel, prefigurando la transfiguración y la parusía. Seguramente esos eventos son lo que la Sociedad ha denominado apropiadamente dramas proféticos.
Tomados juntos, los dramas y profecías presentados en Daniel revelan varios aspectos de los acontecimientos que conducirán a la venida de Cristo y el triunfo final de los santos en la conclusión. ¿Por qué debería ser la excepción la profecía del árbol? Pensar así no es razonable.
Eso nos lleva a otra característica común de las profecías de Daniel, las cuales armonizan con muchas otras profecías en los Salmos y Revelación que tienen que ver con el tumulto resultante de la caída repentina de las principales naciones del mundo, eventos que coinciden con la llegada de Cristo y el comienzo del día del juicio. La tala y la regeneración del árbol simbólico complementa esos otros destellos del futuro.
Para ilustrar el punto, el séptimo capítulo de Daniel predice la aparición de un cuerno pequeño que humillará a tres reyes. (Como Nabucodonosor fue humillado.) El octavo capítulo anuncia un rey de fiero semblante que llevará a los poderosos de la tierra a la ruina durante el tiempo del fin. (Como la majestad de Nabucodonosor fue llevada a la ruina.) El capítulo 13 de Apocalipsis retrata la matanza de una de las cabezas de la bestia que luego se recupera. (Tal como Nabucodonosor fue asesinado figurativamente y resucitado para continuar su gobierno.)
Y cada una de las profecías mencionadas también tiene cronología adjunta a ellos.
Hay también una semejanza notable entre el árbol que llega al cielo que simboliza a Nabucodonosor y el cedro egipcio imponente – también llamado asirio – ya que el lenguaje que describe a ambos es casi idéntico. Puede ser que el tronco que se regenera coincida con el resurgimiento de la bestia después de su herida mortal y el ascenso del octavo rey. Después de todo, como sabemos, Babilonia, Asiria, Egipto y el moderno imperio angloamericano forman parte del mismo aparato bestial y político que finalmente dará lugar al último rey a quien Cristo aniquilará. En otra parte de las profecías, el último rey es representado como el caldeo.
En cuanto a los siete tiempos, tenga en cuenta que el rollo de Daniel está sellado hasta el tiempo del fin, el cual es futuro.
Por lo tanto, aunque es posible decir lo que no es cierto por no tener armonía con la profecía y la realidad relacionadas, como las interpretaciones de la Watchtower de Daniel, no es posible en este momento que alguien diga con 100% de certeza cuál es la verdadera interpretación. El significado de los siete tiempos puede ser una de las cosas que Dios ha mantenido en secreto. (Isaías 48: 6)
Ciertamente, una interpretación de los siete tiempos que no adivine el día y la hora esotéricos del regreso de Jesús no es tan cautivadora como la de la Watchtower, pero ¿quién quiere ser cautivado por una ilusión inspirada por Satanás?