Este es un análisis de la edición de estudio de la Atalaya de de noviembre de 2013
La parte principal del material de la Watchtower presenta un relato informativo de los acontecimientos históricos que condujeron a la invasión de Judá por los asirios bajo su rey Senaquerib.
El artículo señala que el rey de Israel unió sus fuerzas con Siria y tuvo la intención de destruir al rey de Judá y lo más probable es que haya querido eliminar así el linaje real de David y la línea ancestral del Mesías.
Sin duda los israelitas eran simples peones de un esquema satánico para descarrilar el propósito de Jehová de producir un rey mesiánico en algún momento en el futuro. Después de todo, la palabra hebrea traducida como “Satanás” significa resistidor u opositor. Todo lo que hace el Diablo está motivado por su oposición al establecimiento del reino de Dios.
Pero como es típico de la Sociedad Watchtower, su interpretación de la profecía no es tan buena como su presentación de la historia bíblica. De hecho, es engañosa. ¿De qué manera?
Consideremos los comentarios que hace el artículo de la Atalaya con respecto al significado de Miqueas 5: 5 bajo el subtítulo “Lecciones Para Nosotros’’:
“¿qué “arma secreta” levantaría Jehová contra “el asirio”, ese implacable enemigo? Una muy poco común: ¡“siete pastores, sí, ocho adalides”! (Miq. 5:5.) Los pastores y adalides (o “príncipes”, LBLA) de este ejército tan débil en apariencia son los ancianos de congregación (1 Ped. 5:2). Hoy Jehová ha proporcionado gran abundancia de hombres espirituales para pastorear a sus valiosas ovejas, para fortalecer a su pueblo ante el futuro ataque del “asirio” moderno. La profecía de Miqueas declara que ellos “pastorearán la tierra de Asiria con la espada” (Miq. 5:6). En efecto, entre “las armas de [su] guerrear” se halla “la espada del espíritu”, la Palabra de Dios. ’’
El texto original encontrado en la traducción del nuevo mundo es ‘’adalid’’. Sin embargo, el artículo hace referencia a la Biblia de las Américas porque utiliza la palabra príncipes en vez de adalides. Tal vez esto se hizo para darle un significado más claro a la palabra.
Sea cual sea el caso, no es que ‘adalid” sea un término inaceptable en español. La palabra adalid significa líder de un ejército o un movimiento, y este líder puede o no ser un príncipe.
Pero, es digno de mención que en la TNM la palabra “príncipes”, es más común que la palabra ‘’adalides’. Y es aún más importante que la palabra “príncipes” se use en la profecía para describir a los hijos ungidos del Rey. Por ejemplo, en Daniel 8:25 la TNM utiliza la expresión “Príncipe de príncipes”.
Sin embargo, la Watchtower afirma erróneamente que el “Príncipe” es Jehová, mientras que las profecías de Daniel muestran a Cristo conquistando al último rey de varias maneras, bajo diferentes formas: como el Hijo del hombre, el Príncipe de los príncipes y Miguel, el gran príncipe. Pero, los príncipes, en plural, en esa profecía son obviamente los mismos santos que el rey de fiero semblante lleva a la ruina.
Pero la pregunta es, ¿son realmente los príncipes o adalides a los que se refiere Miqueas los ancianos de la congregación, como afirma la Watchtower? ¿Y empuñan simplemente la espada metafórica del espíritu, o algo más? Y si los adalides simbólicos son en realidad ancianos cristianos, ¿de qué manera son un “arma secreta”?
Siempre es una buena idea familiarizarse con el contexto de cualquier pasaje citado. En este caso por favor lea todo el capítulo cinco de Miqueas.
En pocas palabras, la profecía se extiende desde el momento del ataque asirio contra Judá, a través del nacimiento del Mesías en Belén, aludiendo a su muerte tortuosa (siendo golpeado en la mejilla) y continúa hasta el reinado del gobierno celestial y el fin del entero sistema del Diablo, lo cual es mencionado en el último versículo del capítulo cinco: ” Y en cólera y en furia ciertamente ejecutaré venganza sobre las naciones que no han obedecido. ’’
Asiria tiene relevancia para el tiempo de la vuelta de Cristo por el hecho de que el reino Asirio comprende una de las cabezas de la bestia de siete cabezas de Apocalipsis. Debido a que sólo hay una bestia política que ha estado en existencia durante varios miles de años, la cual Satanás ha usado para oponerse al propósito de Jehová en la tierra, y el octavo rey brota de los siete, dependiendo del contexto, el asirio también puede tipificar al último reino en su oposición al reino venidero de Cristo. Además, Jesús fue muerto por el mismo aparato bestial, que en ese entonces se manifestaba como el Imperio Romano. Por lo tanto, es por esa razón que es apropiado colocar el ataque al Mesías en el contexto de la invasión de Asiria, ya que el conflicto ha estado en curso durante siglos y sólo alcanzará un final cuando llegue la conclusión del sistema de cosas.
Debido a que Cristo surgió de Israel, al menos en la carne, e Israel también es conocido como Jacob, y los ungidos son hermanos espirituales de Cristo, ellos también son conocidos como Jacob, aunque solo un pequeño número del remanente sean verdaderos judíos.
Ahora consideremos el contexto.
Los versículos iniciales del capítulo 5 hacen referencia a la “hija de una invasión”. Y se profetiza que la hija de una invasión dará a luz un hijo: ” Por lo tanto, él los cederá hasta el tiempo en que la que da a luz realmente dé a luz. Y los demás de sus hermanos volverán a los hijos de Israel. ’’
El pronombre “él” se refiere al Mesías, “el gobernante de Israel”, ” cuyo origen es de tiempos tempranos, desde los días de tiempo indefinido’’.
Aunque el versículo dos se refiere al lugar de nacimiento terrenal de Jesús, la hija sitiada que ha de dar a luz no es la madre humana de Jesús. Es la mujer simbólica que da a luz la semilla. Ese nacimiento se relaciona con el nacimiento del reino que se muestra en el capítulo 12 de Apocalipsis, que también revela a una mujer que da a luz mientras está bajo asedio por el Diablo.
“El resto de sus hermanos” que han de regresar al pueblo de Israel son los “restantes de la descendencia de ella” (la mujer), como se muestra en Apocalipsis 12:17. Esa expresión, “los restantes de Jacob” es mostrada dos veces en el capítulo 5 de Miqueas. Los versículos 7-8 dicen:
“Y los restantes de Jacob tienen que llegar a ser en medio de muchos pueblos como rocío de Jehová, como chaparrones copiosos sobre vegetación, que no espera en el hombre ni aguarda a los hijos del hombre terrestre. Y los restantes de Jacob tienen que llegar a ser entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como un león entre las bestias de un bosque, como un leoncillo crinado entre hatos de ovejas, el cual, cuando realmente pasa a través, ciertamente huella así como también despedaza; y no hay libertador’’.
Cualquier lectura sensata de este capítulo conecta a los siete adalides de la humanidad con “los restantes”. ¿Se pueden comparar a los ancianos de los testigos de Jehová a un león entre rebaños de ovejas que “huella y despedaza” sin libertador? ¿Se les puede llamar a los ancianos “hermanos” de Cristo?
¿Cuál es, entonces, el significado de esta profecía? ¿Son los apacibles hijos del reino más comparables a “un león entre las bestias de un bosque”?
Esta porción de profecía representa algo extraordinario, algo de lo que la Watchtower no tiene idea, algo que Jehová ha mantenido en reserva, que la TNM llama apropiadamente “cosas mantenidas en reserva”, las cuales serán reveladas en el “tiempo presente”, es decir, durante la revelación de Cristo, cuando el sagrado misterio de Dios es llevado a una magnifica culminación, como lo expresa la Watchtower.
La revelación de Cristo coincide con la revelación de los hijos de Dios, acerca de la cual Pablo escribió en el capítulo 8 de romanos. ¿Qué es la revelación de los hijos de Dios? Tenga la seguridad de que es algo más que maravilloso. Tenga en cuenta lo que Pablo escribió a los Colosenses, diciendo a los ungidos por Dios: ” Porque ustedes murieron, y su vida ha sido escondida con el Cristo en unión con Dios. Cuando el Cristo, nuestra vida, sea puesto de manifiesto, entonces ustedes también serán puestos de manifiesto con él en gloria”.
Incluso con todas las tonterías que afirman que Jesús volvió invisiblemente en 1914, ni siquiera la Watchtower es tan irrazonable como para afirmar que Jesús ya ha sido manifestado. Y podemos estar seguros de que la manifestación del glorioso Príncipe de los príncipes no será un acontecimiento común. Siendo así, ¿qué implica la manifestación de los que están en unión con Cristo, o la revelación de los hijos de Dios, tal como es llamada también? La manifestación de los hijos del reino también debe ser un fenómeno sobrenatural. Los que están ocultos en Cristo son las armas secretas. Serán una bendición para los amigos de Dios y una perdición para los enemigos de Jehová.
Jesús se refirió a este fenómeno cuando dijo: ” En aquel tiempo los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, escuche. “
La Sociedad no concede ninguna importancia particular al hecho que los justos resplandezcan tan brillantemente como el sol en el reino de Dios. Suponen que sólo tiene que ver con que vayan al cielo. En verdad, no tienen oídos para escuchar. Jesús incluso aludió a su condición de sordos y ciegos en el capítulo 13 de Mateo, donde citó a Isaías, de lo cual se infiere que pasaje aplica al pueblo de Dios durante la siega final.
(Los asuntos relacionados con la manifestación de Cristo y los hijos del reino han sido explorados a fondo en numerosos artículos, como La Presencia Visible de Cristo y La Revelación de Cristo y los dos Testigos, y otros titulados de manera similar).
En realidad, la venida de Cristo será una gran sacudida. Se desencadenará un torrente de persecución sobre el remanente ungido y dividirá en dos grupos a la Sociedad Watchtower. ‘’ En ese momento, las instrucciones que reciban de la organización de Jehová quizás no les parezcan aconsejables desde un punto de vista estratégico o humano. Pero todos nosotros debemos estar listos para obedecer todas las instrucciones que se nos den, nos parezcan o no prácticas, pues obedecerlas nos salvará la vida. ‘’
Ese es el escenario en el cual las palabras de Cristo se cumplirán cuando dijo que ‘’muchos tropezarán y se traicionarán unos a otros y odiarán unos a otros’’, como resultado de su incapacidad de ver más allá de la influencia ilusoria de la doctrina de 1914 de la que fueron víctimas. Y así como el reino apóstata israelita unió fuerzas con Siria y como Judas encontró una causa común con los enemigos de Jesús cuando el Pastor fue golpeado, podemos esperar que el núcleo apóstata de la Sociedad Watchtower renuncie al dueño que los compró y traicione a los verdaderos hijos del Reino.
Esto explica por qué la Watchtower obviamente malinterpreta el capítulo cinco de Miqueas y desea convencer a los testigos de Jehová de que los ancianos bajo la autoridad de Betel servirán de guías durante el gran día de Jehová. ¡Es una trampa!
El artículo continúa subrayando que los ancianos darán instrucciones provenientes del Cuerpo Gobernante que salvarán la vida de las ovejas.
“Cuando “el asirio” ataque, los ancianos tendrán que estar totalmente convencidos de que Jehová nos librará. En ese momento, las instrucciones que reciban de la organización de Jehová quizás no les parezcan aconsejables desde un punto de vista estratégico o humano. Pero todos nosotros debemos estar listos para obedecer todas las instrucciones que se nos den, nos parezcan o no prácticas, pues obedecerlas nos salvará la vida. ’’
Pero la verdad es que, al venir de Cristo, todos los testigos de Jehová tendrán que aceptar a Jesús fuera de la autoridad de la Watchtower, así como Pablo señaló que los cristianos tenían que salir del campamento para comunicarse con Cristo. Así como el sistema judío había servido como un tutor a Cristo, pero se convirtió en una trampa para los que no dejaron atrás, la Watchtower se convertirá en el profético “pastor que nada vale”, predicho en Zacarías, cuya aparición acompaña el golpe que se le da al pastor.
¡No pastorearán al “asirio” con la espada del espíritu, sino con la espada de la guerra! ¿No utilizó Jesús terminología muy similar en Apocalipsis capítulo 2, cuando habló de los elegidos que pastorearán a las naciones con una vara de hierro? Esto es lo que Jesús dijo: “Y al que venza y observe mis hechos hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones, y pastoreará a la gente con vara de hierro, de modo que serán hechos pedazos como vasos de barro, como lo que he recibido de mi Padre, y le daré la estrella de la mañana. El que tenga oído, oiga lo que el espíritu dice a las congregaciones’. ’’
Además, en el capítulo 19 de Apocalipsis, la misma frase se usa cuando Cristo destruye las naciones. En esa escena los ejércitos del cielo están siguiendo a la Palabra en batalla usando la espada. Así que, obviamente, los siete príncipes simbólicos que pastorean a las naciones con espada no son un ejército terrenal de ancianos, sino un ejército celestial de inmortales hijos de Dios, un ejército de cristos, que matarán a la bestia y matarán a los enemigos del Reino.
Pero antes de que los restantes sean martirizados y cambiados en un abrir y cerrar de ojos de carne a espíritu, (¿no dice el pasaje que el arma de Dios no es de carne?) Son como leones entre corderos. ¿En qué sentido?
Después de ser castigados y refinados, Dios derramará su espíritu sobre sus hijos como nunca antes, para que los escogidos se conviertan en Sansones espirituales, intrépidos e indomables en dar un testimonio final al mundo de Satanás. Este fenómeno es lo que se predijo en Joel y está simbolizado en Apocalipsis por los dos testigos. Es lo que representa el ejército de Abadón cuando es liberado del abismo y sale a picar a los condenados.
¿No predijo Jesús que sus elegidos estarán delante de reyes y gobernadores y nadie podrá disputarlos, porque el espíritu santo hablará por medio de ellos? Es este último testimonio, que será dado fuera de la autoridad de la Sociedad Watchtower, acompañado del milagro de la manifestación de los elegidos, lo que será la base de los “informes” que conducen al rey del norte, el asirio, a salir ‘’en gran furia para aniquilar y dar por entero a muchos a la destrucción’’ y lo llevan a una confrontación directa con Miguel, el gran príncipe y pastor de la humanidad.