Existe una expectativa general en el mundo, especialmente en las llamadas “naciones desarrolladas”, de que las condiciones de vida continuarán mejorando, que la próxima generación será mejor que la anterior. Así ha sido durante muchas generaciones. Solo que ahora ese ya no es el caso. La civilización se está fracturando. Está siendo destruida intencionalmente.
La misma mentalidad existe también entre los testigos de Jehová. La Watchtower ha cultivado hábilmente la expectativa de que la organización marchará hacia una gloria cada vez mayor. ¿Cómo podría fallar si Jehová está guiando el camino?
El tema de la “asamblea” regional en línea de 2022, “Busquen la paz”, refuerza esa expectativa. La actitud prevaleciente proyectada por los líderes parece ser el cumplimiento de la profecía de Jeremías acerca de los profetas y sacerdotes de quienes Jehová dice: “desde el menor hasta el mayor, todos sacan beneficio de manera deshonesta; desde el profeta hasta el sacerdote, todos cometen fraude. Y tratan de sanar superficialmente las heridas de la hija de mi pueblo diciendo ‘¡Hay paz! ¡Hay paz!’, cuando no hay paz” (Jeremías 8:10, 11).
Jesús predijo un colapso total y absoluto entre los que profesan ser cristianos. Entre otras cosas, durante el tiempo del fin, Cristo predijo estos sucesos impactantes: “Y entonces muchos perderán la fe, se traicionarán unos a otros y se odiarán unos a otros. Aparecerán muchos falsos profetas que engañarán a mucha gente y, al aumentar la maldad, se enfriará el amor de la mayoría” (Mateo 24:10-12).
El “aumento de la maldad” no tiene nada que ver con estadísticas delictivas. La versión antigua de la TNM utilizaba el término “desafuero” en lugar de “maldad”. El término desafuero se usa en la Biblia para referirse a la hipocresía de parte de aquellos que afirman reverenciar a Dios. El aumento de este es evidente entre los “profetas” y “sacerdotes” de Betel, cuyo último fraude se está perpetrando contra todas las congregaciones de los testigos de Jehová, quienes por orden expresa de la Watchtower ya no pueden mantener un fondo de operaciones en su salón del Reino para cubrir sus gastos.
Además del hecho de que cientos de congregaciones ya han sido desalojadas de los salones del Reino que construyeron y dedicaron a Jehová, ahora los señores de la casa de Dios, también conocida como Betel, han ordenado a los ancianos que cierren las cuentas bancarias de su congregación y envíen todo el dinero al tesoro del Reino. Si las congregaciones locales necesitan dinero para reparaciones o lo que sea, tendrán que pedirlo, como niños que piden una mesada.
Indudablemente, los asesores de negocios de Wall Street que orientan a la Watchtower les han explicado cómo pueden maximizar las ganancias reuniendo las cuentas de las decenas de miles de fondos operativos de las congregaciones. Casi se puede escuchar a esos asesores financieros señalarles a los estafadores de Betel que los millones de dólares estacionados en efectivo aquí y allá apenas generan intereses en estos días, mientras que invertir el dinero con los profesionales de Wall Street puede generar muchas más ganancias. Igual, todo es por el Reino, ¿no? ¿Qué podría salir mal? Con suerte, al menos protegerán sus miles de millones a corto plazo antes de que vean como toda esa montaña de dinero se viene abajo estrepitosamente y desaparece en un abrir y cerrar de ojos cuando comience el juicio.
En vista del colapso inminente de este sistema y el inevitable y total quebrantamiento del espíritu entre aquellos que siguen con adoración al Cuerpo Gobernante, podemos observar que el escenario ya está preparado. Ahora, veamos lo que nos dice el salmo 12 de David: “Sálvame, oh, Jehová, porque el leal ya no existe; los fieles han desaparecido de entre los hombres. Se mienten unos a otros; usan sus labios para halagar y hablan con un corazón engañoso” (Salmo 12:1, 2).
En este contexto, cuando el salmo menciona a “los fieles” se refiere a personas que en un tiempo le fueron fieles a Jehová, pero que dejaron o dejarán de hacerlo. ¿Cómo lo sabemos? Bueno, para que una persona deje de ser fiel o leal, primero tuvo que haberlo sido, ¿no? Y ¿a quién le habrían sido leales sino a Dios?
Dada la infidelidad que ha mostrado el Cuerpo Gobernante, exhibida recientemente a través de su insistencia en que todos los Testigos se pusieran las “vacunas” contra el COVID y su insinuación engañosa de que Jehová le había indicado secretamente a los sumos sacerdotes de Betel que estas inyecciones de ARNm procedían de la misma fuente celestial que el maná que una vez Jehová le proveyó a los israelitas en el desierto, podemos ser testigos del cumplimiento del salmo que estamos analizando.
El salmo continúa diciendo: “Jehová eliminará todos los labios aduladores y la lengua que hace grandes alardes, a los que dicen: ‘Con la lengua venceremos. Usamos nuestros labios como queremos; ¿quién será nuestro amo?’” (Salmo 12:3, 4).
¿No han hecho grandes alardes los portavoces de la organización? Ellos afirman presidir un paraíso espiritual donde no existe el mal.
Stephen Lett podría ser considerado el portavoz del cuerpo de jactanciosos. Una vez dijo mostrando cierto enojo ante la cámara de la adoración matutina: “A nadie le importan más los niños que a la organización de Jehová”. ¿Es en serio? Sin duda alguna, el Sr. Lett conoce la base de datos de 23.000 pedófilos conocidos que guarda la organización y los millones de dólares que Betel ha pagado en honorarios de abogados y acuerdos extrajudiciales. ¿Por qué fingir que Jehová no está al tanto de los miles de niños que han sido violados y maltratados bajo su tutela? ¿O en su arrogancia, suponen que Jehová no se preocupa por los niños?
Es obvio que la directiva de la Watchtower imagina que vencerá con su lengua. Todo lo que tienen que hacer es seguir hablando. ¿Quién les pedirá cuentas alguna vez?
“‘Por la opresión de las personas que sufren, por los suspiros de las personas pobres, me levantaré y actuaré’, dice Jehová. ‘Las salvaré de quienes las tratan con desprecio’” (Salmo 12:5).
El Cuerpo Gobernante se ve a sí mismo como el “maestro” y todos sus seguidores comunes son considerados “aprendices”, términos utilizados en la masonería. No hay nada que algún publicador humilde o incluso un anciano pueda hacer al respecto. El desprecio de los “maestros” pudo verse por completo en los llamados informes del Cuerpo Gobernante durante el verano de 2021, cuando los testigos de Jehová fueron reprendidos por creer en teorías de conspiración sobre los peligros de las mal llamadas vacunas contra el COVID. Los ancianos que se atrevían a expresar cualquier opinión que no estuviera de acuerdo con lo que decía el Cuerpo Gobernante eran despreciados como desleales a Jehová y amenazados con acciones judiciales si no se callaban.
No tengo ninguna duda de que el escenario ahora está listo para que Jehová se levante y actúe. De eso se trata la venida de Cristo al templo. Veremos cómo los que utilizan su lengua para engañar o hacer alarde no serán capaces de resistir la espada larga que sobresaldrá de la boca de Cristo: “Ahora me levantaré —dice Jehová—, ahora me enalteceré; ahora me engrandeceré. Ustedes conciben hierba seca y dan a luz rastrojo. Su propio espíritu los consumirá como un fuego. Y los pueblos llegarán a ser como las quemas de cal. Les prenderán fuego como a espinos cortados. ¡Ustedes, los que están lejos, escuchen lo que voy a hacer! ¡Y ustedes, los que están cerca, reconozcan mi poder! Los pecadores de Sion están aterrados; los apóstatas tiemblan de miedo: ‘¿Quién de nosotros puede vivir donde hay un fuego voraz? ¿Quién de nosotros puede vivir con llamas que no se apagan?’” (Isaías 33:10-14).
La Watchtower ha enseñado las verdades básicas que las iglesias de la cristiandad habían ocultado y tergiversado. Sin embargo, Jehová le ha permitido a Satanás que se siente a la mesa, por así decirlo. Tal como se le permitió a Judas Iscariote sentarse en la misma mesa en la que celebraban la Pascua Jesús y los once. Según el profeta cristiano Pablo, se permite que el Diablo ejerza una influencia engañosa sobre los que conocen la verdad básica para probar su amor por la verdad. ¡Que empiece esa prueba!
Las personas fieles pueden desaparecer y los leales convertirse en traidores, pero Dios siempre permanecerá fiel. La palabra de Dios es como plata refinada: preciosa, duradera y confiable. Por lo tanto, que los malvados hagan lo que quieran. Que digan lo que quieran. Pero recuerde que Jehová tendrá la última palabra.
“Las palabras de Jehová son puras; son como plata refinada en un horno de barro, purificada siete veces. Tú las custodiarás, oh, Jehová; tú protegerás a cada una de ellas a partir de esta generación y para siempre. Los malvados andan a sus anchas por todas partes porque los hijos de los hombres promueven la depravación” (Salmo 12:6-8).