La santificación del santo nombre de Dios y la vindicación de su soberanía son de  máxima importancia universal. Los intereses personales de Jehová son supremos. La salvación humana es menos importante en el cumplimiento del propósito de Dios. Los testigos de Jehová saben bien que esto es cierto.

Con ese fin, el antiguo libro profético de Ezequiel contiene los juicios que serán revelados en el futuro, con los cuales Jehová  pondrá las cosas en su sitio de una vez para siempre en lo que tiene que ver con la cuestión de su derecho a gobernar, la rectitud de sus normas y así santificará su nombre para siempre.

No importa que los estudiosos formados en la cristiandad hayan borrado el nombre distintivo de Dios de sus Biblias. Más que cualquier otro libro de profecías, Ezequiel hace hincapié en cómo la revelación de los juicios de Dios será para  las naciones de nuestro mundo moderno una poción amarga; obligándolos a saber que él es Jehová, así como está escrito en Ezequiel: “Las naciones tendrán que saber que yo soy Jehová.”

Pero tal como Ezequiel 9: 6 establece, el juicio de Dios comienza primeramente por el lugar santo, el santuario de Dios; empezando por los sacerdotes del pacto y ancianos de Jerusalén y en última instancia, con toda la casa de Israel, exiliados y residentes forasteros incluidos.

Debido a que los testigos de Jehová llevan el nombre personal de Dios ante el mundo, como lo hizo la típica casa de Judá que cayó bajo el juicio de Dios hace dos milenios y medio, y el hecho que los cristianos ungidos están en una relación pactada con Jehová, al igual que los judíos en los días de Ezequiel, entonces los testigos de Jehová son los primeros que deberán saber que él es Jehová, en contraposición a las naciones. Por eso se dice a lo largo de la profecía de Ezequiel en muchos lugares: “Y ustedes tendrán que saber que yo soy Jehová” – “ustedes”-, es decir el pueblo de Dios.

¿Cómo vendrá y por qué es necesario? La siguiente es una consideración interpretativa de Ezequiel, capítulos 14 a 16.

ATRAPANDO A LA CASA DE ISRAEL POR SU CORAZÓN

Después de la denuncia de los profetas estúpidos y eventualmente causando que su muro encalado  caiga a tierra, Jehová entonces ordena a Ezequiel  decir a los ancianos de los exiliados: “Hijo del hombre, en cuanto a estos hombres, han hecho subir sus ídolos estercolizos sobre su corazón, y el tropiezo que causa su error lo han puesto enfrente de sus rostros. ¿Acaso de modo alguno me dejaré inquirir de ellos? Por lo tanto, habla con ellos y tienes que decirles: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “A absolutamente cualquier hombre de la casa de Israel que haga subir sus ídolos estercolizos sobre su corazón, y que coloque enfrente de su rostro el mismísimo tropiezo que causa su error, y que realmente venga al profeta, yo, Jehová, ciertamente me dejaré llevar a responderle en el asunto según la multitud de sus ídolos estercolizos, con el fin de atrapar a la casa de Israel por su corazón, porque se han retirado de mí por medio de sus ídolos estercolizos… todos ellos”’

“Estos hombres” a los que a Ezequiel se le ordenó dirigirse eran los exiliados en Babilonia, donde Ezequiel también residía. Ellos fueron retirados geográficamente lejos del centro religioso judío en Jerusalén y el templo corrompido lleno de una multitud de ídolos e imágenes repugnantes. Sin embargo, a pesar de que los exiliados en Babilonia ya no habitaban en Judá, ni participaban personalmente en el culto idólatra llevado a cabo allí, ellos también se enfrentarían al juicio de Dios. Esto se debe a que todavía eran idólatras de corazón. Aunque no era algo a la vista, el corazón de ellos ‘’ se había retirado’’ de Jehová ‘’ por medio de sus ídolos estercolizos”. Esto significaba que eran apostatas en su corazón.

Los Diez Mandamientos prohibían explícitamente la idolatría y la adoración falsa de cualquier tipo. Pero en ninguna parte de la ley se señalaba concretamente un castigo por ser meramente un idólatra en el corazón. La Ley sólo prohibía que se idolatrara y la venerara abiertamente a un ídolo o imagen, o servir a otros dioses, que no fueran Jehová. A los israelitas también se les prohibió mencionar con reverencia los nombres de dioses falsos. Pero nada en la ley prohibía pensar en formas prohibidas de culto. ¿Era justo y recto por parte de Dios, entonces, condenar a los exiliados judíos simplemente llevar sus ídolos inmundos en su corazón y no expresar exteriormente su idolatría?

La respuesta se encuentra en el Sermón del Monte. Varias veces Jesús se refirió a la ley judía, y decía: “Ustedes oyeron que fue dicho… Sin embargo, yo les digo.” Jesús enseñó a sus seguidores que el cumplir la ley no necesariamente lo hace a uno justo. Para ilustrar este punto, Jesús pasó a explicar que la ley prohibía el adulterio, pero que un hombre podría cometer adulterio en su corazón simplemente mirando apasionadamente a una mujer con deseo inmoral.

El mismo principio se aplica obviamente a la idolatría. Y el hecho de que Jehová juzgó a los judíos exiliados en función de los deseos idólatras de sus corazones en lugar de lo que decía la ley, indica que el juicio que se encuentra en la profecía de Ezequiel aplica principalmente a la casa cristiana de Israel, que está bajo la ley de Cristo y no el pacto de la Ley mosaica.

¿Cómo atrapará Jehová a Israel por su corazón? Justamente, utilizando el objeto de su devoción secreta en contra de ellos.

En el cumplimiento antitipico de la idolatría de Israel, los testigos de Jehová tienen por ídolos a la Sociedad Watchtower en sí – la llamada organización terrenal visible – ; con su esclavo fiel y venerado cuerpo gobernante.

A diferencia de los hombres de más edad y los sacerdotes del templo en Jerusalén, los exiliados que residen en Babilonia representan a los que no son necesariamente expertos de Betel; se pueden imaginar que también incluye a los que se han separado de la organización por el motivo que sea, pero que todavía la ven como la vocera infalible de Dios.

Como se señaló anteriormente, el contexto de la profecía tiene que ver con la caída del muro encalado, que simboliza la institución protectora construida por los estúpidos profetas; con su paraíso espiritual quimérico. Un muro encalado es una analogía adecuada, ya que la Watchtower ha blanqueado su propia historia y construido una elaborada, pero falsa interpretación de la profecía bíblica para convencer a los testigos de Jehová que Dios otorgó su bendición irreversible a la organización en 1919.

Por lo tanto, es a raíz de la caída del muro encalado que Jehová los pone a prueba. ¿Qué tipo de prueba? La profecía continúa:

”Por lo tanto, di a la casa de Israel: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Regresen y vuélvanse de sus ídolos estercolizos y vuelvan sus rostros hasta de todas sus cosas detestables; porque a absolutamente cualquier hombre de la casa de Israel o de los residentes forasteros que residen como forasteros en Israel que se retire de seguirme, y que haga subir sus ídolos estercolizos sobre su corazón, y que coloque enfrente de su rostro el tropiezo mismo que causa su error, y que realmente venga al profeta para inquirir para sí por medio de mí, yo, Jehová, voy a dejarme llevar a responderle yo mismo. Y tendré que poner mi rostro contra ese hombre y colocarlo por señal y por dichos proverbiales, y tendré que cortarlo de en medio de mi pueblo; y ustedes tendrán que saber que yo soy Jehová”. (Ezequiel 14: 6-8)

Jehová exhorta gentilmente su pueblo a que se arrepientan de su idolatría y vuelvan a él. Pero, ¿van a cometer el mismo error y confiar ciegamente en las palabras del oráculo de la organización? Como prueba de su arrepentimiento Jehová permite que los idólatras, consulten a él a través de su profeta. Pero las cosas no son como parecen. La profecía de Ezequiel continúa diciendo: ‘Y en cuanto al profeta, en caso de que él sea engañado y realmente hable una palabra, yo mismo, Jehová, he engañado a ese profeta; y ciertamente extenderé mi mano contra él y lo aniquilaré de en medio de mi pueblo Israel. Y tendrán que llevar su error. El error del inquiridor resultará ser lo mismo que el error del profeta, para que los de la casa de Israel ya no se vayan, vagando, de seguirme, y ya no vayan contaminándose con todas sus transgresiones. Y tienen que llegar a ser mi pueblo, y yo mismo llegaré a ser su Dios’, es la expresión del Señor Soberano Jehová”.

Jehová culpa a Israel por vagar errante, en vez de seguirlo, prefiriendo al falso profeta. Y así como la escritura anterior indica, el profeta no existe fuera del campamento del pueblo de Dios, pero “de en medio de mi pueblo Israel.” Por lo tanto, como una prueba a su lealtad y arrepentimiento Jehová engaña al profeta; haciendo que sus proclamaciones proféticas sean traicioneras y poco fiables. Esto es debido a que el profeta tiene una medida de credibilidad y autoridad a los ojos de su pueblo, pareciendo ser un verdadero profeta, pero no lo es. El profeta que engaña Jehová está condenado a la aniquilación y cualquier persona que haga caso a sus palabras tendrá el mismo destino.

Esto está en armonía con la propia advertencia explícita de Cristo con respecto a los falsos profetas y falsos Cristos, que aparecerían durante los últimos días críticos de la conclusión del sistema de cosas y la desolación del lugar santo por una cosa repugnante. Jesús advirtió que los falsos profetas tendrían un mensaje tan convincente y tan notable influencia que potencialmente podrían engañar aun a los escogidos, si eso fuera posible.

En el cumplimiento cristiano el “profeta” a quien Jehová engaña  es el hombre del desafuero – el hijo de la destrucción – que opera dentro del templo espiritual de Dios hasta que  es aniquilado durante la presencia de Cristo. Al igual que el hijo original de la destrucción, Judas, fue uno de los 12 apóstoles elegidos, el hombre de pecado se asocia íntimamente con los esclavos fieles y discretos de Jesús en la casa de Dios. Su presencia tiene el propósito de permitir una operación de error sobre aquellos bajo su influencia que realmente no han aceptado el amor de la verdad. Al igual que sus predecesores judíos, ellos también son apóstatas de corazón.

A pesar de que el propósito de Dios para producir un gobierno mundial mesiánico está atado a un pueblo que se ha apartado de la finalidad prevista de Dios para ellos, Jehová, como el gran Disciplinador y Juez es perfectamente capaz de rectificar la situación. La solución al problema de la apostasía es la eliminación permanente de la infidelidad de en medio del pueblo de Dios y la limpieza del resto de sus impurezas y transgresiones de modo que “tienen que llegar a ser mi pueblo y yo mismo llegaré a ser su Dios…”

Obviamente, el propósito de Dios no se llevará a cabo purgando a la cristiandad apóstata llena de multitudes de religiosos engañados. Tampoco dicha sentencia se realizó en los años 1918-1919 como afirma  la Sociedad Watchtower. Es un juicio futuro sobre la casa espiritual de Dios.

El medio por el cual Dios tiene la intención de lograr su propósito de purgar la infidelidad de su organización es evidente a partir de lo que leemos en Ezequiel 14: 12-23, que habla de “cuatro actos  daniños de Jehová de juicio: la espada y el hambre y la bestia salvaje y perjudicial pestilencia…”

Esos “cuatro actos dañinos de juicio” corresponden a los juicios puestos al descubierto en la apertura del 2ª, 3ª y 4ª sello del Apocalipsis y también servirán como el signo auténtico de la presencia de Cristo, tal como se describe en Mateo, Marcos y Lucas. La Primera Guerra Mundial y la gripe española no fueron los “actos dañinos de juicio” de Jehová sobre la cristiandad.

Nada puede impedir la ejecución de las resoluciones judiciales de Dios. La profecía hace énfasis diciendo que, incluso si el justo Noé, Job o el contemporáneo de Ezequiel, Daniel, estuvieran residiendo en la ciudad de Jerusalén, su presencia no podría evitar la condenación de los habitantes. En cuatro lugares Jehová reitera: ‘’ si estuvieran estos tres hombres en medio de ella, tan ciertamente como que estoy vivo —es la expresión del Señor Soberano Jehová—, ni hijos ni hijas librarían ellos; ellos, solo ellos mismos, serían librados, y la tierra misma llegaría a ser un yermo desolado.’’

Del mismo modo, incluso aquellos juzgados como esclavos fieles y discretos no pueden salvar a nadie excepto a sí mismos, y con dificultad. De hecho, es por eso que el apóstol cristiano plantea la pregunta retórica: Porque es el tiempo señalado para que el juicio comience con la casa de Dios. Ahora bien, si comienza primero con nosotros, ¿cuál será el fin de los que no son obedientes a las buenas nuevas de Dios? “Y si el justo con dificultad se salva, ¿dónde aparecerán el impío y el pecador?”

Sólo aquellos juzgados como personas rectas serán librados del futuro juicio destinado a comenzar con la casa de Dios. Será como dijo Jesús: Entonces dos hombres estarán en el campo: uno será llevado, y el otro será abandonado;  dos mujeres estarán moliendo en el molino de mano: una será llevada, y la otra será abandonada. Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor. ’’ (Mateo 24: 40-41)

DA A CONOCER A JERUSALEN SUS COSAS DETESTABLES

Al principio de su mandato de servir como atalaya, Jehová advirtió a Ezequiel que no se volviera rebelde, al igual que la casa de Israel. No se le permitiría mostrar lealtad a la organización o tener miedo al hombre y con este se contuviera de exponer su error. No, él tenía que anunciar el juicio al pueblo de Jehová y exponer sus tratos corruptos, no como un juicio personal o venganza, sino al anunciar las cercanas sentencias de Jehová contra ellos.

En el primer versículo del capítulo 16 de Ezequiel Jehová ordena a su atalaya exponer la condición de pecado de Jerusalén, diciéndole: “Hijo de hombre, da a conocer a Jerusalén sus abominaciones.”

Dos veces a partir de entonces Jehová ordenó a Ezequiel que juzgara a la casa de Israel mediante la exposición de sus abominaciones, diciéndole en Ezequiel 20: 4 y 22: 2: ‘’¿Los juzgarás? ¿[Los] juzgarás, oh hijo del hombre? Hazles saber las cosas detestables de sus antepasados. ’’

Jehová pasó a relatar los inicios sin gloria de la ciudad inicua: “Tu origen y tu nacimiento fueron de la tierra del cananeo. Tu padre era el amorreo, y tu madre era una hitita. Y en lo que respecta a tu nacimiento, en el día que naciste  el cordón de tu ombligo no había sido cortado, y en agua no se te había lavado para limpieza, y de ningún modo se te había frotado con sal, y de ninguna manera se te había envuelto en pañales.  Ningún ojo se sintió apenado en cuanto a ti para hacer para ti una de estas cosas con compasión para ti, sino que fuiste arrojada sobre la superficie del campo porque hubo un aborrecer de tu alma en el día que naciste. ’’

La ciudad de Jerusalén es una de las ciudades más antiguas de la tierra. Existió en los días de Abrahán como Salem. En el momento de la conquista israelita, Jerusalén estaba controlada por las naciones cananeas notoriamente malvadas de los amorreos y los hititas. Sin embargo, los israelitas conquistadores no comenzaron inmediatamente a residir en Jerusalén. Los jebuseos  volvieron a habitar  la ciudad y fue su posesión hasta el momento en que el rey David la capturó y la convirtió en la capital.

En la Ley, Jehová dio a entender que iba a designar un lugar específico entre las tribus de Israel, donde haría residir su nombre, así se dice en Deuteronomio 12: 5: ‘’sino que al lugar que Jehová su Dios escoja de entre todas sus tribus para colocar allí su nombre, para hacerlo residir, ustedes buscarán, y allá tendrás que ir. ’’

Así, después de que David hizo al antiguo bastión jebuseo su residencia real, algo que sucedió cerca de 500 años después de que los israelitas habían entrado en la Tierra Prometida, Jehová puso su propio nombre en la ciudad de Jerusalén cuando instruyó al hijo de David, Salomón, para que construyera un templo en el punto más alto de Jerusalén. A partir de entonces, cada hombre israelita estaba obligado a venir a adorar y ofrecer sacrificios a Jehová Dios. En consecuencia, como resultado de la bendición de Jehová sobre ella, Jerusalén llegó a ser conocida en todo el mundo antiguo como una ciudad de gran esplendor, sabiduría y riqueza. Durante los días de Salomón la reina de Seba viajó una gran distancia para contemplar la famosa ciudad donde Jehová había colocado su nombre y se sorprendió por lo que vio y oyó. Era, después de todo, la ciudad de Jehová, un lugar santo para Dios y los hombres.

Con la historia de la antigua ciudad en mente podemos apreciar mejor por qué Dios pasó a mostrar a Ezequiel cómo hizo que la Jerusalén pagana se convirtiera en una ciudad esplendorosa, diciendo además a su profeta: “ Además, te lavé con agua y enjuagué de ti tu sangre y te unté con aceite. Y pasé a vestirte con una prenda de vestir bordada y a calzarte con piel de foca y a envolverte en lino fino y a cubrirte con género costoso. Y pasé a engalanarte con adornos y a ponerte brazaletes sobre las manos y un collar alrededor de la garganta. Además, te puse una nariguera en la ventana de la nariz y zarcillos en las orejas y una hermosa corona en la cabeza. Y seguiste engalanándote con oro y plata, y tu atavío era lino fino y género costoso y una prenda de vestir bordada. Flor de harina y miel y aceite eran lo que comías, y te hiciste muy, muy bella, y gradualmente llegaste a estar lista para posición real’’.

Trágicamente, sin embargo, Jerusalén empezó a confiar en su belleza y comenzó a prostituirse a las naciones vecinas, como el versiculo 15 de pasa a decir: Pero tú empezaste a confiar en tu belleza y a hacerte prostituta debido a tu nombre, y a derramar tus actos de prostitución sobre todo el que pasaba; de él llegó a ser.’’

Por lo tanto, Jehová ilustra su propia relación con Jerusalén comparando a la ciudad a una prostituta infiel. Como  teniendo compasión de un bebé no deseado, impotente, y estando pendiente de su cuidado y  educación, incluso halagándola con lujos como a un adulto, Jehová proporciona una ilustración vívida de su cuidado para con la ciudad que eligió. Era como si Dios hubiera entrado en un pacto matrimonial con los judíos, como se dice en el versículo 8, Jehová hizo una “declaración jurada” y entró en un pacto: “por lo que se convirtió en  mía.”

Sorprendentemente, sin embargo, la mujer de la ilustración – una vez levantada de su estado desgraciado – comenzó a confiar en su belleza y se puso en contra su benefactor y se convirtió en una prostituta descarada. Desde el punto de vista de Jehová Jerusalén se prostituye espiritualmente  haciendo alianzas políticas y compromisos con Egipto, los cananeos, los asirios y  los caldeos. La profecía de Ezequiel también acusa a  Jerusalén de idolatra y de practicar el repugnante sacrificio de niños.

En  tiempos modernos la Sociedad Watchtower con su sede Betel llena el papel de una ciudad que tiene el nombre de Dios. Al igual que la antigua Jerusalén fue una vez la posesión de las poderosas tribus amorreas y jebuseas, de igual manera la Sociedad Watchtower se originó en la cristiandad pero poco a poco desarrolló su propia identidad separada y distinta de las religiones  cananeas de la cristiandad. Con el respaldo de Jehová, los testigos de Jehová han establecido su propio bastión de ciudad que es espiritualmente inatacable para los enemigos religiosos.

Pero al igual que la antigua Jerusalén, la Sociedad Watchtower comenzó a confiar en su propia hermosura, por decirlo así. Olvidandose de su origen humilde y su confianza en Jehová de tiempos pasados, Betel ha hecho muchos compromisos. Por ejemplo, sin el conocimiento de los testigos de Jehová, en la década de 1990, los abogados de la Sociedad  llegaron a un acuerdo con el gobierno de Bulgaria con la promesa de no amenazar a los Testigos de Bulgaria con expulsión a cambio de reconocimiento legal y otras concesiones.

No hay duda, sin embargo, que el principal compromiso de Betel fue el adulterio espiritual de la Sociedad Watchtower con las Naciones Unidas hace 10 años, cuando sirvió como una asociada ONG.

Siguiendo el patrón de Ezequiel en  hacer conocer a Jerusalén sus “cosas detestables” en 2004, e-vigilante publicó ampliamente el romance secreto de la Watchtower con las Naciones Unidas en Internet y escribió sobre el asunto a más de 6.000 congregaciones de los testigos de Jehová en los Estados Unidos, Canadá y Gran Gran Bretaña, así como a 100 sucursales en todo el mundo.

E-vigilante también ha expuesto enérgicamente la idolatría organizacional practicada por los testigos de Jehová, así como la forma moderna de sacrificio de niños promovida por la Sociedad en su negativa a proteger y apoyar a los niños víctimas de abuso sexual.

No es un buen augurio para el equivalente moderno de la antigua ciudad que tenía el  nombre de Dios puesto sobre ella el que el pacto de la Ley mosaica estipulaba que los idólatras y las prostitutas debían ser lapidadas hasta la muerte por igual. De acuerdo con los términos de la alianza que Dios decretó, la ciudad idolatra y promiscua debía ser destruida  como si le dieran muerte con piedras. Ezequiel 16: 38-40 dice: Y ciertamente te juzgaré con los juicios de adúlteras y mujeres que derraman sangre, y ciertamente te daré la sangre de furia y celos. Y ciertamente te daré en mano de ellos, y ciertamente derruirán tu montículo, y tus alturas ciertamente serán demolidas, y ellos tienen que despojarte de tus prendas de vestir y tomar tus objetos hermosos y dejarte atrás escueta y desnuda. Y tienen que hacer subir contra ti una congregación y lapidarte y degollarte con sus espadas’’.

“Y TENDRÁN QUE SABER QUE YO SOY JEHOVÁ’’

Pero el final ardiente de Jerusalén no era el fin del propósito de Jehová en relación con la ciudad. Muy por el contrario, los mejores días de Jerusalén estaban aún por venir. A pesar de que los judíos eran desleales a  Jehová con sus tratos, su propósito para con ellos y la ciudad terrenal de Jerusalén no se concluiría hasta que su propósito fuera realizado con la venida del Mesías. Jerusalén iba a ser reconstruida con el fin de recibir al Rey de Israel profetizado.

En los últimos versículos del capítulo 16 Jehová reafirma su compromiso con el pacto, diciendo: Y yo, yo mismo, ciertamente estableceré mi pacto contigo; y tendrás que saber que yo soy Jehová, para que recuerdes y realmente te avergüences y ya no llegues a tener ninguna razón para abrir [tu] boca debido a tu humillación, cuando yo haga expiación por ti por todo lo que has hecho’, es la expresión del Señor Soberano Jehová.”

La Sociedad Watchtower interpreta la profecía de Ezequiel como si esta estuviera dirigida a la cristiandad. Sin embargo, en todo su historial profético nunca han comentado específicamente sobre los versos anteriores; obviamente, por la razón de que simplemente no encaja en su interpretación preferida que la casa de Israel tipifica la cristiandad. ¿Deben suponer los testigos de Jehová que Dios hará un pacto con los feligreses de la cristiandad después que esta sea destruida?

Al igual que en el caso de los judíos y su ciudad santa dedicada a Jehová, primero debe venir la destrucción de la organización y la purga de los inicuos que habitan entre el pueblo de Dios; entonces, Dios hace expiación por los pecados de aquellos a los que tiene misericordia. La ciudad de Jerusalén será reconstruida en la forma de la nueva Jerusalén: la ciudad celestial de Dios. De esta manera llegará a su conclusión el nuevo pacto.