“¿Estamos en los últimos días?” Ese es un tema antiguo que he considerado muchas veces en los últimos 20 años. Sin embargo, este artículo no es simplemente una repetición con el fin de producir contenido para un blog. Repito este tema porque la Watchtower repite lo mismo una y otra vez y millones de testigos de Jehová lo aceptan sin cuestionarlo. Por esa razón, me siento en la obligación de al menos intentar despertar a unos pocos.
Pero no son solo los testigos de Jehová los que anuncian el fin del mundo. Muchas personas pertenecientes a movimientos religiosos fundamentalistas también se han subido al tren de los últimos tiempos. En lugar de 1914, los evangélicos señalan a 1948 ―cuando se fundó el Estado de Israel en Medio Oriente― como el comienzo de los últimos días. Sin duda, incluso un número creciente de personas sin orientación bíblica comienzan a pensar que algo terrible va a suceder. Y, por supuesto, algo terrible va a suceder.
Jw.org tiene un artículo en su portada titulado: “¿Predijo la Biblia cómo sería la gente en nuestros días?” La respuesta es sí, pero no como lo plantea la organización. El artículo se centra en 2 Timoteo 3:1-5. Es innegablemente evidente que las personas del mundo, especialmente en el mundo occidental anteriormente dominado por la cristiandad, se están volviendo cada vez más impías, exhibiendo cada vez más los horribles rasgos que el apóstol inspirado enlistó.
No obstante, hay un problema con la interpretación de la Sociedad de ese pasaje bíblico. ¿Indicó el apóstol que los hombres se volverían amantes de sí mismos, amantes del dinero y todos los otros rasgos impíos que describió durante los últimos días? No. Por favor, lea el pasaje con cuidado. Los últimos días serían tiempos difíciles, peligrosos, como algunas traducciones lo expresan, porque los hombres ya se habrían vuelto así.
Piense en esto: Si usted es una persona mayor, como yo, piense en la década de 1950 o 60. ¿Eran las personas tan egocéntricas e impías en aquel entonces? No, definitivamente no. Y estoy seguro de que no es solo mi observación personal.
La sociedad ha experimentado una degradación multigeneracional. Realmente ha requerido un esfuerzo concertado por parte de los gobernantes de las tinieblas para degradar moralmente a la sociedad de esta manera. Pero ahora se ha cumplido su objetivo. Siendo eso cierto, ¿podemos decir honestamente que los años 50 o 60 fueron tiempos críticos, difíciles de manejar? ¿Qué hay de los años 70 u 80? Vayamos un paso más allá: ¿Qué hay de los años 90 o incluso el presente? ¿Son realmente estos tiempos críticos, difíciles de manejar?
No quiero minimizar las dificultades de millones de personas en la pobreza y en zonas de guerra, pero dado que es innegablemente cierto que el período posterior a la Segunda Guerra Mundial ha sido un tiempo de relativa paz y prosperidad y que la sociedad de aquel entonces no estaba ni cerca de estar tan corrompida ni ser tan egoísta y adicta al placer como lo es ahora, ¿cómo podría haber entrado el mundo en sus últimos días en 1914?
Al menos considere la posibilidad de que los tiempos críticos, difíciles de manejar no han comenzado. Y si se atreve, medite en las implicaciones de que los últimos días están a punto de comenzar. Ahora, analice la pregunta de la organización: “¿Se hundirá la sociedad en un caos total?” He aquí su respuesta:
“No, la sociedad no se vendrá abajo por completo. Dios pronto acabará con todos los que no quieren obedecerle (Salmo 37:38). Hará que haya ‘una nueva tierra’, es decir, una nueva sociedad formada por personas que vivirán para siempre en paz (2 Pedro 3:13; Salmo 37:11, 29)”.
La respuesta simplista de la Sociedad es muy preocupante. Sí, creemos que Dios va a establecer un mundo nuevo. Sin embargo, ¿qué hay de este mundo? Tal vez Betel podría ampliar su respuesta y explicar qué se entiende por la sociedad humana que no terminará en un caos total. ¿Cómo se vería incluso un caos parcial? Realmente, ¿qué podemos esperar durante los últimos días?
¿Qué pasaría si hubiera un fallo masivo en la red eléctrica? ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que las ciudades se volvieran un caos? ¿Una semana? ¿Dos? Piense en cómo se verá afectada la sociedad cuando finalmente colapse el sistema financiero global, el cual está en bancarrota terminal. ¿Cómo reaccionarán las multitudes de amantes del dinero cuando lo pierdan todo?
Teniendo en cuenta la reciente explosión de violencia en Medio Oriente y el odio extremo entre árabes y judíos, junto con la gran cantidad de hombres jóvenes musulmanes radicales que han sido instigados a invadir Europa y Estados Unidos —siendo muchos de ellos terroristas entrenados—, ¿qué sucederá cuando estas células inactivas reciban órdenes y comiencen a destruir los países que los acogieron? ¿Permanecerá la civilización unida?
O, ¿qué ocurriría si hubiera otra guerra mundial acompañada de hambre y pandemias mortales? ¿Y si las ciudades fueran el blanco de misiles nucleares? ¿Continuaría la civilización como de costumbre o habría tiempos críticos, difíciles de manejar exacerbados por la codicia y el egoísmo incurables de la sociedad actual?
Estas no son preguntas hipotéticas tan descabelladas. Como ya se mencionó, incluso personas que no creen en la Biblia temen que una guerra global y un colapso económico estén a la vuelta de la esquina. Y eso plantea otra pregunta inquietante: ¿por qué los profetas de Bethel están tan ajenos a esto?
No puedo evitar pensar que el Cuerpo Gobernante ha perdido contacto con la realidad. Residen en una comunidad cerrada escondida en un bosque con un lago privado, muy lejos del sombrío y delictivo ambiente de la ciudad de Nueva York. Tienen camareros, asistentes, ayudantes y sirvientes y todas las comodidades de una vida de lujo, sin mencionar cientos de millones de dólares a su disposición. Me sorprende que aún no hayan comprado un avión privado, sabe, para moverse más rápidamente y ocuparse del negocio del Reino.
El Cuerpo Gobernante siempre ha dicho que la gran tribulación comenzará con la aniquilación de Babilonia la Grande y que los testigos de Jehová permanecerán a salvo de esa espantosa destrucción. Todo es tal como la Biblia lo describe: ellos han hecho un pacto con la muerte y esperan estar a salvo cuando la tormenta arrastre a los malvados.
Hablando a través de Jeremías, Jehová es aún más directo: “Porque entre mi pueblo hay hombres malvados. Siguen al acecho, como los cazadores de pájaros cuando se agachan. Ponen una trampa mortal. Es a personas a quienes atrapan. Como una jaula llena de pájaros, sus casas están llenas de engaño. Por eso es que se han hecho ricos y poderosos. Han engordado y su piel está tersa; rebosan de maldad. No defienden la causa de los huérfanos con tal de que a ellos mismos les vaya bien, y les niegan la justicia a los pobres” (Jeremías 5:26-28).
Es tal como Jehová lo describió hace 27 siglos. Betel está lleno de engaño. Han adquirido riquezas, han engordado, han aplastado a niños abusados sexualmente y han estafado a congregaciones enteras.
Los testigos de Jehová son como pájaros atrapados en una jaula, solo que no lo saben. Han sido completamente engañados por la organización. ¿De qué forma? Por su interpretación de las profecías bíblicas y por las falsas expectativas que eso conlleva. Según aquellos considerados como centinelas, prácticamente todas las profecías se han cumplido, incluyendo la épica segunda venida de Cristo.
Por ejemplo, la herida mortal que recibe la cabeza de la bestia que se muestra en el capítulo 13 de Apocalipsis, que es el resultado directo de que Satanás y sus ángeles sean expulsados violentamente del cielo, se ha interpretado de forma absurda. En caso de que se lo haya perdido, según la Watchtower, las principales potencias políticas del mundo colapsaron durante la Primera Guerra Mundial. Se podrían considerar muchos otros ejemplos que demuestran cómo la organización ha convertido las profecías en un sinsentido. Por eso, la Watchtower no puede concebir un colapso completo de la sociedad. Aparentemente, los líderes de la organización se han engañado a sí mismos.
Pero la Palabra de Dios ciertamente predice que la sociedad se hundirá en un caos total. Está escrito. Usando un lenguaje altamente simbólico, el libro de la verdad declara: “Y vi cuando el Cordero abrió el sexto sello. Hubo un gran terremoto, el sol se puso negro como tela de saco hecha de pelo, la luna entera se puso roja como la sangre y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, así como caen los higos verdes de una higuera cuando un viento fuerte la sacude. El cielo se retiró como un rollo que se va enrollando, y todas las montañas y todas las islas fueron arrancadas de su lugar. Entonces, los reyes de la tierra, los altos funcionarios, los comandantes militares, los ricos, los poderosos, todos los esclavos y todas las personas libres se escondieron en las cuevas y entre las rocas de las montañas. Y vez tras vez les dicen a las montañas y a las rocas: ‘Caigan sobre nosotros y escóndannos del rostro del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero, porque ha llegado el gran día de la ira de ellos, y ¿quién puede mantenerse en pie?’” (Apocalipsis 6:12-17).
¿Qué más puede estar prediciendo el pasaje anterior sino el colapso de la civilización? No es de extrañar que Jesús dijera que muchos perderían la fe y se odiarían y traicionarían. Cuando todas las cosas que la organización ha hecho creer a los testigos de Jehová que ya han ocurrido en el último siglo ocurran de verdad en el futuro, la trampa habrá sido activada.