Este es el segmento final de la serie de artículos que analiza la revista La Atalaya de julio de 2022.
El párrafo 15 dice lo siguiente:
Durante la pandemia, también nos llegaron instrucciones claras para las reuniones y la predicación. De la noche a la mañana ya estábamos celebrando las reuniones y las asambleas por videoconferencia, y predicando principalmente por carta y por teléfono. Jehová ha bendecido nuestros esfuerzos. Muchas sucursales han informado que la cantidad de publicadores ha aumentado notablemente. De hecho, en esta época muchos hermanos han tenido experiencias animadoras (vea el recuadro “Jehová bendice la predicación”).
No hay duda de que la Watchtower proporcionó una transición bastante suave de una presencia pública muy visible a ningún tipo de presencia en absoluto. Sin embargo, Jesús ya había proporcionado instrucciones claras sobre cómo participar en la obra de predicar. Estas instrucciones están registradas en el capítulo 10 del libro bíblico de Lucas: “Después de estas cosas, el Señor eligió a otros 70 y los envió delante de él de dos en dos a todas las ciudades y lugares adonde él mismo iba a ir. Entonces les dijo: ‘Realmente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Así que ruéguenle al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a su cosecha. ¡Vayan! Miren que los estoy enviando como a corderos en medio de lobos. No lleven bolsita para el dinero ni bolsa de provisiones ni sandalias, y no saluden a nadie por el camino. En cualquier casa donde entren, primero digan: “Que esta casa tenga paz”. Y, si hay allí un amigo de la paz, la paz que le desean se quedará con él. Pero, si no lo hay, la paz volverá a ustedes’” (Lucas 10:1-6).
Durante mucho tiempo, algunos que falsamente declaraban conocer la Biblia afirmaron que los cristianos del primer siglo no salían a predicar de casa en casa. Eso simplemente no es cierto. Jesús ordenó personalmente a sus discípulos originales a ir de pueblo en pueblo, visitando todos los hogares. Y si el padre de familia era amigo de la paz, Jesús instruyó a sus discípulos para que entraran en esa casa y le enseñaran lo que sabían a quienes vivieran allí.
Los Estudiantes Internacionales de la Biblia también eran conocidos por predicar en público, aunque en ese entonces no había un testimonio organizado de puerta en puerta. Durante los años 30, la organización utilizó autos con sonido y pancartas para anunciar los discursos públicos y los sermones que Rutherford daba por la radio. Después de la Segunda Guerra Mundial, la Watchtower realmente se centró en capacitar a los testigos de Jehová para que fueran verdaderos ministros, capaces de convencer a una persona y enseñarle. El ministerio de puerta a puerta, así como la testificación en las esquinas de las calles, ha sido el sello distintivo de la Watchtower desde entonces, al menos hasta que el Cuerpo Gobernante decidiera suspenderlo. Incluso ahora, cuando prácticamente todo ha vuelto a la normalidad, a excepción de algunos cuantos y las personas extremadamente vulnerables que usan máscaras en todas partes, los testigos de Jehová no se ven por ninguna parte.
El Cuerpo Gobernante afirma que es demasiado arriesgado y temerario aventurarse a la calle, a pesar de que no hay ni una pizca de prueba de que alguien haya contraído el virus al aire libre, bajo el sol. Los reyes de Warwick, enclaustrados en su palacio de granito en los apartados bosques de Nueva York, parecen haber perdido el espíritu de la verdad.
El fundador de numerosas congregaciones en el primer siglo, el apóstol Pablo, una vez enumeró todos los peligros que enfrentó para predicar las buenas nuevas. Lo hizo porque los “superapóstoles” que estaban al frente de la congregación de Corinto lo criticaban y querían tener toda la gloria de ser apóstoles. Él mencionó lo siguiente: “¿Son ministros de Cristo? Respondo como un loco: yo lo soy mucho más que ellos. He trabajado más, he estado más veces en prisión, he recibido incontables golpes y he estado a punto de morir muchas veces. Cinco veces recibí de los judíos 40 golpes menos uno, fui golpeado con varas tres veces, me apedrearon una vez, naufragué tres veces y pasé una noche y un día en altamar. He hecho muchos viajes, me he visto en peligro a causa de ríos, en peligro a causa de ladrones, en peligro por parte de mi propio pueblo y por parte de las naciones, en peligro en la ciudad, en el desierto y en el mar, en peligro entre falsos hermanos, he trabajado sin descanso y con mucho esfuerzo, a menudo he pasado noches sin dormir, he pasado hambre y sed, me he quedado muchas veces sin comer, he pasado frío y me he quedado sin ropa” (2 Corintios 11:23-27).
¿Cree usted que intrépido apóstol se hubiera confinado en su tienda de campaña en un desierto remoto porque consideraba temerario y demasiado peligroso exponerse a un microbio que podía causarle síntomas graves parecidos a la gripe y que tiene una tasa de supervivencia del 99%?
En la guerra, la estrategia ganadora es convencer a tu oponente de que no luche. Si una pelea es inevitable, la siguiente mejor estrategia es persuadir a la otra parte para que se rinda. En la guerra en curso en Ucrania, las dos partes están utilizando dos tácticas completamente diferentes. Se ha informado que los batallones nazis infiltrados en el ejército nacional de Ucrania están torturando a los soldados rusos capturados. Todos los oficiales rusos son ejecutados sin dilación. Por otro lado, los rusos están persuadiendo a los soldados ucranianos para que se rindan con la promesa de tratarlos bien, incluso dando a los guerreros heridos tratamiento hospitalario inmediato. Obviamente, los rusos ofrecen el mejor incentivo para rendirse. ¿Por qué permitiría un soldado ser capturado si sabe que lo van a matar de todos modos?
En cierto sentido, la estrategia rusa se ha aplicado a los testigos de Jehová. En marcado contraste, durante la Segunda Guerra Mundial, Hitler prometió exterminar a los gusanos de la Biblia, como llamó a los testigos de Jehová. Si eran capturados, sabían que seguramente irían a prisión y que posiblemente serían sentenciados a un campo de concentración o la muerte. No obstante, aun así, los testigos de Jehová desafiaron a los tiranos nazis y se involucraron en campañas de distribución de folletos que enloquecieron a Hitler y su Gestapo. ¡Qué fe y valor demostraron! Usted puede leer sus experiencias en el Anuario de los testigos de Jehová de 1974.
Ahora, sin embargo, con los microbios amenazantes flotando, el Cuerpo Gobernante simplemente ha ordenado a los testigos de Jehová que se queden en sus casas y obedezcan con gusto, aunque hacerlo signifique desafiar a Cristo y repudiar todo lo que los cristianos siempre han defendido. Los testigos de Jehová se han rendido sin protestar porque el enemigo interior afirma hablar por Cristo. Y por supuesto, debido a esto, son bien tratados por sus captores espirituales.
Aquellos que solían salir a la calle bajo el ardiente calor, la lluvia y/o la nieve están felices de estar confinados en casa (o en Starbucks) llenando sobres y haciendo llamadas como robots con sus teléfonos inteligentes. ¿Y aun así el Cuerpo Gobernante se jacta de un aumento en el número de publicadores?
Si la organización considera que los lamedores de sobres y estampillas adhesivas son publicadores, como diría el apóstol enloquecido, ¡los he superado a todos! En el transcurso de los últimos 20 años, he gastado más de 10 mil dólares en franqueo, papelería, tinta y similares, tratando de transmitir un mensaje urgente basado en la Biblia a aquellos que no están dispuestos a escucharlo. Si a ellos se les llama publicadores, ¡yo lo soy mucho más que ellos!
Continuando con el tema de la pandemia, el párrafo 16 declara lo siguiente:
Puede que algunos hermanos hayan pensado que nuestra organización ha sido demasiado precavida con el tema de la pandemia. Pero una y otra vez ha quedado claro que la guía que recibimos fue muy sabia (Mat. 11:19). Si reflexionamos en la forma tan amorosa en que Jesús nos guía, podemos estar seguros de que, venga lo que venga en el futuro, Jehová y su querido Hijo estarán con nosotros (lea Hebreos 13:5, 6).
Disculpe que lo repita, pero durante el verano de 2020, con la campaña presidencial en los Estados Unidos en pleno apogeo, un pequeño ejército de partidarios de Trump fue de puerta en puerta para inscribir votantes y tratar de conseguir apoyo para su candidato. Se ponían en contacto con medio millón de amos de casa por semana, lo cual es más o menos comparable a lo que los testigos de Jehová podrían haber hecho en una semana laboral promedio (sin incluir los fines de semana). No hubo informes de que los voluntarios fueran responsables de algún evento de súper propagación o de que alguien se enfermara de COVID por ello. Tenga en cuenta que el verano de 2020 fue antes de que comenzara la campaña de vacunación.
Empero, al año siguiente, en el verano de 2021, en una serie de informes en JW Broadcasting, el Cuerpo Gobernante comenzó a promover enérgicamente las vacunas y amenazó a todos los disidentes con acciones judiciales. Al ver que se hecho tanto énfasis en que todos los testigos de Jehová sigan la “dirección de Cristo” y se dejen inyectar por un elixir genético experimental, se afirme que las vacunas de ARNm son una provisión de Jehová, como ellos dan a entender, y teniendo en cuenta que Dios nunca recomendaría una cura que sea inútil o incluso mortal, nos preguntamos lo siguiente: ¿por qué sigue siendo entonces demasiado peligroso y temerario que los testigos de Jehová se aventuren fuera de sus hogares para predicar?
Algo está seriamente mal. La dirección que han recibido los testigos de Jehová no ha venido de Cristo. Jesús nunca se retractaría de algo que haya ordenado expresamente hacer. Aquellos que afirman que Cristo está dirigiendo todo no dicen la verdad, declaran y exigen lo que proviene de sus corazones, no de Cristo. La “dirección” que viene de Warwick ha demostrado sin lugar a dudas que los testigos de Jehová están siendo engañados por su venerado Cuerpo Gobernante.
Lamentablemente, lo que nos dicen las Escrituras es cierto: “Ha ocurrido algo espantoso y horrible en el país: los profetas profetizan mentiras y los sacerdotes usan su autoridad para dominar a otros. Y a mi propio pueblo le encanta eso. ¿Pero qué harán ustedes cuando llegue el fin?” (Jeremías 5:30, 31).