Permítame preguntarle, ¿cuál es su opinión acerca de los 7 tiempos, las 2300 tardes y mañanas y los 1260, 1290 y 1335 días que aparecen en Daniel? ¿Es correcta la interpretación de la Watchtower acerca de las 70 semanas?

Desde que C.T. Russell apareció por primera vez en escena, los Estudiantes Internacionales de la Biblia, ahora conocidos como Testigos de Jehová, han estado particularmente fascinados por los siete tiempos de las profecías de Daniel. Sin embargo, lo que es particularmente interesante para mí es que el pequeño grupo de estudio de la Biblia que Russell formó tenía la intención de determinar las doctrinas básicas que se enseñan en la Biblia. Querían conocer el ABC de la doctrina cristiana. En tan solo unos pocos años, pudieron descubrir verdades perdidas durante mucho tiempo acerca de la condición de los muertos, la naturaleza del alma, la verdadera relación entre Jehová y Jesús y el propósito de Dios para la tierra. El redescubrimiento de todo eso fue algo monumental.

Sin embargo, en un marcado contraste, lo más sorprendente es que los Estudiantes de la Biblia prácticamente no entendieron muy bien muchas profecías, aunque ellos hubieran imaginado que sí.  El libro The Finished Mystery es un testimonio acerca de su ignorancia. Sin embargo, al mismo tiempo, Russell encabezó la obra que Cristo ordenó que se hiciera, a saber, predicar las buenas nuevas del Reino. Los estudiantes internacionales de la Biblia estaban cautivados por la cronología que supuestamente revelaba el año exacto del regreso de Cristo, a pesar del hecho de que Jesús claramente había afirmado que nadie conoce el día ni la hora. (Aunque la Watchtower solo usa el término de manera despectiva en relación con las iglesias, la Sociedad sí enseña que la Segunda Venida tuvo lugar en 1914).

Además, mientras que el el grupo de estudio de Allegheny ponía al descubierto los errores enseñados por las iglesias, sin lugar a dudas estos llegaron a creer que ya había comenzado una presencia invisible de Cristo, pues ellos imaginaban que Jesús había comenzado a estar presente de manera invisible desde 1874. Una de las razones para que los testigos de Jehová hagan una pausa y reflexionen consiste en que a pesar del hecho de que los Estudiantes de la Biblia corrigieron muchos errores doctrinales que impusieron las iglesias nominales, también se suponía que comprendían todos los secretos sagrados asociados con el regreso de Jesús.

Muchos años después, alrededor de 1930, la Watchtower cambió la fecha del comienzo de la presencia invisible de Jesús de 1874 a 1914; pero la noción misma de una parusía invisible contradice la promesa que Cristo hizo a sus discípulos cuando les aseguró que estaría con ellos todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas, o el fin del mundo, tal como lo expresan algunas versiones de la Biblia.

Por lo tanto, si Jesús ha estado presente invisiblemente entre sus verdaderos discípulos todos los días previos al fin cuando tiene lugar la parusía, ¿no deberíamos esperar que la parusía sea algo extraordinario y no algo más de lo mismo? El hecho mismo de que la llamada parusía invisible se pueda cambiar de una fecha a otra así nomás durante el tiempo en el que se suponía que Cristo estaba presente, es una indicación segura de la naturaleza fraudulenta de la doctrina de la parusía invisible.

Ahora bien, con respecto a los siete tiempos, debido al hecho de que Jehová ha permitido que se ponga en marcha una operación de Satanás, una operación dirigida a engañar a los elegidos para que acepten una falsa parusía, acerca de la cual Pablo advirtió que estaría acompañada de mensajes escritos y declaraciones verbales de autoridades cristianas, es evidente (al menos para mí) que todo lo que la Sociedad enseña acerca de 1914 es la operación predicha de Satanás, la cual precede inmediatamente a la venida real de Cristo, una operación acompañada de señales y maravillas engañosas, como la Primera Guerra Mundial, la cual estalló justamente ese año y la subsiguiente persecución de los Estudiantes de la Biblia, que desde entonces han sido acontecimientos considerados como el cumplimiento de docenas de profecías.

Dado que Dios ha permitido que exista esta influencia engañosa, parece razonable que Él mismo haya provisto los siete tiempos en las profecías como la base “bíblica” para el espejismo que Satanás ha proyectado. Dios pudo haber actuado de manera similar al inspirar la redacción de pasajes como Juan 1:1, el cual confunde a millones de tercos y obstinados trinitarios.

Aunque los que discuten la cronología discrepan con el año en que Jerusalén fue destruida, debido a que es el punto de anclaje para el comienzo de la interpretación críptica de los siete tiempos, el hecho es que no hay una base sólida para el supuesto subyacente de que el pisoteo de Jerusalén por parte de las naciones comenzó siglos antes de que Jesús predijera que esa ciudad y su templo reconstruido serían desolados nuevamente. Cualquiera que no esté bajo la engañosa influencia de la Watchtower y lea las palabras de Jesús en el capítulo 21 de Lucas puede darse cuenta fácilmente que Jesús estaba prediciendo que la ciudad santa sería pisoteada en algún momento en el futuro. Es inconcebible que los apóstoles que le preguntaron a Jesús acerca de cuándo sería destruido el templo hubieran supuesto que el pisoteo ya había comenzado y estaba en curso.

‘’HASTA DOS MIL TRESCIENTAS TARDES Y MAÑANAS’’

Cuando Jesús habló de la inminente desolación de Jerusalén, él hizo referencia a las profecías de Daniel. Jesús conocía y comprendía la conexión de lo que él estaba prediciendo y lo que encontramos en ese enigmático libro de la Biblia. No es coincidencia entonces que el capítulo ocho del libro de Daniel hable del pisoteo del lugar santo, lo cual fue predicho por el Señor. No es de extrañar tampoco que el pasaje diga “use discernimiento el lector”. Sin duda alguna, es debido a la influencia engañosa que los profetas y visionarios de Betel no han sabido discernir. La interpretación de la Watchtower ni siquiera es digna de ser tomada en cuenta debido a que es absurdo suponer que el lugar santo fue llevado a su condición correcta durante la Segunda Guerra Mundial mediante el ajuste de algunos renglones en la carta corporativa de la Sociedad.

‘’Y llegué a oír a cierto santo hablando, y otro santo procedió a decir a aquel que estaba hablando: ‘¿Cuánto durará la visión del [rasgo] constante y de la transgresión que causa desolación, para hacer tanto [del] lugar santo como [del] ejército cosas para hollar?’. De modo que él me dijo: ‘Hasta dos mil trescientas tardes [y] mañanas; y [el] lugar santo ciertamente será llevado a su condición correcta”. (Daniel 8: 13-14)

Contrariamente a lo que se cree, el tiempo del fin no ha comenzado y Cristo no ha vuelto. Siendo ese el caso, eso significa que las profecías de Daniel aún están selladas. Es suficiente, por ahora, simplemente descartar las interpretaciones de la Watchtower como la trampa sin sentido que es para poder estar realmente a la expectativa de la verdadera revelación. Dicho esto, parece que la profecía está encriptada para decir 1,150 días, ya que cada día se compone de una mañana y una tarde, queriendo decir que 1 + 1 = 1. Dicho de manera diferente, una mañana y una tarde equivalen a dos mañanas y tardes equivalentes a un día. Por lo tanto, las 2,300 mañanas y tardes equivalen a 1,150 días, cada día con una mañana y una tarde.

Lo que se debe entender es que “Jerusalén” representa a la congregación de Cristo. Esto se debe a que Jesús sacrificó su vida en Jerusalén y los 120 fueron tocados por el espíritu santo en una habitación de arriba en Jerusalén, haciendo de la ciudad santa el lugar de nacimiento del cristianismo. Además, las profecías de Zacarías nos muestran a Jehová tocando el Monte de los Olivos fuera de los muros de la ciudad santa para defenderla. Por lo tanto, la desolación y el pisoteo de “Jerusalén” equivalen a la destrucción de la organización de los testigos de Jehová de la actualidad. Y la restauración de “Jerusalén” simboliza el advenimiento del Reino, incluyendo el número completo de los llamados a ser herederos. El período de 1,260 días son los tiempos señalados para que las naciones pisoteen lo que le pertenece a Dios. Los 1.150 días se relacionan estrechamente con los otros períodos proféticos, a saber, los cuarenta y dos meses, los tiempos, tiempo y la mitad de un tiempo – los cuales equivalen a 1,260 días –  y  los demás periodos relacionados acerca de los cuales el lector pregunta.

Es bueno tener en cuenta que los 1,260 días son paralelos al ministerio de tres años y medio de Jesús, comenzando con su bautismo y terminando con su muerte. Luego hubo un período de cuarenta días posterior a la resurrección cuando Jesús se reveló a sus discípulos en numerosas ocasiones. Después pasaron otros diez días desde la ascensión de Jesús hasta el derramamiento del espíritu santo.

Con toda probabilidad, los períodos de tiempo estrechamente relacionados marcan varios acontecimientos, comenzando con la desolación del lugar santo de Cristo. Después vendrá la restauración y manifestación de Cristo, su parusía visible, la revelación subsiguiente de los hijos de Dios y su brillar tan resplandecientemente como el sol en el Reino establecido de su Padre adoptivo.

Aunque es imposible afirmar con certeza en este momento, el lapso entre los 1290 y 1335 días puede ser el número real de días desde el momento en el que se asesina al último hijo restante del Reino hasta que el sistema de Satanás finalmente es destruido en Armagedón; por lo tanto, ‘’ ¡Feliz es el que se mantiene en expectación y que llega a los mil trescientos treinta y cinco días!’’ (Daniel 12:12).

En cuanto a la cronología de las 70 semanas, la Watchtower la ha interpretado de manera acertada. La razón por la cual están en lo correcto consiste en que la profecía se cumplió en el primer siglo y no tiene que ver con 1914. Por otro lado, la razón por la cual la Watchtower no puede entender las profecías relacionadas con la Segunda Venida se explica en Isaías 29:10: “Porque Jehová ha derramado sobre ustedes un espíritu de sueño profundo; y cierra los ojos de ustedes, los profetas, y ha cubierto hasta las cabezas de ustedes, los hombres de visiones.’’