1) ¿Incluye el esclavo fiel y discreto a todos los hermanos ungidos de Betel o solo al Cuerpo Gobernante?
Jesús indicó que designaría a un esclavo para alimentar espiritualmente a sus sirvientes al tiempo apropiado. Cuando consideramos que Jesús ordenó a sus discípulos que predicaran las buenas nuevas al mundo entero, podemos entender mejor que involucra todo ese proceso. El alimento al momento adecuado fortalecería a los esclavos de Cristo para hacer el trabajo requerido. Eso incluiría proporcionar la dirección y el estímulo necesarios, así como instrucciones para evitar que los ministros se desviaran o cayeran en pecado.
No se puede negar que la Watchtower siempre ha enfatizado la importancia de predicar las buenas nuevas y enseñar a otros. Con ese fin, la Sociedad se ha convertido en una de las casas editoriales más grandes que existen. El sitio web JW.org ha sido reconocido por publicar información en muchos más idiomas que cualquier otra página de internet.
Por lo tanto, si bien el Cuerpo Gobernante puede afirmar que solo unos pocos alimentan a la mayoría, ellos no podrían hacerlo sin los muchos, muchos miembros que forman parte de la familia Betel. Y, por supuesto, queda por ver si las personas que trabajan en ello realmente han sido fieles a su asignación.
Con respecto al alimento al tiempo debido, Jesús les dijo una vez a sus curiosos apóstoles que no les pertenecía a ellos saber los tiempos o las épocas que el Padre había puesto bajo su propia autoridad (Hechos 1: 7). Entonces, saber cosas como cuando viene el Reino no es alimento al tiempo apropiado. Eso explica por qué, por un lado, bajo la dirección de la Watchtower, los testigos de Jehová han tenido éxito en llevar a cabo la comisión de Cristo de predicar hasta los confines de la tierra y hacer discípulos; mientras que, por otro lado, prácticamente todo lo relacionado con el cumplimiento actual de las profecías está mal, por la misma razón de que no es alimento al tiempo apropiado.
2) ¿Qué papel (si alguno) tendrán las mujeres ungidas cuando Jesús llegue? ¿Darán también un testimonio final?
Es muy interesante que Jesús se reveló a María y le dijo que fuera a decirles a los apóstoles que había resucitado de entre los muertos. Sin duda alguna, Jesús tenía la intención de reprender a sus apóstoles, quienes lo abandonaron después de haber sido arrestado.
Unos 40 días después de su resurrección, inmediatamente antes de su ascensión, Jesús encargó a todos sus discípulos de que fueran testigos de él en Judea y en Samaria y hasta la parte más distante de la tierra. Fue en esa ocasión que Jesús fue elevado al cielo y desapareció entre las nubes, cuando de repente aparecieron dos ángeles y le dijeron a la multitud: “Hombres de Galilea, ¿por qué están ahí de pie mirando al cielo? Este Jesús, que estaba con ustedes y fue llevado al cielo, vendrá de la misma manera en que lo han visto irse al cielo”.
Tenga en cuenta que muchos judíos, así como samaritanos, sabían quién era Jesús. Miles habían sido sanados y milagrosamente alimentados por él. Grandes multitudes lo siguieron y lo escucharon hablar públicamente al aire libre, en sus sinagogas y en el templo de Jerusalén. Los líderes religiosos ciertamente también conocían a Jesús, al igual que algunas autoridades romanas.
Por esa razón, no era necesario que los discípulos simplemente dieran testimonio de las cosas que Jesús dijo e hizo durante su breve ministerio. No, ellos debían ser principalmente testigos del hecho de que Jesús había resucitado y que había ascendido al cielo. Esto es evidente por el testimonio que Pedro dio a las autoridades religiosas, cuando dijo: ‘’Gobernantes del pueblo y ancianos, si hoy nos interrogan por una buena acción hecha a un hombre lisiado y quieren saber quién lo sanó, sepan todos ustedes y todo el pueblo de Israel que fue sanado en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien ustedes ejecutaron en un madero, pero a quien Dios levantó de entre los muertos. Por medio de él, este hombre está aquí sano delante de ustedes.’’
Es importante darse cuenta de que, aunque muchas personas vieron a Jesús antes de su muerte, ningún incrédulo lo vio después de su resurrección. Eso es lo que Cristo quiso decir cuando indicó que el mundo ya no lo vería más, sino únicamente sus discípulos. Y, de hecho, así fue. Ellos sí estaban calificados para ser testigos porque habían visto a Jesús después de haber resucitado y llegaron a tener muchas pruebas convincentes. Seguramente estarían muy asombrados al ver que Jesús era elevado hacia el cielo para regresar a la morada de su Padre, tal como él les había dicho.
Y tal como lo revelaron los dos ángeles, Jesús regresará de la misma manera. En otras palabras, los discípulos ungidos que estén vivos cuando Jesús regrese lo verán, tal como lo vieron los discípulos originales. Y aquellos que vean la manifestación de Cristo serán sus testigos, tanto hombres como mujeres.
La situación de hoy podría compararse con el tiempo durante el ministerio de Jesús cuando él envió a los apóstoles y a otros 70 a predicar y declarar que el Reino de los cielos se había acercado. En ese momento, ellos no comprendían que Jesús debía morir, resucitar y volver al cielo.
Al igual que los enviados en parejas originalmente, los testigos de Jehová de hoy siguen el mandato de Jesús de ir a predicar y declarar las buenas nuevas de que el Reino de Dios está cerca. Y así como los apóstoles estaban ciegos ante la realidad de la muerte de Jesús, los Testigos de Jehová y su Cuerpo Gobernante no saben nada acerca del regreso de Cristo y su parusía. (Léase el capítulo 8 del libro Jehová Mismo Ha Llegado A Ser Rey en https://testigosdejehova.info/8-quien-es-ciego/)
Aprovechando la ocasión del Pentecostés, Pedro se dirigió a las multitudes y dio testimonio del hecho de que Jesús había resucitado. Al hacerlo, citó una profecía de Joel, diciendo a la multitud reunida: “Hombres de Judea y habitantes de Jerusalén, escuchen mis palabras con atención y sepan esto. En realidad, estas personas no están borrachas como ustedes creen, pues es la hora tercera del día. Más bien, lo que está pasando es lo que se dijo mediante el profeta Joel: ‘Y en los últimos días —dice Dios— derramaré parte de mi espíritu sobre todo tipo de personas. Sus hijos y sus hijas profetizarán, sus jóvenes tendrán visiones y sus mayores tendrán sueños, e incluso sobre mis esclavos y mis esclavas derramaré parte de mi espíritu en esos días, y ellos profetizarán. Haré cosas impresionantes arriba en el cielo y milagros abajo en la tierra: habrá sangre, fuego y nubes de humo. El sol se convertirá en oscuridad y la luna en sangre antes de que venga el grande y glorioso día de Jehová. Y todo el que invoque el nombre de Jehová será salvado’.’’
Cincuenta días antes del Pentecostés, Jesús había sido ejecutado en un madero. En esa ocasión, Dios hizo que el sol se oscureciera por tres horas y se produjo un gran terremoto. Aun así, la profecía de Joel se refiere al tiempo del fin, cuando Dios lleva a las naciones a juicio. Es por eso que, por inspiración, Pedro dijo que estas cosas iban a ocurrir en los últimos días, ya que el libro de Joel en realidad no dice eso. En cualquier caso, así como Dios derramó su espíritu sobre los 120 hombres y mujeres reunidos en un aposento alto en Jerusalén, durante los últimos días ocurrirá un fenómeno similar. (Para más información lea el capítulo 18 del libro Jehová Mismo Ha Llegado A Ser Rey en el siguiente link: https://testigosdejehova.info/18-joel/).
Curiosamente, antes del derramamiento del espíritu, aquellos creyentes judíos no eran hijos e hijas de Dios. En realidad, llegaron a serlo cuando el espíritu santo los ungió y se manifestó como lenguas de fuego sobre ellos. Fue entonces cuando fueron adoptados. Pero la profecía hace una distinción entre hijos e hijas y esclavos y esclavas. Eso se debe a que aquellos que recibirán el espíritu durante los últimos días ya habrán sido adoptados como hijos e hijas de Dios. El derramamiento del espíritu no será con el propósito de ungir, como lo fue en el primer siglo. En cambio, el espíritu santo los sellará y moverá a “profetizar” con respecto al regreso de Cristo.
La Watchtower quedará obsoleta en ese momento, habiendo cumplido su propósito. Entonces, los testigos del regreso de Cristo predicarán durante el mismo período de tiempo que su Señor: tres años y medio, 1.260 días, 42 meses, un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo, etc.
El mundo será juzgado por su respuesta al mensaje proclamado por los testigos de Jesús.