Domingo 21 de febrero
Los planes del que es trabajador tendrán buenos resultados (Prov. 21:5).
Jesús comparó nuestros días a los de Noé, y no cabe duda de que estos tiempos son “críticos y difíciles de soportar” (2 Tim. 3:1; Mat. 24:37). Teniendo esto presente, algunos matrimonios han decidido no tener hijos por el momento a fin de poder hacer más en el servicio a Dios. Al plantearse si tendrán hijos o no y cuántos tendrán, los matrimonios prudentes deben “calcular los gastos” (Luc. 14:28, 29). Los padres con experiencia saben que criar hijos no solo consume dinero, sino también tiempo y energías. Por eso es importante que los matrimonios se pregunten: “¿Tendremos que trabajar los dos a fin de conseguir lo necesario para la familia? ¿Pensamos lo mismo sobre qué es lo necesario? Si ambos tuviéramos que trabajar, ¿quién cuidaría a los niños? ¿Quién influiría en su forma de pensar y actuar?”. Las parejas que analizan con calma estas cuestiones toman en cuenta las palabras del texto de hoy. w19.12 23 párrs. 6, 7
No nos encontramos en los últimos días. Los verdaderos tiempos críticos no han comenzado aún. Es cierto, la sociedad se ha corrompido al nivel que Pablo predijo. Las personas solo se aman a sí mismas. Eso es innegable. Esta es la era del narcisismo. Sin embargo, no siempre ha sido así. La degradación de nuestra civilización ha sido un proceso gradual que ha tenido lugar a lo largo de las últimas generaciones. Ahora es completamente evidente. Pero tal como he señalado antes, la degeneración predicha no se produciría en el transcurso de los últimos días. Pablo indicó que los últimos días serían críticos y difíciles de soportar porque los hombres (y las mujeres) ya se habrían vuelto narcisistas, codiciosos, feroces, desleales, arrogantes, desagradecidos, etc.
En cuanto a la semejanza con los días de Noé, Jesús hizo esa comparación en más de una ocasión. En el capítulo 17 de Lucas, Jesús habló de aquel tiempo y de Lot con una notable diferencia. En lugar de asemejar su presencia al día en que Noé entró en el arca, Jesús dijo algo ligeramente distinto de lo que los testigos de Jehová deberían tomar nota. En Lucas 17:30, Cristo mencionó lo siguiente: “Así también será en el día en que el Hijo del Hombre sea revelado”.
Desde el principio, cuando se comenzó a reunir el primer grupo de Estudiantes de la Biblia en Allegheny, Pennsylvania, C.T. Russell creía que la vuelta de Jesús sería invisible. De hecho, Russell creía que Jesús ya había regresado de manera invisible en 1874. Desde entonces, la Watchtower ha promovido esa mentira, aunque haya cambiado la fecha de 1874 a 1914.
No obstante, dado que Jesús habló de su revelación en el mismo contexto que habló de su parusía, debería ser evidente para cualquier investigador honesto que la presencia del Hijo del hombre es lo mismo que su revelación.
Tal vez el Cuerpo Gobernante pueda convocar una reunión especial, tal vez formar un comité de interpretación y elaborar una explicación plausible de cómo algo invisible puede ser revelado y, sin embargo, permanecer igual. O simplemente pueden seguir ignorando verdades y hechos incómodos.
Me asombra que ninguno de los tan exaltados maestros de Betel tenga idea del objeto y manera de la vuelta del Señor.