Sábado 10 de julio

El temblar ante los hombres es lo que tiende un lazo, pero el que confía en Jehová será protegido (Prov. 29:25).

Nos ayudará a ser más valientes predicar las buenas noticias del Reino de Dios. ¿Por qué? Porque hacerlo nos enseña a confiar en Jehová y a vencer el temor a las personas. Del mismo modo que los músculos se fortalecen con el ejercicio, la valentía se fortalece cuando predicamos de casa en casa, en lugares públicos, de manera informal y en los negocios. Si predicamos ahora con valor, estaremos listos para seguir haciéndolo aunque se proscriba nuestra obra (1 Tes. 2:1, 2). Aprendemos mucho del ejemplo de una hermana fiel que demostró un valor extraordinario. Nancy Yuen solo medía alrededor de metro y medio (5 pies), pero no era fácil intimidarla. Como se negó a dejar de predicar el Reino, estuvo presa unos veinte años en China. Los funcionarios que la interrogaron dijeron que era “la persona más testaruda” del país. w19.07 5 párrs. 13, 14

Lo que se menciona en este texto diario es indudablemente cierto. Salir en público a hablar con la gente acerca de la Biblia requiere mucha fe y coraje. Y tampoco me cabe duda de que Dios imparte el espíritu santo a los que hacen la obra que Cristo les encomendó.

Pero, ¿quién hubiera pensado que la obra mundial de predicar las buenas nuevas sería prohibida por la Watchtower?

El artículo de La Atalaya en el que se basa el texto diario se publicó a fines de 2019, unos meses antes de que comenzara la pandemia. Sin embargo, los textos diarios de 2021 se compilaron en algún momento durante el año 2020 durante el confinamiento. Así que la realidad no parece influir en los editores de esta publicación.

En todo caso, con sus propias palabras el Cuerpo Gobernante se condena a sí mismo. ¿Por qué? Porque si nuestra confianza en Dios y nuestra fe en él se fortalecen predicando de casa en casa, en lugares públicos y en zonas comerciales, el Cuerpo Gobernante es culpable de socavar la fe y desalentar a millones de publicadores y precursores que han recibido la orden de confinarse en sus casas por parte de la misma institución que se encarga de dirigir la obra.

Es verdad, el miedo al hombre es una trampa. Siguiendo el excelente ejemplo de Nancy Yuen, los testigos de Jehová deberían desafiar a sus amos en Warwick. Después de todo, esta pequeña publicadora se negó a obedecer a los comunistas chinos a pesar de que eso resultó en una dura sentencia de prisión de 20 años. No obstante, millones de testigos de Jehová obedecen diligentemente al “esclavo fiel” a pesar de que, según las propias palabras de la Watchtower, no predicar en público es perjudicial para la fe de un cristiano.

El capítulo 59 de Isaías nos muestra cómo ve Dios la situación actual: “Porque sus manos están manchadas de sangre, y sus dedos, de pecado. Sus labios dicen mentiras y su lengua murmura injusticias. Nadie clama para defender la justicia y nadie va a juicio con la verdad. Ellos confían en cosas vacías y dicen cosas inútiles. Conciben desgracia y dan a luz maldad. Incuban los huevos de una serpiente venenosa y tejen la tela de una araña. El que se coma los huevos morirá, y del huevo que se rompa saldrá una víbora. Su telaraña no servirá de ropa ni podrán cubrirse con lo que hacen. Sus obras son malas y en sus manos hay actos de violencia” (Isaías 59:3-6).

Además del muro de mentiras construido alrededor de 1914, el encubrimiento de muchos casos de abuso infantil, las mentiras detrás de su asociación como ONG por 10 años con la ONU, la Watchtower ha concebido recientemente un plan malvado con el pretexto de salvar vidas.

Sorprendentemente, la organización que existe únicamente con el propósito de capacitar y motivar a los predicadores del Reino y maestros de la Biblia ha tejido una red de mentiras y tramado un complot venenoso para destruir la obra de Cristo que se lleva a cabo por medio de ellos.

Nuevamente, según sus propias palabras, no predicar públicamente es perjudicial para la salud espiritual de un cristiano. Ordenar a los cristianos que no salgan a predicar en público es perjudicial. Es una forma de violencia tan real como la persecución comunista de Nancy Yuen. ¿Quién más sino Satanás el Diablo podría maniobrar las cosas para seducir al Cuerpo Gobernante y hacer que ellos cierren todos los Salones del Reino del mundo y ordenen a los testigos de Jehová que cesen su ministerio público indefinidamente? ¡Quien come los “huevos” demoníacos de la Watchtower sin duda morirá espiritualmente!

¿Quién sino Jehová Dios el Todopoderoso podría haber previsto esto que está sucediendo hace 27 siglos? Hablando en nombre de los ungidos durante el período sombrío que se avecina, Isaías pasa a confesar a Dios en oración: “Palpamos la pared como los ciegos; palpamos y palpamos como los que no tienen ojos. Tropezamos en pleno mediodía igual que en la oscuridad del atardecer; entre los fuertes somos como muertos. Todos seguimos gruñendo como osos y gimiendo con tristeza como palomas. Esperamos que haya justicia, pero no la hay, y que haya salvación, pero está muy lejos de nosotros. Pues nuestras rebeliones son muchas delante de ti; cada uno de nuestros pecados testifica contra nosotros. Porque somos conscientes de nuestras rebeliones; conocemos bien nuestros errores. Hemos pecado y renegado de Jehová; le hemos dado la espalda a nuestro Dios. Hemos hablado de opresión y rebelión; hemos concebido mentiras y murmurado falsedades en el corazón” (Isaías 59:10-13).

El Cuerpo Gobernante ha tomado la iniciativa de darle la espalda a Dios. Han traicionado a Jehová. Seguir los dictados de la OMS de la ONU es primordial. Obedecer el protocolo para prevenir el COVID-19 es muy importante. Los mandamientos de Jehová se han convertido en algo secundario para ellos.