Después de la Segunda Guerra Mundial, el Imperio británico se puso a trabajar inmediatamente para destruir la alianza entre los Estados Unidos y Rusia que se había formado como resultado de la invasión nazi a la URSS. Fue por esa razón que Winston Churchill llegó a Fulton en el estado de Misuri en 1946 y proclamó que una “cortina de hierro” había caído sobre el continente europeo. Tan pronto como cesaron los disparos, comenzó una nueva guerra: la Guerra Fría. Esta dio forma a la generación conocida como baby boomers y proporcionó el ímpetu para un mayor desarrollo tecnológico y la proliferación de las armas más poderosas y diabólicas jamás concebidas.

Durante ese tiempo, tomó forma el llamado complejo militar-industrial. Extraña e inquietantemente, el presidente saliente en 1960, Eisenhower, advirtió a la nación en su discurso de despedida, no acerca de la amenaza roja, sino de la expansión del poder de lo que llamó el complejo militar-industrial (MIC). Ike tenía razón. Durante los 60 años transcurridos desde entonces, aquella amenaza se ha convertido en un monstruo que pone en peligro la existencia misma de la humanidad y toda la vida en este planeta.

Sin embargo, lo que Eisenhower no explicó es que lo que ha llegado a conocerse como el Estado profundo y el complejo militar-industrial es solo un apéndice del prácticamente invisible Imperio británico. ¿Cómo surgió todo eso?

Después de que Abraham Lincoln derrotó a la Confederación respaldada por Londres y preservó la unión de los Estados Unidos, los británicos tramaron un plan para subvertir a esta nación desde adentro, aunque ya lo hubieran intentado antes.

Hacia finales del siglo XIX, surgieron varias sociedades semisecretas, siendo la Sociedad Fabiana, formada en 1884, una de las más importantes. El objetivo de esta ha sido la promoción del socialismo, no mediante una revolución al estilo bolchevique, sino a través de un condicionamiento gradual. Los fabianos adoptaron apropiadamente una tortuga como su logotipo.

En respuesta al éxito del sistema económico estadounidense que se dio después de la guerra civil, en 1895 los fabianos establecieron la Escuela de Economía de Londres para capacitar a las generaciones futuras, no en la construcción de naciones, sino en la alquimia monetaria.

Los hombres de dinero lograron acabar con cualquier tendencia a crear otro banco nacional para los Estados Unidos en 1913 al convertir sigilosamente al Sistema de la Reserva Federal de propiedad privada en el banco oficial del gobierno federal. El llamado FED ha inundado el mundo actual con dinero, alimentando la locura especulativa más imprudente de la historia. Ahora, los globalistas han indicado su intención de implementar lo que se conoce como el Gran Reinicio, lo cual parece ser nada menos que un tipo de comunismo a nivel global.

Dado el inexorable ascenso del socialismo en los Estados Unidos, el condicionamiento fabiano aparentemente ha tenido éxito. Y dada la firme oposición del presidente Trump, así como su resistencia al Nuevo Acuerdo Verde, que es clave para el Gran Reinicio, es comprensible por qué los británicos han orquestado un golpe de estado contra él, el cual culminó en el fraude electoral más atroz de la historia.

El mencionado complejo militar-industrial quedó bajo el control del Imperio de otra forma. A través de la influencia del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), establecido después de la Primera Guerra Mundial como una organización hermana del Instituto Real de Asuntos Internacionales de Londres, durante las décadas siguientes, políticos, medios de comunicación, educadores y hombres y mujeres influyentes en los negocios han sido condicionados para rechazar el nacionalismo y adoptar el globalismo, lo cual es imperialismo. Para resumirlo todo en una frase, podemos citar el slogan del sitio Infowars: “hay una guerra en curso por tu mente”. Y Londres ha estado ganando esa guerra.

Para el año 2000, las agencias de inteligencia angloamericanas se habían vuelto prácticamente indistinguibles. Por lo tanto, la subversión se había completado. Y por consiguiente, cuando los terroristas sauditas aliados de los británicos atacaron el 11 de septiembre, Estados Unidos fue desatado sobre Medio Oriente como el gigante tonto de Londres.

Prácticamente todos los presidentes estadounidenses deben ser examinados por el Consejo de Relaciones Exteriores. Aparentemente, ellos no creían que Donald Trump fuera a convertirse en presidente en 2016, pero para su horror, ni siquiera la póliza de seguro del FBI logró sacarlo del poder y el audaz presidente hizo un esfuerzo de buena fe para reducir las guerras eternas que son fundamentales para el gran plan del Imperio de dominar el mundo.

¿Qué tiene que ver esto con la lucha en curso entre el rey del norte y el rey del sur? Según Daniel, esta lucha llegará a su clímax durante el tiempo del fin. Esto es lo que escribió el profeta: “En el tiempo del fin, el rey del sur se envolverá en un conflicto con él. Entonces el rey del norte arremeterá contra él con carros, jinetes y muchas naves. Invadirá los países y pasará como una inundación”.

Contrariamente a la repetida afirmación de la Watchtower de que el tiempo del fin comenzó en 1914, no existe una cronología que revele el día y la hora del comienzo del fin. Si la interpretación de la Organización fuera verdadera, si Alemania hubiera sido realmente el rey del norte cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, entonces el “empuje” o conflicto habría precedido a esa guerra y la inundación habría sido llevada a cabo por Alemania. No obstante, por desgracia, Alemania y el Imperio austrohúngaro fueron derrotados en la guerra. Para que su interpretación tuviera sentido sin tener en cuenta los hechos históricos o incluso el sentido común, la Sociedad afirma que el conflicto se dio de nuevo durante la Guerra Fría, esta vez con el rey del norte bajo del disfraz de la URSS.

Es cierto que la Unión Soviética parecía crecer como una inundación imparable, tomando el control de la mitad de Europa. Pero, trágicamente, la URSS colapsó y todas las naciones que habían sido dominadas por el comunismo se volvieron libres.

Sin embargo, los hombres de visiones de Betel son tercos. Hace unos años, el Cuerpo Gobernante anunció que Rusia es el nuevo rey del norte y que este está utilizando la ciberguerra para presionar al rey angloamericano del sur. Vergonzosamente, la Organización basa parcialmente su nueva luz en las noticias demostrablemente falsas de que Rusia hackeó el CND para ayudar a Trump a ser elegido.

Increíblemente, de acuerdo con la Sociedad, el “empuje” ha estado ocurriendo durante más de un siglo y ha sido llevado a cabo por al menos tres entidades diferentes que los testigos de Jehová deben creer que han tomado el rol del profetizado rey del norte.

Mientras tanto, actualmente, en medio de los informes contradictorios que afirman que Trump se ha rendido, corre el rumor entre los teóricos de la conspiración de que el presidente ha desocupado la Casa Blanca y se encuentra en un centro de mando y control militar. Si eso es cierto, evidentemente Trump no va a ceder. ¡Él está planeando dar un golpe de vuelta! Parece que la opción militar podría ser utilizada contra los traidores, sediciosos y golpistas. Es por ese motivo que la oposición y sus marionetas mediáticas claman por que Trump sea destituido de su cargo ahora, no dentro de dos semanas cuando supuestamente se acabe su mandato, no, ¡ahora!

Si Trump lleva a las Fuerzas Especiales y al Cuerpo de Infantería de Marina contra el Estado profundo, sus lacayos y embaucadores, en última instancia contra el Imperio que los controla, la respuesta seguramente será una avalancha abrumadora de violencia: guerra civil, colapso financiero y guerra total.

Entonces sabremos con certeza que el tiempo del fin ha comenzado. Y a partir de ese momento todo cambiará.

Continuará…