PREGUNTA: Usted dice en algunos de sus videos que, a pesar de algunas fallas, los testigos de Jehová están haciendo la voluntad de Dios en la tierra, a saber, predicando el mensaje del Reino. También dice (y estoy totalmente de acuerdo) que 1914 es una enseñanza falsa y, por lo tanto, los testigos de Jehová están promoviendo una falsa parusía. Mi pregunta es la siguiente: si los testigos de Jehová promueven el mensaje del Reino, pero enseñan que se estableció hace más de 100 años, ¿cómo podrían estar cumpliendo las profecías? Si una persona estuviera aprendiendo la Biblia con los testigos de Jehová y rechazara su escatología, ¿estaría rechazando el mensaje del Reino? A mí me parece que un mensaje falso del reino no puede cumplir los versículos de Mateo 24 y Lucas 21. Tengo mis propios pensamientos al respecto, pero me gustaría escuchar los suyos.
En primer lugar, lo que yo anuncio y/o publico no son simples pensamientos. Yo me baso por completo en las Escrituras para hablar acerca de los juicios de Jehová y los demás temas bíblicos. Y la situación con los testigos de Jehová de hoy tiene precedentes en el registro bíblico.
Considere el hecho de que poco después de que Jesús comenzara su ministerio, también le encargó a sus apóstoles elegidos que comenzaran una campaña de predicación antes que él. No solo eso, poco después de enviar a los apóstoles, también envió a otros setenta discípulos en parejas. Al igual que la Watchtower con el ministerio de los testigos de Jehová, Jesús les dio a sus discípulos un mensaje específico para declarar. Debían anunciar a sus compañeros israelitas que el Reino de los cielos se había acercado.
Sorprendentemente, sin embargo, aunque Jesús les confió la tarea de ser sus agentes para predicar las buenas nuevas, esos predicadores originales no tenían ni la más remota idea de lo que era el Reino de los cielos. Incluso al final del ministerio de Jesús, los apóstoles no tenían ni idea de que Jesús regresaría al cielo. Sin duda alguna, ellos estaban bajo la influencia del mismo engaño que todos los judíos, al imaginar que la restauración del trono de David iba a ser una organización terrenal. Eso se desprende de lo que se afirma en el capítulo 19 de Lucas, el cual establece que, al acercarse Jesús a Jerusalén, los discípulos imaginaron que el Reino de Dios se mostraría instantáneamente. Incluso después de resucitar, los discípulos le preguntaron a Jesús que si él estaba restaurando el Reino a Israel en ese momento.
Fue solo después de que el Espíritu Santo los hubo alcanzado cuando finalmente pudieron comprender la “amplitud y longitud, altura y profundidad”.
El hecho de que los discípulos tuvieran falsas expectativas con respecto al Reino fue una piedra de tropiezo para ellos. Cuando Jesús regresó al cielo sin haber restaurado el Reino, aquellos que habían sido sus seguidores tuvieron que ajustar su pensamiento. Tenían que resolver el dilema de si querían continuar con las enseñanzas de Jesús en su ausencia. Tenían que demostrar que tenían fe y no estaban simplemente siguiendo a un hombre que hacía milagros impresionantes.
Por lo tanto, a pesar de que los seguidores originales de Cristo no tenían ni idea de lo que era el Reino, su mensaje —el Reino de los cielos se ha acercado— seguía siendo relevante por la razón de que aquellos que respondieron al mensaje y que continuaron siendo fieles después de que Jesús volvió a las regiones celestiales, fueron finalmente recibidos en el Reino de Cristo en virtud de haber sido ungidos por el espíritu santo.
Los testigos de Jehová están en la misma posición que los discípulos originales antes de que Cristo fuera asesinado, pero nosotros sabemos mucho más acerca del Reino de Dios que los 70 a quienes Jesús comisionó por primera vez como proclamadores del Reino. Así como la realidad de la muerte de Cristo fue ocultada a los apóstoles (Lucas 9:45), e incluso el gran maestro no pudo disuadirlos de sus falsas nociones, en la actualidad ocurre lo mismo: los proclamadores del Reino modernos están ciegos ante la realidad de una futura parusía de Cristo y todo lo que eso conlleva.
Sin duda, la doctrina de 1914 es una gran piedra de tropiezo, no solo para las relativamente pocas personas que ven la falacia ahora, sino para prácticamente todos los testigos de Jehová que están avanzando en la verdad. Así como la inesperada muerte de su maestro obligó a los apóstoles a reflexionar acerca de su fe, el repentino estallido de una guerra mundial, hambrunas, pestilencias… en resumen, todas las cosas que Jesús predijo que ocurrirían como un preludio de su presencia final, impondrán una prueba severa de fe sobre todos los asociados con la Watchtower.
Desafortunadamente, podemos esperar que muchos tropiecen, tal como lo predijo Jesús. Irónicamente, sin embargo, la venida de Cristo resultará en última instancia en la eliminación de todas las piedras de tropiezo, incluyendo la doctrina de la falsa parusía de 1914. Eso era a lo que Jesús hacía referencia con su ilustración de la siega, cuando explicó que “la siega es una conclusión de un sistema de cosas, y los segadores son los ángeles. De manera que, así como se junta la mala hierba y se quema con fuego, así será en la conclusión del sistema de cosas. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos juntarán de su reino todas las cosas que hacen tropezar, y a los que cometen desafuero, y los arrojarán en el horno de fuego. Allí es donde será [su] llanto y el crujir de [sus] dientes. En aquel tiempo los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, escuche.’’
Así como la predicación original del Reino preparó a las personas para entrar a este cuando se les abrió la puerta en el Pentecostés, la Watchtower, sin saberlo, ha preparado a un pueblo para la siega final. La falsedad de la doctrina de la parusía invisible simplemente sirve como un velo que se levantará durante la revelación y manifestación de Cristo. Se podría decir que la Watchtower está haciendo la voluntad de Dios, incluso al promover una falsa parusía, ya que solo con el permiso de Dios se le permite a Satanás ejercer una influencia engañosa sobre la congregación de Cristo antes de su venida.
Tal como lo ilustró Jesús, antes de la conclusión del sistema de cosas habría personas desaforadas y piedras de tropiezo dentro del Reino de Cristo, es decir, dentro de su congregación, su organización, si así la prefiere llamar usted. Por lo tanto, las Escrituras reconocen que hay obstáculos en el Reino de Cristo que tienen el potencial de destruir la fe de un creyente. De hecho, en eso consisten las piedras de tropiezo. Sin embargo, podemos estar seguros de que Jesús cumplirá plenamente la obra de su Padre a pesar de esos factores negativos, tal como lo hizo cuando envió a los 70 para declarar el emocionante mensaje que cambió el mundo: ‘’el reino de los cielos se ha acercado’’.