Los testigos de Jehová tienen la esperanza de que nunca morirán – una esperanza basada sólidamente en su conocimiento único de la Biblia.
Dios hizo al hombre y la mujer para que vivieran en la tierra para siempre. Como el Padre amoroso que es, Jehová deseaba que sus hijos terrestres tuviesen todo lo bueno. Jehová nos dotó con su carácter propio y personalidad, esto es lo que significa ser hecho a su imagen. Por ejemplo, la bondad humana no es más que un reflejo de su carácter bondadoso. Nuestro sentido innato de la imparcialidad y la justicia, es otro ejemplo de lo que se implantó en las mentes de nuestros padres originales por el mismo Dios de la justicia.
Pero trágicamente, a causa de su desobediencia, Adán y Eva fueron condenados a muerte; y, consecuentemente pasaron el pecado y la muerte a su descendencia, antes de que nacieran.
Pero Jehová Dios ha hecho con mucho amor arreglos para deshacer los efectos mortíferos de su pecado, proporcionando la muerte sustitutiva de su amado Hijo, Jesús.
Como Pablo nos explica, igual que la muerte entró en el mundo a través de la desobediencia de un hombre, el don de Dios de la vida surgió a través de la fidelidad de un hombre, Jesús.
El propósito de Dios siempre ha sido tener la tierra como un paraíso para los seres humanos que él creó – siguiendo el modelo del jardín del Edén. Este sigue siendo el propósito de Dios. Contrariamente a las publicaciones ficticias en libros como La Agonía Del Gran Planeta o novelas populares como la serie Dejados atrás, El propósito claro de Dios es salvar la tierra de la ruina, no destruirla.
Desde sus inicios la Sociedad Watchtower entendió esta verdad básica. Pero aunque se dieron cuenta de que el propósito de Dios era restaurar la tierra, los estudiantes internacionales de la Biblia originalmente asociados con Charles Taze Russell y la Watchtower se aferraron a la esperanza de estar con Cristo en el cielo. Se entendió, sin embargo, que el Reino de Cristo iba a gobernar sobre la tierra y este sería el medio por el cual Dios restauraría a la humanidad a la perfección terrenal. A pesar de esto, poco a poco después de que C.T. Russell murió cada vez menos de los asociados con la organización de estudiantes de la Biblia en la década de 1920 y 30 profesaron tener un llamado celestial. ¿Que estaba sucediendo? Se produjo un cambio gradual pero profundo en aquel entonces, por el que, más y más personas comenzaron a abrazar la esperanza de vivir en la tierra para siempre. Entonces, en 1935, en una asamblea Internacional de los testigos de Jehová, el entonces Presidente de la Sociedad Watchtower, J. F. Rutherford, pidió a todos aquellos en la audiencia que tuvieran esta esperanza de vivir para siempre en la tierra que por favor se pusieran de pie. Él entonces los presentó como la “gran muchedumbre” de revelación 7:9 que está destinada a sobrevivir a la gran tribulación.
Aunque esta sensacional presentación de la gran muchedumbre tuvo lugar exactamente hace 75 años y sin duda casi todos los que en ese entonces se pusieron de pie ya no están vivos, aun, gracias al trabajo de la Sociedad Watchtower y los testigos de Jehová en las décadas siguientes muchos millones de personas desde ese entonces llegan a entender el propósito de Dios y han adoptado también la esperanza de no morir. La aparición de un grupo compuesto de personas de todas las Naciones y lenguas que están dedicadas a Jehová Dios y Jesucristo es un fenómeno profundamente significativo.
Es comprensible que, si de hecho el propósito de Dios es sembrar un nuevo mundo con una gran muchedumbre de sobrevivientes del fin de este mundo, como preludio a ese evento, este debe, necesariamente, ser una gran obra educativa y re-colectiva.
Hace aproximadamente 35 siglos, un drama que se desarrolló demostró la intención de Dios con la gran muchedumbre que actualmente existe entre los testigos de Jehová. Fue en la ocasión del gran éxodo. Jehová trajo una serie de 10 plagas sobre el obstinado Faraón y los egipcios, la décima plaga siendo esta la muerte de los primogénitos. Pero los hebreos fueron instruidos para sacrificar un cordero y con un poco de su sangre salpicar sobre las puertas de sus viviendas y permanecer en el interior de ellas esa noche cuando el ángel de la muerte visitara Egipto. El ángel pasó por todas las casas que tenian la sangre del cordero y por esta razón existe la Pascua. El ángel entonces condujo a los israelitas y una vasta sociedad mixta de egipcios y otros fuera de Egipto. Jehová dividió el mar rojo para proporcionarles a los israelitas la liberación de la persecución del ejército del faraón. Finalmente, Dios los llevó a una tierra propia – la tierra prometida donde fluye leche y miel.
El libro de Apocalipsis se basa en el drama de Éxodo. Una serie de plagas deben ser derramadas sobre este mundo y la gran muchedumbre de personas que han lavado sus vestiduras en la sangre del cordero sobrevivirá al fin del mundo y entraran en el nuevo mundo que Dios ha prometido. El hecho de que existan millones de personas en toda la tierra que no sólo han adoptado la esperanza de sobrevivir a la gran tribulación, sino que, obedecen a Cristo y están activamente proclamando este mensaje profundo a sus vecinos, es evidencia que Dios está reuniendo activamente a un pueblo preparándolos para heredar la tierra cuando se destruya la civilización global actual.
Jesús se refirió a un pequeño rebaño de discípulos como aquellos a los que se les dará el reino. Esto es para diferenciarlos de otros grupos, diversamente denominados como las otras ovejas y la gran muchedumbre. El pequeño rebaño en última instancia, se compone de 144.000. Estos son llamados los elegidos. Se habla de ellos como los receptores de la primera resurrección. Revelación explica que los que reciben la primera resurrección no son vulnerables a la segunda muerte. Esto se debe a que los que son regresados a la vida en la primera resurrección, es decir, son resucitados como espíritus – espíritus inmortales. Obviamente, sin embargo, si hay una primera resurrección también hay una segunda. La segunda resurrección es la resurrección terrenal. Los miles de millones de hombres que han vivido y muerto serán llevados de vuelta a la tierra como seres humanos. Se beneficiarán del dominio del reino celestial de Dios. Ellos tendrán la oportunidad de ser rehabilitados de los estragos del pecado y vivir para siempre en la tierra en el paraíso. Es por esto que Jesús prometió al malhechor que fue ejecutado junto a él que iba a estar con él en el paraíso.
¿Cómo Jesús estará con él en el paraíso? El capítulo 21 del Apocalipsis nos explica: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.
Observe que en el versículo se dice que Dios estará con la humanidad, tal como originalmente estuvo con Adán y Eva en el jardín del paraíso. Sin duda aquellos que sobrevivan la gran tribulación estarán sin duda traumatizados. Necesitaran calma. La tribulación y la guerra mundial del Armagedón será un calvario terrible para ellos. Pero por eso Dios borrará toda lágrima de sus ojos.
Cuando Lázaro murió Jesús tomó esa triste ocasión para explicar su papel como facilitador de la resurrección y dador de vida. Jesús le explicó a la hermana afligida de Lázaro: « Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás. ¿Crees tú esto?”– Juan 11:25-26.
¿A qué se refería Jesús al decir “ y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás “? Pablo utiliza una expresión similar cuando habla respecto a la primera resurrección: “y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. Después nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con [el] Señor”.
Pablo se refería a sí mismo como uno de los vivos que estarán presentes cuando se inicie la presencia de Cristo. Él dijo eso porque él vivía entonces. Sin embargo, no estaba diciendo que los que se unieran a cristo no morirían. En el capítulo 15 de Corintios Pablo explicó la resurrección celestial a los que dudan de la comparación con la semilla que debe morir para dar a luz a la planta que brota de ella. Pablo escribió: ” Lo que siembras no es vivificado a menos que primero muera; y en cuanto a lo que siembras, no siembras el cuerpo que se desarrollará, sino un grano desnudo, sea de trigo o cualquiera de los demás; pero Dios le da un cuerpo así como le ha agradado, y a cada una de las semillas su propio cuerpo”
Todos los 144.000 escogidos deben morir para llegar a nacer como espíritus. Es sólo que los que mueren durante la presencia de Jesús no duermen en la muerte como los que mueren antes de su llegada. En lugar de dormir en la tumba ellos se transformaran instantáneamente, “en un abrir y cerrar de ojos.”
Por lo tanto, aquellos que están viviendo en la fe de Cristo deben ser también los que estén viviendo en el momento de su llegada. Pero, dado que los elegidos deben morir para ser trasformados, los vivos que “nunca morirán “, no pueden ser aquellos que han sido llamados al cielo. Los “vivos”, sobre los que Jesús habló a Martha, deben ser la gran muchedumbre que sobrevivirá a la tribulación.
Con certeza, los testigos de Jehová tienen la esperanza segura de que serán las primeras personas que han vivido en esta tierra que nunca morirán. Qué privilegio gozoso se ha dado a los testigos de Jehová en la víspera de la gran tormenta que está a punto de barrer este mundo malvado – la perspectiva de la supervivencia y ser los primeros seres humanos desde Adán y Eva en disfrutar del paraíso.