PREGUNTA: Los testigos de Jehová enseñan que todo el que invoque el nombre de Jehová (YHWH) será salvo. El nombre Jehová es una “invención” de un monje dominico español de la Iglesia Católica Romana en el siglo XIII (según el libro AID). Hay muchos indicios de que los primeros Estudiantes de la Biblia tenían conexiones masónicas. Jehová es la persona más importante de la masonería. En las órdenes superiores de la masonería se hacen sacrificios a Satanás. ¿Están invocando inconscientemente a Satanás aquellos que invocan el nombre de Jehová? Y ¿es apropiado que un cristiano use un “nombre artificial” cuando se dirige al Todopoderoso, teniendo en cuenta que la pronunciación original del nombre de Dios no se ha conservado en la Biblia?

A los testigos de Jehová no se les ocurrió la idea de que todo el que invoque el nombre de Dios será salvo. Es algo que está escrito en la Biblia. Ellos simplemente señalan lo que dicen las Escrituras.

Siempre me resulta divertido cuando la gente repite que algún monje católico inventó el nombre. Al parecer, la gente no se da cuenta de que el idioma español en sí es una invención. Hace 2000 años, cuando comenzó el cristianismo, no se hablaba español. Los lingüistas remontan su comienzo a la edad media. Y lo que se hablaba originalmente, conocido como español antiguo, no se entiende muy bien en la actualidad. El hecho es que todos los idiomas evolucionan a medida que se acuñan nuevas palabras y las viejas desaparecen por su falta de uso. Además, el alfabeto español original no empleaba la letra “J” del mismo modo que en nuestros días. Su utilización fue cambiando a lo largo de los siglos. Es por esa razón que, en la primera traducción bíblica al español que contiene el nombre de Dios, este aparece como Iehova y no como Jehová.

En cuanto al hecho de que los masones utilizan el nombre de Dios, sospecho que también usan el nombre de Jesús. ¿Y eso qué? ¿Le resta de alguna forma eso importancia a Cristo? Los Diez Mandamientos advierten, no contra el uso adecuado del nombre de Dios, sino contra su utilización de manera indigna. Si alguien emplea mal el nombre de Dios en un ritual ocultista, esa persona tendrá que responder por su error.

Curiosamente, el relato de Génesis 4:26 dice que, antes del diluvio, durante los días de Enós, los hombres comenzaron a invocar el nombre de YHWH. Aparentemente lo hacían de un modo negativo, ya que la gente invocaba el nombre de Dios desde el principio. Por ejemplo, cuando Eva dio a luz, ella mencionó que había engendrado un hombre con la ayuda de Jehová.

Tal como ya se mencionó, el uso que se le daba a la letra “J” cambió a lo largo de los siglos. Una utilización que se le dio fue sustituir la letra “Y” con la que originalmente comenzaban muchos nombres hebreos. Nombres como Jacob, Josué, Joel y José, se escriben con una “Y” en hebreo. ¿Por qué nadie considera que estos nombres comunes sean ilegítimos?

La verdad es que Satanás ha tratado de eliminar el nombre de Dios. Ha logrado en gran medida inducir a los traductores bíblicos modernos a omitir cualquier referencia a YHWH en cualquiera de sus formas, ya sea Jehová o Yahvé. La evidencia sugiere que los copistas de las Escrituras Griegas también eliminaron YHWH de los Evangelios y las cartas de los apóstoles. Aun así, YHWH aparece miles de veces en los textos hebreos antiguos, en casi 7.000 lugares en total.

La gente le da mucha importancia a que nadie sabe qué vocales hacían parte del Tetragrámaton. Sin duda, los enemigos de la verdad preferirían hacer impronunciable el nombre de Dios. Obviamente, nadie puede invocar el nombre del Altísimo sin vocales. Sin ellas, YHWH no es un nombre, es una abreviatura.

Pero realmente su pronunciación no es tan misteriosa. Los antiguos hebreos ciertamente sabían cómo se pronunciaba el nombre del Todopoderoso. Moisés y los profetas escucharon a Dios proclamar su nombre. Los padres hebreos nombraban a sus hijos de manera que incorporaran el nombre personal del Creador. Probablemente hay más de cien nombres hebreos en la Biblia que usan un prefijo o un sufijo del nombre del Señor Soberano del universo o la abreviatura “ías”. Por ejemplo, hubo 9 personas diferentes llamadas Abías. El nombre se deriva de la palabra hebrea Abba, que significa “padre”, e “ías”, la cual es otro modo de expresar Yah, una forma abreviada de Yehowah. En conclusión, Abías significa Mi Padre es Jehová.

Otro ejemplo es Elías. Eli es la abreviatura de Elohim, que es la palabra hebrea para Dios. E “ías”, que, como ya se mencionó, es una manera diferente de expresar Yah o Jah, una forma abreviada del nombre divino. Por lo tanto, Elías significa Mi Dios es Jehová.

Algunos nombres hebreos usaban las dos primeras consonantes y vocales del nombre de Dios como prefijo. Nombres como Jehoiaquim, Jehoram y Jehosafat son ejemplos de ello. Al verlos, nos damos cuenta de que las dos primeras vocales de YHWH eran “e” y “o”, “Yeho” en hebreo y “Jeho” en español.

Docenas de otros nombres hebreos se apropiaron de la última sílaba del nombre de Dios como sufijo. Nombres como Jeremías, Sofonías, Hananías, Zacarías, Urías y muchos otros demuestran que la vocal de la tercera sílaba de YHWH era una “a”.

Al desglosar los nombres hebreos que se derivan del nombre del Altísimo, es indiscutible que YHWH se pronunciaba con tres sílabas, no con dos, como en Yahvé. Y las tres vocales en orden eran EOA, convirtiendo a YHWH en Ye-ho-wah. Pero dado que todos los demás nombres hebreos se traducen al español con una “J”, sería inconsistente traducir el nombre de Dios en su forma hebrea. Por tal motivo, el nombre divino es vertido al español como Jehová y no Yehowah.

El hecho es que quien inventó el nombre de Jehová acertó. Si el monje católico no lo hubiera hecho, otro lo habría hecho. Si nadie más lo hubiera hecho, yo lo habría hecho.