Pregunta # 46: Dado que los testigos de Jehová creen que no se puede conocer realmente a alguien sin saber su nombre, ¿no significa esto que ustedes no conocen a su propio Dios, ya que nadie sabe su verdadero nombre?
Probablemente el aspecto más importante de ser conscientes de que Dios tiene un nombre personal, independientemente de cuál sea la pronunciación correcta en hebreo, es que ese nombre lo distingue de su hijo Jesús. Y está claro que la maraña teológica conocida como la trinidad tiene la intención de difuminar tal distinción.
En cuanto al conocer verdaderamente la mente de Dios, el apóstol Pablo hizo una declaración interesante al respecto, cuando dijo: ‘’Porque ‘¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová para que pueda instruirlo?’. Pero nosotros sí tenemos la mente de Cristo.’’
Ante todo, los trinitarios deben tener en cuenta que el apóstol hizo una distinción entre la mente de Dios y la mente de Cristo. Aunque los dos son uno, lo cual significa que están en armonía, Cristo tiene su propia mente. Él es una persona distinta, un ser distinto a Dios. Obviamente, incluso si supiéramos la pronunciación precisa que, por ejemplo, Moisés usó cuando pronunció el nombre sagrado YHWH, ¿equivaldría eso a conocer la mente de Dios? Por supuesto que no.
Aunque los testigos de Jehová usemos una forma de YHWH, sepamos la diferencia entre Dios y su hijo, estemos familiarizados con los tratos que ha tenido Dios con el hombre y conozcamos las principales características de su personalidad, esas son verdades básicas. La revelación de Cristo aún está por ocurrir. Y, claro está, la manifestación de Jesús será realmente la revelación de Jehová, ya que Cristo es ahora la representación exacta de su mismo ser.
Conocer el nombre de Dios, incluyendo su verdadera pronunciación, sigue siendo la más simple de las verdades. Después de todo, sin duda alguna, el Diablo y los demonios conocen el nombre de Dios y ese conocimiento no les ha servido de nada. En el ámbito humano, cuando dos personas se encuentran por primera vez, generalmente es necesaria una presentación, donde cada uno aprende el nombre del otro. Eso suele ser lo primero que llegamos a saber sobre la otra persona. ¿Pero podemos decir que realmente conocemos a otra persona simplemente porque sabemos su nombre? De nuevo, por supuesto que no.
El hecho es que Jehová tiene mucho que enseñarnos. Y él promete hacerlo a través de Cristo y el Reino. De eso se trata el nuevo mundo: de conocer las maravillas de aquel a quien llamamos Jehová.
Pregunta # 47: Todos estamos de acuerdo en que Dios lo puede todo y lo sabe todo. Así que, ¿cómo es posible que Dios haya permitido que su nombre fuera eliminado de todos los manuscritos bíblicos, haciendo imposible que las personas de nuestros días sepan su nombre, pero sí conozcamos el nombre de Jesús, el cual es el que está por encima de TODO nombre (Phil 2: 9) y no existe otro por medio del cual podamos ser salvos (Hechos 4:12)?
La persona que hace la pregunta está muy mal informada. Dios no ha permitido que su nombre sea eliminado de todos los manuscritos bíblicos. Todo lo contrario. El Tetragrámaton aparece en casi 7,000 lugares a lo largo de las Escrituras Hebreas. Aunque algunos judíos evitaban pronunciar el Nombre Divino, los copistas y los escribas no lo eliminaron.
Es bueno tener en cuenta que no hubo conspiración para eliminar las vocales del Tetragrámaton. El idioma hebrero solía escribirse como una especie de taquigrafía que implicaba eliminar las vocales. Sin duda alguna, eso se hacía debido a que los medios de escritura en la antigüedad, ya sea vitela o papiro, eran relativamente escasos. En ese momento no era como ahora. Actualmente no tenemos que pensar demasiado acerca de dónde vamos a adquirir papel para escribir. Pero tal no era el caso hace miles de años.
El punto es que cuando un hebreo lee los textos que consisten en consonantes, el lector alfabetizado suministra las vocales para pronunciar las palabras, algo así como cuando leemos la abreviatura “etc.”, pues cuando la leemos pronunciamos naturalmente la palabra ” etcétera “, no las letras en sí. El problema con respecto a la pronunciación de YHWH no surgió porque el Nombre Divino fuera eliminado de las Escrituras, sino porque los judíos dejaron de pronunciar el nombre de Dios. Con el tiempo, después de siglos, los sonidos vocálicos precisos asociados con las cuatro consonantes fueron olvidados. Siglos después de la haberse terminado las Escrituras hebreas, los académicos desarrollaron un sistema de puntos vocálicos, los cuales eran pequeños puntos y marcas que indicaban la vocal correcta. Sin embargo, debido a que en ese momento los judíos habían olvidado las vocales asociadas con el Tetragrámaton, no se utilizaron puntos vocálicos con las consonantes que conforman el Nombre Divino.
Aun así, sin embargo, es simplemente incorrecto decir que el Nombre fue eliminado. No lo fue. Los manuscritos más antiguos conocidos, los rollos del Mar Muerto, que son anteriores al tiempo de Cristo y son aproximadamente 1,000 años más antiguos que las copias más antiguas conocidas de las Escrituras, contienen el Tetragrámaton. Además, las primeras copias de la Septuaginta, la traducción griega del hebreo, también contenían el Tetragrámaton.
La verdad del asunto es que solo los traductores modernos han eliminado el nombre de Dios de sus versiones de la Biblia. Pero eso no ha impedido que los testigos de Jehová den a conocer el nombre de Dios a personas de corazón honesto. Es la voluntad de Dios que su nombre sea declarado hasta los confines de la tierra. No hay nada que los hombres o los demonios puedan hacer para evitarlo.
En cuanto a si Jesús es el único nombre dado por el cual podemos ser salvos, una pregunta importante a considerar es esta: ¿quién salvó a Jesús? El apóstol Pablo arrojó algo de luz acerca del tema cuando escribió lo siguiente acerca de Cristo: “Durante su vida en la tierra, Cristo ofreció peticiones y ruegos con fuertes clamores y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su temor de Dios. Aunque él era su hijo, aprendió lo que es la obediencia por las cosas que sufrió. Y, después de haber sido perfeccionado, llegó a ser el responsable de la salvación eterna de todos los que lo obedecen, porque Dios lo ha nombrado sumo sacerdote a la manera de Melquisedec.” (Hebreos 5:7-10)
Aunque los evangélicos promueven la noción estúpida de que Jesús se resucitó a sí mismo de entre los muertos, Pablo, quien ciertamente sabía la verdad acerca de ese asunto, reveló que Jesús era un hombre temeroso de Dios. Y debido a su inquebrantable lealtad, Dios lo salvó de la muerte. Si lo que los trinitarios promueven fuera verdad, entonces tendríamos que creer que Dios aparentemente se suplicó a sí mismo para salvarse de la muerte y, evidentemente, Dios teme desagradarse a sí mismo y por eso se obedece. Verdaderamente, el trinitarismo es tan estúpido y absurdo como la antigua adoración pagana de palos y piedras.
Puesto que Jesús confió en Dios para que lo salvara, eso significa que Jehová es el Salvador Supremo. De hecho, los Salmos inspirados que se relacionan con Cristo le atribuyen lo siguiente: “Por eso te daré gloria entre las naciones, oh, Jehová, y le cantaré alabanzas a tu nombre. Él realiza grandes actos de salvación a favor de su rey; le muestra amor leal a su ungido, a David y su descendencia para siempre.” (Salmos 18: 49-50)
La resurrección de Jesús fue verdaderamente el mayor acto de salvación que Dios haya realizado. Dios no solo resucitó su hijo muerto, sino que lo transformó en un espíritu inmortal, en virtud de su renacimiento como hijo engendrado por su espíritu santo cuando fue bautizado por Juan. Por lo tanto, la misión de Jesús posterior a su resurrección es glorificar a Jehová por su amor leal.
Aquellos que se empeñan en ocultar la relación especial entre Jehová y Jesús se encontrarán bajo la desaprobación de Cristo cuando él venga en el nombre de su Padre a juzgar este mundo.