Pregunta # 40: ¿Por qué los traductores de su Biblia no insertan – convenientemente – la palabra Jehová en Filipenses 2:11, Romanos 10:9 y 1 Corintios 12:3?

Me siento avergonzado por la persona que hace esta pregunta. El deseo de este hombre es ser maestro de los testigos de Jehová, pero tal como dijo Pablo acerca de los supuestos maestros de su época, así como de los trinitarios, ellos “quieren ser maestros de la ley, pero no entienden ni las cosas que dicen ni las cosas en las que insisten tanto.’’ (1 Timoteo 1:7)

Seguramente, nadie que lea con honestidad el contexto inmediato de Filipenses 2:11 llegaría a la conclusión de que Jesús es Dios. Esto se debe a que es evidente que a Jesús se le da el gran honor de que su nombre sea puesto por encima de cualquier otro nombre en virtud de la magnanimidad de Dios. Filipenses 2:9 – 11 nos dice lo siguiente: “Por esta razón, Dios lo elevó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doblen todas las rodillas —las de quienes están en el cielo, en la tierra y bajo el suelo— y toda lengua reconozca públicamente que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre.’’

Como ya se señaló en respuestas anteriores, la intención de la trinidad es sacar completamente a Jehová del cuadro. La persona que hace la pregunta pone al descubierto esa intención al máximo. Pero cualquier buscador sincero de la verdad puede ver claramente que a Jesús se le da amorosamente su posición y autoridad por parte de Dios. ¿Qué persona racional afirmaría que Dios se exalta amorosamente a una posición superior? ¿Cómo podría el Ser Supremo, el Dios Todopoderoso, alcanzar una posición superior? O ¿cómo se supone que entendamos el razonamiento retorcido de un trinitario, si estos nos quieren hacer creer que a Jehová se le da un nombre que está por encima de cualquier otro nombre, siendo que Jehová ya es el Dios Altísimo?

Al parecer, los trinitarios desean que creamos que debido a que Dios le dio a Jesús un nombre por encima de cualquier otro nombre, el nombre y el cargo de Jesús exceden el nombre y la autoridad de Jehová. Pero todo es en vano. Tal como señaló el apóstol inspirado, la exaltación de Jesús resulta en gloria a Dios el Padre. Si Jesús hubiera sido exaltado sobre Jehová, ¿cómo podría eso haber traído gloria a Dios el Padre? Pero esos son los absurdos de los que aparentemente no se dan cuenta los trinitarios.

El mismo razonamiento distorsionado se emplea con respecto a Romanos 10:9, que nos dice: “Porque, si con la boca declaras públicamente que Jesús es el Señor y con el corazón demuestras fe en que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvado. Porque con el corazón se demuestra la fe que lleva a la justicia, pero con la boca se hace la declaración pública que lleva a la salvación.’’

Los trinitarios, debido a su mentalidad carnal, no pueden comprender los asuntos espirituales. Cuando ellos leen las palabras de Jesús acerca de levantar el templo en tres días, creen que él resucitó a sí mismo. Tal como un perro con un hueso que deja quitar de nadie, es imposible hacer que dejen a un lado sus creencias absurdas. Jesús no se levantó a sí mismo de entre los muertos. Las Escrituras dejan claro que Dios resucitó a Jesús y luego lo exaltó a una posición superior como recompensa por su fidelidad.

Los trinitarios evidentemente creen que debido a que Jesús llegó a ser Señor, él es el mismo Señor Soberano Jehová. Está más allá del alcance de su comprensión que en realidad hay dos señores, pero un Señor es superior al otro. Irónicamente, una de las versiones de la Biblia preferida por los trinitarios demuestra este punto. Debido a que han eliminado todos los rastros del Nombre Divino de sus Biblias, el Salmo 110 presenta un gran desafío para los trinitarios, pues allí se nos dice: ‘’Así dijo el Señor a mi Señor: ’Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies’.’’

Por haber eliminado el nombre del Padre, Jehová, el trinitario se ve enfrentado con el hecho innegable de que hay dos señores. Un Señor, el Señor en mayúsculas, es obviamente el Señor superior, pues le ordena al Señor menor que se siente a su derecha hasta que llegue el momento en que se le conceda todo poder y autoridad. El Señor menor es Jesucristo. El Señor mayor es Jehová. No hay nada que los trinitarios puedan hacer para defender su creencia frente a ese hecho. Solían quemar Biblias, pero esos días han terminado. La verdad ha prevalecido.

Pregunta # 41: ¿Por qué las imágenes de los testigos de Jehová han mostrado constantemente a través de los años a Jesús con un solo clavo en la muñeca en el momento de su crucifixión? Juan 20:25 dice que se usó más de un clavo para sus manos.

No conozco la razón por la cual la Watchtower ha retratado a Jesús con un solo clavo en ambas manos. Pero el problema puede resolverse fácilmente si usamos nuestra imaginación para figurarnos a Jesús colgado de un poste vertical con los brazos estirados sobre la cabeza, con una mano clavada a un lado del poste y la otra clavada al otro lado. Eso requeriría dos clavos, uno en cada mano. El que se usaran varios clavos no prueba que el madero tuviera una viga transversal y que los brazos de Jesús hubieran estado extendidos horizontalmente.

Para más información, diríjase a los siguientes enlaces:

https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1969768#h=1:0

https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1987608

Pregunta # 42: ¿Cómo explicaría usted el hecho de que en Apocalipsis 3:21 y 22: 1-4 se nos muestra que hay un solo trono que pertenece tanto a Jehová como a Jesús? Y ¿cómo explicaría el hecho de que se utilice el determinante posesivo ‘’su’’ y el pronombre de objeto directo ‘’le’’ ambos de la tercera persona del singular como si Jehová y Jesús fueran uno solo?

Apocalipsis 3:21 dice: “Al que venza le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.’’

Siguiendo el “razonamiento” particular de este trinitario, tendríamos que concluir que todos los santos son Dios. Después de todo, ellos están destinados a sentarse en el trono de Dios junto con Jesús. Por lo tanto, en lugar de una divinidad de 3 en 1, tenemos a un dios compuesto por 144,003 entidades. Eso obviamente es ridículo y absurdo.

De nuevo, está simplemente fuera del alcance de la comprensión de los trinitarios que Jehová le da temporalmente el trono a su Hijo. Pero esa es la verdad. Jehová siempre ha sido el Rey, mientras que Jesús no. El que Jesús llegue a ser Rey es una recompensa por haber conquistado al mundo. Lo mismo sucede con aquellos que están llamados a compartir el Reino con él. Estos reciben la misma recompensa siempre que conquisten el mundo, lo cual también incluye conquistar las falsas doctrinas de los trinitarios y otros cristianos falsos.

Curiosamente, en el capítulo siete de Apocalipsis, se muestra al Cordero en medio del trono, no en el trono. Aunque Cristo está destinado a gobernar como rey, él no reemplaza ni suplanta a Jehová. En cambio, él gobierna en nombre de Dios. Jesús dijo eso cuando estuvo en la tierra, revelando que no hace nada por iniciativa propia, sino que solo juzga según las normas del Padre.

Por consiguiente, el reino de Cristo es realmente el Reino de Dios, y se le llama así, no porque Jesús sea Dios, sino porque él gobierna para Jehová como rey y dios delegado. Es por eso por lo que al Cordero se le representa en medio del trono. Él recibe honores e incluso adoración, pero todos los fieles reconocerán que Jehová es Dios. Esa es la razón por la que las Escrituras dicen que Jehová llega a ser Rey cuando el Reino de Cristo llega al poder.

Pregunta # 43: ¿Cómo explicaría usted Apocalipsis 5:6 y Apocalipsis 5:13-14, donde se nos muestra que Dios, Jesús y el Espíritu de Dios reciben exactamente la misma adoración al mismo tiempo?

La persona que hace la pregunta parece tener un problema de comprensión de lectura. Apocalipsis 22:1 distingue claramente al trono de Dios y del Cordero como dos cosas separadas. Como ya se señaló, Cristo gobierna en nombre de Jehová y está en medio del trono, pero, en última instancia, el trono le pertenece a Dios. Después de todo, es el Reino de Dios.