La verdad es algo muy valioso. Jehová es el Dios de la verdad. De hecho, es imposible que Dios mienta. Por otro lado, en marcado contraste, el dios de este mundo es un mentiroso. Jesús dijo lo siguiente acerca de él: “Cada vez que dice una mentira, habla de acuerdo con su forma de ser, porque es un mentiroso y el padre de la mentira” (Juan 8:44).
La influencia de Satanás está por todas partes. Por eso la verdad es escondida, ridiculizada o negada. El único libro de la verdad describe al último rey del mundo de Satanás arrojando la verdad por tierra. Ese es un hecho del que somos testigos en este momento, sobre todo en relación con el COVID-19.
La verdad es que el virus conocido como SARS-CoV-2 fue creado en un laboratorio de armas biológicas. Estados Unidos mantiene un par de docenas de instalaciones de ese tipo en todo el mundo. La investigación y el desarrollo del ARNm, la tecnología subyacente de las llamadas vacunas, también fue parcialmente financiada por el Pentágono. Estas no son teorías de conspiración. Tenga en cuenta que el dios de este mundo no solo es un mentiroso, sino también un asesino.
La liberación del virus coincidió con el colapso del sistema financiero en la segunda mitad del año 2019. Esto solo fue evitado por lo que hicieron los bancos centrales, quienes decidieron inundar el sistema con dinero, lo cual se convirtió en un tsunami cuando comenzó la emergencia pandémica a principios de 2020. La intención de la oligarquía centrada en Londres es destruir las economías de Europa y los Estados Unidos y hacer colapsar el sistema para imponer lo que ellos mismos llaman el Gran Reinicio. Los confinamientos debido a la pandemia ya han destruido muchas pequeñas empresas y han creado fallas en la cadena de suministro, lo cual puede llegar a provocar escasez de combustible y alimentos en el futuro cercano. Como todos sabemos, eso está escrito.
No hay duda de que la verdad está siendo suprimida para crear miedo y terror. La verdad es que el COVID-19 no es tan mortal como los promotores de la pandemia querrían hacer creer al público. Para ilustrar, en la mayoría de las naciones, la edad promedio de quienes han muerto por esta enfermedad es mayor que la esperanza de vida promedio. En otras palabras, las personas mayores cuyos sistemas inmunológicos son más débiles debido a su edad son las principales víctimas. Curiosamente, parece que nadie se está muriendo de otra enfermedad que no sea COVID en estos días.
Trágicamente, muchos médicos y enfermeras de primera línea informan que muchas de las muertes atribuidas al COVID en realidad están siendo causadas por los medicamentos que se administran para “combatirlo”. Y las personas que ingresan a los hospitales con diversas enfermedades y que coincidentemente son diagnosticadas con COVID, quizás incluso falsamente, son tratadas como si lo tuvieran, a veces con resultados fatales.
Además, casi todos los que han muerto con el diagnóstico de COVID han tenido una o más comorbilidades. La verdad es que es muy poco probable que las personas jóvenes y sanas sucumban al virus. Los jóvenes tienen más probabilidades de morir o sufrir lesiones a causa de las inyecciones.
Según el VAERS, cuyas siglas en español se traducen como Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas, ha habido más de 15.000 muertes relacionadas con la vacuna tan solo en los Estados Unidos y más de 726.000 reacciones adversas. Sin duda, esos números no reportan la realidad por varias razones. En primer lugar, se considera que las personas que mueren dentro de las dos semanas posteriores a la inyección no están vacunadas, ya que se necesitan unas pocas semanas para desarrollar la inmunidad mínima. En segundo lugar, las inyecciones de ARNm son las responsables de los problemas de coagulación. Los que mueren a causa de coágulos en el corazón y el cerebro son contados como víctimas de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Para ilustrar el punto, se informa que más de 100 jóvenes en Ontario han sido hospitalizados con problemas cardíacos después de haber sido inyectados.
No parece probable que los líderes de los testigos de Jehová desconozcan estos hechos. Entonces, ¿por qué exige el Cuerpo Gobernante inyecciones para todos, incluyendo a los jóvenes y sanos?
En el informe #4 de 2020, Anthony Morris reprendió a aquellos que no se tomaron la pandemia lo suficientemente en serio, lo cual quiere decir que fueron imprudentes y estúpidos. Pero dado el hecho de que decenas de miles están siendo asesinados y afectados por las inyecciones, ¿por qué el Cuerpo Gobernante ha dejado de lado la precaución y ha ordenado que todos los testigos de Jehová se sometan a estas inyecciones potencialmente letales? Y si el Cuerpo Gobernante deseaba mantener un recuento actualizado de las muertes por COVID, ¿podemos esperar futuras actualizaciones que nos informen sobre el creciente número de muertes y enfermedades que sufren quienes se inyectan? Si no, ¿qué diferencia hay entre la Watchtower y las autoridades superiores mentirosas?
Lo cierto es que existen tratamientos muy efectivos y económicos para el COVID. La ivermectina se ha utilizado con gran éxito. De hecho, la pandemia ha sido casi erradicada en la India mediante el uso de ivermectina. Sin embargo, en los Estados Unidos, la AMA ha prohibido su uso en hospitales. Los médicos pueden perder su licencia por usarla, incluso si al paciente le cae bien.
En el pasado, la Watchtower proporcionaba información útil para ayudar a los testigos de Jehová a hacer frente a diversas epidemias de enfermedades. Por ejemplo, en 1995, la revista ¡Despertad! publicó un artículo sobre cómo hacer frente a la ceguera de los ríos e incluso mencionó cómo la ivermectina era muy efectiva. Además, durante los últimos 40 años, la Watchtower ha apoyado a los Comités de Enlace con los Hospitales, los cuales han brindado un servicio invaluable a los testigos de Jehová y otros que no desean aceptar sangre. Así que, ¿por qué, con esta terrible pandemia, la Watchtower no ha publicado ni una sola palabra de información útil?
Dado el hecho de que la industria farmacéutica está ganando cientos de miles de millones de dólares con las vacunas y es la principal anunciante en los medios de comunicación, es comprensible por qué, por ejemplo, ha habido un apagón informativo sobre cómo se ha derrotado al COVID en la India con ivermectina. Pero, de nuevo, ¿por qué la Watchtower está en silencio? Puesto que la Watchtower ha respaldado implícitamente una forma de tratamiento, las inyecciones de ARNm, ¿por qué al menos no hacer que sus lectores también tengan en cuenta las alternativas? Si algunos de los miles de testigos de Jehová que ya han muerto podrían haber sido ayudados con ivermectina e hidroxicloroquina o anticuerpos monoclonales, dada su influencia, ¿no hace su silencio a Betel cómplice, incluso culpable de la sangre de esos hermanos?
Ahora que cientos de millones de personas han recibido las vacunas, se está volviendo evidente que, en el mejor de los casos, las inyecciones solo brindan un impulso temporal a la inmunidad. Ahora se están impulsando las vacunas de refuerzo. Mientras tanto, las personas vacunadas se enferman de COVID. En Israel, una de las naciones con una de las tasas más altas de vacunación, los vacunados están contrayendo varias enfermedades, incluyendo el COVID. Y es aún más desconcertante que aquellos que han sido vacunados sean la fuente de variantes y que representen un peligro para las personas no vacunadas. En vista de todo lo anterior, ¿por qué el autoproclamado esclavo fiel y prudente respaldaría las inyecciones de ARNm?
En la carta de la Watchtower del 27 de septiembre que amenaza a los ancianos con acciones judiciales por cuestionar al Cuerpo Gobernante, se afirma que los testigos de Jehová deben obedecer a las autoridades superiores y permitir que los inyecten. Esta es una de las mentiras más grandes que ha dicho el Cuerpo Gobernante. El Cuerpo Gobernante está presionando a los ancianos utilizando el engaño. Note lo que se dice en el párrafo inicial:
“Las autoridades seculares en un número cada vez mayor de países exigen o promueven fuertemente que sus ciudadanos se vacunen contra el COVID-19”.
¿Exigen? ¿Promueven fuertemente?
Es interesante que Biden haya hablado de forma amenazadora a decenas de millones de sus compatriotas que aún no están vacunados diciéndoles lo siguiente: “nuestra paciencia se está agotando”. El Cuerpo Gobernante parece haber adoptado repentinamente ese mismo tono amenazante. Aun así, la verdad es que en los Estados Unidos no existe una ley que exija que todos se vacunen. Aunque el presidente ha emitido un mandato para los trabajadores federales, muchos no quieren hacerlo y están surgiendo demandas por todas partes contra su decreto dictatorial. Un mandato no es la ley del país. Algunos estados exigen que las empresas solo empleen trabajadores vacunados, pero ¿y qué? Una persona puede encontrar otro trabajo. Nueva York ha ordenado a todos los trabajadores de la salud que reciban la inyección y esto se ha convertido en un desastre, ya que miles están renunciando o están siendo despedidos, lo que deja a los hospitales con poco personal.
Aunque en realidad dijeron que las autoridades superiores han exigido y promovido fuertemente que los ciudadanos obedezcan, nada de lo cual constituye una ley como tal, el segundo párrafo da a entender que debemos obedecer la ley. Últimamente, el Cuerpo Gobernante se ha valido de engaños inteligentes para que se le obedezca. Hacen uso de algo similar a un truco hecho con cartas. Primero, muestran la parte de la carta que dice que los gobiernos exigen o promueven fuertemente que sus ciudadanos se vacunen, pero, luego, en un rápido movimiento de su muñeca, dan vuelta a la carta y esta dice “obedezcan”. Es como predijo el apóstol Pedro: “con codicia los explotarán usando palabras engañosas” (2 Pedro 2:3).
Sin embargo, lamentablemente, dudo que la mayoría de los ancianos tengan el intelecto para detectar el engaño al que están siendo sometidos. Espero estar equivocado.
No hace falta decir que Jehová no nos exige que obedezcamos a las autoridades irresponsables que son cómplices de la industria farmacéutica y que están llevando a cabo el plan genocida de la élite de Londres. Incluso si hubiera una ley que exigiera que los estadounidenses fueran vacunados en contra de su voluntad, dicha ley sería nula y sin efecto, pues viola la ley constitucional sobre la cual se fundó la nación, a saber, que tenemos derecho legal a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Esta ley o leyes son comunes o similares en Occidente, así que el mismo principio podría aplicar a muchos países de habla hispana. Y todos sabemos que someterse a una inyección potencialmente letal difícilmente promueve la vida.
¿Y deberían los ancianos tener cuidado de no expresar ninguna objeción con respecto al lento genocidio que impulsan las autoridades superiores mentirosas y tiránicas? ¿No se supone que los ancianos deben proteger al rebaño?
Además, la organización da a entender que nuestro amor al prójimo nos impulsará a vacunarnos. Pero puesto que las vacunas no brindan inmunidad y dado que es bien sabido que las personas vacunadas son súper propagadoras de variantes, la charla de amor de la Watchtower no es más que un gong que resuena o un címbalo ruidoso.
En cuanto a causar divisiones y ser piedras de tropiezo, hace solo unas pocas semanas, la política oficial de la Watchtower era que tomar la vacuna era una decisión personal. Luego, con los informes 6 y 7 de 2021, el Cuerpo Gobernante cambió repentinamente. Sin haber mencionado absolutamente nada acerca de los riesgos de las mal llamadas vacunas, ahora la Watchtower está amenazando a los ancianos con expulsarlos por causar divisiones si expresan alguna opinión disidente. La hipocresía de la Watchtower es increíblemente asombrosa. Son ellos los que están creando divisiones. Son ellos los que están causando tropiezos.
En verdad, Jehová compró personas con la sangre de su amado Hijo. El Cuerpo Gobernante no es el dueño de las ovejas de Jehová. Sólo se les ha confiado su cuidado. Y ahora es obvio que han traicionado esa confianza. Al obligar a los testigos de Jehová a someterse a la vacunación al afirmar falsamente que es la ley y que cualquier anciano que los cuestione es culpable de oponerse a Dios, el Cuerpo Gobernante ha repudiado al dueño que los compró. Son ellos los que se oponen a Dios. En vista de este último acontecimiento, es evidente que ha llegado la apostasía predicha.
“Que nadie los engañe de ninguna manera, porque ese día no vendrá sin que antes llegue la apostasía y sea revelado el hombre que desafía la ley, el hijo de la destrucción. Él es un opositor y se eleva por encima de todo lo que se considera un dios o es objeto de adoración, de modo que se sienta en el templo de Dios y se presenta públicamente como un dios” (2 Tesalonicenses 2:3, 4).