Miércoles 30 de diciembre
Hubo ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación (Jud. 6).
Una cantidad importante de ángeles se unió a la rebelión de Satanás. Antes del Diluvio, él logró que al menos algunos de ellos tuvieran relaciones sexuales inmorales con mujeres. La Biblia se refiere de manera simbólica a este suceso cuando describe a un dragón que arrastra con él a la tercera parte de las estrellas del cielo (Gén. 6:1-4; Rev. 12:3, 4). Cuando aquellos ángeles abandonaron la familia de Jehová, se sometieron al control de Satanás. Pero no pensemos que son sencillamente un grupo desorganizado de maleantes. Satanás ha creado una imitación del Reino de Dios, y se considera a sí mismo el rey. Ha organizado a los demonios en gobiernos, les ha dado autoridad y los ha hecho gobernantes mundiales (Efes. 6:12). Satanás se vale de esta organización para controlar a todos los gobiernos humanos. w18.05 23 párrs. 5, 6
“Una cantidad importante de ángeles se unió a la rebelión de Satanás”: cierto.
“Antes del Diluvio, él logró que al menos algunos de ellos tuvieran relaciones sexuales inmorales con mujeres”: cierto.
“La Biblia se refiere de manera simbólica a este suceso cuando describe a un dragón que arrastra con él a la tercera parte de las estrellas del cielo”: falso.
El libro de Apocalipsis es una revelación de lo que sucederá en el futuro. Es cierto que a veces se simboliza a los ángeles como estrellas del cielo. Por ejemplo, en el capítulo 38 de Job, Jehová le preguntó al patriarca dónde estaba cuando él creó la Tierra: “¿Dónde se encajaron sus bases o quién colocó su piedra angular cuando las estrellas de la mañana gritaron juntas de alegría y todos los hijos de Dios lanzaron gritos de alabanza?”.
Pero si Satanás tentó a los hijos de Dios para que bajaran a la Tierra antes del Diluvio, ¿por qué representaría el libro de Apocalipsis al dragón arrojando a un tercio de las estrellas a la tierra al mismo tiempo que estalla una guerra en el cielo y el dragón mismo es arrojado junto con ellas? Miguel y sus ángeles son los que derrotan a Satanás y sus demonios. Algo no está bien con la interpretación de la Watchtower de este simbolismo.
Las profecías de Daniel y Apocalipsis son complementarias. Para ilustrarlo, el capítulo siete de Daniel describe una serie de bestias salvajes, una como un león, otra como un oso y otra como un leopardo. En el capítulo 13 de Apocalipsis, se nos presenta a un monstruo o bestia de siete cabezas con el cuerpo de un leopardo, los pies de un oso y la boca de un león. Daniel también retrata a otra bestia, una cuarta, con garras de cobre y dientes de hierro, y se dice que este monstruo acosará a los santos y prevalecerá contra ellos por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo. De igual forma, la bestia recuperada de Apocalipsis recibe autoridad para actuar durante 42 meses, durante los cuales guerreará contra los santos y los vencerá.
Ese es verdaderamente el tema de Daniel: el conflicto que se producirá entre los santos y los gobernantes políticos de Satanás durante el tiempo del fin.
Con lo anterior en mente, veamos cómo el capítulo ocho de Daniel emplea un simbolismo similar de las estrellas. Sin embargo, el contexto nos deja claro que las estrellas no representan demonios. He aquí lo que nos dice: “Y de uno de ellos salió otro cuerno, uno pequeño, que creció mucho hacia el sur, hacia el este y hacia la Tierra Hermosa. Creció tanto que llegó al ejército de los cielos e hizo que algunos del ejército y algunas de las estrellas cayeran a la tierra, y los pisoteó. Llegó incluso a desafiar al Príncipe del ejército, y se le quitó el sacrificio constante al Príncipe y se derribó su santuario bien establecido”.
Primero, el ángel le explicó a Daniel que estas cosas están destinadas a ocurrir en la parte final de los días.
Dado que Daniel revela que el cuerno pequeño hace que las estrellas del cielo caigan a la tierra, las estrellas no pueden representar a espíritus demoníacos. Ningún reino terrenal podría afectar a alguien que se encuentra en el mundo espiritual.
¿Qué simbolizan entonces las estrellas? Las estrellas representan a los santos que estarán en la tierra bajo el mando del Príncipe del ejército. ¿Quién es este príncipe? Es Jesucristo. ¿Por qué se simboliza a los cristianos en la tierra como estrellas en el cielo?
Pablo les indicó a los efesios que Jehová resucitó a Jesús de entre los muertos y lo sentó a su diestra. Además, el apóstol señaló lo siguiente: “Es más, nos dio vida junto con él y nos sentó junto con él en los lugares celestiales en unión con Cristo Jesús para que, en los sistemas que vienen, él demuestre las extraordinarias riquezas de su bondad inmerecida mediante su generosidad con nosotros, en unión con Cristo Jesús” (Efesios 2:6, 7).
Aunque estén en la tierra, los cristianos ungidos tienen un lugar reservado para ellos en el cielo, siempre y cuando permanezcan fieles hasta la muerte. Otro apóstol nos confirmó esto cuando dijo: “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque por su gran misericordia nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, a una herencia que no se corrompe, no está contaminada y no se marchita. Esta se ha reservado en los cielos para ustedes, quienes están siendo protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está lista para ser revelada en el último periodo” (1 Pedro 1:3-5).
Es cierto, muchos son los llamados, pero pocos los escogidos. No obstante, durante el tiempo del fin, algo extraordinario ocurrirá. Jesús lo ilustró comparándolo con una cosecha, cuando el trigo y la mala hierba sean separados. Jesús les explicó a sus apóstoles que la mala hierba representa a los hijos de Satanás y el trigo simboliza a los verdaderos hijos del Reino. Durante la conclusión de este sistema, Cristo enviará a sus ángeles poderosos para que desarraiguen lo que plantó el Maligno y lo destruyan. Luego de que se haya efectuado la purga, el trigo será recogido y guardado en el granero, lo cual quiere decir que será llevado al cielo.
Empero, no debemos suponer que el hecho de que sean recogidos y guardados en el granero indique que serán inmediatamente llevados al cielo para estar con Cristo. Como ya se mostró, los cristianos ungidos tienen un lugar reservado para ellos siempre que sean fieles. Pero cuando ocurra la cosecha, aquellos que sean aprobados como trigo serán declarados fieles a pesar de que aún se encuentren en la carne. Ese es el significado del sellado final. Tal vez nos sorprenda saber que Pablo lo experimentó.
Considere lo que el apóstol le mencionó a los filipenses cuando escribió esto: “Hermanos, no creo haberlo obtenido todavía. Pero una cosa es segura: olvidando las cosas que quedan atrás y estirándome para alcanzar las cosas por venir, sigo adelante hacia la meta para recibir el premio de la llamada celestial de Dios mediante Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).
Ahora, compare eso con lo que le escribió a Timoteo: “Porque ya estoy siendo derramado como ofrenda líquida, y el momento de mi liberación está muy cerca. He peleado el noble combate, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. A partir de ahora está reservada para mí la corona de la justicia que el Señor, el justo juez, me dará como recompensa en ese día, pero no solo a mí, sino también a todos los que han esperado con ganas su manifestación” (2 Timoteo 4:6-8).
No sabemos cómo se le transmitió el mensaje, pero de alguna manera el espíritu de Jehová le reveló a Pablo que había recibido la aprobación para pertenecer al Reino de Dios. De esa forma, recibió su sellado final, la aprobación irreversible del Todopoderoso. Ganó la carrera. Ganó su corona. Y obtuvo el conocimiento de su victoria mientras aún estaba en la carne.
De manera similar, la cosecha resultará en el sellado final de los ungidos que queden en la tierra. Al igual que Pablo, ellos recibirán la noticia de que han ganado el premio. De hecho, por esa razón es que se les conoce como el resto o remanente ungido. Pues, cuando comience la parusía o manifestación de Cristo, comenzará también la primera resurrección. Aquellos que aún estén en la tierra son conocidos como el remanente. Todos los santos restantes serán sellados. En ese tiempo es cuando “los justos brillarán en el Reino de su Padre tanto como el sol”.
No, eso no ocurrirá como nos lo ha explicado la Sociedad. Eso no sucederá cuando ellos sean llevados al cielo. Esa será su condición cuando ocurra el fenómeno acerca del cual Pablo escribió en el capítulo ocho de Romanos: la revelación de los hijos de Dios.
Al explicar el significado de la transfiguración de Cristo, el apóstol Pedro exhortó a los cristianos a permanecer enfocados en la palabra profética de Dios como una lámpara en un lugar oscuro “(hasta que amanezca el día y el lucero se levante) en sus corazones”.
La venida de Cristo será como el amanecer y la salida del sol en los corazones de los ungidos porque ellos recibirán su sellado y serán aceptados en el Reino. Eso significa que ya no utilizarán la lámpara de las profecías, pues se cumplirán en ellos. Eso es lo que quiere decir que brillarán tan intensamente como el sol. Esto en sí mismo revela que la enseñanza de 1914 de la Watchtower es un cuento falso ingeniosamente elaborado. Dicho de otra manera, si el amanecer del Reino tuvo lugar hace más de un siglo, ¿por qué seguimos tratando de entender la palabra profética?
Teniendo en cuenta lo que hemos examinado hasta ahora, analicemos ahora el verdadero significado del dragón arrastrando un tercio de las estrellas. Primero, en la Biblia, la expresión “tercera parte” se usa de manera simbólica. No significa una fracción exacta. Simboliza un número significativo, pero solo una fracción del total.
Como ya se mencionó, cuando comience la parusía, todos los muertos en unión con Cristo se levantarán de sus tumbas como espíritus inmortales. Satanás no podrá hacerles daño. Serán mucho más poderosos que los demonios. Sin embargo, el resto ungido será bastante vulnerable. Y los demonios los aplastarán. Aunque se les hayan dado coronas, aún podrán sangrar. El ataque inicial será un castigo. No obstante, en su misericordia, Dios intervendrá y recomprará a los cautivos. Durante su recompra se dará su sellado final.
Ha sido un privilegio para mí comprender ciertos secretos que Dios ha ocultado a otros. El resto ungido estará compuesto por 7.000 seres humanos. Satanás sabrá quiénes son todos y cada uno de ellos. Al sellar al remanente, Jehová pondrá fin al cristianismo. No habrá más unción. El Reino estará completo. El Príncipe tendrá su ejército. Esto enfrentará a Satanás con una tentación irresistible. Imagínese eso: ¡el Tentador será tentado! Todo lo que tendrá que hacer es que uno de los 7.000 sea infiel. De ese modo, probará que Dios es un mentiroso y que sus acusaciones son ciertas. ¿No nos aseguró Jehová que habrá 144.000 de pie con Cristo? 143.999 sería una gran vergüenza para todos en el cielo.
Tenga en cuenta que para Satanás no ha sido difícil corromper a los cristianos. Seguramente, él podrá coaccionarlos en ese entonces al aplicar suficiente presión para poner al menos a uno de ellos en contra de Dios. Si él lucha contra ellos con su feroz bestia salvaje, sin duda tropezarán. De esa manera, Jehová pondrá garfios en las mandíbulas de Gog y conducirá a Satanás al ataque final.
Todos sabemos cómo terminará eso.