Es posible que acabe de desacreditar la Biblia al plantear lo siguiente: Si hace parte de tener una fe firme el creer en el relato del Génesis acerca del Diluvio, ¿cómo podría explicarse tal cataclismo? 1. ¿Cómo llegaron los canguros a Australia desde las montañas de Ararat?

En los estudios geológicos hay dos escuelas de pensamiento: el uniformismo y el catastrofismo. La visión dominante en la que los científicos están adoctrinados es la teoría del uniformismo. La Doctrina del Uniformismo supone que los procesos que han actuado en el pasado son los mismos que actúan en el presente y los cambios solo ocurren gradualmente.

En cambio, el catastrofismo, como lo indica la palabra, sugiere que a lo largo del tiempo la tierra se ha visto sometida a grandes catástrofes. La Biblia apoya la noción del catastrofismo, pues esta afirma que una catástrofe en particular ocurrió hace 4 mil años: el Diluvio de los días de Noé.

Los científicos saben que en el pasado la tierra tenía un clima muy diferente. Gran parte del planeta no solo estaba cubierto por enormes capas de hielo, sino que, aparentemente, antes de la llamada Edad de Hielo, el planeta disfrutaba de un clima semitropical uniforme. Un razonamiento sólido sugiere que la manera en la que están las cosas ahora no puede explicar estos grandes extremos en el clima.

La Biblia, sin embargo, sí explica este misterio. En el segundo día creativo, Jehová hizo algo que no puede ser duplicado por los medios naturales que Dios puso en su lugar. El libro del Génesis nos informa lo siguiente: “Y Dios pasó a decir: ‘Llegue a haber una expansión en medio de las aguas, y ocurra un dividir entre las aguas y las aguas’. Entonces Dios procedió a hacer la expansión y a hacer una división entre las aguas que deberían estar debajo de la expansión y las aguas que deberían estar sobre la expansión. Y llegó a ser así. Y Dios empezó a llamar a la expansión Cielo. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día segundo.’’

La división de las aguas con una expansión entre ellas dio origen a dos vastos océanos. Un océano cubrió la tierra y otro océano fue suspendido en la atmósfera superior, tal vez donde la fuerza de gravedad de la tierra no es tan fuerte, en la exosfera.

El apóstol Pedro también hizo referencia a este fenómeno extraordinario cuando escribió lo siguiente acerca de los individuos que se burlarían de la presencia de Cristo: “Porque, conforme al deseo de ellos, este hecho se les escapa, que hubo cielos desde lo antiguo, y una tierra mantenida compactamente fuera de agua y en medio de agua por la palabra de Dios; y por aquellos [medios] el mundo de aquel tiempo sufrió destrucción cuando fue anegado en agua.’’

Al describir la tierra como ‘’mantenida fuera de agua y en medio de agua’’, debe tenerse en cuenta que, durante el tercer día creativo, Dios hizo que la tierra firme emergiera del océano terrestre. Esa tierra, tal como existía antes del diluvio, ciertamente estaba en medio de agua. La tierra seca no solo estaba rodeada por mares por todos lados y envuelta en un manto acuoso por encima de la tierra en forma de un océano celestial que desafiaba la gravedad, sino que había, y sigue habiendo, un océano debajo de nuestros pies. Los científicos han descubierto recientemente que un vasto océano se encuentra en lo profundo de la corteza del planeta. Esto confirma el relato bíblico sobre la ruptura de los manantiales de la vasta profundidad acuosa, la cual coincidió con el colapso del océano celestial (en el idioma hebreo, la palabra traducida como diluvio significa literalmente “océano celestial”). *

Por lo tanto, tal como lo describió el apóstol, la tierra estaba verdaderamente en medio de agua por la palabra de Dios. Pero, antes de considerar el misterio acerca de los canguros y otros animales, hay algo que me gustaría aclarar. Algunas veces los testigos de Jehová dicen que la tierra estaba cubierta por un dosel de vapor, dando la impresión de que las aguas sobre la tierra eran similares a las nubes. Pero eso no es verdad. Las aguas suspendidas sobre la tierra no llegaron por evaporación. Tampoco debemos suponer que el agua existía como vapor. Las Escrituras indican claramente que el agua suspendida era agua líquida, un océano literal.

Por supuesto, los científicos podrían burlarse y afirmar que tal cosa no es físicamente posible. Sin embargo, como ya se dijo, la existencia del océano celestial no se produjo por medio del proceso natural de evaporación. Tal como Moisés declaró en el libro de Génesis y como confirmó el apóstol Pedro, esto sucedió por la palabra de Dios. Para enfatizar este punto, la actividad creativa y milagrosa de Dios ocurre fuera de las leyes conocidas de la física. Eso es algo que se niegan a aceptar aquellos apoyan la teoría del uniformismo.

La existencia del océano celestial explica el antiguo clima semitropical del que la Tierra disfrutó. Por ejemplo, los geólogos han encontrado frondas de palma congeladas en el hielo del Ártico. Sin duda, el mar suspendido sobre el planeta actuó como una manta aislante al retener parte de la radiación solar que, de lo contrario, se habría escapado al espacio vacío.

Ahora, imagine a un horticultor que cultiva orquídeas y otras plantas tropicales en un invernadero durante el invierno. Después, repentinamente, una ventisca helada rompe el vidrio del invernadero. Rápidamente, las plantas en ese lugar protegido se marchitan y se congelan. Eso es exactamente lo que sucedió cuando Dios causó el colapso del océano celestial. De manera muy vertiginosa, se perdió el calor de la tierra. Si alguna vez ha experimentado una tormenta eléctrica en un caluroso día de verano, entonces sabrá de primera mano qué tan rápido puede bajar la temperatura cuando una nube cargada libera su agua almacenada. Ahora imagine eso a escala global. ¡Qué catástrofe!

Los extremos polares de la tierra seguramente experimentaron el golpe más pronunciado. En vista del hecho de que el Diluvio comenzó alrededor del 1 de noviembre, al comienzo del invierno en el hemisferio norte, las regiones septentrionales se hundieron en un congelamiento inmediato. Aunque el Diluvio terminó en 40 días y la tierra estuvo cubierta por agua durante casi un año, es probable que las aguas del Ártico comenzaran a congelarse de inmediato. Con la gran turbulencia provocada por la catástrofe, sin duda la atmósfera continuó produciendo grandes tormentas y ventiscas, acumulando nieve y hielo como montañas.

Después de que las aguas retrocedieron, los mares que cubrían la tierra eran mucho más pequeños que ahora; esto se debía al hecho de que grandes cantidades de agua estaban congeladas. Este fenómeno dio lugar a la existencia de puentes terrestres. Si uno mira un globo terráqueo o un mapa de la región al norte del continente australiano, se hace evidente que las diversas islas de Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Micronesia, Sumatra y los cientos de islas más pequeñas, incluidas las muchas islas de Filipinas, estuvieron una vez conectadas tanto a la parte continental de Asia, así como a Australia.

Estos puentes terrestres explican las migraciones de animales y personas. (El estrecho de Bering que ahora separa a Asia de América del Norte fue una vez un puente terrestre que permitió a las personas de Asia migrar sin barcos).

En estos días escuchamos muchas conversaciones acerca del cambio climático y el calentamiento global. Pero el proceso de calentamiento global ha estado funcionando durante siglos. Eso es evidente debido al hecho de que la Tierra se ha ido calentando considerablemente desde la llamada Edad de Hielo. En cierto sentido, el clima aún se está recuperando de la catástrofe que ocurrió hace 4.000 años. La tendencia al calentamiento es una respuesta al gran frío que se produjo como resultado del colapso del océano celestial. Por lo tanto, a medida que la tierra se fue calentando gradualmente a lo largo de los siglos siguientes, el hielo que se acumuló después del Diluvio se fue derritiendo lentamente y, como consecuencia, el nivel del mar ha ido subiendo poco a poco, sumergiendo los puentes terrestres que una vez conectaron los continentes.

Probablemente los canguros y los osos koala alguna vez vivieron en otros lugares, más allá de Oceanía, pero a medida que los puentes terrestres desaparecieron lentamente y cortaron cualquier migración adicional de animales terrestres, los canguros y koalas se extinguieron en cualquier otro lugar debido a la prevalencia de depredadores, como los grandes felinos y los lobos. Y, evidentemente, ningún depredador natural de esos animales sobrevivió en Australia después de que se cerraron los puentes, lo cual permitió que esas criaturas prosperaran allí y no en ningún otro lugar.

2. (Génesis 2: 10-14) ¿Cómo pudo Moisés haber descrito con precisión los ríos que sin duda habrían sido destruidos por la agitación de la tierra y la destrucción causada por las aguas liberadas desde abajo y desde arriba, las cuales seguramente movieron masas de tierra y cambiaron el paisaje?

El hecho de que Moisés haya revelado que los ríos Éufrates e Hidequel rodeaban al jardín del Edén, no significa necesariamente que los dos ríos se encuentren en los mismos canales en los que estuvieron en el mundo anterior al Diluvio. Los ríos cambian naturalmente de curso debido a la erosión y las inundaciones periódicas. Sin embargo, la cuestión es que el agua siempre corre cuesta abajo. Por lo tanto, incluso durante el cataclismo de aguas, es razonable suponer que los ríos que existían antes del diluvio sirvieron como canales principales para las aguas torrenciales. La utilidad del relato del Génesis se puede notar por el hecho de que al nombrar dos ríos que aún existen en la actualidad, nos permite conocer la ubicación aproximada del Jardín del Edén antes del Diluvio.

Curiosamente, los oceanógrafos descubrieron que el río Hudson, que desemboca en el Océano Atlántico en la ciudad de Nueva York, tenía un canal mucho más largo que ahora se encuentra debajo de las aguas del mar, lo cual confirma que los niveles oceánicos eran mucho más bajos. Si bien no se puede afirmar dogmáticamente que el río Hudson tenía la misma cuenca antes del Diluvio, obviamente el río fluía hasta el mar por medio de un canal que poco a poco fue cubierto por las aguas oceánicas a medida que aumentó su nivel debido al calentamiento global.

Si desea más información, eche un vistazo al libro The Genesis Flood, coescrito por Henry Morris, un distinguido ingeniero hidrológico. (Desafortunadamente, Morris y Whitcomb, quienes establecieron el Creation Research Institute, disminuyen su credibilidad y hacen quedar mal a la Biblia debido a su error de que la tierra tiene solo unos cuantos miles de años).

*Para más información léase lo que se presenta acerca del Diluvio en el libro Perspicacia Para Comprender Las Escrituras en la biblioteca en línea en jw.org