Viernes 11 de junio
Serán objeto de odio de parte de todas las naciones por causa de mi nombre (Mat. 24:9).
Cuando se nos persiga, derramemos nuestro corazón “justamente como agua” y contémosle a nuestro cariñoso Padre nuestros temores e inquietudes (Lam. 2:19). Mientras más oremos así a Jehová, más cerca estaremos de él (Rom. 8:38, 39). Convenzámonos de que las bendiciones del Reino de Dios se harán realidad (Núm. 23:19). Si nuestra fe en esas promesas es débil, a Satanás y a sus partidarios les será más fácil infundirnos miedo (Prov. 24:10; Heb. 2:15). Dediquemos tiempo a estudiar las promesas de Jehová sobre su Reino y los motivos por los que podemos estar seguros de que se cumplirán. Para entender lo importante que es esto, veamos el ejemplo de Stanley Jones, que estuvo en prisión durante siete años por sus creencias. Él dijo qué lo ayudó a mantenerse fiel: “El conocimiento que tenía sobre el Reino, del cual estaba seguro y del que no dudé ni un instante, me dio fuerzas. No pudieron derrotarme”. Si nuestra fe en las promesas de Dios es sólida, no nos vencerá el miedo (Prov. 3:25, 26). w19.07 2 párr. 1; 3 párrs. 6, 7
Algo anda mal. Los testigos de Jehová son perseguidos, es cierto. A veces, los mismos gobiernos persiguen a los Testigos, tal como sucede ahora en Rusia. A veces es más sutil. Pero, ¿se persigue a los testigos de Jehová por causa del nombre de Jesús? Difícilmente.
Muchas personas han sido engañadas, pues creen que los testigos de Jehová ni siquiera son cristianos. Algunos evangélicos afirman que los testigos de Jehová niegan la divinidad de Cristo. Otros piensan que los testigos de Jehová son una secta no cristiana porque no celebramos la Navidad. Así que, ¿cómo es posible que seamos odiados por causa del nombre de Jesús?
¿No está más cerca de la verdad decir que somos perseguidos por causa del nombre de Jehová?
Al examinar las Escrituras, siempre es prudente tener en cuenta el contexto. En el texto diario de hoy, la Organización ni siquiera citó el versículo completo, sino solo un fragmento. Mateo 24:9 dice lo siguiente en su totalidad: “Entonces los perseguirán y los matarán, y todas las naciones los odiarán por causa de mi nombre”.
La nota al pie de página indica que la frase “los perseguirán” también puede ser traducida como “los entregarán a tribulación”, lo cual es bastante serio, tal como también lo es ser asesinado. ¿Ha conocido a algún Testigo o ha escuchado de alguno que haya sido asesinado por su fe? Por mi parte, no. La última vez que los testigos de Jehová fueron perseguidos así fue en Malawi en la década de 1970 y, antes de eso, en la Alemania nazi. Pero esos fueron casos aislados. En el versículo que estamos considerando, Jesús dijo que sus seguidores serían odiados por todas las naciones, no solo por unas pocas.
¿Estaba Jesús exagerando? No.
La razón por la que la realidad no parece coincidir con la profecía que pronunció Cristo consiste en que el tiempo del fin, también conocido como la conclusión del sistema, aún no ha comenzado. Ese es un problema grave para los testigos de Jehová, pues su organización, que ha afirmado ser el único canal de la verdad de Dios, ha basado su reputación y autoridad en lo que se cree acerca del año 1914.
En los versículos inmediatamente anteriores, Jesús dijo: “Porque peleará nación contra nación y reino contra reino, y habrá hambre y terremotos en un lugar tras otro. Todo esto es el principio de grandes sufrimientos”.
Betel ha declarado que las profecías de los últimos días pueden compararse a la huella digital de una persona. Dado que no hay dos huellas digitales iguales, las cosas que Cristo predijo deben tener un cumplimiento único que no se pueda duplicar. Indudablemente, eso es cierto. Pero aquí está el problema: ¿fue la Primera Guerra Mundial “el principio de grandes sufrimientos” que predijo Jesús? Si se confrontara a un Testigo adoctrinado con esa pregunta, este indiscutiblemente usaría la cronología de los siete tiempos para responder. Sin embargo, lamentablemente, etiquetar al año 1914 como el fin de los tiempos señalados de las naciones no es una interpretación válida.
En realidad, lo que deberíamos preguntarnos es: ¿podrán cumplirse las palabras de Jesús en el futuro? La Sociedad ha afirmado rotundamente que no es posible. La mancha reveladora de la huella digital de estas profecías se encontró en 1914. ¡Está fuera de toda duda! No puede haber un cumplimiento futuro. No puede haber un nuevo conflicto global. ¡Los hombres de visiones de Betel han hablado!
No obstante, ¿qué pasaría si…?
Sí, ¿qué pasaría si, hipotéticamente, digamos que Rusia, China e Irán entraran en una guerra con los Estados Unidos, la OTAN e Israel? ¿Le suena a algo imposible? No lo es. De hecho, cada vez más personas le temen a una guerra global entre naciones que poseen armas de destrucción masiva. Curiosamente, sin embargo, la Watchtower no tiene nada que decir al respecto.
Pero, de nuevo, ¿qué pasaría si las naciones comenzaran a lanzar misiles de gran alcance? ¿Qué pasaría si la inflación monetaria que ahora está comenzando se convirtiera en hiperinflación y el valor de la moneda de reserva mundial llegara a cero en un período de tiempo muy corto? ¿No habría hambre? Y si el Imperio lanzara otra arma biológica mucho peor que el actual coronavirus, ¿no habría una plaga mortal? ¿Está usted seguro de que la Primera Guerra Mundial fue “el principio de grandes sufrimientos”? ¿Están las naciones experimentando eso ahora? Difícilmente. Los multimillonarios que viajan por todo el mundo en sus yates de lujo y jets privados sin duda pensarían que una respuesta afirmativa a esa pregunta sería ridícula.
Por otro lado, la respuesta a la interrogante “¿qué pasaría si…?” se encuentra en los versículos siguientes: “Y entonces muchos perderán la fe, se traicionarán unos a otros y se odiarán unos a otros. Aparecerán muchos falsos profetas que engañarán a mucha gente y, al aumentar la maldad, se enfriará el amor de la mayoría”.
En vista de que la fe de los testigos de Jehová está indisolublemente ligada a la Watchtower y a cada una de las declaraciones del Cuerpo Gobernante, es inconcebible que el esclavo fiel y discreto pueda estar tan equivocado acerca de algo tan importante como el regreso de Cristo. Pero sí lo está. Está muy, muy equivocado. Cuando estalle la Tercera Guerra Mundial y el sistema colapse, la Organización quedará irreparablemente destrozada. Es en ese momento, cuando muchos perderán la fe y se traicionarán unos a otros.
Pero hay más. Tal como leímos y se nos indica más adelante, se presentarán muchos falsos profetas que “harán grandes milagros y cosas impresionantes para engañar, de ser posible, hasta a los escogidos”. Sin embargo, aunque Jesús empleó la expresión “de ser posible”, él mismo señaló que no lo sería, ¿por qué? “Porque, así como el relámpago sale del este y resplandece hasta el oeste, así será la presencia del Hijo del Hombre. Donde esté el cadáver, ahí se juntarán las águilas”.
La operación de error de Satanás, que hasta este punto ha empleado obras poderosas, señales mentirosas y todo engaño injusto, promovida por el “hombre que desafía la ley”, quien es honrado como el conocedor de todos los secretos sagrados, ha convencido a todos de que Cristo regresó en 1914 y que su presencia invisible comenzó ese año. No importa el hecho de que no tenga sentido una presencia invisible, el esclavo ha hablado y su palabra está por encima de todo, al menos por ahora.
¿Qué quiso decir Jesús con que la presencia del Hijo del Hombre será como un relámpago que iluminará el cielo de este a oeste? Si la parusía invisible —que es tan verídica como la existencia de los unicornios— empezó en 1914, ¿atravesó en ese momento el cielo el relámpago metafórico que mencionó Jesús? Si no, ¿por qué no?
Después de la resurrección de Jesús, él se le apareció a sus discípulos en varias formas humanas. Aproximadamente 500 de ellos lo vieron después de su resurrección. No obstante, ningún incrédulo lo vio, solo los creyentes, quienes fueron ungidos poco después. Cuando Jesús estaba hablando con sus apóstoles en la noche de su arresto, él les explicó que se iba a preparar un lugar para ellos y después les dijo: “volveré y los recibiré en casa, a mi lado, para que donde yo esté también estén ustedes”.
¿Ha vuelto Jesús? Betel dice que sí, pero que en el futuro vendrá de nuevo. ¿Cuántas veces viene Jesús entonces? ¿Tres veces? Eso no tiene sentido.
En el capítulo 14 de Juan, Jesús pasó a decir a sus discípulos: “Y, al que me ama, mi Padre lo amará, y yo lo amaré y me mostraré abiertamente a él”.
Jesús se mostró abiertamente a sus discípulos después de su resurrección, de modo que ellos quedaron absolutamente convencidos de que Dios lo había levantado de su tumba. Incluso lo vieron levitando visiblemente hacia los cielos cuando ascendió al Padre para preparar un lugar para ellos. Pero ese no fue el cumplimiento mayor de lo que declaró el Señor. Cuando Cristo regrese para recibir a sus coherederos, él se mostrará abiertamente a aquellos que aún estén vivos, al llamado resto ungido. De eso se trata la manifestación, parusía y revelación de Cristo. Esta será como un relámpago que se extiende por el cielo debido a que no importa el lugar donde estén los escogidos, el Señor se les revelará, lo verán tal como él es. La presencia de Cristo será indetectable para los incrédulos, pero visible para los elegidos. De esa manera, ellos serán juntados como águilas alrededor de carroña. Y por esa razón, será imposible engañarlos.
Aquellos que vean claramente al Hijo del Hombre serán infundidos con su espíritu. Eso llevará a la revelación de los hijos de Dios. Como reyes sellados del Reino, se les hará comparecer ante gobernadores y reyes terrenales para que den su testimonio de que han visto al Señor. Y es en ese entonces, cuando todas las naciones nos odiarán por causa del nombre de Jesús.
Por cierto, se dice que los dos testigos de Apocalipsis “están representados por los dos olivos y los dos candelabros”, lo cual es una referencia a una profecía de Zacarías. Curiosamente, en Zacarías el ángel explica el significado, diciendo: “Estos son los dos ungidos que están de pie al lado del Señor de toda la tierra”. Si los dos testigos ungidos están de pie al lado del Señor de toda la tierra, entonces, obviamente, el Señor estará al lado de ellos. Y ese es el significado de la palabra griega pa·rou·sí·a: “estar al lado de”. Sin embargo, lamentablemente, de acuerdo con Betel, los dos testigos ya fueron asesinados, ¡hace más de cien años!
Tal como dije al principio, algo anda mal.