Esta es la cuarta parte de mi respuesta al artículo de La Atalaya de mayo de 2024 titulado: “¿Qué sabemos sobre los futuros juicios de Jehová?”.
Cuando Jesús estaba entre sus discípulos, a menudo hablaba de que lo clavarían a un madero y lo matarían. Sus discípulos, incluso sus apóstoles escogidos, no podían entender los futuros juicios de Jehová en aquel tiempo. La razón por la que no podían es porque tenían ideas preconcebidas que no podían sacar de sus mentes.
Como judíos, esperaban al Mesías. Entendían debido a los Salmos y los Profetas que el Mesías se convertiría en un gran rey. Y aceptaron a Jesús como el Cristo predicho y el rey del linaje de David. Incluso creían que Jesús era el Hijo de Dios. Sin embargo, no podían concebir que Jesús fuera ejecutado violentamente, luego resucitado y arrebatado al cielo, desde donde finalmente reinaría como rey, no sólo sobre el pequeño Israel, sino sobre el mundo, incluso sobre el universo y el mundo invisible.
Por eso, cuando Jesús se les apareció después de haber resucitado de entre los muertos, los reprendió por ser insensatos y tardos de corazón para creer en todo lo que decían los profetas.
Los testigos de Jehová se encuentran en una situación similar a la de los apóstoles antes de ser iluminados por el Cristo resucitado. La razón también es la misma: falsas expectativas y no entender todas las cosas que escribieron los profetas. Solo que la perspectiva falsa que tienen los testigos de Jehová no es simplemente el resultado de una falta de comprensión. Es un engaño poderoso, una operación de Satanás. Jehová ha permitido que el Diablo invente un elaborado falso cumplimiento de muchas profecías con el falso regreso de Cristo como fundamento mismo del engaño. ¿No advirtió Jesús con razón que muchos falsos Cristos y falsos profetas se levantarían y tratarían de engañar incluso a los elegidos? He escrito bastante sobre este engaño satánico y sobre 1914.
Consideremos ahora el párrafo 12:
“Incluso después de que comience la gran tribulación, es posible que algunos que vean la destrucción de ‘Babilonia la Grande’ recuerden que los testigos de Jehová llevaban muchos años anunciando que eso sucedería. ¿Podría ser que algunos decidan ponerse de parte de Jehová? (Apoc. 17:5; Ezeq. 33:33)”
Tenga en cuenta que el párrafo 12 se incluye bajo el subtítulo “Lo que sí sabemos”.
A lo largo de los años, he sido bastante duro con el Cuerpo Gobernante. Pero no todo es culpa de ellos. Cada vez me queda más claro que los testigos de Jehová encajan en la descripción de aquellos de quienes Pablo dijo que “se rodearán de maestros que les regalen los oídos” (2 Timoteo 4:3).
Todos los cristianos están obligados a asegurarse de todas las cosas y a probar las declaraciones inspiradas para determinar si se originan de Dios o de alguna otra fuente. Es algo bastante fácil de hacer. Simplemente requiere que nos tomemos el tiempo para examinar las Escrituras y usemos nuestra mente para reflexionar y razonar sobre ellas.
Cualquiera que aspire a ser maestro de la palabra de Dios está obligado a demostrar mediante referencias bíblicas que lo que enseña es verdad. Tomemos como ejemplo las repetidas declaraciones de la Watchtower de que Babilonia la Grande será destruida durante la gran tribulación. La organización afirma que la tribulación comenzará cuando las Naciones Unidas se vuelvan contra la religión falsa de manera repentina.
Ahora bien, no se trata de si la Biblia predice tal cosa. Los capítulos 17 y 18 de Apocalipsis nos muestran a la ramera simbólica de Babilonia siendo devorada por una bestia salvaje de siete cabezas. Ni siquiera es cuestión de si la ramera simboliza a la religión falsa. Indudablemente, ese es el caso. Y sabemos que la visión de la bestia de color escarlata que surge del abismo representa al octavo rey de las profecías bíblicas. No hay razón para dudar de eso tampoco. El libro de Apocalipsis lo dice claramente. Así que las preguntas en realidad son: ¿cuándo ocurrirá eso? ¿En qué parte de la Biblia podemos determinar el momento? ¿De verdad comenzará la gran tribulación con la aniquilación de la religión falsa? ¿Cómo podemos saber si eso es cierto?
Seguramente, los eruditos de Betel que han estudiado las Escrituras durante décadas lo saben. Y, como señalé, el que la destrucción de Babilonia la Grande sea el principio de la tribulación se enumera en este artículo de mayo de 2024 entre lo que sí se sabe.
Entonces, ¿por qué la Watchtower nunca ha ofrecido ni siquiera un versículo para respaldar su pronóstico tan repetido, nunca cuestionado y aparentemente inspirado sobre el comienzo de la tribulación y el fin de Babilonia la Grande? Desafío a cualquier estudiante de la Watchtower a mostrar algún respaldo bíblico para sus fuertes afirmaciones.
Solo para aclarar, la Watchtower solía señalar la desolación de Jerusalén como un patrón del fin de la cristiandad, cuya destrucción se extenderá al resto de Babilonia la Grande. Y, como sabemos, Jesús relacionó la destrucción de Jerusalén con la gran tribulación. No obstante, se han alejado silenciosamente de eso, ya que es indefendible. Desde la publicación del libro Adoración pura, se descartó por completo la idea de que la cristiandad es el antitipo de la Jerusalén apóstata de la antigüedad. Así que ahora no les queda nada más que ser dogmáticos.
Las Escrituras muestran claramente que Jesús dijo que la tribulación sería diferente y más fuerte que cualquier desastre que haya ocurrido antes de ella o que ocurra después. Eso incluiría al Diluvio que destruyó a todo un mundo antiguo. Jesús continuó diciendo: “De hecho, si ese tiempo no se acortara, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos ese tiempo será acortado” (Mateo 24:22).
La gran tribulación será algo mucho más grave, mucho peor, que la liquidación de la religión organizada. Además, si la gran tribulación viene sobre toda la Tierra habitada para destruir la religión falsa, ¿por qué intervendría Dios para detenerla? ¿No dicen las Escrituras que Dios pondrá en los corazones de los líderes políticos el cumplimiento de su juicio en contra de la gran ramera? ¿Por qué acortarlo?
Tomemos a China, por ejemplo. Es una gran parte de la tierra habitada y representa aproximadamente una sexta parte de la población mundial y, aun así, no existe ninguna religión organizada que opere abiertamente allí. ¿Significa eso que China no se verá afectada en gran medida por la tribulación que se avecina sobre toda la Tierra habitada?
Obviamente, si nadie podrá sobrevivir a menos que Jehová intervenga, la tribulación no puede ser lo que la Watchtower afirma que es. Por eso, se puede aseverar que lo que ellos “sí saben” acerca de los futuros juicios de Jehová en ese sentido es mentira.
Otro aspecto del engaño satánico que actualmente se apodera de los testigos de Jehová es la creencia de que el octavo rey ya ha comenzado a gobernar en la forma de las Naciones Unidas. Este es otro ejemplo de las cosas que la Watchtower afirma saber, pero no es así. ¿Cómo lo sabemos?
Porque el ascenso del octavo rey solo se dará después del colapso del sistema actual y los juicios futuros de Jehová se basarán en cómo responda la gente del mundo a ese acontecimiento.
Para ser claros, la salida de la bestia de siete cabezas del abismo ocurrirá después de que Jehová acorte la tribulación. La tribulación es descrita en Apocalipsis mediante el simbolismo asociado con la apertura del sexto sello. ¿Podría haber algo más aterrador que el oscurecimiento del sol, la luna convirtiéndose en sangre y que las estrellas se cayeran del cielo? ¿Qué significa el que toda montaña e isla sean removidas de sus lugares? Todo eso representa el colapso de la civilización que conocemos. No hace falta mucha imaginación para divisar el repentino y catastrófico estallido del sistema financiero provocado por los tramposos y sucios jugadores de Wall Street, haciendo así quebrar al dúo angloamericano, ¿verdad? ¿No parecería ese desastre como si el cielo se hubiera caído? La gente habla de esa aterradora posibilidad incluso en tiempos de paz. Así que, ¿cómo podría resistir un sistema tan frágil y endeudado el uso de misiles hipersónicos cuando se desate la Tercera Guerra Mundial?
Jesús utilizó el mismo simbolismo al describir lo que ocurriría durante la conclusión de este sistema de cosas, cuando la gente se desmayaría del miedo y la ansiedad por todo lo que se vería. Específicamente, el Señor dijo: “Inmediatamente después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos serán sacudidos” (Mateo 24:29).
Al decir “inmediatamente después de la tribulación de esos días”, Jesús indica que la tribulación no continuará hasta el Armagedón. Habrá un espacio de tiempo o una “pausa”, por así decirlo, después de que termine la tribulación. Pero el mundo entonces no será para nada igual al que conocemos. Lo que sucederá dará una sensación similar a la que sentiríamos los seres humanos si el sol y la luna perdieran su luz y brillo de un momento a otro de forma permanente. La gente creerá que es el fin del mundo. Lo más probable también es que las luminarias celestiales literales se vean atenuadas por el humo y las cenizas residuales de las columnas de nubes en forma de hongo que provocarán las armas nucleares.
Sin embargo, no debemos suponer que Dios permitirá un holocausto nuclear total. Eso significaría el fin de la humanidad e impondría un invierno nuclear que convertiría al planeta en una esfera sin vida. Sabemos que el Creador no permitirá que los demonios destruyan su obra. Pero ¿qué otra cosa sino un intercambio nuclear limitado requeriría una intervención divina para evitar la extinción de la humanidad? Y limitado, no porque los humanos lo vayan a hacer así, sino por la intervención del Dios Todopoderoso. ¿Cuántas explosiones nucleares permitirá Jehová? Tenemos que enumerar eso entre las cosas que no sabemos.
Ahora, con respecto a la especulación de la Watchtower de que los incrédulos podrían mostrar arrepentimiento en el futuro, considere lo que también está escrito al abrirse el sexto sello: “Entonces, los reyes de la tierra, los altos funcionarios, los comandantes militares, los ricos, los poderosos, todos los esclavos y todas las personas libres se escondieron en las cuevas y entre las rocas de las montañas. Y vez tras vez les dicen a las montañas y a las rocas: ‘Caigan sobre nosotros y escóndannos del rostro del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero, porque ha llegado el gran día de la ira de ellos, y ¿quién puede mantenerse en pie?’” (Apocalipsis 6:15-17).
Lo que esta revelación nos indica es que aunque será evidente de alguna manera que Dios ha intervenido para salvar a la humanidad de su destrucción, la mayoría de los sobrevivientes se opondrán a lo que percibirán como el juicio de Jehová contra ellos. En lugar de salir con las manos en alto, por así decirlo, buscarán un salvador humano. Como resultado de su búsqueda por una institución que los salve del que está sentado en el trono, la bestia subirá del abismo o de la tierra, tal como lo muestra el simbolismo de la bestia de dos cuernos como un cordero que encontramos en Apocalipsis 13. El hecho de que la bestia de dos cuernos comience a hablar como un dragón indica que el Señor de señores y Rey de reyes ya no utilizará como ministros a los funcionarios antes conocidos como autoridades superiores. El Reino de Cristo estará en pleno funcionamiento entonces y todos los reyes de la tierra estarán en total oposición a él. La bestia operará totalmente como un instrumento bajo el control de Satanás el Diablo, a quien se representa como un dragón.
Asimismo, el capítulo 13 de Apocalipsis revela la base de los futuros juicios de Jehová. Respecto a la bestia de dos cuernos que se levanta de la tumba, leemos: “Engaña a los que viven en la tierra con las señales que se le permitió realizar en presencia de la bestia salvaje, mientras les dice a los que viven en la tierra que le hagan una imagen a la bestia salvaje, la que tenía una herida de espada pero revivió. Y se le permitió darle aliento de vida a la imagen de la bestia salvaje, para que la imagen de la bestia salvaje hablara e hiciera matar a todos los que se negaran a adorar a la imagen de la bestia salvaje. A todos —pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos— les impone la obligación de ser marcados en la mano derecha o en la frente para que nadie pueda comprar o vender excepto la persona que tenga la marca, el nombre de la bestia salvaje o el número de su nombre. Para esto se necesita tener sabiduría: el que sea perspicaz, que calcule el número de la bestia salvaje, porque es un número humano; su número es 666” (Apocalipsis 13:14-18).
De igual manera, el mismo capítulo de Apocalipsis nos informa que todos los moradores de la tierra adorarán, no sólo a la bestia, sino al dragón que le dio vida. Y debido a su negativa a aceptar a Cristo como el nuevo rey de la Tierra, sus nombres no estarán escritos en el libro de la vida, lo cual significa que serán sentenciados a la muerte segunda.
Aquí es donde el engaño de la Watchtower es más evidente, pues el supuesto portavoz de Dios afirma que la bestia ya recibió su herida mortal predicha y resucitó, que la imagen de la bestia ya ha puesto a todos bajo la obligación de adorarla, que aquellos que se han negado ya han sido asesinados y que todos los la adoran ya han sido marcados con el indeleble 666.
Es imposible hacer razonar a los testigos de Jehová sobre este asunto. El engaño es fuerte. Señalarles que si las personas ya han recibido la marca de la bestia significa que ya han sido irrevocablemente juzgadas como indignas de la vida eterna no tiene ningún efecto. No pueden comprender que si la gente ya ha sido condenada a la muerte eterna, no tiene sentido predicarles las buenas noticias, pues su sentencia ya ha sido dictada.
Puesto que supuestamente un artículo que el Cuerpo Gobernante aprobó explica lo que sí sabemos acerca de los futuros juicios de Jehová, omitir por completo cualquier discusión sobre la marca de la bestia debería generar cierta preocupación entre los testigos de Jehová que utilizan sus facultades mentales. Pero, por desgracia, el engaño es poderoso y prevalece la inclinación a que les regalen los oídos.
Como centinela de Jehová, les digo que el primer acto de los futuros juicios de Jehová estará dirigido contra la Watchtower y provocará el derrumbe de la pared encalada del supuesto conocimiento de los futuros juicios de Jehová:
“Por lo tanto, esto es lo que dice el Señor Soberano Jehová: ‘Como ustedes han dicho falsedades y sus visiones son mentira, yo estoy contra ustedes’, afirma el Señor Soberano Jehová. Mi mano está contra esos profetas que tienen visiones falsas y que predicen una mentira. No se encontrarán entre mis personas de confianza, ni estarán inscritos en el registro de la casa de Israel, ni regresarán a la tierra de Israel; y ustedes tendrán que saber que yo soy el Señor Soberano Jehová. Todo eso pasará porque ellos han descarriado a mi pueblo diciendo ‘¡Hay paz!’, cuando no hay paz. Cuando alguien construye una pared frágil, ellos la recubren con cal. A esos que recubren la pared con cal, diles que se va a caer. Vendrá una lluvia torrencial y caerá granizo, y fuertes vientos de tormenta la derribarán. Y, cuando la pared se caiga, les preguntarán: ‘¿Dónde está la capa de cal?’. Por lo tanto, esto es lo que dice el Señor Soberano Jehová: ‘En mi ira desataré fuertes vientos de tormenta; en mi furia, una lluvia torrencial, y en mi furor destructivo, granizo. Demoleré la pared que ustedes recubrieron con cal y la haré caer al suelo, y sus cimientos quedarán a la vista. Cuando caiga la ciudad, ustedes morirán dentro de ella; y tendrán que saber que yo soy Jehová’” (Ezequiel 13:8-14).
Fin de la cuarta parte.