Una acusación común de los  Trinitarios es que los testigos de Jehová niegan  la Deidad de Cristo. Sin duda suena siniestro. Negar la divinidad de Jesús  deja a  los testigos de Jehová  fuera de ser cristianos, incluso  los cataloga como anti-Cristos.

Pero éste no es el caso. En verdad, los testigos de Jehová no niegan la divinidad de Cristo. Los testigos de Jehová creen que Jesús tuvo una existencia pre humana y en ese estado él era divino. Aunque no todopoderoso como  Dios, la palabra, era/es un dios. Él existe como la imagen y semejanza del único Dios verdadero.

Sin embargo, al convertirse en humano Jesús dejó su naturaleza celestial. Pablo lo explicó así en Filipenses 2:5-11: “Mantengan en ustedes esta actitud mental  que también hubo en Cristo Jesús,  quien, aunque existía en la forma de Dios,  no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios. No; antes bien, se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo  y llegó a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, al hallarse a manera de hombre,  se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento.  Por esta misma razón, también, Dios lo ensalzó a un puesto superior  y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo [otro] nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los [que están] en el cielo y de los [que están] sobre la tierra y de los [que están] debajo del suelo, y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor  para la gloria de Dios el Padre”.

Algunas traducciones, como la versión de  King James, mutilan Filipenses 2:5 al decir: ” Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, estando en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios..”

Si esa representación fuera cierta, aun, parecería como si  Pablo estuviese  exhortando a los cristianos con presunción  a buscar la igualdad con Dios – después de todo, eso es lo que tienen a cristo  haciendo con  dicha traducción de tan mala calidad.

En realidad, el apóstol está diciendo a los cristianos que  sigan  el  excelente ejemplo  de humildad de Jesús, porque a pesar de que Jesús existió originalmente en  forma de dios, como claramente dice el verso, Cristo Jesús nunca se consideró  a sí mismo  igual a  Dios. (No es de extrañar que  muchos trinitarios prefieran la versión  de King James.) En lugar de aferrarse a la igualdad con Dios, Jesús se despojó a  si mismo de ella. La pregunta es: ¿de qué se  despojó a   sí mismo Jesús? La respuesta: Jesús se despojó de su divinidad. Estaba en forma de dios – una deidad, sin duda.  Abandonó su naturaleza divina y ” se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo  y llegó a estar en la semejanza de los hombres.” ¿No  indica  esto que Jesús cambió de  su divinidad  a la carne? Y como un hombre Jesús se sometió a una muerte tortuosa. Por esa razón, Dios exaltó a su hijo a su trono.

Pero mientras Jesús estaba en la tierra no era una deidad. Él era un hombre. Jesús no era parte Dios y  parte hombre. No era un hombre-dios o semidiós. En el capítulo 15 de 1 Corintios Pablo explica que Jesús correspondía en valor al  humano original que Dios había creado. Citando Génesis en la primera parte del siguiente pasaje, el apóstol escribió: “El primer hombre, Adán, llegó a ser alma viviente”. El último Adán llegó a ser un espíritu dador de vida. No obstante, no es primero lo que es espiritual, sino lo que es físico, después lo que es espiritual. El primer hombre procede de la tierra y es hecho de polvo;  el segundo hombre procede del cielo. Tal como el que fue hecho de polvo [es], así aquellos hechos de polvo [son] también; y tal como el celestial [es], así los que son celestiales [son] también. Y así como hemos llevado la imagen  de aquel hecho de polvo, llevaremos también la imagen del celestial”.

Jesús es llamado “el segundo hombre”, porque él es  el único  segundo hombre perfecto que Dios ha creado. Del mismo modo, Jesús es llamado el “último Adán” porque fue  el último humano que Dios volverá a crear.  Pero el punto es que Jesús era un ser humano, así como Adán lo era.  Esta es la razón por la que la  muerte de Jesús es llamada “rescate por  muchos.” El valor de la vida  humana perfecta de Jesús  corresponde al que el primer hombre poseía originalmente antes de convertirse en un pecador contra Dios.  Si Jesús hubiese sido un hombre-dios o una deidad humana de algún tipo, no habría tenido el valor correspondiente al hombre original.

En la actualidad, los que acusan a los testigos de Jehová de negar la deidad de Jesús, ellos mismos, niegan el importante  rescate de vida que Cristo proveyó. Lo hacen al negar que Jesús fuera exclusivamente humano. Al catalogarlo como un  Dios encarnado  descalifican a Jesús de ser el equivalente de Adán.  Los Trinitarios sin querer niegan  el gran acto de humildad  que Jesús también llevó a cabo, cuando él estuvo  dispuesto a dejar atrás a su naturaleza divina y se convirtió en un humilde humano.

Los trinitarios también niegan, sin saberlo, el amor de Dios, porque  de haber Jesús sido Jehová, como el mito popular lo dice, entonces no tendría  sentido el hecho de que Dios premió a Jesús por su gran humildad y su sacrificio. O, ¿hemos de creer que Jehová se recompensa  por ser fiel a sí mismo y se entrega regalos y honores que siempre ha poseído? Aunque envuelto en un lenguaje teológico  extravagante y respaldado desde los púlpitos más elevados,  creer que Jesús es el mismo Dios  es aferrarse a  lo absurdo.