En Juan 20,28, Tomás se refiere a Jesús en griego como “Ho kyrios moy kai ho theos moy”. Esto se traduce literalmente como “mi Señor  y mi Dios”. ¿Por qué Jesús, en Juan 20:29, no le reclama a Tomás por haber llegado a esa conclusión? Si Jesús realmente no era el Señor y Dios de Tomás, ¿por qué Jesús no lo corrigió por hacer ya sea una falsa suposición o una declaración blasfema?

Los trinitarios se enfrentan a un dilema. Si bien es cierto que el apóstol Tomás exclamó ante el resucitado Jesús “Mi Señor y mi Dios”,  en el mismo capítulo de Juan,  Jesús usa exactamente la misma expresión cuando dijo a María: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”.

Literalmente Jesús dijo: Mi Dios y el Dios de ustedes.

Sin duda María obedeció el mandato de Jesús. Y ya que Tomás era uno de los hermanos espirituales de Jesús, es razonable suponer que se le informó de lo que Jesús dijo.

Hacemos bien en tener en cuenta que en ningún momento  Jesús hizo alguna afirmación sobre  ser Dios. Por otro lado, no hay ninguna instancia en la cual  alguno  de sus discípulos haya indicado que pensara que él era Dios. No, en toda ocasión, Jesús, así como sus apóstoles, declararon consecuentemente que él era el Hijo de Dios.

Así que, ¿por qué Tomás dijo  lo que dijo?

En el mismo capítulo 20  se nos cuenta que Jesús se le  apareció a sus discípulos en una ocasión  en la que Tomás no estaba presente. Pero cuando sus compañeros apóstoles le dijeron acerca de su encuentro con Cristo, Tomás declaró que no  creería que Jesús había resucitado a menos que pudiera tocar personalmente las heridas que sabía que Jesús había sufrido antes de su muerte.

Por lo tanto,  pasó como una semana  para  que Jesús se le apareciera a los apóstoles de nuevo, apareciendo de repente en una habitación con la puerta cerrada.  Una manifestación  sobrenatural de Jesús  sacudiría y sorprendería a cualquiera.  Jesús lo hizo con el expreso propósito de hacer frente a la incredulidad de sus particulares apóstoles. Después se le acerco a  Tomás y  le dijo que sintiera las heridas y dejara de dudar, el discípulo asombrado luego exclamó: “mi Señor y mi Dios.”

Pero como respuesta a Jesús no dio ninguna indicación de que  pensara que Tomás lo estaba declarando ser Dios. Jesús  simplemente le respondió:“¿Porque me has visto has creído? Felices son los que no ven y sin embargo creen”

Lostrinitarios asumen que porque Jesús no corrigió  a Tomás este tiene que ser Dios. Pero eso no es más que una suposición, una suposición injustificada. No se toma en cuenta que Jesús pudo no haber entendido que  Tomás estaba diciendo que él era Dios de la misma manera en los trinitarios lo hacen.  Después de todo, Jesús estaba allí. Nosotros no.   Si Jesús hubiese entendido  que Tomás estaba diciendo   que pensaba que él  era su Dios de la misma manera en que Jesús dijo que el Padre era de él, sin duda habría corregido el apóstol, de nuevo. No lo hizo.

Es posible que Tomás se refiriera a Jesús como “mi Señor”  y al Padre como “mi Dios”. Después de todo, es muy común que la gente diga “¡Dios mío!”, Como una exclamación de sorpresa o asombro. Y ¡Tomás acababa de ver un espectáculo que ningún ser vivo humano en nuestro tiempo ha visto!

O bien, debido a que durante los tres años que Jesús estuvo con los apóstoles antes de su muerte, con frecuencia hablaba de haber estado con Dios, haber  visto a Dios y haber sido enviado a la tierra para hablar en nombre de Dios, incluso a juzgar por Dios y extender el perdón de Dios, Tomás pudo haber tenido la intención de reconocer la unidad de Jesús con Dios.

De cualquier manera, que  Jesús no corrigiera a  Tomás no  indica que él sea Dios. Más bien lo contrario. Que Jesús no corrigiera al apóstol indica que no entendió que Tomás estaba diciendo  que creía  que él era el Dios Todopoderoso.

El siguiente versículo del capítulo 20 de Juan dice:“Por supuesto, Jesús también ejecutó muchas otras señales delante de los discípulos, que no están escritas en este rollo. Pero estas han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y que, a causa de creer, tengan vida por medio de su nombre.”

El apóstol Juan estuvo sin duda, en la habitación cuando Tomás exclamó “mi Señor y mi Dios” y al parecer tampoco entendió que Tomás estaba diciendo que Jesús era Dios. Ya  que el apóstol Juan concluyó diciendo que creía que Jesús era el Mesías – el Cristo – el hijo de Dios, esto significa que, obviamente, esto fue lo  que Jesús entendió que Tomás también creía.

Irónicamente  multitudes de fieles que se imaginan a sí mismos como verdaderos creyentes realmente no creen que Jesús sea el Hijo de Dios.