Como los testigos de Jehová consideraron  el  libro bíblico de Joel hace poco tiempo en la reunión de Vida y Ministerio, con suerte, algunos por lo menos, darán a la profecía más que una lectura superficial. Es, después de todo, una profecía acerca de los eventos que conducirán al gran y muy maravilloso día de Jehová. Todos deberíamos darle la más profunda consideración.

Debería ser aparente, incluso para un lector casual, que el desastre provocado por la embestida del enjambre de langostas le sobreviene al pueblo de Dios, no al clero. El hecho mismo de que los testigos de Jehová no capten lo que es claramente evidente explica por qué la profecía de Joel se dirige a los borrachos y bebedores de vino, es decir, a los borrachos espirituales.

¿Cómo es posible que la organización dirigida por el espíritu, con sus comités de Enseñanza y Escritura y Publicación, y hombres con muchos años de experiencia combinada en el examen e investigación de las Escrituras, incluso traduciendo el hebreo, arameo y griego a una multiplicidad de idiomas modernos no sea capaz de dar una interpretación lógica a esta profecía? Sí, ¿cómo puede ser que el Cuerpo Gobernante no haya discernido que las langostas simbólicas de Joel no representan a los testigos de Jehová, sino que simbolizan las fuerzas anti Dios bajo el mando del rey del norte?

Por ejemplo, ¿no se refiere Jehová al ejército de langostas como el “norteño”? (Joel 2:20) Y si las langostas representan el ministerio de los testigos de Jehová, como la Watchtower ha enseñado desde los días de J.F. Rutherford, ¿por qué promete Jehová compensar los años en que los enjambres de langostas devastaron su tierra? (Joel 2:25) La embriaguez espiritual es lo único que explica cómo después de años y años de estudio de la Biblia, la Watchtower aún no tiene  idea de las cosas profundas de Dios.

Aunque la Watchtower ha sugerido, a través del video de introducción a Joel, que las congregaciones verán esta semana, que las langostas son enemigas de Dios,  algo que con seguridad se puede afirmar,  usted, el que está siendo enseñado, ¿no discierne por sí mismo que este aparentemente pequeño “ajuste” cambia todo de la manera más profunda?

Si lo que la Watchtower ha insinuado en su vídeo, es decir, que el ejército de langostas de Joel, aunque actúa como la fuerza militar de Jehová, son, de hecho, un enemigo de Dios, eso plantearía la pregunta: ¿a quién atacan y cuándo?

Aunque cualquiera que hable críticamente de la Watchtower -como yo lo hago- es considerado como un enemigo apóstata de la verdad, creo sinceramente que la Sociedad Watchtower ha servido como la organización dirigida por el espíritu de Dios y que los testigos de Jehová son los ministros de la verdad. Creo que los hijos ungidos de Sion están dentro de la organización. Y como eso es lo que también creen los Testigos de Jehová, ¿Cómo se explica el hecho que  la profecía de Joel atribuye estas palabras a las víctimas de la plaga de langostas: “Entre el pórtico y el altar, que los sacerdotes, los ministros de Jehová, lloren y digan: ‘Siente pena, sí, oh Jehová, por tu pueblo, y no hagas de tu herencia un oprobio, de modo que gobiernen naciones sobre ellos. ¿Por qué deberían decir entre los pueblos: “¿Dónde está su Dios?’ ‘’ (Joel 2:17)

Nuevamente, ¿cómo es posible que los sacerdotes ungidos de Bethel no capten las implicaciones del pasaje anterior?  ¿No se debe esto a que no han discernido que habrá una inspección futura durante la venida de Cristo? Como dijo Pablo una vez, “¿me he convertido en su enemigo porque les digo la verdad?”

Con el propósito de apreciar la gran falta de discernimiento, ya que es indiscutible que el ejército de langostas representa a las naciones bajo el mando del norteño, y esas naciones están destinadas a gobernar sobre aquellos que son identificados como los sacerdotes y ministros de Jehová –  incluso  sobre la herencia de Jehová –  y se dice que su gobierno se extenderá a lo largo de años, años por los cuales Dios compensará a su pueblo, ¿cómo es posible que el fundamento de la Watchtower se construyó sobre el dogma que los tiempos señalados de las naciones para pisotear Jerusalén terminaron en 1914?

Y no se equivoque: la profecía de Joel se refiere a la destrucción de la ciudad de Jerusalén. Eso es evidente por lo que se afirma en el tercer capítulo de Joel: “Porque, ¡mira!, en aquellos días y en aquel tiempo, cuando traiga de vuelta a los cautivos de Judá y Jerusalén,  también ciertamente juntaré a todas las naciones y las haré bajar a la llanura baja de Jehosafat; y ciertamente me pondré en juicio con ellas allí a causa de mi pueblo y mi herencia Israel, a quienes esparcieron entre las naciones; y repartieron mi propia tierra.  Y por mi pueblo siguieron echando suertes; y daban un niño varón por una prostituta, y a una niña la vendían por vino, para beber. “

Ya que la reunión de los cautivos de Judá y Jerusalén ocurre como un precursor inmediato a la reunión de las naciones en la Llanura de Jehosafat para el juicio final -una analogía que es paralela a la reunión de las naciones en el lugar conocido como Armagedón- esto significa que los habitantes de la Jerusalén simbólica todavía tienen que ir al cautiverio y ser dispersados. ¿Y no es la desolación de Jerusalén el rasgo central de la extensa profecía de Cristo con respecto a la conclusión del sistema de cosas? ¿Y no habló Jesús de la reunión de los elegidos? ¿No indica el que sean juntados el hecho que primero debieron ser dispersados?

En el evangelio de Lucas, Jesús habló de esta cautividad y dijo: “Y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por las naciones hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones”.

Podemos estar seguros de que cuando los apóstoles le preguntaron a Jesús cuándo iban a ser destruidos la ciudad santa y el templo, ni por un momento imaginaron que el pisoteo de Jerusalén por las naciones ya había comenzado o que los tiempos señalados de las naciones para pisotear  la ciudad de Dios comenzó cuando Nabucodonosor conquistó a Judá. Ellos  deseaban saber el futuro porque ya conocían el pasado.

Y aunque no pudieron haber discernido el cumplimiento final de lo que Jesús dijo acerca de la desolación de Jerusalén durante una gran tribulación que está destinada a venir sobre toda la tierra habitada, no hay excusa para que los testigos de Jehová dejen de ser ignorantes con respecto a estos vitales detalles de la ejecución del propósito de Dios.

De hecho, los tiempos señalados de las naciones para pisotear a Jerusalén son paralelos a los años en que las langostas arrasan con Jerusalén. El capítulo 11 de Apocalipsis revela el número exacto de años que las naciones pisotearán la ciudad santa: tres años y medio. Vea  aquí  lo que la profecía afirma: ‘’Pero en cuanto al patio que está fuera del [santuario del] templo, échalo fuera y no lo midas, porque ha sido dado a las naciones, y ellas hollarán bajo sus pies la santa ciudad por cuarenta y dos meses’’.


Si usted es honesto en su razonamiento, usted personalmente sabe que no ha visto ninguna de las cosas que Jesús predijo  que tendrían  lugar durante la conclusión. Estoy seguro de que no estuvo vivo durante la Primera Guerra Mundial. Tampoco presenció personalmente el horror de la Influenza española. Es muy probable que ni siquiera estuviera vivo durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Pero no dijo Jesús, “cuando vean todas estas cosas”? De nuevo, si somos honestos con nosotros mismos, admitiremos que no hemos visto las cosas que Jesús dijo que ocurrirían. Solo hemos leído sobre ellas. Sin embargo, el Cuerpo Gobernante afirma que es imposible que las señales que dan  comienzo al fin puedan tener lugar en el futuro. ¿Está usted seguro de que no puede haber otra guerra mundial? Si es así, ¿por qué está tan seguro?

Dejando de lado las señales, ¿no es cierto que la Watchtower apoya la doctrina de 1914 por medio de la cronología de los siete tiempos? Y los cálculos cronológicos se basan en el año de la destrucción de Jerusalén en 607 a. C. Ese es supuestamente el comienzo de los llamados tiempos de los gentiles, los tiempos señalados de las naciones para pisotear a Jerusalén.

Pero, nuevamente, si somos honestos en nuestro razonamiento, un análisis crítico de Joel revela una futura desolación de una Jerusalén simbólica, una Jerusalén que no puede simbolizar a la cristiandad, pero que está asociada con los hijos de la Sión celestial. Considere lo que también se afirma en el capítulo 3 de Joel con respecto a Jerusalén: ” Y ustedes tendrán que saber que yo soy Jehová su Dios, que resido en Sión, mi santa montaña. Y Jerusalén tiene que llegar a ser un lugar santo; y en lo que respecta a extraños, ya no pasarán por ella. “

De nuevo, los “extraños” que ya no pasarán por el lugar santo de Dios son las naciones -simbolizadas en Joel como las langostas. ¿Qué significa esto con respecto al futuro?

(Continuará…)