Esta es la tercera parte de la serie de artículos sobre La Atalaya de julio de 2022.
Bajo el subtítulo “Cómo llegarán a su final los enemigos del Reino”, el párrafo nueve dice:
(Lea Daniel 2:28, 31-35). Hoy estamos viendo el cumplimiento de esta profecía. En un sueño, Nabucodonosor vio lo que sucedería “en la parte final de los días”, después de que Jesús empezara a reinar. Uno de los enemigos de Jesús aquí en la Tierra sería la última potencia mundial que predijo la Biblia. Esta potencia, representada por “los pies de hierro y barro”, ya existe. Surgió durante la Primera Guerra Mundial, cuando el Reino Unido y Estados Unidos formaron una alianza especial. La estatua del sueño de Nabucodonosor nos da al menos dos detalles sobre esta potencia mundial que la harían distinta a todas las anteriores.
Hay algunos errores en las declaraciones anteriores. Uno de ellos consiste en afirmar que la alianza especial que existe entre Estados Unidos y el Reino Unido se formó durante la Primera Guerra Mundial. Eso no es cierto. Al parecer, Betel se refiere a la llamada “relación especial” que existe entre estas dos naciones, la cual no se forjó durante la Primera Guerra Mundial, sino después de la Segunda Guerra Mundial.
Eso puede parecer trivial, y tal vez lo sea, pero tal desinformación es extraña porque no requiere interpretación o conocimiento especial. Hacer declaraciones tan evidentemente inexactas ciertamente no mejora la credibilidad en la Watchtower. ¿Quizás sea esa la intención? Betel se jacta de hacer una investigación meticulosa, de solo publicar hechos verificables y, sin embargo, es de conocimiento común que la llamada “Special Relationship” se formó como resultado de la cooperación para derrotar a la Alemania nazi.
No obstante, para aquellos que investigamos bien los hechos, está claro que esa alianza, llamada así por Winston Churchill, fue la culminación del plan puesto en marcha por la Sociedad Fabiana de Londres a fines de la década de 1890 para ganar influencia sobre las políticas de su antigua colonia. Cualquier persona con conexión a Internet puede investigar este tema.
Es cierto que los británicos y los estadounidenses se aliaron brevemente durante la Primera Guerra Mundial, pero esa no fue una asociación especial. De hecho, cuando comenzó la guerra en 1914, los Estados Unidos se declararon neutrales. Eso se debe a que a fines del siglo XIX y principios del XX, muchos alemanes emigraron a Estados Unidos. Una de mis abuelas era una de esas niñas inmigrantes. Debido a que había tantos alemanes e ingleses en Estados Unidos, las simpatías se dividieron entre la alianza británico/francesa y la Alemania del Káiser. No fue hasta que el barco de pasajeros británico, el Lusitania, fue hundido por un torpedo alemán en mayo de 1915 que la marea de la opinión pública comenzó a cambiar. Otros barcos mercantes estadounidenses también serían hundidos por submarinos alemanes.
Aun así, no fue hasta abril de 1917 que Estados Unidos le declaró oficialmente la guerra a Alemania. La entrada de Estados Unidos en la guerra inclinó rápidamente la balanza de poder a favor de los franceses y los británicos, y la guerra terminó al año siguiente. Posteriormente, los Estados Unidos volvieron a su política de aislamiento de los problemas extranjeros, lo que quedó demostrado por la negativa del Senado de los Estados Unidos a ratificar la membresía de esa nación a la Sociedad de Naciones recién formada.
Veamos el primer detalle que hace distinta a la potencia formada por el Reino Unido y Estados Unidos. A diferencia de las demás potencias mundiales de la visión, esta no está representada por un solo metal, como el oro o la plata, sino por una mezcla de hierro y barro. El barro representa a “la descendencia de la humanidad”, es decir, la gente común (Dan. 2:43, nota). Nadie puede negar que esta potencia mundial tiene dificultades para lograr sus objetivos debido a la influencia que ejerce el pueblo mediante las elecciones, las campañas a favor de los derechos civiles, las manifestaciones y los sindicatos.
Y ahí lo tiene usted. En un bonito y ordenado párrafo, la Watchtower demuestra su solapada lealtad al Imperio. Según el Cuerpo Gobernante, el problema del gobierno no es la oligarquía satánica, sino las sucias masas que anhelan un nivel de vida digno, por el cual los sindicatos y los gremios de trabajadores solían trabajar. Las revoltosas masas de la humanidad votan en las elecciones con la vana esperanza de ser representadas por alguien que no sea un criminal o un simple títere, alguien que no enviará sus trabajos a China y Pakistán e inundará el país con inmigrantes que trabajarán por salarios exiguos. Tal vez, la descendencia sucia de la humanidad podría incluso elegir un presidente que trate de poner a Estados Unidos en primer lugar. Tales plebeyos pueden ser un problema irritante para la aristocracia y sus muchos zánganos y sirvientes lamebotas que gobiernan con puño de hierro, pero envuelto en un guante de terciopelo.
Y eso no es lo peor. En el recuadro de la página 6, encontramos lo siguiente:
¡Cuidado con el barro!
El barro de los pies de la enorme estatua de la profecía de Daniel representa a la gente común, que tiene el poder de influir en los líderes políticos y sus decisiones (Dan. 2:41-43). ¿Por qué podría ser esto un peligro para nosotros? Porque, si no protegemos nuestro corazón, podríamos violar nuestra neutralidad. Por ejemplo, podríamos sentir la tentación de apoyar a los que tratan de cambiar las cosas mediante protestas o movimientos políticos (Prov. 4:23; 24:21, nota). Para no caer en esta trampa, recordemos que Satanás es el gobernante de este mundo y que el Reino de Dios es nuestra única esperanza (Sal. 146:3-5; 1 Juan 5:19).
La gente común nunca instigaría la guerra ni provocaría intencionalmente a una potencia nuclear como Rusia o China. El Imperio siempre lleva a las masas a la matanza. El Imperio controla el valor del dinero. Controla las corporaciones y los grandes negocios. Controla los medios. El Imperio se nutre de la guerra y se come a los desventurados campesinos como una bestia devoradora. El Imperio incluso controla a la oposición. Por ejemplo, los disturbios provocados por el movimiento Black Lives Matter no fueron levantamientos espontáneos de personas oprimidas. Estos fueron financiados por intereses privados y utilizados por las agencias de inteligencia para socavar la presidencia de alguien que era considerado una amenaza para el Imperio de Londres. Otro ejemplo de esto fueron los llamados alborotadores del Capitolio, los cuales fueron totalmente manipulados por el FBI. No fue una insurrección, sino un esquema bien organizado para desacreditar a los patriotas, hacer ilegal el populismo e impedir otra presidencia de Trump.
Así que, en realidad, no es la gente común la que debilita al gobierno. El pueblo no es más que peones en un gran tablero de ajedrez de torres, alfiles, caballos, reinas y reyes. El objetivo principal del Imperio es destruir el republicanismo, destruir el sistema actual de naciones soberanas e independientes e imponer un gobierno mundial.
Sin duda, el Reino de Dios es nuestra única esperanza de salvación de este feo y malvado sistema. Pero ¿debemos hacer voto de ignorancia para ser súbditos leales de Cristo?
El segundo detalle nos lo da el hecho de que esta potencia está representada por los pies de la estatua. La potencia formada por el Reino Unido y Estados Unidos es la última que predijo la Biblia. Esto quiere decir que después de ella no vendrá ninguna otra potencia. Tanto ella como los demás gobiernos humanos llegarán a su rápido final cuando el Reino de Dios los destruya en el Armagedón (Apoc. 16:13, 14, 16; 19:19, 20).
Durante las últimas dos décadas, he ofrecido una interpretación diferente de las profecías. Podría ser catalogado como una voz solitaria en el desierto. Aunque mi influencia hasta la fecha ha sido insignificante, varios cientos de miles de personas que navegan por Internet, muchos de ellos testigos de Jehová, tienen al menos cierto conocimiento de mi mensaje único basado en la Biblia.
El Cuerpo Gobernante de la Watchtower ha puesto en juego su reputación y la espiritualidad del rebaño. Están seguros de que la potencia mundial angloamericana caerá en Armagedón, no antes. Yo he escrito bastante acerca del inminente y repentino colapso global del sistema angloamericano y un intervalo de 42 meses posterior a la gran tribulación durante el cual el octavo rey saldrá del abismo, se apoderará del mundo y hará la guerra contra los ungidos.
Lo que está en juego no podría ser mayor. O la Watchtower tiene razón y yo estoy equivocado o yo tengo razón y los profetas y hombres de visiones de la organización de Jehová están equivocados. Si bien no digo que lo sepa todo, estoy seguro de una cosa: el futuro le dará la razón a la persona o personas correctas.
Fin de la tercera parte.