Parte dos
Esta es la segunda parte del análisis del artículo de La Atalaya: “¿Está prestando atención a las advertencias?”.
“Entonces, el Reino de los cielos podría compararse a 10 vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron a encontrarse con el novio. Cinco de ellas eran insensatas y cinco eran prudentes. Las insensatas tomaron sus lámparas pero no llevaron aceite, mientras que las prudentes, además de sus lámparas, llevaron frascos con aceite. Como el novio tardaba, a todas les dio sueño y se quedaron dormidas. Pero en mitad de la noche se oyó un grito: ‘¡El novio ya está aquí! ¡Salgan a recibirlo!’” (Mateo 25:1-6).
En la primera parte, se mostró que 1914 es el problema que impide a los testigos de Jehová comprender las profecías y las parábolas de Jesús. Si se nos asegura que estamos iluminados y que nuestros maestros son veraces, y sin embargo, consciente o inconscientemente nos están engañando, eso es grave. Jesús dijo una vez: “Si la luz que hay en ti en realidad es oscuridad, ¡qué oscuridad tan grande la tuya!” (Mateo 6:22).
Cuando C. T. Russell organizó el primer pequeño grupo de estudio bíblico en 1870, ellos estaban profundamente interesados en la segunda venida de Cristo. Los adventistas habían influido mucho en Russell y él adoptó su críptica fórmula de siete tiempos para adivinar el año del fin del mundo. En ese momento, Russell afirmó que la parusía había comenzado en 1874 y que Cristo había sido entronizado en 1878. Se suponía que en 1914 vendría el fin. Todos esos errores fueron reevaluados, y 1914 se convirtió en el año en que Cristo apareció invisiblemente y comenzó a gobernar el mundo.
Hasta hace muy poco, la Watchtower afirmaba que el llamado a salir y recibir al novio había sido hecho en 1919 y que las diez vírgenes habían salido a recibirlo. Según la leyenda teocrática, las vírgenes insensatas se habían quedado atrás en ese entonces y las vírgenes prudentes habían comenzado a viajar a través de la oscuridad, pero, luego de casi 100 años, aún no habían llegado al salón de bodas. La Watchtower abandonó sin contemplaciones su interpretación insostenible hace unos años, pero sin pedir disculpas todavía presume de ser la que explica los secretos ocultos de la Biblia.
Tenga en cuenta que hay una lógica en el hecho de que Cristo haya vuelto a hablar en parábolas después de revelar la señal de la conclusión y su parusía. Una de las primeras parábolas involucraba el nombramiento de ciertos esclavos para alimentar a los domésticos en ausencia del amo de la casa. El amo determinará su fidelidad a su asignación cuando él llegue inesperadamente a la casa como un ladrón en la noche. Esto prueba que la presencia de Cristo no pudo haber comenzado antes de su llegada a la casa de Dios (Betel). ¿De qué manera? Si Jesús estuviera presente, ya no tendría que venir, ni tampoco designaría esclavos para administrar los asuntos en su presencia. A los esclavos se les dan responsabilidades en ausencia del amo.
Recordemos que en el capítulo 12 de Lucas, Jesús estaba hablando de estos mismos asuntos. Dijo que si sus esclavos estaban listos y esperando cuando él regresara, él se acercaría a ellos, los haría reclinarse a la mesa y les serviría. Esta ilustración nos recuerda la Cena del Señor original, cuando Jesús se ciñó como sirviente de la casa y les lavó los pies a sus discípulos. Como saben los testigos de Jehová, “parusía” significa “estar a un lado”. El hecho de que Cristo se acercará a los escogidos y les servirá como si fuera la Cena del Señor significará la conclusión del nuevo pacto que Jesús instituyó en la Cena original. Pablo reveló que la observancia de la muerte de Jesús solo será válida hasta que él venga. Si Cristo ya se encuentra de manera invisible junto a su rebaño fiel, como se refirió a ellos en ese mismo capítulo de Lucas, ¿por qué tendrían que salir las vírgenes a la oscuridad de la noche para recibirlo?
En toda su conversación sobre las vírgenes prudentes y las insensatas, no se da ninguna explicación sobre cómo recibirán las vírgenes la notificación: “¡El novio ya está aquí! ¡Salgan a recibirlo!”.
¿Deben los ungidos esperar que la Watchtower sea la fuente del anuncio de que Cristo está aquí para “salir a recibirlo”? Dado que la Watchtower ya ha hecho falsas declaraciones de ese tipo, y dado el hecho de que Jesús nos advirtió severamente que no creyéramos en pronunciamientos de origen humano que anunciaran que “Cristo está en el desierto” o “Cristo está en las habitaciones de la casa”, la respuesta debería ser obvia. En un asunto de tanta importancia vital, sin duda Dios no dejaría que los hombres anunciaran que Cristo ha venido.
Nuevamente, recordemos que hay una razón por la que Jesús concluyó su discusión sobre la señal de la conclusión y su presencia con una serie de parábolas que ilustran los dos resultados diferentes de los cristianos.
Pablo advirtió a los cristianos que no se alarmaran por declaraciones de supuesta autoridad que declararan que la presencia había comenzado y que el día del Señor había llegado. Es indiscutible que la Watchtower ha sido la fuente de esos mensajes falsos. ¿Y se convertirá ahora esta institución, que ha sido un instrumento involuntario para la operación de Satanás, en una fuente confiable de información que nos salvará la vida y nos informará de que Jesús ha venido de verdad?
Afortunadamente, Jehová ha provisto una señal. Está sellada en su palabra infalible. ¿Cuál es?
Cuando Pablo le escribió a los tesalonicenses, reveló un secreto sagrado sobre la resurrección de los que murieron en unión con Cristo. Pablo escribió acerca de ellos: “Apoyándonos en la palabra de Jehová, les decimos esto: los que estemos vivos y sobrevivamos hasta la presencia del Señor de ninguna manera nos adelantaremos a los que se han dormido en la muerte; porque el Señor mismo descenderá del cielo con una orden, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los que están muertos en unión con Cristo resucitarán primero. Después, los que estemos vivos y sobrevivamos seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire, y así siempre estaremos con el Señor. De modo que sigan consolándose unos a otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:15-18).
La Watchtower afirma que este acontecimiento ya ha ocurrido. Afirma que el Señor mismo descendió del cielo en 1914 y poco después, con voz de arcángel, mandó a los muertos que se levantaran de sus tumbas. En los días de Pablo, los cristianos que estaban en unión con Jesús naturalmente querían saber cuándo ocurriría este estupendo acontecimiento. Por eso, Pablo les explicó lo siguiente: “Ahora bien, hermanos, no necesitan que se les escriba nada sobre los tiempos y las épocas, porque ustedes saben muy bien que el día de Jehová vendrá exactamente como un ladrón en la noche. Cuando ellos estén diciendo ‘¡Paz y seguridad!’, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores de parto de una mujer embarazada, y de ninguna manera escaparán. Pero ustedes, hermanos, no están en oscuridad como para que ese día los sorprenda del mismo modo que el día sorprendería a unos ladrones, pues todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no les pertenecemos ni a la noche ni a la oscuridad” (1 Tesalonicenses 5:1-5).
Sé que estoy repitiendo información, pero vale la pena repetirla. ¿Por qué los hermanos no necesitaban más información sobre el comienzo de la presencia del Señor? Porque sabían que Cristo vendría como ladrón en la noche. ¿Cómo lo sabían? Jesús se los dijo.
Pero las palabras del Señor aplican más apropiadamente a nosotros que vivimos ahora por este motivo: “Así que estén siempre vigilantes, porque no saben en qué día viene su Señor. Tengan en cuenta una cosa: si el dueño de una casa supiera en qué momento de la noche va a venir el ladrón, se quedaría despierto y no permitiría que se metiera en su casa. Por eso ustedes también estén preparados, porque el Hijo del Hombre viene a la hora en que menos se lo esperan” (Mateo 24:42-44).
La venida de Cristo como ladrón no concluye su presencia. Es el comienzo. No obstante, para que quede claro, ¿cuál será el llamado claro de que el novio finalmente ha llegado? Ahí lo tiene, tan claro como el día: “Cuando ellos estén diciendo ‘¡Paz y seguridad!’”.
Recuerde que en la parábola, todas las vírgenes que esperaban se quedaron dormidas, de manera similar a los apóstoles en el jardín de Getsemaní cuando se acercaba el momento crítico de la traición del Señor por parte del hijo de la destrucción. Sin embargo, el hecho de que se quedaran dormidas en sí no las descalificó para salir a recibir al novio. El factor determinante fue cómo se habían preparado espiritualmente de antemano para salir a recibirlo.
Tal como señaló Pablo, la venida de Cristo como ladrón será anunciada por quienes proclamarán “paz y seguridad”. Pero ese anuncio repentino y sorprendente no tomará desprevenidos a los hijos de la luz. Las vírgenes prudentes con aceite adicional para iluminar sus lámparas corresponden a los hijos de la luz.
¿Qué hay de la fiesta de bodas? Jesús dijo de las vírgenes insensatas que fueron a comprar más aceite: “Pero, mientras iban a comprarlo, vino el novio. Las vírgenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y la puerta se cerró” (Mateo 25:10).
Indudablemente, el estar en la presencia del Señor en una fiesta de bodas representa la consumación de la unción. Pablo le dijo a los corintios que él personalmente los había comprometido en matrimonio al Señor. Por lo tanto, la venida de Cristo como ladrón es seguida por un breve intervalo cuando las vírgenes salen a recibirlo, lo cual luego concluye cuando llega el novio y hace pasar a las vírgenes que esperaban al área de recepción, y se cierra la puerta. ¿Quién sería tan irrazonable como para argumentar que la ilustración de las vírgenes que entran en una relación especial con Cristo como su novio no corresponde con la venida de Jesús junto a los elegidos (la parusía) y su ministerio durante la última Cena del Señor?
Un dato que cabe destacar es que las vírgenes prudentes y las insensatas estuvieron juntas en un momento dado. El llamado a “salir a recibirlo” provocará una separación. El hecho de que las vírgenes insensatas regresarán a los vendedores de aceite debe representar a quienes seguirán buscando iluminación por parte de la Watchtower después de la declaración de “paz y seguridad” y la destrucción repentina del sistema angloamericano, lo cual demostrará más allá de toda duda que 1914 fue un fraude. Las vírgenes prudentes se marcharán y abandonarán la fuente original del aceite iluminador y recorrerán el resto del camino por fe, donde se encontrarán con el Señor en la oscuridad de la tribulación.
Fin de la segunda parte…