“Entonces él alargó la representación de una mano y me tomó por un mechón de la cabeza, y un espíritu me llevó entre la tierra y los cielos y me trajo a Jerusalén en las visiones de Dios, a la entrada de la puerta interna que mira hacia el norte, donde está la morada del símbolo de celos que incita a celos. Y, ¡mire!, la gloria del Dios de Israel estaba allí, como el aparecimiento que yo había visto en la llanura-valle.” (Ezequiel 8: 3-4)

Ezequiel estuvo entre la primera ola de judíos llevados al exilio. Él estaba allí, en Babilonia, sentado entre los ancianos cuando Jehová lo cogió por un mechón de su cabello y, en una visión, lo llevó de regreso al templo en Jerusalén. Jehová llevó a su atalaya a un recorrido privado por el santuario del templo y el patio para que pudiera ver por sí mismo lo que estaba sucediendo en secreto.

Al llegar al templo en Jerusalén, Dios le ordenó a su profeta que mirara hacia el norte, donde vio lo que es descrito como un símbolo de celos situado en la puerta del altar. Ezequiel no describe cómo era el símbolo y de igual manera eso no es importante. Ezequiel no ve específicamente a nadie inclinándose o adorando al símbolo de alguna manera. Era un símbolo de celos, es decir, un ídolo destinado a ofender a Dios e incitarlo a los celos.

Al estar situado en la entrada, el símbolo estaba en un lugar muy prominente, donde no debería estar. Y, al estar situados en la puerta del altar, los sacerdotes tendrían que pasar siempre por el símbolo de los celos para ofrecer sacrificios sobre el altar de Jehová.

Ahora considere los comentarios en la publicación Pure Worship, en el capítulo cinco, párrafos ocho y nueve:

‘’¿Qué significado tiene para nuestros días la visión de Ezequiel del símbolo de los celos? El apóstata Judá ciertamente nos recuerda a la cristiandad. La idolatría está muy extendida en las iglesias de la cristiandad, lo que invalida cualquier devoción que las personas afirman dar a Dios. Puesto que Jehová no cambia, podemos estar seguros de que la cristiandad, como el apóstata Judá, ha provocado su justa ira. ¡Sin duda alguna, Jehová está muy lejos de esta forma distorsionada de cristianismo!

¿Qué lección podemos aprender de los idólatras en el templo? Para rendir devoción exclusiva a Jehová, debemos “huir de la idolatría”. Tal vez podríamos pensar: “¡Nunca usaría imágenes o símbolos en mi adoración a Jehová!” Pero la idolatría se presenta en varias formas, algunas más sutiles que otras. Una obra de referencia bíblica lo expresa de esta manera: “Uno puede pensar en la idolatría como una metáfora de otros bienes: cualquier cosa de valor o poder que se convierta en nuestra preocupación principal por encima de Dios”. La idolatría, entonces, puede incluir posesiones materiales, dinero, sexo, entretenimiento, en realidad, cualquier cosa que pueda ocupar el primer lugar en nuestras vidas y así reemplazar la devoción exclusiva que se debe a Jehová. Debemos protegernos de toda forma de idolatría porque Jehová tiene un derecho exclusivo sobre nuestros corazones, ¡y nuestra adoración!’’

Al decir que “la idolatría se presenta en varias formas, algunas más sutiles que otras“, los editores sin duda tienen razón. Ellos enumeran “las posesiones materiales, el dinero y el sexo” como cosas que podrían ocupar el lugar de Dios, ¿Pero qué pasa con el poder? ¿No es una tendencia humana arraigada querer dominar a los demás? Los hombres en particular anhelan poder sobre los demás. Y no se trata solo de hombres que dominan al llamado sexo más débil; sino más bien de aquellos que dominan a otros a través de instituciones, gobiernos, corporaciones, organizaciones, etc.

Es cierto que la cristiandad es flagrante en su idolatría y no intenta disimularla. Pero ¿qué sucede entre los testigos de Jehová? ¿Qué pasa con la organización en sí? ¿Podría esta ser el símbolo de celos moderno? Considere algunos hechos pertinentes.

Originalmente, C.T. Russell fue considerado reverencialmente por los Estudiantes de la Biblia como el portavoz del Altísimo. Fue tenido en gran estima como el Mensajero de Laodicea, supuestamente el último de los siete mensajeros de Dios. Aunque aparentemente nunca lo afirmó, muchos de los Estudiantes de la Biblia consideraron a Russell como el único esclavo fiel y discreto. Cuando murió de repente, también murió la fe de muchos de sus seguidores. Así que, desde el principio, aquellos que abandonaron las iglesias y se asociaron con la Watchtower de Russell se inclinaron a idolatrar criaturas simplemente porque les enseñaron acerca de la Biblia. Podemos ver que la idolatría está profundamente arraigada en nuestras almas.

J.F. Rutherford estaba decidido a eliminar la adoración de criaturas, pues él aplastó al ídolo Russell. Pero en lugar del rostro de un hombre, como el venerable Russell, en lugar de la Iglesia, la Organización misma ha sido gradualmente elevada a un lugar demasiado alto en las mentes y los corazones de los testigos de Jehová. Tenga en cuenta que, como dice la Watchtower, la idolatría puede ser muy sutil. De hecho, lo es.

Cabe destacar que el símbolo de los celos se encontraba en la entrada. Desde el principio, cualquiera que esté interesado en las enseñanzas de los testigos de Jehová es introducido a la Watchtower. Podría considerarse a esta organización como el portal de entrada a la verdad. A cada estudiante de la Biblia se le enseña a considerar a su verdadero maestro como el “esclavo fiel y discreto”. Con el tiempo, estos aprenden a no cuestionar al esclavo. La opinión general es que cualquiera que cuestione al esclavo fiel y discreto está cuestionando a Jehová mismo.

Las personas que deseen dedicarse a Dios en el bautismo deben comprometerse con toda su solemnidad a reconocer que su bautismo los asocia con la organización de Dios dirigida por su espíritu. Y ya sea que se den cuenta o no, esa organización tiene más autoridad e influencia sobre las vidas de los testigos de Jehová que Jehová mismo. Ese hecho se demuestra con frecuencia cuando las personas que se dan cuenta de algunas de las muchas faltas y errores de la Watchtower tropiezan y pierden su fe. El brillo del ídolo se apaga, pues ha sido empañado y ya no es digno de ser servido.

Los guardianes de la puerta en la entrada a la verdad tienen un gran poder. Su interpretación de la Biblia es considerada como la única verdad. Además, ellos han interpretado todas las profecías para elevar a la Organización. El hecho mismo de que Betel haya publicado un comentario sobre Ezequiel que pretende pulir la imagen de la organización como la expresión misma de la adoración pura es una prueba de esa intención.

Tome como ejemplo la profecía que tanto Isaías como Miqueas pronunciaron sobre la montaña de la casa de Jehová que se eleva por encima de las colinas. Eso es un acontecimiento que va a ocurrir en la parte final de los días. Es una referencia al Reino de Dios establecido y reconocido por aquellos que desean ser súbditos de él y que también han reconocido al Amo designado por Jehová como el Maravilloso Consejero. Según Betel, la adoración que dan testigos de Jehová es el cumplimiento de esa profecía.

Al afirmar eso, es como si se nos dijera que la organización terrenal se encuentra en la cima exaltada del cielo, muy por encima de los cultos idólatras de la cristiandad. Y como los testigos de Jehová creen que el Reino ya ha sido establecido en el Monte Sión, la Organización Watchtower es la puerta de entrada al Reino y el portal a través del cual deben pasar las multitudes de adoradores puros para poder subir a la montaña sagrada.

Seguramente, una institución que pretende ser la expresión misma de la adoración pura, que se considera como la fuente de las aguas de la verdad que dan vida, el único canal de la voz de Dios en la tierra, incita inevitablemente a Dios a los celos. No hay razón para dudar de que la Watchtower sea el antitípico “símbolo de los celos en la entrada”.

Aunque este símbolo de los celos era algo impactante, Dios le advirtió a Ezequiel que aún había cosas peores por contemplar: “Y él pasó a decirme: ‘Hijo del hombre, ¿estás viendo qué grandes cosas detestables están haciendo, las cosas que la casa de Israel está haciendo aquí [para que yo] llegue a estar alejado de mi santuario? Y todavía verás de nuevo grandes cosas detestables’.’’

Continuará….