Miércoles 3 de enero

Su liberación se acerca (Luc. 21:28).

El fin de las organizaciones religiosas falsas llegará de repente, y eso tomará al mundo por sorpresa (Apoc. 18:8-10). La destrucción de Babilonia la Grande estremecerá al mundo y puede que eso cause problemas. Pero los que servimos a Jehová tendremos al menos dos razones para estar felices. Por un lado, que esta vieja enemiga de Jehová desaparecerá para siempre. Y, por otro, que nuestra liberación de este sistema malvado estará cerca. Daniel predijo: “El conocimiento verdadero se hará abundante”. Y así ha sido. Ahora entendemos bien las profecías sobre nuestros días (Dan. 12:4, 9, 10). Estas profecías son tan exactas que nos llenan de profundo respeto por Jehová y su Palabra inspirada (Is. 46:10; 55:11). Por lo tanto, sigamos fortaleciendo nuestra fe. ¿De qué manera? Estudiando la Biblia con empeño y ayudando a otros a ser amigos de Jehová. Nuestro Dios protegerá a todos los que se apoyan por completo en él y les dará “una paz constante” (Is. 26:3). w22.07 7 párrs. 16, 17

Parece apropiado que la Watchtower comience el nuevo año enfocándose en las profecías bíblicas. Es cierto, no hay duda al respecto, “Estas profecías son tan exactas que nos llenan de profundo respeto por Jehová y su Palabra inspirada”.

Estando a principios de este nuevo año, con las guerras y las noticias de guerras intensificándose, la invasión furtiva de Estados Unidos y Europa muy avanzada y el imperio financiero de Londres al borde del colapso, repasemos la asombrosa previsión de Dios publicada en el libro más antiguo del mundo.

El capítulo 13 de Ezequiel debería dejarnos asombrados. Jehová ordena a su centinela lo siguiente: “Hijo del hombre, profetiza contra los profetas de Israel y diles a esos que se inventan sus propias profecías: ‘Oigan las palabras de Jehová. Esto es lo que dice el Señor Soberano Jehová: “¡Ay de los profetas insensatos, que siguen sus propias ideas sin haber visto nada”’”.

Jehová continúa diciendo: “Han tenido visiones falsas y han predicho mentiras; andan diciendo ‘Estas son las palabras de Jehová’, a pesar de que Jehová mismo no los ha enviado, y todavía esperan que sus palabras se cumplan. ¿Acaso no es una visión falsa lo que ustedes han tenido y una mentira lo que ustedes han predicho diciendo ‘Estas son las palabras de Jehová’, a pesar de que yo no he dicho nada?” (Ezequiel 13:6, 7).

¿No hablan el Cuerpo Gobernante y la organización Watchtower en el nombre de Jehová? ¿No aseveran firmemente que lo que enseñan es la palabra de Jehová? Es innegable. Ninguna secta cristiana aparte de la organización de los testigos de Jehová hace pronunciamientos que en efecto digan: “Estas son las palabras de Jehová”.

Esto seguramente ofenderá a los testigos de Jehová, pero es la verdad. La doctrina central de la Watchtower, que es que el Reino llegó al poder en 1914, es una visión falsa. La doctrina de la parusía invisible es un mito. ¡En verdad, la clase autoproclamada de esclavos fieles y prudentes, profetas y promotores de esta presencia invisible literalmente no han visto nada! No existe “evidencia” que respalde una presencia invisible de Cristo. Es un cuento de hadas.

El apóstol Pedro parece haber anticipado todo esto cuando escribió: “No, nosotros no les dimos a conocer el poder y la presencia de nuestro Señor Jesucristo siguiendo cuentos falsos ingeniosamente elaborados, sino que fuimos testigos oculares de su esplendor” (2 Pedro 1:16).

Otras versiones lo expresan de manera diferente. La versión Reina Valera de 1960 dice: Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad”. Y la versión La Palabra de Latinoamérica dice: Cuando les anunciamos la venida gloriosa y plena de poder de nuestro Señor Jesucristo, no lo hicimos como si se tratara de leyendas fantásticas, sino como testigos oculares de su grandiosidad”.

Los tres apóstoles que estaban con Jesús en el monte cuando fue transfigurado fueron testigos oculares de una visión que retrató la poderosa parusía de Jesucristo. La presencia invisible de Cristo y su inicio en 1914 es una fábula artificiosa, una leyenda fantástica. Durante todas estas décadas, los profetas insensatos han estado esperando en vano que sus palabras se hagan realidad.

La falsa realidad que la Watchtower ha creado incluye otras cosas además del mito de la parusía invisible. Una de ellas es que la organización ha profetizado repetidamente que Babilonia la Grande será destruida al principio de la gran tribulación, sin ofrecer nunca algún pasaje bíblico que realmente apoye lo que ellos afirman. Sí, Babilonia la Grande será destruida. Dios se encargará de eso. Pero, ¿ocurrirá eso al comienzo de la tribulación? El Cuerpo Gobernante ciertamente parece confiar en que así será, ya que lo han repetido muchas veces desde que llegaron a esa conclusión en 1970. En la Reunión Anual de 2023, duplicaron sus esfuerzos al incluir una pequeña gráfica de los eventos que según ellos podemos esperar en el futuro.

Irónicamente, debido a que la organización afirma ser el profeta a quien Jehová revela sus asuntos confidenciales, y ha publicado sus pronósticos proféticos por todas partes y no parece en lo absoluto inclinada a revisarlos o emitir nueva luz, el escenario está preparado para que sus visiones falsas se estrellen terriblemente con la realidad.

Jehová pasa a relatar una ilustración en el capítulo 13 de Ezequiel: “Todo eso pasará porque ellos han descarriado a mi pueblo diciendo ‘¡Hay paz!’, cuando no hay paz. Cuando alguien construye una pared frágil, ellos la recubren con cal. A esos que recubren la pared con cal, diles que se va a caer. Vendrá una lluvia torrencial y caerá granizo, y fuertes vientos de tormenta la derribarán. Y, cuando la pared se caiga, les preguntarán: ‘¿Dónde está la capa de cal?’. Por lo tanto, esto es lo que dice el Señor Soberano Jehová: ‘En mi ira desataré fuertes vientos de tormenta; en mi furia, una lluvia torrencial, y en mi furor destructivo, granizo. Demoleré la pared que ustedes recubrieron con cal y la haré caer al suelo, y sus cimientos quedarán a la vista. Cuando caiga la ciudad, ustedes morirán dentro de ella; y tendrán que saber que yo soy Jehová’” (Ezequiel 13:10-14).

La doctrina de 1914 es la pared endeble que hay que encalar continuamente en forma de “nuevos ajustes” o “nueva luz”. Por ejemplo, ellos se han encargado de definir y redefinir qué es una generación debido a su obsesión con ese año. La endeblez de su muro doctrinal se hace evidente cuando consideramos el hecho de que toda la estructura se basa en lo que Jesús dijo acerca de que las naciones pisotearían Jerusalén durante un tiempo determinado. Según su engañoso razonamiento, supuestamente el pisoteo de Jerusalén comenzó más de 600 años antes de que Cristo predijera que la ciudad santa sería hollada.

Sin embargo, es inconcebible que los apóstoles que le pidieron a Jesús que les dijera cuándo iba a ser destruido el templo en el futuro hubieran entendido que Jesús quería decir que Jerusalén ya estaba siendo pisoteada en ese momento. A pesar de esta simple verdad, la Watchtower ha fijado el comienzo del pisoteo de Jerusalén en el año 607 a.E.C. El hacer eso es realmente insensato. De hecho, es estúpido, irracional.

Por cierto, ¿cuál es la ciudad que está destinada a caer y ser pisoteada por las naciones durante el tiempo del fin? El capítulo 11 de Apocalipsis, que fue escrito después de que Jerusalén fuera destruida por los romanos, habla de la ciudad santa siendo pisoteada por las naciones e incluso revela la duración de los tiempos señalados para que eso suceda. Incluso la Watchtower reconoce que la “ciudad santa” representa a la congregación de Cristo.Aun así, los profetas insensatos han asignado el período de 42 meses de su pisoteo a la Primera Guerra Mundial. Esa es una de las formas en las que se aplicado el estuco a su endeble pared.

¿Qué forma tomará el derrumbe de la pared por medio de lluvias torrenciales, granizo y poderosos vendavales? “Peleará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos y, en un lugar tras otro, hambre y epidemias. Y se verán escenas espantosas y grandes señales del cielo” (Lucas 21:10, 11). En resumen, todo lo que han dicho los profetas insensatos que ha ocurrido durante los últimos 110 años y que no se puede repetir en el futuro, es lo que sucederá a una escala nunca antes vista.

La tempestad de Jehová derribará la pared encalada de la Watchtower y sus cimientos quedarán expuestos como un plan satánico para engañar al pueblo de Dios.

Por cierto, el capítulo 19 de Apocalipsis indica que el juicio de Jehová sobre la gran ramera tendrá lugar inmediatamente antes de las bodas del Cordero, mucho después de que la intervención de Dios acorte la tribulación.