Esta es la primera parte de una serie que analiza el artículo de estudio de La Atalaya de septiembre de 2024 que se titula: “¿Está prestando atención a las advertencias?”

El primer párrafo señala lo siguiente:

“VIVIMOS en un momento clave de la historia. Dentro de poco, Jesús juzgará a todos los que vivan en la Tierra. ¿Cómo sabemos que ese periodo está cerca? Porque Jesús les dio a sus discípulos una profecía que serviría como ‘señal’ de su presencia invisible y de ‘la conclusión del sistema’ (Mat. 24:3)”.

Ciertamente vivimos en un momento clave, pero no por las razones que usted se podría imaginar. Sin exageraciones ni hipérboles, los peligros espirituales que se avecinan son mucho más críticos y potencialmente devastadores para la fe de lo que La Atalaya le ha hecho creer.

Los lectores habituales de este sitio web saben que 1914 no es una fecha auténtica establecida por la cronología bíblica. Ningún testigo de Jehová puede defender esta enseñanza fundamental de la organización en un debate honesto y abierto. ¡Reto a todos los testigos de Jehová a enfrentar los hechos!

Dicho de la manera más simple posible, cuando Jesús predijo que las naciones pisotearían a Jerusalén hasta que se cumplieran sus tiempos señalados, no estaba dando a entender que el pisoteo ya había comenzado, como se le ha hecho creer a los testigos de Jehová. Los apóstoles no estaban interesados en el pasado cuando Babilonia destruyó la ciudad de Jehová; querían saber cuándo la ciudad y el templo existentes serían derribados, porque, unos días antes, Jesús los había sorprendido al predecir que no quedaría piedra sobre piedra que no fuera derribada.

Además, la doctrina de 1914 de la organización se sostiene tenuemente sobre la presunción de que no puede haber otra guerra mundial que cumpla de forma más precisa las palabras de Cristo. Dado el estado tumultuoso del mundo, ¿qué persona razonable puede afirmar con confianza que no habrá una guerra catastrófica en el futuro cercano?

Sin duda, la desolación y el pisoteo de una Jerusalén espiritual durante un tiempo señalado en la conclusión es el elemento central de la extensa profecía de Jesús, pero la falsedad de 1914 distorsiona todo. Con eso en mente, examinemos más de cerca el artículo en cuestión.

El párrafo 4 dice:

“Jehová nombró juez a Jesús, y la Biblia nos asegura que Jesús juzgará con justicia (lea Isaías 11:3, 4). Él se fija en lo que las personas piensan, dicen y hacen, y eso incluye cómo tratan a sus hermanos ungidos (Mat. 12:36, 37; 25:40). Sabrá quién les dio su apoyo a los ungidos y a la obra que estos hicieron. Una de las maneras más importantes de dárselo es predicando”.

Si fuera tan simple como salir al servicio, ¿por qué Jesús no lo dijo directamente? En cambio, dijo que las ovejas ayudaron a sus hermanos cuando tenían hambre, estaban enfermos, desnudos, sedientos, sin hogar y en prisión. Dudo que hoy alguno de los ungidos tenga hambre, esté sin hogar, desnudo o en prisión. Tal vez enfermos, sí, pero esa es una condición humana común. Indudablemente, ninguno de los hermanos o hermanas ungidos en ninguna de las Beteles en el mundo está en el estado deplorable que Jesús describió en su parábola.

Asimismo, como lo demuestra este mismo artículo de estudio de La Atalaya, dado que los testigos de Jehová han sido llevados a creer que las ovejas serán identificadas porque ayudaron a los hermanos de Jesús en la obra de predicación, ¿cómo es que las ovejas en la parábola no sabían que estaban sirviendo al mismo Jesús?

Por errores acumulados durante décadas, es necesario despejar la montaña de basura acumulada para entender la parábola de las ovejas y las cabras. Quizás el error más atroz relacionado con 1914 es la explicación de la organización sobre la parábola del trigo y la mala hierba. Lo que los testigos de Jehová deben creer bordea lo absurdo.

Aunque excede el alcance de este artículo desmontar su interpretación, sepan que Jesús dijo que los ángeles serían enviados para arrancar de su Reino a todas las personas que hacen iniquidad y todas las cosas que causan tropiezo. Si usted es una persona razonable, pregúntese: ¿Es razonable concluir que los cientos de millones de feligreses semejantes a mala hierba de la cristiandad alguna vez estuvieron en el Reino o congregación de Cristo?

Además, dado que los Estudiantes Internacionales de la Biblia ya eran un grupo separado y distinto, ¿por qué habría sido necesario que Cristo enviara a sus ángeles para remover a los feligreses comunes de entre ellos?

En segundo lugar, según la interpretación de la organización, los ángeles ya han eliminado a las personas malvadas y a todas las cosas que causan tropiezo de la congregación de Cristo. ¿Puede algún testigo de Jehová decir honestamente que no hay personas inicuas ni piedras de tropiezo en la organización actualmente? Toda persona honesta seguramente conoce la respuesta.

Una cosa más: si todos los falsos cristianos semejantes a mala hierba fueron arrancados y atados en haces hace más de 100 años y desde entonces han muerto naturalmente, ¿cómo serán lanzados al horno ardiente? Con suerte, los cristianos reflexivos podrán ver que la explicación de La Atalaya del trigo y la mala hierba es parte de una elaborada e intricada historia falsa.

La razón por la cual la organización se ve obligada a inventar un relato tan fantasioso sobre cómo la mala hierba fue arrancada del Reino de Cristo entre 1914 y 1919 se debe a que el Señor afirmó claramente que la cosecha es la conclusión de un sistema de cosas. Y el Cuerpo Gobernante está comprometido a defender que 1914 marcó el comienzo de la conclusión del sistema que ya lleva más de un siglo.

Puesto que la interpretación de La Atalaya del trigo y la mala hierba y la parábola relacionada con la red son demostrablemente falsas, es hora de considerar la única explicación razonable para su persistente error. ¿Y cuál es esa? Que la conclusión del sistema no comenzó en 1914.

Dado que más y más personas (aparte de los testigos de Jehová adoctrinados) están cada vez más preocupadas por la posibilidad de una guerra mundial —incluso una guerra nuclear— y todo el caos que seguramente acompañaría a semejante catástrofe colosal, como el colapso financiero, la escasez de alimentos y pandemias de enfermedades, ¿por qué los líderes de la organización están tan confiados de que no ocurrirá tal desastre? ¿Están seguros de que están prestando atención a las advertencias?

Pablo advirtió a los cristianos de Corinto acerca de la presencia de ministros de Satanás en medio de ellos, quienes astutamente se disfrazaban como ministros de justicia. ¿Qué relevancia tiene eso para los cristianos hoy en día? Pues nos revela que Jehová permite que Satanás implante impostores inicuos dentro de la congregación de Cristo, tal como Jesús ilustró en su parábola del trigo y la mala hierba. Tal como señaló Pablo, no es un logro extraordinario para el Diablo lograr tal cosa: “Y no me sorprende, porque el propio Satanás se disfraza de ángel de luz. Por eso no es extraño que sus siervos también se disfracen de siervos de la justicia. Pero tendrán el fin que se merecen por sus obras” (2 Corintios 11:14, 15).

Solo para estar seguros, los ministros disfrazados de Satanás no se hacían pasar por humildes publicadores del Reino, por usar un término de la jerga teocrática. No, el hecho de que Pablo los llamara “falsos apóstoles” indica que eran los hombres más prominentes. No obstante, los corintios no sabían que los que presidían la congregación eran impostores. Pablo solo los expuso por el poder del espíritu santo de Dios.

Teniendo en cuenta este caso real (no una parábola) de cómo el Diablo puede implantar con éxito a falsos hombres ungidos entre los verdaderos hijos del Reino, ¿por qué se considera imposible que el trigo y la mala hierba existan actualmente entre los testigos de Jehová, incluso dentro de los líderes gobernantes?

Le pido que use su imaginación. ¿Cuál cree usted que sería la reacción entre los casi nueve millones de testigos de Jehová si de repente las naciones comenzarán a pelear entre sí y se cumplieran a una escala mucho mayor las palabras de Jesús encontradas en Mateo 24, Lucas 21 y Marcos 13? Además, ¿qué pasaría si esta calamidad fuera precedida por una iniciativa de los líderes mundiales para prevenir una guerra global, y por un momento pareciera que tienen éxito y comenzaran a anunciar que el desastre ha sido evitado y que hay “paz y seguridad”?

¿Estarían los testigos de Jehová celebrando, o se verían sorprendidos cuando la destrucción repentina que viene sobre los que proclaman paz y seguridad se manifestara por medio del colapso de la nación más grande de la tierra y de todo el sistema bajo su dominio? Jesús dijo que muchos perderían la fe, así que tenga en cuenta eso en su respuesta.

Dicho esto, en el caso de que comience realmente la conclusión del sistema de cosas, la organización perderá toda credibilidad. ¿Cómo podrían retener la confianza de los testigos de Jehová después de haberlos engañado sobre algo tan importante como la segunda venida de Jesucristo? Tenga presente este desastroso escenario teocrático, porque es la única forma de comprender el contexto en el que se realizarán muchas de las parábolas de Jesús.

Para demostrarlo, nuevamente, le pido que use su imaginación. ¿Qué será de la obra de predicación del Reino cuando el sistema en el que vivimos deje de funcionar? Y seamos realistas: ¿no debería la conclusión del sistema caracterizarse por el cese de los sistemas que actualmente funcionan, incluido el sistema cristiano?

Por cierto, si usted desea ver una imagen clara de cómo será el fin del cristianismo, Dios ha proporcionado una en la profecía de Joel, una profecía que los hombres de visiones de Betel han declarado irrelevante en el mundo moderno.

Indubitadamente, un cambio de circunstancias tan dramático fracturará la unidad cristiana de la que disfrutan los testigos de Jehová. Es en el contexto del colapso del sistema político presente, relativamente benigno, y la imposición de un régimen comunista y tiránico global, junto con la presencia visible y manifestación de Jesús a los escogidos —confirmándolos como los hermanos sellados del Hijo de Dios— que los hermanos de Cristo se encontrarán sin hogar, desnudos, hambrientos, enfermos y en prisión.

Fin de la primera parte…