Lunes 21 de septiembre

A Jehová tu Dios debes temer. A él debes servir, y a él debes adherirte (Deut. 10:20).

Los relatos bíblicos sobre la desobediencia de Caín, Salomón y los israelitas en el monte Sinaí tienen un elemento importante en común. Todos ellos tuvieron la oportunidad de arrepentirse y cambiar (Hech. 3:19). Está claro que Jehová no da por perdido enseguida a quien comete un error. Recordemos que perdonó a Aarón. Hoy día, Jehová puede advertirnos mediante los relatos de la Biblia, las publicaciones o los consejos amables de un hermano. Cuando hacemos caso de sus advertencias, estamos seguros de que Jehová nos mostrará misericordia. La bondad inmerecida de Jehová tiene un propósito (2 Cor. 6:1). Nos da la oportunidad de “repudiar la impiedad y los deseos mundanos” (Tito 2:11-14). Mientras vivamos “en medio de este sistema de cosas”, enfrentaremos situaciones que pondrán a prueba nuestra devoción exclusiva a Dios. Esforcémonos por estar siempre listos para ponernos firmemente de parte de Jehová. w18.07 21 párrs. 20, 21

No es sorprendente que la Watchtower eluda un punto muy importante. Y este es que Dios considera que los líderes de su pueblo son más responsables que los demás. Jesús estableció ese principio al hablar del esclavo fiel: “Realmente, a quien se le dio mucho se le exigirá mucho, y a quien se le encargó mucho se le exigirá más de lo normal” (Lucas 12:48b).

Debido a la infidelidad de los reyes, sacerdotes y profetas de la antigüedad, Dios castigó a la nación en su conjunto. Por ejemplo, a causa de la apostasía de Salomón, Jehová dividió a Israel en el reino de las diez tribus y el reino de las dos tribus. Hubo continuas contiendas y guerras entre los dos hasta que Israel fue devastado por Asiria.

Jeremías les advirtió a los judíos durante años acerca de las consecuencias de su proceder. Ellos no escucharon. Jeremías incluso le envió una carta al rey Jehoiaquim, la cual se le leyó, lo que provocó al rey hasta el punto de que cortó el rollo en pedazos y lo arrojó al fuego. Jehová le explicó a Jeremías la fuente del problema: “Por lo tanto, esto es lo que dice Jehová de los ejércitos contra los profetas: ‘Voy a hacer que coman ajenjo y voy a darles de beber agua envenenada. Porque los profetas de Jerusalén han esparcido la apostasía por todo el país’” (Jeremías 23:15).

La Watchtower afirma ser un profeta, al menos una clase que representa a los profetas de la antigüedad. Asevera ser la única intérprete verdadera de las profecías. Como el único canal terrenal autorizado de la voz de Jehová, asegura que Jesús comenzó a gobernar en 1914. Sostiene que todas las profecías se han cumplido, todas menos algunos detalles. Esencialmente, el mensaje de Betel es que Jehová ya le ha otorgado irrevocablemente su bendición. Todo lo que queda es que Dios destruya el mundo y abra las puertas del paraíso. Cuán apropiadas y oportunas son ahora las palabras de Jehová para todos los testigos de Jehová: “Esto es lo que dice Jehová de los ejércitos: ‘No escuchen las palabras de los profetas que están profetizándoles. Los están engañando. La visión de la que hablan sale de su propio corazón y no de la boca de Jehová’” (Jeremías 23:16).

Pablo escribió a los tesalonicenses advirtiéndoles que no perdieran fácilmente el juicio ni se asustaran por declaraciones aparentemente inspiradas que declararan que la presencia de Cristo había comenzado, lo cual según continuó explicando el apóstol es un aspecto de la influencia engañosa que Dios permitiría que confundiera a los que conocen la verdad para probar su amor por ella. Pablo manifestó que es una operación de Satanás que involucra poderosas señales fraudulentas y maravillas.

Es una ilusión poderosa. No hay duda al respecto. Este mes se cumplen 18 años desde que e-Watchman ha estado en línea y su exposición constante de la operación de Satanás prácticamente no ha tenido ningún impacto en la Organización. Aparentemente, esta se ha fortalecido.

Por supuesto, no pretendo ser un profeta. Sin embargo, he asumido deliberadamente el papel de profeta en relación con la Watchtower, la cual creo que es la organización terrestre de Jehová, tal como lo aseguran los testigos de Jehová. Créame, si no pensara que los testigos de Jehová han estado bajo la dirección de Cristo al cumplir su mandato de predicar las buenas nuevas por todas partes, nunca habría emprendido todo este proyecto.

No obstante, Judá también era la nación de Jehová. Dios destruyó al poderoso monstruo asirio cuando invadió Judá y amenazó con destruir Jerusalén. Indudablemente, eso contribuyó a la falsa sensación de seguridad de los judíos. El magnífico templo de Jerusalén, al que asistían los sacerdotes levitas, era el lugar donde Jehová había hecho que residiera su nombre. Siendo ese el caso, debería ser evidente para todos excepto para los que odian fervientemente la verdad que la Watchtower está en la misma posición, siendo la capital, por así decirlo, de la moderna organización cristiana de Jehová que lleva su santo nombre. El Cuerpo Gobernante está compuesto por hombres ungidos que son parte de un sacerdocio real obligado a anunciar “por todas partes las excelencias del que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa” (1 Pedro 2:9).

A pesar de eso, la pregunta sigue siendo: ¿son fieles al que los llamó? O como dijo Jesús: “¿Quién es en realidad el mayordomo fiel, el prudente, a quien su amo pondrá a cargo de los sirvientes de la casa para que siga dándoles su ración de alimento al tiempo debido? ¡Feliz ese esclavo si su amo, cuando venga, lo encuentra haciendo eso! Les digo la verdad: lo pondrá a cargo de todos sus bienes. Pero, si ese esclavo alguna vez llega a decir en su corazón ‘Mi amo tarda en venir’ y se pone a golpear a los sirvientes y a las sirvientas, y a comer, beber y emborracharse, el amo de ese esclavo vendrá un día en que él no lo espera y a una hora que él no sabe, y le dará el peor de los castigos y lo pondrá con los infieles. Entonces, el esclavo que entendió la voluntad de su amo pero no se preparó ni hizo lo que él le mandó recibirá muchos golpes. Pero el que no la entendió y aun así hizo cosas que merecen golpes recibirá pocos golpes. Realmente, a quien se le dio mucho se le exigirá mucho, y a quien se le encargó mucho se le exigirá más de lo normal” (Lucas 12:42-48).

Como parte de la influencia engañosa, la Watchtower aseveraba que Cristo había nombrado a su esclavo aprobado sobre todas sus pertenencias en 1919. No fue hasta el año 2013 que Betel cambió el segundo nombramiento al futuro. Quizás e-Watchman tuvo algo que ver con eso. No lo puedo asegurar. Pero el fraude continúa. Los esclavos son juzgados cuando Cristo viene como ladrón. En otras palabras, durante la segunda venida de Cristo, acerca de la cual la Sociedad proclama que tuvo lugar en 1914. Debería ser evidente que la aparente demora de Cristo ha expuesto la influencia de un esclavo malvado.

Por cierto, el rey Jehoiaquim se vio obligado a pagar tributo al faraón de Egipto. Incluso bajo la amenaza de una invasión y con Babilonia ya asumiendo el poder como la potencia dominante, Jehoiaquim se embarcó en un proyecto de construcción de un gran palacio y debido a que los fondos eran escasos a causa del tributo impuesto por Egipto, Jehoiaquim se aprovechó de los trabajadores. Por esa razón, Jeremías fue inspirado a escribir lo siguiente denunciándolo: “Ay de aquel que construye su casa con injusticia y sus cuartos superiores sin derecho, que hace que su prójimo le sirva a cambio de nada y le niega su salario; el que dice: ‘Voy a construirme una casa muy amplia con cuartos superiores espaciosos. Voy a ponerle ventanas, a revestirla de cedro y a pintarla de rojo bermellón’. ¿Acaso seguirás reinando porque usas más madera de cedro que los demás? Tu padre también comió y bebió, pero él actuó con justicia y rectitud, y le fue bien. Él defendió las reclamaciones judiciales de los pobres y de los que sufren, y todo salió bien. ‘¿No es eso lo que significa conocerme?’, afirma Jehová. ‘Pero tú solo pones los ojos y el corazón en tus ganancias deshonestas, en derramar sangre inocente y en cometer fraude y extorsión’” (Jeremías 22:13-17).

En mi función como Jeremías, he publicado numerosos Boletines del Reino y he enviado por correo copias de Jehová mismo ha llegado a ser rey a todos los líderes de la Organización. Indubitadamente, todas las cartas y libros fueron desechados, como si fueran cortados y arrojados al fuego.

Empero, no pude prever el alcance del fraude y la extorsión más recientes de Betel. Mi antiguo webmaster y colaborador, Timothy, me envió un correo electrónico ayer con una hoja de cálculo adjunta (adjunta al final para descargar) con una lista de casi 1.000 salones del reino en todo el mundo que se han vendido o que actualmente están a la venta. Teniendo en cuenta que la mayoría de los salones del reino son el hogar de varias congregaciones, quizás 2.000 o incluso 3000 de ellas han sido desposeídas de los lugares de adoración que ellas construyeron, pagaron y dedicaron solemnemente a Jehová.

Y al igual que el malvado Jehoiaquim, el Cuerpo Gobernante ha utilizado mano de obra gratuita para construir un gran palacio para ellos con acabados de granito fino importado de China. Nada más que lo mejor para los reyes y príncipes de Betel, incluso si en el camino roban a los testigos de Jehová sus lugares de culto y los extorsionan pidiéndoles más dinero.

Aquí hay una pregunta en la que los líderes de los testigos de Jehová deberían reflexionar: “¿Quién ha estado en el círculo de amigos íntimos de Jehová para ver y oír sus palabras? ¿Quién ha prestado atención para escuchar sus palabras?” (Jeremías 23:18).

La Organización hace eco de las palabras de los falsos profetas de Jerusalén, pues ella asegura a los testigos de Jehová que hay paz, que ninguna calamidad vendrá sobre ellos y que asesinarán judicialmente a cualquiera que se atreva a quejarse. En consecuencia, esto es lo que Jehová les dice:

“¡Miren! La tempestad de viento de Jehová se desatará con furia; bajará como un torbellino sobre las cabezas de los malvados. La furia de Jehová no se calmará hasta que él haya hecho realidad las intenciones de su corazón y las haya llevado a cabo. Ustedes entenderán esto claramente en la parte final de los días” (Jeremías 23:19, 20).

Si nos encontramos en la parte final de los días, tal como lo ha proclamado la Watchtower durante más de un siglo, ¿dónde está la tempestad de viento de Jehová? Claramente, los que dirigen la Organización no entienden nada. Pero con seguridad lo harán cuando la gran tormenta se desate sobre sus cabezas.