El ministerio público de los testigos de Jehová es tan común en los países de la cristiandad que se ha convertido en parte de su diario vivir, por así decirlo. La mayoría de los hogares han tenido visitas de los testigos. En la mayoría de las áreas de los Estados Unidos, es típico que cada congregación trabaje en su territorio asignado aproximadamente dos veces al año. Y, por supuesto, en los últimos años, la presencia de los exhibidores móviles se ha convertido en algo común en las calles de muchas ciudades.
Pero este año todo eso acabó. El ministerio público de los testigos de Jehová ha sido suspendido por la pandemia del coronavirus. No solo eso, sino que todas las asambleas públicas fueron canceladas y todos los salones del reino fueron cerrados. Irónicamente, no hace muchos años la Watchtower advertía severamente a los testigos de Jehová que se mantuvieran alejados de Internet; ahora, sin embargo, la Organización solo existe en la web. ¡Qué giro tan grande de los acontecimientos!
Por supuesto, no es únicamente a los testigos de Jehová a quienes se les ha impedido reunirse y realizar su trabajo. Millones de personas han visto interrumpidas sus rutinas diarias de trabajo y escuela. También se cerraron tiendas, fábricas, escuelas e iglesias. A pesar de ello, luego de unos meses de la crisis del COVID-19, todo está siendo abierto nuevamente. Con las elecciones presidenciales en Estados Unidos de este noviembre, hay un motivo político que es un factor para prolongar el cierre, pero a pesar de eso, la vida poco a poco va volviendo a la normalidad.
Hasta este momento, parece que a nivel mundial el virus del COVID-19 ha infectado a un poco menos del 1% de la población. En efecto, menos de una persona de cada 50 ha contraído el virus. Quizás las prácticas de confinamiento y distanciamiento social han ayudado a mantener baja la tasa de infección.
Del pequeño porcentaje de personas que han contraído el virus, alrededor de un 2,8% han muerto como resultado. La mayoría de las muertes se ha dado en personas mayores e individuos que ya tenían problemas de salud subyacentes.
Teniendo en cuenta que en países como Estados Unidos y otros ya se está volviendo a la normalidad, la pregunta es: ¿por qué no han regresado los testigos de Jehová a los salones del reino y al ministerio público?
Según un portavoz de la Watchtower, la razón por la que el Cuerpo Gobernante mantiene la suspensión en vigor es porque simplemente no vale la pena correr el riesgo.
Es comprensible por qué fueron canceladas las asambleas regionales. Reunir a miles de personas en un estadio o salón de asambleas evidentemente dificulta el distanciamiento social. Sin mencionar los problemas que surgirían con el alojamiento, la comida y todo eso. Empero, ¿por qué no reunirse en los salones del reino? Después de todo, las iglesias, mezquitas y sinagogas ya han sido abiertas en algunos países. ¿Por qué siguen siendo excluidos los testigos de Jehová de los salones del reino locales?
Obviamente, los hermanos y hermanas mayores y aquellos con problemas de salud preexistentes tendrían que asistir virtualmente. Quizás las congregaciones grandes podrían dividirse temporalmente para permitir que un número más pequeño practique el distanciamiento social en los auditorios. O, ¿qué hay de volver al arreglo del estudio del libro en algunos hogares? Al fin y al cabo, los cristianos originales se reunían en las casas de los hermanos y lo mismo hacían los primeros Estudiantes de la Biblia cuando la Organización apenas estaba dando sus primeros pasos.
Con respecto a la legalidad de reunirse, en Estados Unidos la Primera Enmienda de la llamada Carta de Derechos prohíbe cualquier ley que restrinja la práctica de una religión. Los testigos de Jehová saben muy bien que ningún gobierno estatal o local puede imponer restricciones a su adoración. Eso se ha intentado en el pasado y la Sociedad ha salido victoriosa en numerosas decisiones de la Corte Suprema que aún defienden esos derechos. Por lo tanto, no hay ningún problema legal que impida que los testigos de Jehová se reúnan como antes.
Durante años y años, Betel hizo hincapié en la importancia de asistir a todas las reuniones. ¿Cuántos testigos de Jehová han renunciado a trabajos que podrían haber sido demasiado exigentes, los cuales les hacían perder las reuniones? Los anuarios de la WT están llenos de experiencias de grandes sacrificios que los testigos de Jehová y personas interesadas han hecho para asistir a las reuniones. Algunos han viajado grandes distancias —arriesgando su vida e integridad física cruzando ríos y/o densas selvas o bordeando áreas devastadas por la guerra— solo para ir a una asamblea o reunirse en un salón del reino lejano.
Los cristianos verdaderos siempre han tratado de seguir la exhortación del apóstol de no dejar de reunirse sin importar el peligro o el sacrificio involucrado. Siempre se ha reconocido eso como la voluntad de Dios. No obstante, ¿resulta que ahora un virus que ha afectado a menos del 1% de la población representa un riesgo demasiado grande? ¿Qué está pasando?
En cuanto al ministerio público, ¿es realmente peligroso poner un carrito de información en la esquina de una calle pública? En tal caso, Los testigos podrían usar máscaras y guantes quirúrgicos para que el público se sienta más seguro.
El representante de la Sociedad declaró que el amor a la vida y al prójimo es el motivo para no reunirse. Curiosamente, durante décadas, el motivo ha sido el mismo para hacer exactamente lo contrario: reunirse y salir al servicio.
Es perturbador que la Watchtower ahora coloque la vida por encima del deber de un cristiano. ¿Cuántos testigos de Jehová arriesgado su vida por rechazar una transfusión de sangre? ¿Cuántos la han sacrificado por la misma razón? ¿Por qué representa ahora un peligro demasiado grande el COVID-19? ¿No dijo Jesús que el intente salvar su vida la perderá?
Con todo esto, se me viene a la mente el apóstol Pablo y su impresionante historial de servicio. Debido a que fue humillado por los superapóstoles, él se vio obligado a escribir acerca de sus experiencias y los riesgos que enfrentó. En 2 Corintios 11:23-27, él nos cuenta lo siguiente: “¿Son ministros de Cristo? Respondo como un loco: yo lo soy mucho más que ellos. He trabajado más, he estado más veces en prisión, he recibido incontables golpes y he estado a punto de morir muchas veces. Cinco veces recibí de los judíos 40 golpes menos uno, fui golpeado con varas tres veces, me apedrearon una vez, naufragué tres veces y pasé una noche y un día en altamar. He hecho muchos viajes, me he visto en peligro a causa de ríos, en peligro a causa de ladrones, en peligro por parte de mi propio pueblo y por parte de las naciones, en peligro en la ciudad, en el desierto y en el mar, en peligro entre falsos hermanos, he trabajado sin descanso y con mucho esfuerzo, a menudo he pasado noches sin dormir, he pasado hambre y sed, me he quedado muchas veces sin comer, he pasado frío y me he quedado sin ropa”.
Es inconcebible que el apóstol Pablo hubiera considerado que el riesgo de contraer alguna enfermedad era demasiado grande para continuar su ministerio. Pablo exhortó a su protegido, Timoteo, a predicar la palabra con un sentido de urgencia, tanto en tiempos favorables como en tiempos difíciles. Los testigos de Jehová siempre han tratado de seguir esa amonestación también, hasta ahora, claro está. ¿Dónde están los incondicionales testigos de Jehová en esta época tan difícil? ¿Escribiendo cartas mientras se refugian en su hogar? ¿Llamando a la gente por teléfono como si fueran abogados comunes?
La apostasía se define como apartarse de Dios. Es una rebelión contra la autoridad divina. Un apóstata no necesariamente enseña una doctrina diferente. La apostasía puede manifestarse como una negativa a obedecer a Cristo por parte de aquellos que habían sido obedientes.
Los testigos de Jehová saben muy bien que Jesucristo ordenó a sus discípulos que fueran a predicar, enseñar y hacer otros discípulos. El reunirse también es un mandamiento de uno de los principales apóstoles de Cristo. No puedo hablar de la situación en otras partes del mundo, pero en los Estados Unidos, en este momento, no hay restricciones gubernamentales para reunirse, al menos en grupos de 50 o menos. Tampoco existe ninguna ley que impida a los testigos de Jehová participar en el ministerio público en ese país. Y si la hubiera, tal como se mencionó anteriormente, sería inconstitucional. El cese de la obra mundial y las reuniones públicas ha sido únicamente impuesto por el Cuerpo Gobernante.
La pregunta que deben considerar los testigos de Jehová es: ¿quién le dio al Cuerpo Gobernante la autoridad para contradecir al Señor Jesús?
Durante los últimos 20 años, he llegado a comprender que la apostasía que debe ocurrir antes del regreso de Cristo provendrá de aquellos que dirigen a los testigos de Jehová. La asociación ilícita de 10 años de la Watchtower con las Naciones Unidas ciertamente nos dio una vislumbre de la traición de la que es capaz el Cuerpo Gobernante. Empero, la gran mayoría de los testigos de Jehová ignoraban y siguen ignorando el hecho de que fueron utilizados para distribuir propaganda a favor de la ONU. Y, de igual forma, la Organización disolvió esa alianza. No obstante, esto es diferente. Todos los testigos de Jehová saben que Cristo dictaminó que sus seguidores fueran a predicar, enseñar y hacer discípulos. Por consiguiente, nadie puede afirmar que no conoce la voluntad de Dios tocante a este asunto.
Quizás la Watchtower lo piense mejor y permita que los testigos de Jehová obedezcan a Cristo. Si eso sucede, qué bueno sería. Si no, entonces podemos estar seguros de que el Diablo ha utilizado estas circunstancias de la pandemia para inducir a Betel a desobedecer a Cristo, dando lugar a la apostasía predicha. Solo el tiempo lo dirá.