Este artículo fue publicado originalmente en 2011. Se ha modificado y ampliado un poco.

El capítulo 18 de Isaías comienza con estas palabras: “¡Ay de la tierra donde zumban las alas de insectos, en la región de los ríos de Etiopía! Esta envía mensajeros por mar, en barcos de papiro por las aguas, y dice: ‘Vayan, veloces mensajeros, a una nación de gente alta y de piel tersa, a un pueblo temido en todas partes, a una nación fuerte y conquistadora, de una tierra erosionada por ríos’”.

¿Cuál es la tierra de los insectos zumbadores con alas y cuál es el mensaje que Dios ordena enviar? ¿Quiénes son el pueblo que inspira temor y la nación fuerte y conquistadora a la que se envían los mensajeros?

Si bien es evidente que la tierra en la región de los ríos es Etiopía, también es evidente que la profecía debe aplicar al éxito final del propósito de Dios al concluir el sistema de cosas actual.

El versículo tres dice: “Todos ustedes, los habitantes de la tierra y los que viven en ella, aquello que vean será como una señal que se pone sobre las montañas, y oirán un sonido como el del toque de un cuerno”.

La profecía de Isaías usa la analogía de una señal elevada o un poste señalizador en numerosas ocasiones y de diversas formas. A veces, la señal levantada apunta a Cristo. Por ejemplo, Isaías 11:10 asegura: “Ese día la raíz de Jesé se levantará como una señal para los pueblos. Las naciones acudirán a él en busca de guía, y su lugar de descanso llegará a ser glorioso”. Además, el versículo 12 afirma: Levantará una señal para las naciones y reunirá a los dispersados de Israel, y juntará a los esparcidos de Judá desde los cuatro extremos de la tierra”.

Hablando del final de los asirios, Isaías 31:9 asevera: “‘Su peñasco desaparecerá de puro miedo, y sus príncipes se aterrorizarán debido al poste señalizador’, afirma Jehová, cuya luz está en Sion y cuyo horno está en Jerusalén”.

El poste señalizador tiene que ver con la señal de Cristo y la reunión final de los escogidos.

¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DE DIOS?

Como saben todos los testigos de Jehová, el gran y primordial propósito de Dios es dar a luz una nueva creación compuesta por 144.001 humanos que al final renacerán como espíritus inmortales e incorruptibles. Jesús es, por supuesto, “el primogénito entre muchos hermanos”, tal como Pablo lo describió.

Puesto que el monte Sion fue el sitio original del templo físico de Dios y el lugar donde Jehová inicialmente hizo que residiera su nombre, Sion es utilizado en todas las profecías como símbolo de la morada celestial de Dios, donde también reinará la nueva creación.

Considere ahora el último versículo del capítulo 18: “En ese tiempo, a Jehová de los ejércitos se le traerá un regalo de parte de una nación de gente alta y de piel tersa, de un pueblo temido en todas partes, de una nación fuerte y conquistadora, de una tierra erosionada por ríos, al lugar que lleva el nombre de Jehová de los ejércitos, al monte Sion”.

La nación conquistadora logra el propósito de Dios presentándole un regalo. ¿Qué es ese regalo? Los versículos que preceden dan la respuesta: “Todos ustedes, los habitantes de la tierra y los que viven en ella, aquello que vean será como una señal que se pone sobre las montañas, y oirán un sonido como el del toque de un cuerno. Porque esto es lo que me dijo Jehová: ‘Permaneceré tranquilo y miraré hacia mi lugar establecido, como el calor radiante junto con la luz del sol, como la nube de rocío en el calor de la cosecha. Porque antes de la cosecha, cuando haya terminado la floración y las uvas estén madurando, los brotes se cortarán con podaderas y los zarcillos serán podados y quitados. Todos ellos se dejarán para las aves rapaces de las montañas y para los animales de la tierra. Las aves rapaces se pasarán el verano alimentándose de ellos, y todos los animales de la tierra se pasarán la temporada de la cosecha alimentándose de ellos’”.

Como es sabido, la vendimia es la fase final del trabajo de toda la temporada del viñador. Pero así como el capítulo anterior predice que la cosecha cesaría inesperadamente, esta profecía también lo hace. Antes de que se puedan recoger las uvas, estas se cortan y se dejan para las aves de rapiña y las bestias de la tierra, ¿qué significa eso?

Tal como predijo Jesús en su ilustración, la cosecha es la conclusión de un sistema, la cual también se conoce como el tiempo del fin en los textos hebreos. De acuerdo con las profecías de Daniel, el tiempo del fin estará marcado por acontecimientos muy específicos y trascendentales entre las naciones. Estos tendrán un impacto profundo en los santos (aquellos invitados a ser parte de la nueva creación). ¿Cuáles serán estos acontecimientos?

El capítulo ocho de Daniel predice que un rey de aspecto feroz traerá la ruina de los poderosos del mundo y de los santos durante un tiempo de seguridad.

El capítulo 11 de Daniel predice que el rey del norte invadirá los países durante el tiempo del fin y que incluso entrará en la Tierra Hermosa. La Tierra Hermosa es propiedad de Dios; o, como dice la profecía que estamos analizando: “Porque esto es lo que me dijo Jehová: ‘Permaneceré tranquilo y miraré hacia mi lugar establecido, como el calor radiante junto con la luz del sol, como la nube de rocío en el calor de la cosecha’”.

Curiosamente, el rey del norte también subyuga a “Etiopía”. En Isaías se hace referencia a Etiopía como la tierra de los insectos alados zumbadores. Por lo tanto, parece que “la tierra donde zumban las alas de insectos” es la misma que los enjambres de langostas representados en Joel que invaden el santuario terrenal de Dios. La tierra erosionada por ríos es paralela a las tierras inundadas por el rey del norte.

Tenga en cuenta que los gobernantes de este mundo malvado no son necesariamente los reyes o presidentes de las naciones. Los verdaderos gobernantes humanos son los oligarcas aristocráticos, familias poderosas que han gobernado Europa durante siglos. Es cierto que nominalmente se agrupan en torno a la Corona británica y los tronos menores de Europa. Sin embargo, incluso esos reinos literales son prescindibles. El verdadero poder se ejerce mediante el control del sistema monetario y financiero. A través de ese mecanismo, las élites pueden controlar naciones soberanas y, debido a ese control, es como si un solo rey pudiera reunir vastos ejércitos.

La profecía de Joel nos muestra con simbolismos que el lugar establecido de Dios es invadido y la cosecha devorada por la propia fuerza militar de Jehová. No obstante, ese asalto simplemente logra el propósito de Dios y las naciones son al final destruidas. Ese parece ser el mensaje contenido en esta porción de Isaías.

Jehová permanecerá “tranquilo” mientras su lugar establecido sea pisoteado. Ese pisoteo servirá como una señal para las naciones de que ha llegado el Reino de Cristo.

¿Qué será aquello que verán los habitantes de la tierra? Todos serán testigos de un levantamiento de nación contra nación en una escala nunca vista. Según Joel, el sellado final y el derramamiento del espíritu santo vendrá después de que la cosecha sea interrumpida y estará acompañado de sangre y columnas de humo, lo que sin duda es una referencia a las aterradoras nubes en forma de hongo producidas por explosiones nucleares. Verán el levantamiento de la señal en las montañas y escucharán algo similar al toque de una trompeta celestial que indicará que Cristo reina sobre el monte Sion.

Pero, ¿cuál es el significado de esto: “Todos ellos se dejarán para las aves rapaces de las montañas y para los animales de la tierra. Las aves rapaces se pasarán el verano alimentándose de ellos, y todos los animales de la tierra se pasarán la temporada de la cosecha alimentándose de ellos”?

Las aves rapaces y las bestias del campo representan a las naciones que arruinan a los santos durante la cosecha. El período de tiempo de la “temporada de la cosecha” que se le permite pasar a todos los animales de la tierra es paralelo al período de tiempo de 1.260 días que menciona Daniel y Apocalipsis.

Sin embargo, ¿cómo presenta la nación fuerte un regalo a Jehová en el monte Sion? Asesinando a los santos sellados. Al hacerlo, ellos son transformados en un abrir y cerrar de ojos en espíritus inmortales. Cuando el último es cambiado y es presentado ante Jehová en el monte Sion celestial, el propósito de Dios llega a su fin y las naciones son destruidas.