Esta carta abierta está dirigida especialmente a los nuevos miembros del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová: Gage Fleegle, Jeffrey Winder, Kenneth Cook, Jody Jedele y Jacob Rumph. Se enviará una copia personal a cada uno de ellos.
Durante las últimas tres décadas, he escrito docenas de cartas al Cuerpo Gobernante. Sin embargo, es obvio que sus miembros han cambiado con el paso de los años. Es posible que los nuevos miembros no estén al tanto de todo lo que se ha transmitido ni de la naturaleza de mi mensaje. Sin duda, los numerosos mensajes que he publicado son algo que los fieles a la Watchtower ni siquiera admitirían haber leído ni haber discutido abiertamente con otros hermanos, ya que contradicen y reprenden al llamado esclavo fiel y prudente. El mero hecho de que me refiera al esclavo de esa manera (“el llamado”) indudablemente es considerado una blasfemia apóstata. Y ese, hermanos míos, es el motivo de esta carta abierta.
Cuando se publicó la primera edición de Jehová mismo ha llegado a ser rey en 2005, se enviaron ejemplares de regalo a todos los miembros del Cuerpo Gobernante y a todas las sucursales de la Watchtower en todo el mundo. En la página 45, bajo el subtítulo: “¿Quién es realmente el esclavo fiel y discreto?”, se argumentó que Cristo no había venido y, por lo tanto, no había nombrado al esclavo fiel sobre todos sus bienes. Parecía algo de sentido común. ¡Y vaya! En 2013, la Watchtower ajustó su interpretación y trasladó el segundo nombramiento de 1919 a algún momento en el futuro, cuando Cristo venga. (Las ediciones posteriores del libro eliminaron el análisis del nombramiento del esclavo sobre todos los bienes del amo).
No obstante, aunque la Watchtower ahora reconoce que el nombramiento de los esclavos fieles sobre todos los bienes del amo tendrá lugar cuando el Hijo del Hombre llegue inesperadamente como un ladrón en la noche, el Cuerpo Gobernante todavía se refiere a sí mismo como el esclavo fiel y prudente. Evidentemente, ustedes no han entendido bien las cosas. Con razón, Jesús dijo repetidamente: “El que tenga oídos para escuchar, que escuche con atención”. ¿Aún no entienden el por qué Jesús lo planteó como pregunta, es decir, quién es realmente el esclavo fiel y prudente? No nos corresponde a nosotros dar la respuesta. Es una pregunta retórica. Que alguien se declare fiel y prudente, como lo ha hecho el Cuerpo Gobernante, es presuntuoso.
Seguramente, nadie cuestionaría la fidelidad del apóstol Pablo. Sin embargo, el apóstol inspirado les explicó a los corintios lo siguiente: “Todos deberían vernos como ayudantes de Cristo y mayordomos de los secretos sagrados de Dios. Y, en cuanto a esto, lo que se espera de los mayordomos es que sean fieles. A mí me importa muy poco que ustedes o un tribunal humano me juzguen. De hecho, ni siquiera me juzgo a mí mismo. Porque tengo la conciencia limpia, pero eso no demuestra que sea justo. El que me juzga es Jehová. Por lo tanto, no juzguen nada antes del tiempo debido, hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz las cosas secretas de la oscuridad y revelará las intenciones de los corazones. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merece” (1 Corintios 4:1-5).
Además, si todos los administradores designados de los secretos sagrados de Dios esperan ser examinados finalmente por Cristo cuando venga, y solo entonces serán hallados fieles por el Señor, ¿cómo es posible que el Cuerpo Gobernante ya se haya declarado fiel y prudente?
¿Acaso ustedes, el autoproclamado esclavo fiel y prudente, ignora que cuando Cristo venga como refinador y lavandero, castigará a todos sus esclavos designados con distintos grados de severidad? Si el mensajero del pacto ya ha venido, como proclama la Watchtower, ¿por qué Malaquías plantea la pregunta: “Pero ¿quién resistirá el día de su venida y quién podrá mantenerse en pie cuando él aparezca?”. ¿Por qué debemos seguir aceptando el engaño de que Cristo apareció en 1914 y que los Estudiantes de la Biblia aguantaron el día de su venida? Si Cristo vino en 1914 y ha estado presente, ¿por qué esperamos su regreso? Nadie puede ofrecer una explicación sensata en cuanto a eso.
¿Nunca han leído la explicación más extensa que Jesús da sobre el destino de los esclavos que designó para alimentar a los sirvientes de su casa en el capítulo 12 de Lucas? En respuesta a la pregunta de Pedro sobre a quién se dirigían sus palabras, Jesús dijo: “¿Quién es en realidad el mayordomo fiel, el prudente, a quien su amo pondrá a cargo de los sirvientes de la casa para que siga dándoles su ración de alimento al tiempo debido? ¡Feliz ese esclavo si su amo, cuando venga, lo encuentra haciendo eso! Les digo la verdad: lo pondrá a cargo de todos sus bienes” (Lucas 12:42-44).
Aunque podemos esperar con confianza que algunos esclavos serán aprobados y puestos al cuidado de todos los bienes de su amo, no todos lo serán. Eso es evidente por lo que el Señor declaró a continuación: “Pero, si ese esclavo alguna vez llega a decir en su corazón ‘Mi amo tarda en venir’ y se pone a golpear a los sirvientes y a las sirvientas, y a comer, beber y emborracharse, el amo de ese esclavo vendrá un día en que él no lo espera y a una hora que él no sabe, y le dará el peor de los castigos y lo pondrá con los infieles” (Lucas 12:45, 46).
Como era de esperarse, el mismo artículo de julio de 2013 que ajustó en cierta medida la interpretación de la Watchtower sobre el segundo nombramiento también afirmó que la existencia de un esclavo malvado es puramente hipotética, contradiciendo el juicio futuro claramente declarado por Cristo de que algunos individuos de entre los que se declaran esclavos fieles y prudentes no serán hallados fieles.
El que habrá algunos infieles es evidente por lo que Jesús dijo a continuación: “Entonces, el esclavo que entendió la voluntad de su amo pero no se preparó ni hizo lo que él le mandó recibirá muchos golpes. Pero el que no la entendió y aun así hizo cosas que merecen golpes recibirá pocos golpes. Realmente, a quien se le dio mucho se le exigirá mucho, y a quien se le encargó mucho se le exigirá más de lo normal” (Lucas 12:47, 48).
Según el Maestro celestial, quien inicialmente designó a unos pocos esclavos para alimentar a sus ovejitas, solo hay dos resultados. Tanto los esclavos fieles como los infieles serán castigados. El esclavo infiel recibirá muchos golpes, será expulsado de la casa y se le asignará su parte con los hipócritas; mientras que, el esclavo fiel también será azotado, pero con pocos golpes. ¿Pero por qué? La distinción radica en la razón detrás. El esclavo malo es desobediente de manera consciente y voluntaria. El otro esclavo, que fue puesto a cargo, hace las cosas por ignorancia.
¿No es cierto que todos los hombres que son examinados para ser miembros del Cuerpo Gobernante deben ser “hombres leales a la organización” de pies a cabeza; por lo tanto, completamente adoctrinados y, en consecuencia, incapaces de cuestionar a su “madre”, inmersos en el error, institucionalizados en la torpeza teocrática? Ese tipo de error es perdonable. Por cierto, en cuanto a su “madre” organizacional, por favor, consideren Oseas 4:5: “Por eso tropezarás a plena luz del día y el profeta tropezará contigo como si fuera de noche. Y a tu madre la haré callar”. ¿Qué evidencia hay de que alguien haya golpeado a sus compañeros coesclavos? Es cierto que el esclavo infiel solo habla en su corazón, diciendo: “Mi amo tarda en venir”. Pero su infidelidad se manifiesta externamente. No es que seamos jueces individuales. No obstante, hay evidencia de que el Cuerpo Gobernante, como institución, ha participado en esta paliza contra quienes Jesús describió como sus sirvientes y sirvientas. ¿De qué manera?
Examinemos los hechos. Cuando comenzó la pandemia en 2020, el Cuerpo Gobernante inicialmente afirmó que la vacunación era una decisión médica personal. Sin embargo, al año siguiente, cuando se promocionó la vacunación como la forma de prevenir la propagación de la COVID-19 y se demonizó a las personas no vacunadas como una amenaza para la salud pública, la Watchtower se puso de parte del mundo. Ya no era una decisión personal. El camino cristiano era vacunarse para proteger a sus hermanos de la infección. David Splane llegó incluso a señalar el cielo para dar a entender que Jehová sabe que las vacunas son seguras y eficaces. Resulta que no era ninguna de las dos cosas.
Con el tiempo, se ha demostrado irrefutablemente que las vacunas fueron ineficaces para prevenir la infección en quienes las recibieron y, además, no previnieron el contagio. Vacunarse no protegía a los demás, y los no vacunados no representaban una amenaza para la salud de nadie. Todo fue un fraude financiado por la maquinaria de Wall Street. En todo el mundo, millones de personas han muerto por reacciones adversas y diversas complicaciones derivadas de las vacunas. Quien lo niegue es un ignorante deplorable o un mentiroso perverso. Lamentablemente, sin duda, muchos testigos de Jehová han tenido reacciones adversas, y no pocos han muerto a consecuencia de las inyecciones, mientras que a los testigos de Jehová no vacunados se les ha hecho sentir como si hubieran sido desleales a Jehová. El Cuerpo Gobernante no solo respaldó con entusiasmo las vacunas ineficaces y peligrosas, dándoles la bendición de Jehová, sino que los ancianos fueron amenazados con acciones judiciales si se atrevían a advertir a los “sirvientes y sirvientas” de sus respectivas congregaciones sobre los peligros de las inyecciones de ARNm no probadas. Si eso no es evidencia de golpear a sus compañeros coesclavos, ¿qué lo es?
Dados los numerosos planes recientes de la Watchtower para ganar dinero, incluyendo la venta de cientos de Salones del Reino dedicados solemnemente a Jehová, hay pocas razones para dudar de que la Watchtower recibió su parte de los miles de millones de dólares distribuidos con el pretexto de la ayuda para la pandemia, gran parte de los cuales se destinaron específicamente a que los líderes de las iglesias promovieran las vacunas entre sus miembros.
Si bien no podemos afirmar con certeza que la Watchtower recibió dinero para promocionar las vacunas mortales, Jehová indudablemente sí lo sabe. Como dijo Pablo, cuando Cristo venga, “sacará a la luz las cosas secretas de la oscuridad y revelará las intenciones de los corazones”.
No obstante, por otro lado, tenemos las profecías. Los misterios que Cristo revelará fueron previstos hace mucho tiempo por la mente insondable de Dios. Les remito al capítulo 11 de Zacarías: “Esto es lo que dice Jehová mi Dios: ‘Pastorea a las ovejas que están destinadas al matadero. Los que las compran las matan, y no se les considera culpables. Los que las venden dicen: “Alabado sea Jehová, porque me voy a hacer rico”. Y sus pastores no sienten ninguna compasión por ellas’” (Zacarías 11:4, 5).
En este caso, quienes han comprado y sacrificado indiscriminadamente a las ovejas de Jehová son instituciones globalistas como las Naciones Unidas y su Organización Mundial de la Salud, cuyo principal benefactor es Bill Gates, un multimillonario maltusiano declarado. ¿Quién puede negar que la Watchtower ha tenido una fijación indecorosa con las Naciones Unidas y cada una de sus declaraciones? Hasta la fecha, ninguna autoridad legal ha tomado medidas contra el cártel farmacéutico ni contra las autoridades médicas corruptas a quienes se les pagó para no tratar a los pacientes con medicamentos seguros y eficaces. Todos son culpables de genocidio, un genocidio que supera incluso al Holocausto de Hitler.
¿Acaso el Cuerpo Gobernante no elogió a Jehová por proporcionar lo que, según ellos, eran vacunas que salvaban vidas? ¿Y es ahora una coincidencia que la Watchtower registrara tres fondos de cobertura privados inmediatamente después de que la pandemia decayera para invertir su botín ilícito, asociándose de hecho con la mafia de Wall Street? ¿No es cierta la palabra de Dios en su caso?: “¡Mira cómo la ciudad fiel se ha convertido en una prostituta! Estaba llena de justicia; la rectitud se alojaba en ella, pero ahora solo hay asesinos. Tu plata se ha convertido en escoria y tu cerveza está diluida con agua. Tus príncipes son tercos y cómplices de los ladrones. A todos ellos les encantan los sobornos y van en busca de regalos. No le hacen justicia al huérfano y nunca atienden el caso legal de la viuda” (Isaías 1:21-23).
Jerusalén fue la cuna del cristianismo, y el cuerpo gobernante del primer siglo tenía su sede en la ciudad santa. Pero cuando el Señor regrese para inspeccionar el templo espiritual de Jehová, también conocido como la Jerusalén antitípica, se verá obligado de nuevo a expulsar a los cambistas y comerciantes que se han establecido allí.
Me faltaría tiempo si hablara de las decenas de miles de víctimas de depredadores sexuales infantiles, depredadores que la Watchtower ha protegido hábilmente del procesamiento para proteger el nombre de Jehová del oprobio. O de la forma en que el Cuerpo Gobernante ha diluido el mensaje de las profecías, diluyendo su cerveza con agua, por así decirlo. Claro que la Watchtower aplica la denuncia del primer capítulo de Isaías a la cristiandad. Pero si ese fuera el caso, ¿podemos esperar que Jehová blanquee como la nieve el pecado rojo sangre de una parte de Babilonia la Grande?
Tampoco me queda tiempo para hablar de la operación de Satanás que existe en la forma del engaño de la parusía invisible de la Watchtower relacionado con 1914, salvo para decir que la Tercera Guerra Mundial lo derribará como si fuera un muro encalado.
Si el Cuerpo Gobernante se identifica como los líderes fieles y prudentes de la Jerusalén simbólica, entonces es a ellos a quienes Dios se refiere en Isaías, diciendo: “Por lo tanto, yo soy el que volverá a hacer cosas sorprendentes con este pueblo, una cosa impresionante tras otra; y la sabiduría de sus sabios se acabará y el entendimiento de sus hombres prudentes desaparecerá” (Isaías 29:14).
Sin duda, Jehová Dios no hará cosas sorprendentes con el clero de la cristiandad. Pero ¿de qué manera se ha acabado la sabiduría de los hombres prudentes? Tiene que ver con su incapacidad y renuencia a discernir el error de 1914 y la parusía invisible de Russell.
Considere un ejemplo. En todas las ediciones del libro, y en muchos artículos y videos, he instado al Cuerpo Gobernante a que preste atención a lo absurdo de la interpretación de Rutherford de Joel, en particular en lo que respecta a que las langostas representaban a los testigos de Jehová, pero también a que le dé la importancia que merece la plaga de langostas. Finalmente, en la reunión anual de 2019, la Watchtower descartó la interpretación de Rutherford. Sorprendentemente, sin embargo, ahora la Watchtower afirma que las langostas de Joel no representan nada más que las hordas babilónicas que saquearon Jerusalén. Eso es muy engañoso, un engaño intencional. Además de que la profecía de Joel ni siquiera menciona a Babilonia, ¿cómo es posible que no tenga un cumplimiento moderno, dado que Joel usa la expresión “el día de Jehová” cinco veces? No es de extrañar que las palabras iniciales de la profecía se dirijan a los ancianos espiritualmente ebrios, diciéndoles: “Oigan esto, ancianos, y presten atención, todos ustedes, los habitantes del país. ¿Ha ocurrido algo como esto en sus días o en los días de sus antepasados? Cuéntenselo a sus hijos, y que sus hijos se lo cuenten a los hijos de ellos, y que los hijos de ellos se lo cuenten a la siguiente generación. Lo que dejó la langosta devoradora, se lo ha comido la langosta con alas; y lo que dejó la langosta con alas, se lo ha comido la langosta sin alas; y lo que dejó la langosta sin alas, se lo ha comido la langosta voraz. ¡Despierten, borrachos, y lloren! Laméntense, todos ustedes, los que beben vino, porque les han quitado el vino dulce de sus bocas. Porque una nación poderosa e innumerable ha invadido mi país. Sus dientes son como los dientes de un león, y sus mandíbulas son como las de un león” (Joel 1:2-6).
El país de Jehová en este caso no es el antiguo Israel físico. ¿No predijo Jesús que Jerusalén sería desolada durante un tiempo de gran tribulación? La insensatez de la Watchtower debería ser evidente, dado que en la profecía de Joel, Dios exhorta al pueblo a congregarse y a los sacerdotes y ministros del altar a suplicar a Jehová por salvación. Esas no fueron las instrucciones de Dios a través de los otros profetas a los habitantes literales de Jerusalén bajo asedio. Se les ordenó rendirse ante los caldeos, abandonar la ciudad condenada.
Además, se describe que las langostas traerán devastación al mundo entero. ¿Es eso una simple hipérbole? No. La tribulación detendrá la obra mundial de los testigos de Jehová. A eso se refiere la profecía, cuando dice: “El campo ha sido arrasado y el suelo está de duelo. El grano ha sido arrasado, el vino nuevo se ha secado, el aceite se ha acabado. Los agricultores están desesperados y los viñadores se lamentan a causa del trigo y la cebada. La cosecha del campo se ha echado a perder. La vid se ha secado, la higuera se ha marchitado. El granado, la palmera y el manzano, todos los árboles del campo se han secado. La alegría se ha convertido en vergüenza entre el pueblo” (Joel 1:10-12).
¿No se refiere la Watchtower al mundo como un campo y a la obra cristiana de predicar las buenas nuevas como “servicio del campo”? ¿Qué significa, entonces, que la cosecha se haya echado a perder? ¿No son ustedes hombres de discernimiento capaces de descifrar los secretos sagrados de Jehová?
En cuanto al momento del estallido del día de Jehová, o del día del Señor, no tiene sentido debatir, argumentar ni negar. Ya está hecho. Jehová ya lo ha expuesto todo. Lo han leído muchísimas veces: “Ahora bien, hermanos, no necesitan que se les escriba nada sobre los tiempos y las épocas, porque ustedes saben muy bien que el día de Jehová vendrá exactamente como un ladrón en la noche. Cuando ellos estén diciendo ‘¡Paz y seguridad!’, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores de parto de una mujer embarazada, y de ninguna manera escaparán. Pero ustedes, hermanos, no están en oscuridad como para que ese día los sorprenda del mismo modo que el día sorprendería a unos ladrones, pues todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no les pertenecemos ni a la noche ni a la oscuridad” (1 Tesalonicenses 5:1-5).
Si leen el contexto del capítulo 4, Pablo les escribía a los tesalonicenses sobre la presencia de Cristo y el que seamos reunidos con él. ¿Y por qué los hermanos, incluyéndonos a nosotros, no necesitan que se les escriba nada más sobre los tiempos y las épocas para la parusía y el día de Jehová? Porque Jesús ya nos informó que viene como ladrón en la noche para iniciar su juicio, comenzando primero por la casa de Dios y los esclavos que han sido designados para apacentar las ovejas de Cristo.
¿Qué es, entonces, la destrucción repentina, y sobre quién vendrá? La Watchtower dice que vendrá sobre Babilonia la Grande. Eso no puede ser cierto. Repito, no hay razón para discutirlo ni debatirlo. Jesús dijo que cuando las naciones y los reinos entren en guerra y haya hambrunas, epidemias y grandes terremotos, esas cosas serán el principio de grandes sufrimientos y un precursor de la presencia de Cristo. Pablo aludió a esa analogía cuando dijo que la destrucción repentina vendrá sobre ellos, tal como los dolores de parto a una mujer embarazada.
Puesto que la Watchtower ha afirmado absurdamente que la cabeza de la bestia de siete cabezas de Apocalipsis sufrió la herida mortal predicha como resultado de la Primera Guerra Mundial —un golpe mortal del que aparentemente se recuperó tan rápido que ningún historiador recuerda siquiera que Gran Bretaña y Estados Unidos colapsaron entonces—, podemos esperar que la destrucción repentina venga en forma del colapso catastrófico del actual orden mundial unipolar angloamericano, seguido de la imposición de un gobierno global dictatorial, que Apocalipsis identifica como un octavo rey. ¿O acaso ignoran lo que se está desarrollando rápidamente en el mundo? ¿No son ustedes centinelas, vigilando la proverbial torre de vigilancia, vigilando los asuntos mundiales? ¿Consideran indigno de mención que dos contracorrientes han cobrado protagonismo desde la reelección de Donald Trump?
Por un lado, tenemos a un presidente estadounidense que parece decidido no solo a poner fin a la guerra indirecta de la OTAN (Londres) contra Rusia, sino también a desafiar la arraigada política de Londres de impedir cualquier alianza entre Estados Unidos y Rusia, una alianza hacia la que el presidente Trump avanza mediante la normalización de las relaciones con Moscú. Al mismo tiempo, o más probablemente, en reacción a los esfuerzos de Trump por establecer una relación amistosa entre Estados Unidos y Rusia, los amos del sistema imperial británico están decididos a desencadenar una conflagración global prendiendo fuego a puntos de tensión en todo el mundo con la intención de hacer colapsar el sistema financiero que controlan a través de los bancos centrales para impedir que las grandes potencias formen una alianza cooperativa en un mundo multipolar.
¿Acaso ustedes, los hombres de visiones y profetas, ignoran que las profecías bíblicas indican que el rey del norte triunfará hasta el final, lo cual incluye subyugar al rey del sur? Quizás deberían revisar esa interpretación de la Watchtower, aunque no es que importe en esta etapa tan tardía.
En realidad, la única pregunta que queda sin respuesta es quién se opone voluntariamente a Cristo y quién ha obrado por ignorancia. Esperemos, por su bien, que ustedes pertenezcan al último grupo.
Por cierto, uno de los miembros más nuevos del Cuerpo Gobernante declaró recientemente que el esclavo fiel y prudente, también conocido como la “clase profeta”, no tiene por qué sentirse avergonzado ni disculparse por equivocarse en cuanto a la interpretación de las profecías. Solo les pediría que leyeran y meditaran en el siguiente pasaje del capítulo 13 de Zacarías: “Ese día todos los profetas se avergonzarán de su visión cuando profeticen; y no usarán la prenda de vestir oficial de pelo para engañar. Y cada uno de ellos dirá: ‘No soy profeta. Soy un hombre que cultiva la tierra, porque un hombre me compró cuando yo era joven’. Y, si alguien le pregunta ‘¿Qué son esas heridas que tienes entre los hombros?’, contestará ‘Son heridas que me hicieron en casa de mis amigos’” (Zacarías 13:4-6).
Mirando hacia el futuro, comprendo su vergüenza. ¿Y qué es la “casa de mis amigos”? Debe ser Betel. Ya oigo a algunos de ustedes decir que no afirmaron ser el esclavo fiel y prudente, y negar haber afirmado ser el portavoz de Jehová y los únicos intérpretes verdaderos de las profecías. “Solo soy un humilde publicador, como ustedes, no soy profeta”. Sí, pero ¿qué son esas heridas en tu espalda, entre los omóplatos? ¿Serán los latigazos del amo? Sin duda.
Esperemos que solo los golpeen con unos pocos latigazos, no con muchos.