JW Broadcasting ha subido un video titulado: “Estemos pendientes de la proclamación de ‘paz y seguridad’”.
Este tema ha sido considerado y reconsiderado en este sitio durante muchos años, y por supuesto, a los testigos de Jehová se les recuerda con frecuencia en publicaciones y discursos. Sin duda alguna, esta es una profecía muy relevante para nosotros, puesto que Dios la ha provisto como una señal para el comienzo del fin.
A veces, sin embargo, el estar demasiado familiarizados con un tema puede llevarnos a hacer suposiciones injustificadas y pasar por alto detalles importantes.
En un artículo reciente de e-watchman sobre esta profecía, se habló acerca de la traducción correcta de 1 Tesalonicenses 5:2. Para ser claros, yo apoyo la inserción del nombre de Dios en la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas donde es evidente que el orador o escritor estaba citando directamente de las Escrituras Hebreas donde aparece el nombre divino.
Dicho esto, no parece que el apóstol se refiriera directamente a un versículo hebreo específico cuando escribió: “porque ustedes saben muy bien que el día de Jehová vendrá exactamente como un ladrón en la noche”.
Si bien hay razones para creer que el nombre divino aparecía en los manuscritos griegos originales escritos a mano por los apóstoles y otros, no existen copias donde aparezca el Tetragrámaton. Por supuesto, las Escrituras Hebreas predicen la venida del día de Jehová. La edición de estudio de la TNM en inglés tiene una nota al pie de página que reconoce este hecho y dice lo siguiente:
“A lo largo de las Escrituras, la expresión “día de Jehová” se refiere a momentos especiales en los que Jehová Dios ejecuta juicio sobre sus enemigos y glorifica su gran nombre. La expresión tiene su trasfondo en las Escrituras Hebreas. (Algunos ejemplos se encuentran en Isaías 13:6, Ezequiel 7:19, Joel 1:15, Amós 5:18, Abdías 15, Sofonías 1:14, Zacarías 14:1 y Malaquías 4:5.) El profeta Joel habla de la venida del ‘grande e impresionante día de Jehová’”.
No obstante, los investigadores bíblicos honestos deben evitar el dogmatismo. Hay otra alternativa plausible al “día de Jehová”. Esta es “el día del Señor”. Después de todo, eso es lo que dice la Traducción Interlinear del Reino de las Escrituras Griegas en inglés.
Aunque es perfectamente aceptable traducir el pasaje como el “día del Señor”, y como ya se dijo, no hay ninguna razón válida para suponer que Pablo estaba citando un texto hebreo específico donde aparezca el nombre divino, para la organización es impensable traducir ese versículo como el “día del Señor”. Esto se debe a que el fundamento mismo de la Watchtower se basa en la doctrina de que el día del Señor comenzó en 1914.
Pero, ¿y si la Watchtower está equivocada? Medite en ello.
Mientras tanto, he aquí un pasaje que debería analizar: “tal como él ha hecho firme el testimonio acerca del Cristo entre ustedes, de modo que no les falta ningún don mientras esperan ansiosos la revelación de nuestro Señor Jesucristo. Él también los hará firmes hasta el fin para que no se les pueda acusar de nada en el día de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 1:6-8).
No se tiene que ser un erudito griego o estar empapado en teología o ser un ungido para discernir la verdad de esta simple declaración. Pablo conectó la asombrosa revelación de Jesucristo con el “día de nuestro Señor”. Además, tal como publiqué en el capítulo 5 del libro Jehová mismo ha llegado a ser rey, la revelación, manifestación y parusía de Jesucristo son términos intercambiables. Esta es una verdad indiscutible, ya que Pablo habló del día de nuestro Señor como el fin del derrotero cristiano, lo cual nos da a entender que ese día aún no ha comenzado.
Ahora, lea de nuevo el mismo pasaje, pero en otra versión de las Escrituras: “Saben perfectamente que el día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche” (BLPH).
¿No se refirió Jesús a su venida como si esta fuera la visita de un ladrón por la noche? Sí, lo hizo, y en más de una ocasión. Dirigiéndose a la congregación simbólica de Sardis, Jesús reiteró: “Por lo tanto, acuérdate siempre de lo que recibiste y oíste. No dejes de obedecerlo, y arrepiéntete. De hecho, si no te despiertas, vendré como un ladrón y de ninguna manera sabrás a qué hora voy a llegar” (Apocalipsis 3:3).
¿Vino Jesús como ladrón en 1914? Por supuesto que no. El día y la hora de su venida son incognoscibles.
Siempre es sabio tener en cuenta el contexto circundante de cualquier versículo que estemos analizando. Para ello volvamos al capítulo 4. Pablo estaba escribiendo sobre el regreso de Cristo, sí, la parusía. Pablo incluso habló del descenso del Señor del cielo y del comienzo de la primera resurrección. También reveló que los que vivan serán arrebatados en las nubes y se encontrarán con el Señor en el aire. Ese es el contexto antes de leer: “Ahora bien, hermanos, no necesitan que se les escriba nada sobre los tiempos y las épocas”.
La razón por la que no necesitamos que se nos escriba nada es porque Jesús ya ha explicado que nadie sabe el día ni la hora de su venida.
Eso nos lleva de regreso a 1 Tesalonicenses 5:2. Leonard Myers nos dice que cuando finalmente se declare “paz y seguridad”, entonces la tribulación comenzará con la destrucción de la religión falsa. Esto ha sido repetido una y otra vez por la Watchtower.
No obstante, si el día del Señor comenzará cuando estén diciendo “paz y seguridad”, eso arroja una luz completamente nueva donde ha prevalecido la oscuridad.
Deberíamos tener en cuenta algo más. Aunque Pablo dijo que la destrucción repentina les sobreviene instantáneamente, él también mencionó algo interesante. Utilizó la ilustración de una mujer embarazada que repentinamente sufre dolores de parto. Por lo general, una mujer puede sentir contracciones durante muchas horas antes del nacimiento real. Así que podemos concluir que los eventos se pondrán en marcha cuando digan “paz y seguridad” y su destrucción esté casi garantizada en ese momento, pero eso no significará que el fin en sí habrá llegado.
Jesús también aludió a la labor de parto de una mujer cuando dijo: “Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son principio de dolores de angustia” (Mateo 24:7, 8).
Si lo que la Watchtower nos dice fuera cierto, entonces podemos concluir que ha pasado más de un siglo desde el supuesto “principio de dolores de angustia”, lo cual significaría una labor de parto muy larga.
Por supuesto, los testigos de Jehová consideran impensable, incluso imposible, que el día del Señor pueda comenzar en el futuro acompañado de los “principios de dolores de angustia” antes mencionados. Irónicamente, es precisamente por eso que el día del Señor vendrá como un ladrón en la noche.
En artículos y videos anteriores que hablan de este mismo tema, me centré en los esfuerzos que se han hecho en los últimos años para asegurar la paz en Medio Oriente. Sin embargo, dado el actual aumento de las tensiones que se apoderan del mundo, como el ultimátum de Putin a los EE. UU. y la OTAN para que estos dejen de ser una amenaza para la seguridad de Rusia debido a la invasión de esa organización a lo largo de los años, es cada vez más probable que estalle un conflicto militar en Europa, la zona cero para las dos guerras mundiales anteriores.
Tenga en cuenta que en ningún momento de la era atómica las naciones que poseen armas nucleares se han involucrado en una guerra directa. Todos los conflictos hasta ahora han sido a través de subterfugios, guerra cibernética, guerra financiera, propaganda implacable y guerras en territorios extranjeros que involucran mercenarios y terroristas entrenados por anglosajones. Incluso la intervención de Rusia en Siria en 2016 tuvo como objetivo acabar con los terroristas que estaban siendo utilizados para derrocar al gobierno sirio.
No obstante, si Rusia cumple con su amenaza de neutralizar las instalaciones militares que representan un peligro para su seguridad nacional, se desarrollaría muy rápidamente un escenario de tercera guerra mundial. Tal situación seguramente llamaría la atención de todos. Ya hay dos organizaciones en funcionamiento que están destinadas a mantener la paz y la seguridad. Una es la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la otra es la ONU, la cual nos dice lo siguiente en su página oficial:
“Tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas empezaron su labor en 1945, con una prioridad: mantener la paz y la seguridad internacionales. Con este objetivo, la Organización intenta prevenir los conflictos y poner de acuerdo a las partes implicadas. Lograr la paz exige crear no sólo las condiciones propicias para que esta anide, sino para que se mantenga.
El Consejo de Seguridad es el máximo responsable de la paz y la seguridad internacionales. La Asamblea General y el Secretario General, junto con otras oficinas y órganos de la ONU, también desarrollan un papel importante en esta tarea”.
Sin embargo, he aquí el problema: los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU son Rusia, China, Francia, el Reino Unido y los EE. UU., los cuales actualmente se están dividiendo en dos bloques opuestos de naciones. ¿Cómo podría cooperar el Consejo de Seguridad para mantener la paz y la seguridad si las naciones miembros están en guerra entre sí?
Dada la terrible emergencia que surgiría si las naciones con armas nucleares se vieran envueltas en un conflicto directo, incluso a una escala limitada, todas las naciones miembros de la ONU, preocupadas por una posible conflagración global, estarían ansiosas por intervenir y lograr el cese a las hostilidades. Y si las reuniones urgentes del Consejo de Seguridad y la OSCE parecen tener éxito en evitar la catástrofe, seguramente todos se sentirán aliviados cuando digan “paz y seguridad”.
Pero si las hostilidades vuelven a estallar después, olvídese de tratar de calcular los siete tiempos o de cualquier otra tontería, pues en ese momento sabremos indudablemente que el día del Señor finalmente ha comenzado. Entonces los hijos del Reino saldrán a la luz. Y durante la hora más sombría, los escogidos brillarán como el sol en el Reino de su Padre.