Con la pandemia en curso y las dificultades económicas distrayendo a las personas, el moribundo imperio anglosajón ahora apunta sus diversas armas hacia China. La propaganda y las guerras financieras ya están en marcha. Aparentemente, es solo cuestión de tiempo para que el mundo entero se vea envuelto en una guerra total.
(Solo como recordatorio, desde el desarrollo de la bomba atómica hace 75 años, ninguna de las naciones que actualmente poseen armas nucleares ha estado en guerra con otras potencias nucleares, al menos no directamente).
Entretanto, en los Estados Unidos, cada vez más personas tienen una creciente sensación de preocupación y temor debido a las tensiones raciales avivadas por los medios de comunicación y la insurgencia de los anarquistas que hacen parte de ANTIFA. Estos dos hechos, junto con el movimiento absolutamente loco que aboga por desfinanciar a la policía, hacen parte de una operación en marcha del Estado profundo rumbo a las elecciones presidenciales de 2020. Estas contarán con votos hechos por correo, los cuales son propensos al fraude. Eso seguramente llevará a que sean las más caóticas de la historia. Si se agregan las acusaciones hechas a funcionarios del FBI y la CIA de espiar ilegalmente al presidente, la nación podría hundirse en un gran caos, lo cual parece ser el objetivo de los globalistas que tienen la intención de llevar a los Estados Unidos a una segunda guerra civil.
Además de todo esto, el sistema financiero está siendo inundado con un tsunami de dinero a razón de alrededor de un billón de dólares por mes en un plan desesperado para prevenir el colapso del sistema bancario de Wall Street. Mientras que los mercados de valores se elevan cada vez más en el flujo de dinero que está siendo liberado, haciendo que los multimillonarios sean aún más ricos, la ruina económica causada por el confinamiento de la pandemia está empujando a millones de desempleados hacia el abismo de la pobreza y la falta de vivienda. Una implosión económica, política y social de grandes proporciones es inevitable.
Los maestros del ajedrez están hablando abiertamente de un “reinicio” económico, un eufemismo para un regreso a algún tipo de feudalismo. El objetivo del imperio siempre ha sido eliminar las soberanías nacionales, establecer un gobierno mundial y reducir drásticamente la población mundial. En última instancia, la élite satánica tiene la intención de erradicar el cristianismo en general y específicamente, a los que pertecen a Jehová.
La antigua Babilonia ocupa un lugar destacado en las profecías bíblicas. Bajo el rey Nabucodonosor, Babilonia alcanzó su cenit, conquistando una gran parte de lo que ahora es el sur de Asia, así como el Medio Oriente y el norte de África. Los imperios, por naturaleza, deben su existencia y permanencia al saqueo, explotación y esclavización de pueblos y naciones. Babilonia fue particularmente rapaz. El libro profético de Daniel simboliza apropiadamente a Babilonia como un león feroz y volador con alas de águila.
Los caldeos también eran muy religiosos. Atribuyeron sus conquistas militares a la superioridad de sus dioses, los cuales eran demonios. Sin embargo, Jehová es el Dios de dioses. Y cuando se ajusta a su propósito, él utiliza los imperios bestiales de Satanás para llevar a cabo sus juicios. Este principio se expresa claramente en el capítulo 13 de Isaías, donde Jehová declara: “Les he dado la orden a los que he nombrado. Para expresar mi furia, he convocado a mis guerreros, quienes se alegran orgullosos. ¡Escuchen! ¡Una multitud en las montañas! ¡Suena como un pueblo inmenso! ¡Escuchen! ¡El estruendo de reinos, de naciones reunidas! Jehová de los ejércitos convoca al ejército para la guerra. Desde una tierra lejana, desde el extremo de los cielos, vienen Jehová y las armas de su furia para arrasar toda la tierra. ¡Laméntense, porque el día de Jehová está cerca! Vendrá como una destrucción de parte del Todopoderoso’’ (Isaías 13:3-6).
Así como solo hay un día del Señor ―también conocido como el día de Jesucristo ―, solo hay un día de Jehová. Se le llama así porque es único. El día que pertenece a Jehová traerá el fin del dominio de Satanás. Así que, ¿por qué relacionó Dios al ejército de Babilonia con su día? Porque lo que sucedió en ese entonces estableció un patrón de lo que pasará durante el futuro día de Jehová.
¿POR QUÉ ESTÁN ALBOROTADAS LAS NACIONES?
En cuanto al “estruendo de reinos, de naciones reunidas”, el salmo dos nos habla acerca de ello, pues allí se menciona lo siguiente: “¿Por qué están alborotadas las naciones y los pueblos andan tramando cosas inútiles? Los reyes de la tierra toman su posición y los altos funcionarios se reúnen como uno solo contra Jehová y contra su ungido. Dicen: ‘¡Rompamos sus cadenas y quitémonos sus cuerdas!’. El que está en los cielos, en su trono, se reirá; Jehová se burlará de ellos. En ese tiempo, él les hablará en su furia, en su ardiente furia los llenará de terror; dirá: ‘Yo mismo he establecido a mi rey en Sion, mi santa montaña’’’.
A los testigos de Jehová se les ha hecho creer que este salmo profético se cumplió en 1914. ¿Cómo se reunieron las naciones para oponerse a Jehová en ese entonces? Evidentemente, no pudo haber sido por medio de la impotente Liga de Naciones, de la cual Estados Unidos ni siquiera era miembro. Si los altos funcionarios se han opuesto a Dios desde hace más de 100 años, ¿por qué no los ha aterrorizado Jehová en su ira? ¿Por qué los testigos de Jehová han encontrado protección legal en las mismas instituciones que supuestamente están en rebelión, determinadas a no cumplir con las exigencias impuestas por el ungido de Jehová? Jesús también habló del tumulto de las naciones en el capítulo 21 de Lucas. Con respecto a ese momento, el Hijo de Dios predijo esto: “…en la tierra, angustia entre las naciones, que no sabrán qué hacer ante el rugido y la agitación del mar. La gente se desmayará del miedo y la ansiedad por las cosas que van a venir sobre la tierra habitada, porque los poderes de los cielos serán sacudidos’’.
Betel solía afirmar que esta profecía se estaba cumpliendo. No obstante, ellos se dieron cuenta de que no era así y ahora sostienen que se cumplirá en el futuro. Contradictoriamente, el Cuerpo Gobernante aún insiste en que hemos visto todas las cosas que Jesús predijo, aunque nadie que esté vivo hoy en día haya experimentado personalmente la Primera Guerra Mundial o la angustia de las naciones. El rugido del mar tiene que ver con el alboroto de las naciones, armonizando con el salmo citado. En la actualidad podemos verlo venir. No hay duda de que se está gestando una gran tempestad, que mueve pueblos y naciones como el viento levanta olas en el mar. Sin duda, cuando los misiles con armas nucleares atraviesen los cielos, los testigos de Jehová finalmente se verán enfrentados a la realidad.
Como ya se dijo, Nabucodonosor gobernó una vasta región del mundo, que abarcaba unos 120 distritos jurisdiccionales. Pero no fue un gobierno global. ¿Es una simple hipérbole el hecho de que el ejército de Jehová arrase con toda la tierra? No, pues la Babilonia Mayor arruinará toda la tierra.
Para confirmar aún más que Babilonia proyecta una sombra de gran alcance sobre el futuro que se acerca rápidamente, considere los versículos 9 al 11 del mismo capítulo 13 de Isaías: “¡Miren! Ya viene el día de Jehová, cruel, con ira y furia ardiente, para hacer de esa tierra un motivo de horror y para eliminar de ella a los pecadores. Porque las estrellas de los cielos y sus constelaciones no darán su luz; el sol estará oscuro al salir y la luna no emitirá su luz. Le pediré cuentas a la tierra habitada por su maldad, y a los malvados por su error. Acabaré con el orgullo de los arrogantes y humillaré la soberbia de los tiranos’’.
El primogénito de toda la creación habló de su venida como ladrón en la noche para iniciar el día del juicio. En el libro de Mateo, Cristo hizo descripciones similares a las de Isaías cuando expresó lo siguiente: “Inmediatamente después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos serán sacudidos’’.
Los poderes de los cielos pueden ser una referencia a las autoridades gubernamentales que rigen la tierra. La apertura del sexto sello en Apocalipsis muestra a las estrellas del cielo cayendo y a todas montañas e islas siendo removidas de sus lugares, lo cual representa a instituciones aparentemente permanentes siendo sacudidas hasta sus cimientos.
Jehová continúa diciendo: “Haré al hombre mortal más escaso que el oro refinado, y a los humanos, más escasos que el oro de Ofir. Por eso haré que los cielos tiemblen, y la tierra será sacudida y se saldrá de su lugar ante la ira de Jehová de los ejércitos en el día de su furia ardiente” (Isaías 13:12, 13).
Obviamente, el cielo no va a temblar de miedo, ni el planeta será sacado de su órbita. Una vez más, todo eso es meramente un simbolismo. La civilización —desde su punto más alto hasta lo más bajo— se verá impactada por el día de Jehová. Indiscutiblemente, la política de larga data del Imperio Británico de una reducción drástica de la población será aplicada plenamente. Jehová va a permitir un genocidio global como el que nunca ha ocurrido ni volverá a ocurrir. Los supervivientes que compondrán la gran muchedumbre serán muy pocos en comparación con los miles de millones de personas de la Tierra. ¡El hombre mortal será más escaso que el oro refinado, en verdad!
En el capítulo 14 de Isaías, Dios juzga a Babilonia después de que él ha terminado de usar sus armas de guerra. Luego de la ejecución de Babilonia, las naciones proféticamente hablan y dicen: “Hasta los enebros se alegran por lo que te pasó, y también los cedros del Líbano. Dicen: ‘Desde tu caída, no ha venido nadie a talarnos’’’.
Las naciones son comparadas con árboles y Babilonia es la “taladora”. En el capítulo 31 de Ezequiel, Egipto es descrito como un majestuoso cedro que proporciona sombra a toda la tierra. Jehová da la orden de talarlo, lo cual aconteció cuando el leñador babilonio invadió Egipto.
Hace mucho tiempo, la Watchtower reconoció que la caída de Egipto simboliza algo mucho mayor. Eso es evidente por el hecho de que el capítulo 30 de Ezequiel emplea el mismo lenguaje apocalíptico y habla del día único de Jehová: “Laméntense así: ‘¡Ay, el día ya viene!’. Porque el día está cerca, sí, está cerca un día de Jehová. Va a ser un día de nubarrones, un tiempo fijado para las naciones’’.
La profecía de Ezequiel describe a Egipto como el árbol más grande en comparación con los árboles más pequeños, lo cual significa, simplemente, que Egipto es la nación más grande de la tierra. Ezequiel 31: 8 declara: “Ningún cedro del jardín de Dios se podía comparar con él. Ningún enebro tenía ramas como las suyas. Ningún plátano lo igualaba en ramaje. Ningún otro árbol del jardín de Dios podía competir con su belleza”.
Como en muchas otras interpretaciones proféticas, Betel carece por completo de discernimiento en esta, afirmando inexplicablemente que el árbol más grande del jardín representa, no a la nación más grande, sino a todas las naciones, a todo el sistema político. ¡Qué falta de entendimiento tan grande!
Los Estados Unidos de América son reconocidos como la nación más grande de la historia.El cedro egipcio simboliza a ese país.Babilonia representa al octavo rey que pronto emergerá, el cual también es mencionado como un rey de aspecto feroz que reduce a la ruina a los poderosos de la tierra en el capítulo 8 de Daniel. Los Estados Unidos están destinados a ser destruidos por los tiranos de las naciones. Esto no acontecerá en el Armagedón, sino al comienzo del inminente día de Jehová.
Tal como dijo una vez uno de los profetas: “El hacha ya está junto a la raíz de los árboles”.