En un futuro próximo, aquellos que aman y adoran a Jehová Dios, y que desean seguir y obedecer a su hijo, tendrán que tomar una decisión de vida o muerte. Sus vidas y las vidas de sus hijos y sus familias estarán en juego, ya que dependerán de si siguen o no las indicaciones que el Señor le dio a sus seguidores en el primer siglo.

Sus indicaciones fueron: ‘’Por lo tanto, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo (use discernimiento el lector), entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas. ’’

Justo antes del asedio de Jerusalén por los babilonios, se dio el mandato de anunciar el fin y la destrucción de la organización terrenal de Jehová. (Jeremías 4: 3-10) “Anúncien[lo] en Judá, y publíquen[lo] hasta en Jerusalén, y dígan[lo], y toquen un cuerno por todo el país. Clamen fuertemente y digan: “Reúnanse, y entremos en las ciudades fortificadas. Levanten una señal enhiesta hacia Sión. Provéanse amparo. No se detengan”. Porque hay una calamidad que voy a traer desde el norte, sí, un gran estallido.’’

La mayoría de los testigos de Jehová conocen las similitudes entre la destrucción de Jerusalén en el tiempo de Jeremías y la desolación del lugar santo por los ejércitos romanos en el primer siglo. Ambos ejércitos vinieron del “norte” y se dio la advertencia de huir. También en ambos casos, muchos no prestaron atención a la advertencia y perdieron sus vidas como resultado.

Por lo tanto, una decisión de vida o muerte debe estar también implicada en el futuro cumplimiento de la desolación del lugar santo.

Según la interpretación de la Watchtower, la destrucción de Jerusalén y el lugar santo por los babilonios, y luego en el primer siglo por los romanos, representan la venidera destrucción de las iglesias de la cristiandad.

El cuerpo gobernante afirma que la casa espiritual de Dios ya ha sido juzgada y  que esta fue inspeccionada por Cristo de 1914 a 1919. Sin embargo, ¿es esa afirmación realmente precisa? ¿Armoniza con las Escrituras? Más importante aún, ¿hay alguna manera de “probar las expresiones inspiradas” a la luz de las Escrituras y tener en cuenta la admonición de los apóstoles de “asegurarse de todas las cosas”? (1 Tesalonicenses 5: 20, 21)

La directiva de la organización insiste en que las profecías que se cumplirán a continuación tienen que ver con  el grito de “paz y seguridad” seguido de la súbita y terrible destrucción de Babilonia la Grande.

NO CREAN TODA EXPRESIÓN INSPIRADA

Sabemos que toda profecía tiene un cumplimiento menor y uno mayor. Así que hagamos un examen cuidadoso y veamos si nuestra comprensión necesita ser revisada.

El apóstol Juan exhortó y advirtió fuertemente a la congregación ungida y a los siervos de Jehová que vivieran en los últimos días lo siguiente: “Amados, no crean toda expresión inspirada, sino prueben las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. ’’

Juan enfatizó que incluso las expresiones que parecen ser inspiradas aún deben ser probadas en cuanto a su autenticidad  al analizarlas y ver si se originan de Dios. Al no probar las expresiones, simplemente mostramos que nos hemos convertido en seguidores de los hombres. (Salmos 146: 3)

Y como el apóstol Pedro advirtió previamente, los falsos maestros explotarían a muchos de dentro de la congregación de Cristo con palabras falsas (2 Pedro 2: 1-3)

En cuanto al juicio, el discípulo Santiago advirtió a sus compañeros creyentes que no muchos deberían  hacerse maestros porque recibirían un juicio más severo. Nosotros como cristianos estamos interesados en cuanto al momento en que ese juicio se lleva a cabo. ¿Ocurrió en el periodo 1914 – 1919? ¿Cómo podría ser posible esto, ya que el arreglo de los ancianos modernos ni siquiera existía entonces? Además, esto significaría que la generación actual de ancianos nombrados y servidores ministeriales, así como editores, han escapado del juicio de Jehová.

El apóstol Pedro también habló del juicio por venir. Él escribió en 1 Pedro 4:17: “Porque es el tiempo señalado para que el juicio comience con la casa de Dios. Ahora bien, si comienza primero con nosotros, ¿cuál será el fin de los que no son obedientes a las buenas nuevas de Dios?’’

Pedro aquí estaba enfatizando que el juicio comienza con la casa de Dios, es decir, la congregación ungida y los que se asocian con ella. El juicio tiene el propósito de purificar al pueblo de Dios y su templo espiritual.

La Sociedad ha hecho recientemente otra revisión de la interpretación, afirmando que el nombramiento sobre “todos los bienes del amo” ocurrirá en el futuro cuando Jesús “llegue”. ¿No implica esto un juicio futuro para determinar qué esclavo ha sido fiel y que ha sido malo?

A pesar de la sugerencia de que ahora no hay una clase de esclavo inicuo, eso no es lo que Jesucristo indicó.  Él dijo que habría un esclavo fiel y un esclavo malo trabajando juntos. (Lucas 12: 42-48) Estos dos esclavos coexisten en la misma casa – la organización de Jehová – hasta el momento en que Cristo regresa.

Y como dijo Jesús en Lucas, ambos esclavos reciben golpes, incluso el esclavo fiel, mostrando así que habrá un castigo incluso para los seguidores fieles de Cristo cuando  él llegue inesperadamente como un ladrón en la noche.

Que Babilonia la Grande es la primera en la lista de los juicios Jehová durante la tribulación es un error de interpretación. Independientemente de la enseñanza errónea de la organización a este respecto, el juicio debe comenzar primero con el pueblo de Jehová y su casa.

La verdad ineludible de la cuestión es que el pueblo de Jehová va a ir al exilio y  perderá su protección cuando Él oculte su rostro de ellos por 42 meses. Este periodo de tiempo está representado en la sequía de tres años y medio decretada por Elías. Después de esos 1260 días, Jehová tendrá misericordia de ellos y derramará su espíritu de una manera nunca antes vista como se describe en el libro de Joel. (Malaquías 4: 5-6, Joel 2: 28-32)

El ocultarse de Jehová marcará el comienzo del juicio (1 Pedro 4:17). Aunque es cierto que hay un juicio continuo de los cristianos ungidos que comenzó en el primer siglo, esta prueba y refinamiento hace parte de la limpieza de los que habitarán la casa espiritual de Jehová. (Oseas 6: 5-7). Sin embargo, Pedro también aludió al futuro juicio final que coincidirá con la destrucción de todo el presente malvado sistema de cosas. Al conocer esto de antemano, Pedro exhortó a los cristianos a que ‘’[mantuvieran] excelente su conducta entre las naciones, para que, en la cosa de que hablan contra ustedes como [de] malhechores, ellos, como resultado de las obras excelentes de ustedes, de las cuales son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día para la inspección [por él]’’

El día de la inspección será lógicamente el “día de la inspección” por Cristo. (1 Pedro 2:12)

Jehová predijo y declaró a su pueblo a través de las profecías que temporalmente tendrían que abandonar “la ciudad” e ir “hasta Babilonia”. Algunas traducciones de la Biblia han  traducido de otras maneras ese texto particular de tal forma que diga “a Babilonia”, en lugar de “hasta Babilonia”. (Miqueas 4:10) Es verdad que muchas de las ovejas de Jehová han ido “hasta Babilonia”  o dicho de otra manera, han regresado a Babilonia.

Estos son aquellos que han tropezado por fechas falsas, el énfasis en las obras más que en el amor, y la creación de rangos dentro de la organización que personifican las “distinciones de clase” a las que hizo eco el discípulo Santiago en el primer siglo.

Una de las muchas cosas que Jehová Dios condena en su ley es la maldad de aquellos que pasan por encima de otros y luego ganan riquezas a expensas de los pobres y la retención de los diezmos. Jehová condena a los que oprimen a los pobres, cometen robo y maltratan al extranjero. Estas son las características de aquellos que practican el desafuero. Hay personas que sido maltratadas emocionalmente, ignoradas o hasta silenciadas por la máquina agitada de la producción literaria y hombres egocéntricos que pasan por encima de otros para alcanzar una posición exaltada dentro de la organización.

La negligencia mostrada hacia los necesitados y el fracaso para buscar y salvar a los que se han perdido en este sistema ciertamente son asuntos que Cristo juzgará.

Es importante que como seguidores de Cristo, seamos conscientes de que debemos dar nuestras vidas por nuestros hermanos y hermanas así como Cristo dio su vida por nosotros. (1 Juan 3: 16,17).

Con todo esto en mente, la conclusión más acertada a la que seguramente llegaremos es que habrá un día de juicio.

LA COSA REPUGNANTE QUE CAUSA DESOLACIÓN

Pero el texto citado en Miqueas tiene un cumplimiento más grande y más significativo que el simple tropiezo de aquellos que se han salido de la verdad. Este predice que la congregación de Cristo como un todo será esparcida en el momento en que Dios traiga juicio sobre su organización terrenal.

Jehová continúa relatando en Zacarías que esparcirá a su pueblo a “los cuatro vientos”, los cuales serán liberados en la gran tribulación después de que los esclavos de Dios sean sellados. (Zacarías 2: 6-13, Apocalipsis 7: 1-4)

Este es el juicio de la casa de Dios, cuando la abominación que causa la desolación se ponga de pie sobre el “lugar santo”.

Es entonces  cuando la abominación que causa la desolación – identificada como el asirio (el octavo rey que se levanta de las cenizas de un Estados Unidos caído) – identificado como las Naciones Unidas, gobierna por la predeterminada ‘’hora”. Es el octavo rey quién está destinado a ponerse de pie sobre el lugar santo.

En ese momento comienza el juicio y los verdaderos cristianos son dispersados a los cuatro vientos. Como resultado de ese breve pero intenso período de pruebas y disciplina, muchos   sufrirán una sacudida y volverán a Jehová con un corazón completo e indivisible, después de lo cual, Jehová los reunirá bajo Cristo y traerá su juicio contra Babilonia y las naciones.

Es debido a este exilio que después de los 42 meses del pisoteo de Jerusalén por parte de las naciones que el capítulo 18 de Apocalipsis será relevante. Jehová hablará a su pueblo, diciendo: “Y oí otra voz procedente del cielo decir: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas.”(Apocalipsis 18: 4)

La orden de “salir” se da inmediatamente antes de la destrucción de Babilonia la grande, lo cual implica que Jehová tendrá un pueblo de posesión especial que recogerá de Babilonia en masa, no en un lento proceso que lleva décadas,  como la organización nos ha hecho creer, sino en la forma  de un éxodo masivo.

Todos estos juicios se producirán en  rápida sucesión en lugar de extenderse por años y décadas. Los que no presten atención a la advertencia no sobrevivirán.

Será el evento más aterrador que jamás se haya experimentado y todo ocurrirá cuando los cuatro vientos sean liberados. ¿No dijo Jesucristo que reuniría a sus elegidos de los cuatro vientos? ¿Y una reunión no implica una dispersión?

La Watchtower interpreta erróneamente que la abominación que causa la desolación ataca a la cristiandad. Este razonamiento parte del hecho que antes de sus dos destrucciones, Jerusalén se había convertido en apóstata y  se había rebelado contra Jehová y por lo tanto, Jerusalén no puede representar a la organización de Jehová hoy.

Pero si ese es el caso, ¿por qué advierte Santiago entonces que no muchos deberían hacerse maestros?

La verdad es que el salmista nos guió con respecto a lo que debemos entender con las palabras  ‘’lugar santo’’ y ‘’santuario’’ y las escrituras revelan su significado. En el salmo 74 el salmista escribió: ‘’Han arrojado tu santuario en el fuego mismo. Han profanado el tabernáculo de tu nombre hasta la misma tierra’’ (Salmos 74: 7).

Este texto deja claro sin lugar a dudas que el santuario es el lugar donde reside el nombre de Dios. Una vez más, podemos entender lo que quiere decir esta palabra si examinamos las palabras encontradas en el libro de Deuteronomio.

Deuteronomio 12: 5: ‘’ sino que al lugar que Jehová su Dios escoja de entre todas sus tribus para colocar allí su nombre, para hacerlo residir, ustedes buscarán, y allá tendrás que ir’’.

El pueblo de Jehová se verá obligado a tomar una decisión de vida o muerte al ver a la repugnante cosa “de pie donde no debe’’, es decir, sobre el lugar donde Jehová ha hecho residir su nombre.

”Por lo tanto, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo (use discernimiento el lector),  entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas. ’’

Cristo se dirigió a sus discípulos al libro de Daniel, donde en el capítulo 9 leemos: ‘’Y sobre el ala de cosas repugnantes habrá el que cause desolación; y hasta un exterminio, la misma cosa que se ha decidido irá derramándose también sobre el que yace desolado”.

Además, el capítulo 11 de Daniel continúa relatando ‘’Y realmente volverá y arrojará denunciaciones contra el pacto santo y actuará eficazmente; y tendrá que volver, y dará consideración a los que dejan el pacto santo. Y habrá brazos que se levantarán, procedentes de él; y realmente profanarán el santuario, la plaza fuerte, y removerán el [rasgo] constante. ”Y ciertamente pondrán en [el] lugar la cosa repugnante que está causando desolación. ’’ (Daniel 11: 30-31)

El santuario, el rasgo constante y la plaza fuerte  son todos  aspectos de la adoración que pertenece a Jehová. La Watchtower entiende esto y dice que el rasgo constante tiene que ver con los sacrificios de alabanza ofrecidos a Dios en su santuario, donde reside su nombre.

Esto está en armonía con el capítulo ocho de Daniel, que describe los eventos que ocurren durante el “tiempo del fin” en relación con un rey de fiero semblante – el octavo rey – el cual  también causa la desolación del “lugar santo” y elimina el “rasgo constante’’.

El que usa discernimiento debe darse cuenta de que el lugar santo que está destinado a ser desolado y pisoteado por las naciones es el santuario y reino espiritual de los santos donde reside el nombre de Dios, la verdadera congregación de Cristo.

Esto es lo que enseña la Watchtower, pero en vez de darse cuenta de esto como un evento futuro del pueblo de Dios, aplican erróneamente esto al rey del norte durante la Segunda Guerra Mundial. Además, el capítulo doce de Daniel describe el ponerse de pie de la cosa repugnante y la eliminación del rasgo constante, hechos que se han aplicado erróneamente a 1918 y la creación de la Sociedad de Naciones.

Estas interpretaciones confusas y enrevesadas han confundido a los testigos de Jehová y les han hecho creer que no habrá un juicio futuro por parte de Jehová.

En cuanto al cumplimiento principal de la desolación del lugar santo, es obviamente necesario descartar toda noción de que Cristo fue entronizado como rey en 1914. El fundamento de la enseñanza de la organización con respecto a la presencia de Cristo y su conexión con 1914 se basa en la cronología de los siete tiempos, que desde hace mucho tiempo están erróneamente ligados con los tiempos señalados de las naciones, que Cristo mencionó en relación a la desolación de Jerusalén y el lugar santo.

En el contexto de lo que Jesucristo dijo, se lee: ‘’ ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que den de mamar en aquellos días! Porque habrá gran necesidad sobre la tierra e ira sobre este pueblo; 24 y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones. ’’ (Lucas 21: 23,24)

Todo el capítulo 21 de Lucas es una explicación de Jesús a sus discípulos de los eventos que llevarían a que no quedaría ‘’piedra sobre piedra que no fuera derribada’’ del templo. Esto llevó a los discípulos de Jesús a preguntarle cuál sería la señal de esta futura desolación. Simplemente al examinar el contexto debemos llegar a la clara conclusión de que Jesús advirtió no sólo a los judíos, sino especialmente a los cristianos.

Seguramente los discípulos debieron entender que Jesús estaba describiendo un acontecimiento futuro y que Jerusalén iba a ser destruida y sus compañeros judíos iban a caer al filo de la espada. Al hacer un examen honesto, ¿habrían entendido los discípulos de Jesús que él hablaba de la destrucción del templo de Salomón cinco siglos antes llevada a cabo por los babilonios? Su pregunta fue una manifestación de su preocupación por el futuro y Jesús les respondió acerca del futuro.

Por extensión, el cumplimiento principal de esa misma profecía con respecto al pisoteo de Jerusalén debe involucrar al “Israel de Dios” y el lugar donde Jehová ha hecho que su nombre resida en  tiempos modernos.

Por ejemplo, Jesús dijo, “en aquellos días”, queriendo referirse con esta expresión al momento futuro, no pasado,  en que la cosa repugnante traería desolación. Y la futura desolación durará “hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones”.

No hay manera de justificar bíblicamente la aplicación de los tiempos señalados de las naciones a la destrucción original de Jerusalén, y vincularla a los siete tiempos de Daniel. Todo está  hábilmente cosido y tejido para dar un  significado a 1914.

UN HOMBRE DEL DESAFUERO DENTRO

Cuando examinamos de cerca las expresiones inspiradas proféticas de la Watchtower, nos damos cuenta que son una operación de error. Pablo predijo que un hombre de desafuero se sentaría en el templo de Dios afirmando ser un dios.

Aunque la Watchtower afirma que el clero es este hombre de maldad, esa interpretación no armoniza con la Escritura.

2ª Tesalonicenses 2: 4 nos informa que el hombre del desafuero se sienta en el templo de Dios, siendo el templo la congregación ungida de Cristo. Así que el clero no puede ser de ninguna manera este hombre del desafuero, ya que él se encuentra entre la compañía de los hermanos ungidos de Cristo.

Evidentemente, ha servido al propósito de Satanás engañar no sólo al mundo, sino también a los elegidos de Dios. Satanás -como se describe en Tesalonicenses- capacitó a este hombre del desafuero con  ‘’ con toda obra poderosa y señales y portentos presagiosos mentirosos, con todo engaño injusto’’. A partir de la primera guerra mundial, el Diablo inventó una falsa parusía de Cristo para engañar a los elegidos de tal manera que estos creyeran que la presencia de Jesús había comenzado y el día de Jehová estaba aquí. La pregunta es ¿cómo sirve eso al propósito de Satanás?

Es interesante que una referencia a pie de página de algunas traducciones revela que el hombre del desafuero que “se sienta en el templo” también tiene una “parusía” que ocurre antes de la llegada de Cristo. Igualmente, 2 Tesalonicenses, capítulo 2, versículo 8 nos muestra que este hombre será reducido a nada por la manifestación de la presencia de Cristo.

El capítulo dos de  segunda a los Tesalonicenses también revela que este hombre del desafuero promueve una parusía falsa, alegando que el día de Jehová ha comenzado como un preliminar de la llegada real de Cristo. (2 Tesalonicenses 2: 1-4)

El inicuo se convertirá eventualmente en el anticristo y como Satanás trabaja con poderosos engaños a su favor a través de señales y maravillas, él llevará a la gente a creer que el anticristo y este hombre del desafuero son Dios. Aquellos que creen esto son “aquellos que están pereciendo porque no amaron la verdad”.

Así pues, porque rechazan la verdad, Dios les envía una operación de error como parte de su juicio justo. Jehová permite que éstos abracen al anticristo y al desaforado para que avancen a un nuevo nivel de rebelión y sean luego condenados como aliados del anticristo en la parusía o presencia de Cristo. Esta entidad fue creada por Satanás con el propósito engañar a los elegidos de Jehová para hacerlos tropezar y rechazar la verdadera presencia de Cristo.

Satanás tiene a su agente  infiltrado dentro de la congregación de Cristo hasta el momento en que Jesús lo expone y a los seguidores de Cristo se les dice que huyan cuando vean la señal de su venida y la cosa repugnante que causa desolación se ponga de pie sobre el lugar santo.

Los que no huyan serán destruidos con el que está “condenado a la destrucción”.

Al examinar de cerca estos asuntos, nos damos cuenta de que nuestras vidas y las vidas de nuestros hermanos y hermanas penderán de un hilo. Cuán importante es entonces hacer lo que nuestros antepasados espirituales nos exhortaron: ” No apaguen el fuego del espíritu. No traten con desdén el profetizar. Asegúrense de todas las cosas; adhiéranse firmemente a lo que es excelente. Absténganse de toda forma de iniquidad. ’’