Esta es la cuarta parte de la serie de artículos que analizan La Atalaya de julio de 2022.

Veamos ahora lo que nos dicen los párrafos 11 y 12:

El segundo detalle nos lo da el hecho de que esta potencia está representada por los pies de la estatua. La potencia formada por el Reino Unido y Estados Unidos es la última que predijo la Biblia. Esto quiere decir que después de ella no vendrá ninguna otra potencia. Tanto ella como los demás gobiernos humanos llegarán a su rápido final cuando el Reino de Dios los destruya en el Armagedón (Apoc. 16:13, 14, 16; 19:19, 20). ¿Cómo nos ayuda esta profecía? La profecía de Daniel aporta más pruebas de que estamos viviendo en el tiempo del fin. Él profetizó hace más de 2.500 años que, después de la caída de Babilonia, otras cuatro potencias mundiales tendrían un gran impacto en el pueblo de Dios. Además, reveló que la potencia formada por el Reino Unido y Estados Unidos sería la última de ellas. Esto nos consuela y nos da esperanza, pues sabemos que pronto el Reino de Dios no dejará ni rastro de los gobiernos humanos y tomará el control de la Tierra (Dan. 2:44).

La profecía de la imagen inmensa parece ser bastante fácil de entender. Pero no deberíamos confiarnos tanto. Esta profecía es un enigma, un misterio, un secreto sagrado que los profetas y hombres de visiones de Betel no entienden, ni les es posible descifrar. ¿Por qué? Bueno, si hacemos un análisis mental de lo que nos menciona el capítulo dos de Daniel, nos damos cuenta de que hay algo que no cuadra en la imagen. Según el mismo profeta, Nabucodonosor es la cabeza de oro. Esa parte parece bastante fácil de entender, ¿cierto? Pero si nos ponemos a pensar, cuando Nabucodonosor gobernaba, solo estaba la cabeza sin el cuerpo, puesto que el resto de las potencias que componen la imagen no habían tomado su lugar. Y eso suena bastante extraño, ¿verdad?

Daniel explicó que después del reino de Babilonia vendrían otros reinos inferiores, a semejanza de la plata, el cobre y el hierro y, por último, los pies de hierro mezclados con barro de alfarero. Así que, si vemos la imagen como una línea de tiempo histórica del ascenso y caída de varios imperios mundiales, nos quedamos con la extraña sucesión de una cabeza que está suspendida al principio en el aire, la cual es luego adherida a la parte superior de un cuerpo con brazos unidos. Después, un torso y muslos se unen a esta parte superior del cuerpo sin piernas ni pies. Luego, la parte inferior de las piernas se une a la imagen. ¡Finalmente, después de unos pocos miles de años, la imagen puede sostenerse sobre sus propios pies, pues estos aparecen!

El objetivo de ese ejercicio ridículo es enfatizar que las secciones individuales solo tienen sentido cuando la imagen está completa inmediatamente antes de que la piedra del Reino la destruya. Por lo tanto, la imagen misma, en su totalidad, debe representar algo formado por todos los componentes metálicos que vinieron antes. Y eso es precisamente lo que reveló el profeta Daniel (versículo 28) cuando le dijo a Nabucodonosor que el Revelador de secretos le había informado al rey lo que sucedería en “la parte final de los días”. Y es por eso que los hombres de visiones de Betel no interpretan bien las profecías, puesto que la parte final de los días no ha comenzado y las profecías de Daniel estarán selladas hasta ese momento.

Entonces, ¿qué simboliza la imagen en sí? En pocas palabras, esta simboliza al octavo rey. Sin embargo, según la Watchtower, el octavo rey no es realmente un reino, no es una potencia mundial como lo fueron Babilonia, Persia, Grecia y Roma y lo es el Imperio angloamericano.

(Lea Apocalipsis 17:9-12). La Primera Guerra Mundial causó una gran destrucción, y eso llevó al cumplimiento de otra profecía sobre los últimos días. Como los líderes mundiales querían promover la paz internacional, crearon en enero de 1920 la Sociedad de Naciones, que en octubre de 1945 fue reemplazada por las Naciones Unidas. La Biblia dice que esa organización es “un octavo rey”. Pero no es una potencia mundial. Su fuerza y su influencia dependen del apoyo que le dan los gobiernos. A estos gobiernos se les llama en la Biblia “10 reyes”.

¿Quién ha dicho que las Naciones Unidas son el octavo rey? La organización. ¿Pero es así? No, al menos no todavía. La ONU no solo no es una potencia mundial, sino que no tiene ningún poder, o tiene muy poco. Es por eso que incluso sus defensores más ardientes la denuncian como un tigre de papel. Si esta institución es el octavo rey de las profecías del libro de Apocalipsis, ¿no deberíamos al menos esperar que tenga el poder de un rey? Incluso si su poder e influencia dependen de las naciones que la apoyan, debemos concluir que le falta ese apoyo.

Compare a las Naciones Unidas sin poder de la actualidad con la forma en que el libro de Apocalipsis describe al octavo rey. Este poseerá un poder indiscutible. ¡Ningún rey en la tierra se atreverá a desafiarlo! Esto lo podemos ver en el capítulo 18 de Apocalipsis, cuando se nos habla de la destrucción de la ramera religiosa, cuando los reyes de la tierra se mantienen a lo lejos de su antigua aliada sin ayudarla por miedo a sufrir el mismo destino. Obviamente, la Watchtower no se enfoca en estas cosas.

(Lea Apocalipsis 17:3-5). Jehová le dio al apóstol Juan una visión en la que vio a una prostituta llamada “Babilonia la Grande”. Esta mujer representa a todas las religiones falsas del mundo. ¿Qué nos dice esta visión? Las organizaciones religiosas falsas llevan muchos años colaborando estrechamente con los gobiernos de este mundo y les han dado su bendición. Pero pronto Jehová pondrá en el corazón de los gobernantes “llevar a cabo el pensamiento de él”. ¿Cuál será el resultado? Que los “10 reyes” —es decir, los gobiernos— atacarán a las organizaciones religiosas falsas y acabarán con ellas (Apoc. 17:1, 2, 16, 17).

Es cierto que las religiones del mundo han apoyado a los gobernantes, y ellos, por su parte, han protegido la religión. Es por eso que en el capítulo 17 de Apocalipsis, el ángel entró en más detalles acerca de la bestia que de la ramera que está montada sobre ella.

Un aspecto importante del misterio que rodea a la bestia del abismo se declara en los versículos 12 y 13: “Los 10 cuernos que viste representan 10 reyes que todavía no han recibido un reino, pero sí recibirán autoridad como reyes por una hora junto con la bestia salvaje. Ellos tienen un mismo objetivo, y por eso le entregan su poder y autoridad a la bestia salvaje”. 

Una pregunta importante que deberíamos hacernos es esta: ¿ha comenzado ya la simbólica “hora”? Si las palabras y los conceptos significan algo, la única hora asignada al octavo rey debe ser un período de tiempo relativamente corto. Si esta “hora” comenzó en 1945 cuando se creó la ONU, eso significaría que el intervalo ya ha sido de 77 años. Si Dios tuvo la intención de darnos una pista sobre la duración del reinado del último rey, y la ONU ha sido ese último rey desde 1945, ¿por qué el omnisciente Revelador de secretos simbolizaría ese período como una hora? ¿No sería más apropiado simbolizarlo al menos como un día o un año en lugar de una hora?

A menudo se ha dicho que las profecías bíblicas se interpretan a sí mismas. Ese es ciertamente el caso con esa enigmática “hora”. En el capítulo 18 de Apocalipsis se dice que Babilonia la Grande será destruida por completo en “una hora”. Esto es lo que dice la Biblia: “¡Qué lástima! ¡Qué lástima, tú, la gran ciudad, Babilonia, la poderosa ciudad! ¡Y es que en una sola hora ha llegado tu juicio!” (Apocalipsis 18:10).

“¡Qué lástima! ¡Qué lástima, la gran ciudad, vestida de lino de calidad, de púrpura y de rojo escarlata, y adornada con muchas joyas de oro, piedras preciosas y perlas! ¡Y es que en una sola hora riquezas tan grandes han sido destruidas!” (Apocalipsis 18:16, 17).

¿Tenemos una indicación de cuánto dura el intervalo de esa “hora” cuando Babilonia es repentinamente devastada? Sí, un ángel demostró la rapidez de la desaparición de la ramera cuando tomó una piedra de molino, la arrojó al mar y dijo: “Así, de un golpe, será arrojada hacia abajo Babilonia la gran ciudad, y nunca más se la volverá a ver” (Apocalipsis 18:21).

Si el juicio de Babilonia la Grande llega y se lleva a cabo en “una hora” y el ángel confirma que esa hora es un corto periodo de tiempo, es irrazonable, o más aún, insostenible suponer que la “hora” del octavo rey está compuesta por muchas décadas. 

La interpretación de la Watchtower del número 10 es válida. Por lo tanto, los 10 reyes representan a todas las naciones. Pero si los 10 reyes ya le han dado su poder y autoridad a la bestia salvaje, ¿por qué se aferran todavía las naciones a sus soberanías individuales? O es de un modo o del otro. No puedes comerte tu pastel y tenerlo también, como dice el refrán. O las naciones han transferido su poder y autoridad a la bestia o no lo han hecho. No pueden renunciar a su autoridad y mantenerla al mismo tiempo.

Es cierto que la Biblia dice que esos diez reyes reciben autoridad por una hora junto con la bestia. Así que tal vez usted se pregunte lo siguiente: ¿cómo pueden ceder su autoridad y recibirla al mismo tiempo? Indubitadamente, renunciarán a su autoridad como naciones independientes y recibirán cierta autoridad concedida por el octavo rey. En otras palabras, será un cambio de régimen definitivo, de la soberanía nacional al gobierno mundial.

¿Han renunciado todas las naciones a su soberanía? De nuevo, no. Sin embargo, tenemos una especie de vista previa de cómo podrían funcionar las cosas en ese momento con la existencia de la Unión Europea. La UE está compuesta por 27 naciones miembros. Cada nación cedió una medida de su soberanía a Bruselas, la capital gobernante de la Unión. 19 de ellas ya no tienen monedas nacionales. Estas usan el euro. Los países miembros ya no pueden decidir sus propios gastos nacionales. Hay limitaciones estrictas impuestas por el banco central de la UE. Las naciones miembros no controlan sus propias fronteras. Y cada nación miembro ha acordado ir a la guerra para defender a la Unión. Por lo tanto, no es del todo irrazonable esperar que el octavo rey funcione de manera similar, solo que a una escala mucho mayor y más absoluta.

Por consiguiente, dado que es evidente que las naciones no le han dado su poder y autoridad a la ONU, esta no puede ser aún el octavo rey. 

¿Qué debe ocurrir para que se cumplan las palabras de Dios en cuanto a la bestia escarlata y la prostituta que está sentada sobre ella? Esto será considerado en el próximo artículo de esta serie.

Continuará…