En el capítulo 20 de Ezequiel, Jehová plantea la siguiente pregunta a su centinela: “¿Estás listo para juzgarlos? ¿Estás listo para juzgarlos, hijo del hombre?’’

Ezequiel estaba calificado para juzgar a la casa de Israel. Siendo hebreo e hijo de un sacerdote, Ezequiel era conocedor de la historia de la nación y de las leyes que Dios les dio, leyes que los israelitas ignoraron repetidamente y violaron de manera descarada y flagrante. Sucedía tal como Dios decía: “Esto es lo que dice el Señor Soberano Jehová: ‘El día en que elegí a Israel, también le hice un juramento a la descendencia de la casa de Jacob y me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto. Sí, les juré y les dije: ‘Yo soy Jehová su Dios’.’’

Al igual que Ezequiel, yo he juzgado a la directiva de la Watchtower. Al haber sido parte de la organización la mayor parte de mi vida adulta, he estudiado profundamente las Escrituras y estoy completamente familiarizado con la historia y las enseñanzas de los testigos de Jehová, así como con la traición y repugnante hipocresía de la directiva.

Los he juzgado de acuerdo con sus propios juicios. Por ejemplo, la Watchtower ha condenado enérgicamente a la cristiandad por su participación en la política, especialmente con lo que respecta al apoyo de las iglesias a las Naciones Unidas. La Watchtower ha juzgado al clero como merecedor de la condenación eterna. Por lo tanto, cuando salió a la luz que la Sociedad se había involucrado en una asociación secreta con la ONU, juzgué al Cuerpo Gobernante como hipócritas que habían traicionado a Jehová, usando las mismas sentencias condenatorias que habían promulgado contra la cristiandad. Y no se equivoque, eso es exactamente lo que Jehová les hará: “Los trataré según su conducta y los juzgaré como ellos han juzgado. Y tendrán que saber que yo soy Jehová.’’

Así como Jehová se dio a conocer a los israelitas en Egipto, Jehová ha caminado entre sus testigos por medio de su espíritu. Nos ha enseñado a través de Cristo y se ha revelado al menos hasta cierto punto, lo suficiente como para que podamos conocer su voluntad, su carácter y sus decisiones judiciales.

Lamentablemente, los testigos de Jehová se han contaminado de la misma manera que lo hicieron los judíos: a través de su idolatría organizacional, una forma de sacrificio de niños, un compromiso político, al promover una visión falsa, y muchas otras cosas más.

Hace unos 20 años, cuando inicialmente intenté razonar con el Cuerpo Gobernante, hablé con uno de sus miembros por teléfono. Este se indignó por el hecho de que uno de ‘’los de abajo’’ tuviera ‘’el atrevimiento’’ de cuestionar la veracidad de sus enseñanzas. Luego declaró que, si Jehová quisiera que supieran algo, se lo revelaría directamente a ellos y no por medio de algún extraño que pretende ser ungido o cualquier otra persona.

Me di cuenta en la reunión anual de 2018 que un miembro del Cuerpo Gobernante, Anthony Morris, declaró varias veces que habían decidido quién era el rey del norte solo después de mucha oración. Y en el libro Pure Worship, el Cuerpo Gobernante reitera que los “ajustes” que han presentado solo fueron hechos después de mucha “reflexión y oración”. Ellos dan a entender que Dios ha respondido sus oraciones y les ha canalizado la verdad que de otra manera no estaría disponible para otros hombres menos exaltados. Pero uno pensaría que, dados sus años de experiencia y el aporte colectivo de otros y después de mucha reflexión y oración llegarían a las conclusiones correctas. ¿Estará Jehová ignorando sus peticiones? Tal fue el caso en el antiguo Israel. Después de expresar su disgusto por su idolatría, Dios declaró lo siguiente: “¿Y se siguen contaminando ustedes hasta el día de hoy ofreciendo sacrificios a todos sus ídolos repugnantes, quemando a sus hijos en el fuego? Entonces, ¿debería yo responder a su consulta, oh, casa de Israel? Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor Soberano Jehová—, no voy a responder a su consulta. Nunca sucederá lo que ustedes tienen en mente cuando dicen ‘Seamos como las naciones, como las familias de otras tierras, que adoran madera y piedra’.’’ (Ezequiel 20: 31-32)

Jehová fue llamado el Dios de Israel. Sin embargo, eso no significaba que permitiría ser degradado o blasfemado por simples humanos. La dignidad de Dios está por encima de los cielos. Los humanos solo pueden tratar con Él de acuerdo con sus términos y condiciones.

En muchos aspectos, la directiva de la Watchtower se ha ensalzado por encima Dios. Debido a que se han convertido en una empresa editorial exitosa, como muchas otras compañías de este mundo, han relegado a Jehová al estado de mascota corporativa. El nombre sagrado de Dios se ha incorporado a su logotipo corporativo patentado JW.org. Han presumido que Dios está obligado a responderles siempre, como una especie de genio que sale de una lámpara mágica cuando esta se frota vigorosamente.

Dado el fraude masivo que la Watchtower ha perpetuado con 1914 y los males y errores previamente mencionados, ¿debería Jehová responder sus oraciones? ¿Está Jehová obligado a hacerlo? El hecho de que después de todos estos años el Cuerpo Gobernante todavía esté esperando a que el Cielo les revele lo que he sabido durante años, indica que Dios no les está respondiendo. Al decir “nunca sucederá”, Dios pasó a expresar su determinación de finalizar lo que había comenzado en relación con Israel. No les permitiría continuar en el mismo camino desastroso. Por esa razón, leemos lo siguiente: ‘’Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor Soberano Jehová—, reinaré sobre ustedes con mano poderosa y brazo poderoso, y derramando mi furia. Con mano poderosa y brazo poderoso, y derramando mi furia, los sacaré de los pueblos, de las tierras por las que han sido dispersados, y los reuniré. Los llevaré al desierto de los pueblos y allí entraré en juicio con ustedes cara a cara. Tal como entré en juicio con sus antepasados en el desierto de la tierra de Egipto, así entraré en juicio con ustedes —afirma el Señor Soberano Jehová—. Los haré pasar bajo la vara del pastor y haré que queden obligados a cumplir el pacto. Pero separaré de ustedes a los rebeldes y a los que cometen ofensas contra mí. Porque los voy a sacar de la tierra donde viven como extranjeros, pero no entrarán en la tierra de Israel. Y ustedes tendrán que saber que yo soy Jehová.’’ (Ezequiel 20: 33-38)

La Watchtower ha proclamado en voz alta que Jehová llegó a ser rey en 1914, a través de Jesús, por supuesto. Sin embargo, los tratos de Dios con el antiguo Israel indican que, si Jehová llega a ser rey, Él hace pasar a su pueblo por el fuego. El hacerlos ‘’pasar bajo la vara del pastor’’ es una alusión al trabajo de un pastor literal que hubiera usado su vara para separar a sus ovejas a medida que fueran avanzando, dirigiendo a unas hacia una parte y otras hacia otra. Así como un pastor hubiera usado su bastón para separar a las ovejas de las cabras.

Jesús contó una historia acerca de un enemigo que sembró mala hierba en un campo de trigo. Cuando sus apóstoles le pidieron que explicara su significado, Jesús dijo que los cosechadores eran ángeles. Durante la cosecha, que es la conclusión de un sistema de cosas, los ángeles recogerían toda la mala hierba, la atarían en manojos y la arrojarían al fuego. El Cuerpo Gobernante afirma que los ángeles entraron en acción en 1914, que todos los falsos cristianos fueron expulsados de la congregación de Cristo y que el trigo, es decir, los hijos del reino, se distinguieron de la mala hierba hace ya 100 años.

Aparentemente, muy pocos testigos de Jehová se han dado cuenta de lo absurda que es la enseñanza de la Watchtower. Lo que dice la Sociedad es que, aunque los Estudiantes de la Biblia ya se habían separado de las iglesias y eran distintos, de alguna manera se distinguieron por completo entre 1914 y 1919. La mala hierba había sido condenada. Pero tendría que pasar más de un siglo y contando para que este grupo llorara, crujiera sus dientes y fuera arrojado al fuego durante la gran tribulación. Sin mencionar que aquellos que originalmente fueron distinguidos como mala hierba murieron naturalmente sin ninguna intervención angelical. Además, aparentemente, los ángeles acumulan año tras año más y más mala hierba y han estado esperando la orden de arrojarla al fuego por más de un siglo. Realmente todo esto es absurdo y no tiene ningún sentido. La parábola de Jesús nos muestra que esta separación y su ejecución son definitivas, sobre una sola generación y relativamente rápidas, no que se tarda más de 100 años entre la supuesta separación y la destrucción. A pesar de su terrible error, la Watchtower continúa balbuceando estas tonterías. De hecho, no pudieron resistirse a mencionarlo en su publicación Pure Worship:

‘’Tal como Jesús había predicho en su ilustración del trigo y la mala hierba, durante mucho tiempo había sido imposible distinguir el trigo de la mala hierba, los verdaderos cristianos ungidos de los impostores. Ahora, sin embargo, la temporada de cosecha había llegado en 1914, y la distinción era clara. Durante décadas antes de 1914, los fieles Estudiantes de la Biblia habían estado exponiendo los graves errores de la cristiandad y estaban comenzando a separarse de esa organización corrupta. Era el tiempo de Jehová para restaurarlos por completo. Entonces, a principios de 1919, apenas unos años después de “la temporada de cosecha”, el pueblo de Dios fue completamente liberado del cautiverio en Babilonia la Grande. ¡El exilio había terminado!’’ (Página 105)

El hecho es que todavía es imposible distinguir a los cristianos ungidos genuinos de los impostores. Solo Jehová sabe quién le pertenece. Al igual que los superapóstoles se disfrazaban de ministros de justicia y los corintios no se daban cuenta de su verdadera naturaleza, la mala hierba está floreciendo mucho entre los testigos de Jehová. La Segunda Venida de Cristo iniciará la cosecha y los rebeldes serán eliminados. O como dijo Jesús: “El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y ellos sacarán de su Reino todas las cosas que llevan al pecado y a las personas que violan la ley, y las arrojarán en el horno de fuego. Ahí es donde llorarán y apretarán los dientes. En ese tiempo, los justos brillarán en el Reino de su Padre tanto como el sol. El que tenga oídos, que escuche con atención.’’

Los he juzgado, les he dado a conocer los juicios de Jehová. Sin embargo, se han negado a escuchar. Ellos siguen orando. Pero evidentemente, Dios no está escuchando.