PREGUNTA: ¿Cuál es tu opinión sobre la respuesta a la pregunta de los lectores de la revista La Atalaya de junio de 2016? La cual dice: ‘’ En la visión de Ezequiel, ¿a quiénes representan el hombre con un tintero de secretario y los otros seis con armas desmenuzadoras?’’

RESPUESTA: El reciente “ajuste” de la Watchtower es correcto. El hombre con un tintero y los seis hombres con armas desmenuzadoras simbolizan a los ángeles que están involucrados tanto en la salvación de los justos como en la ejecución de los malvados. Y también es cierto que la destrucción de Jerusalén fue llevada a cabo por Babilonia.

Sin embargo, el relativamente trivial “ajuste” de la Watchtower tiene varios errores. Según el artículo, la Jerusalén apóstata representa a la cristiandad y al mundo en general que será destruido en Armagedón. Eso no es verdad. Por ejemplo, ¿Por qué debería el pueblo de Jehová gemir y lamentarse por las cosas detestables que tienen lugar en la cristiandad? Hay una gran cantidad de personas que están descorazonadas y disgustadas con la religión, pero, ¿Las hace esto querer acercarse a Dios o calificar para ser marcadas para salvación? Obviamente no.

Si tomamos toda la profecía en consideración, esta apunta indiscutiblemente al juicio de la casa de Dios, no al de la cristiandad. Esto es evidente por el hecho de que Jehová hizo que Ezequiel contemplara en una visión todas las cosas malas que se estaban realizando en el templo de Jehová en Jerusalén. Esa ciudad, y sobre todo el templo, eran el lugar donde Jehová hizo que su nombre residiera.

A pesar de que Ezequiel no era sacerdote en el templo – él estaba en exilio en Babilonia en ese momento – Jehová lo cogió por un mechón de su cabello y lo llevó por el espíritu a ver a través de las paredes del templo las cosas repugnantes que estaban haciendo los sacerdotes de Jehová. Por lo tanto, la maldad no era manifiesta. Estaba oculta dentro de las paredes del santuario.

Como los testigos de Jehová saben bien, las Escrituras establecen un orden para el juicio venidero. El apóstol Pedro explicó: “Porque es el tiempo señalado para que el juicio comience con la casa de Dios. Ahora bien, si comienza primero con nosotros, ¿cuál será el fin de los que no son obedientes a las buenas nuevas de Dios?’’ (1 Pedro 4:17).

La profecía del secretario con un tintero confirma este orden, ya que los seis destructores simbólicos recibieron un mandato que decía: ‘’ desde mi santuario deben comenzar”. Así que comenzaron con los viejos que estaban delante de la casa. Y además les dijo: “Contaminen la casa y llenen los patios con los muertos. ¡Salgan!”. Y ellos salieron e hirieron en la ciudad. ’’

Tenga en cuenta que la destrucción de “Jerusalén” es también la característica central de la profecía detallada de Jesús en relación con la conclusión del sistema de cosas y su parusía. Cristo indicó que sus seguidores tendrían que tomar una acción decisiva para salvar sus vidas al ver la cosa repugnante de pie en un lugar santo.

Según el profeta Daniel, que estaba en cautiverio en Babilonia junto con Ezequiel, el santuario del Príncipe de príncipes junto con el rasgo constante de la adoración en el templo de Jehová iban a ser desolados por el último rey. De hecho, el ángel identificó al lugar santo que está destinado a ser desolado durante el tiempo del fin cuando dijo: ¿Cuánto durará la visión del [rasgo] constante y de la transgresión que causa desolación, para hacer tanto [del] lugar santo como [del] ejército cosas para hollar?”

Obviamente, la transgresión no es hecha por el rey de fiero semblante que trae desolación, sino por los “sacerdotes” en el santuario. Y Cristo, sin duda, tenía ese pasaje del libro de Daniel en mente cuando dijo: ‘’Por lo tanto, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo (use discernimiento el lector) ‘’.

El apóstol Pablo también reveló que un impostor asumiría el control de la casa de Dios. Este sería una entidad maligna a quien Pablo identifica como el hombre del desafuero. Antes de tomar para sí mismo el trono de Dios, el hombre del desafuero promueve una falsa parusía. Es por eso que Pablo advirtió a los hermanos que no  se alarmaran o fueran sacudidos de su razón si oían o leían proclamaciones de autoridad – incluso si eran supuestos mensajes de los mismos apóstoles – declarando que la parusía había comenzado y el día de Jehová estaba aquí. Pablo dijo explícitamente que el día de Jehová no llegaría a menos que primero viniera la apostasía y el hombre del desafuero, también conocido como el hijo de la destrucción, fuera revelado.

Pablo pasó a explicar que si bien el hombre del desafuero existe antes de ser revelado, su presencia desaforada no es reconocida como tal, sólo el  misterio de este desafuero (que) ya está obrando. ’’ Sin duda, la revelación del hombre del desafuero coincidirá con la aparición  de la cosa repugnante de pie en un lugar santo.

En la práctica, sin duda, la Watchtower ha sido la fuente de muchas proclamaciones en los últimos 138 años diciendo que parusía ya ha comenzado y que el día de Jehová está aquí. (Sólo para hacer énfasis en este punto, los primeros números de la Atalaya declararon que la presencia de Cristo había comenzado en 1874. Por otra parte, hasta hace relativamente poco la Watchtower enseñaba que el día de Jehová había comenzado en 1914.)

Y “el misterio de este desafuero” es detectable en muchos aspectos, tales como la exaltación de la propia Watchtower y el Cuerpo Gobernante en particular, lo que es idolatría; La afiliación de la Watchtower como ONG a las Naciones Unidas y su hipocresía repugnante en la proclamación de su aversión al abuso de menores mientras protegen a los pedófilos y aplastan a sus víctimas, e incluso la extraña aparición de imágenes subliminales demoníacas en literatura de la Watchtower, es un indicio revelador de la existencia de una presencia satánica, que después de todo, es la fuente de autoridad del hombre del desafuero, tal como Pablo dijo: ‘’ Pero la presencia del desaforado es según la operación de Satanás con toda obra poderosa y señales y portentos presagiosos mentirosos.’’

Pero la predicha apostasía aún está por venir. Es muy probable que la facción desaforada dentro de la Watchtower haga una alianza con el nuevo orden mundial después del venidero colapso del sistema. Esa será una muestra de que la cosa repugnante está de pie donde no debe, en el lugar de Cristo.

En armonía con lo que el apóstol escribió sobre el inicuo siendo revelado en relación con la presencia o manifestación de Cristo, la visión de Ezequiel sobre el templo y los destructores se basa en la interacción del profeta con la manifestación de un ser glorioso, a quien el impresionado profeta describe de esta manera: Y empecé a ver, y, ¡mire!, una semejanza similar a la apariencia del fuego; desde la apariencia de sus caderas aun hacia abajo había fuego, y desde sus caderas aun hacia arriba había algo como la apariencia de un resplandecer, como el fulgor del electro.’’

A menudo, los ángeles se materializaron como hombres, como cuando dos “hombres” vestidos de blanco aparecieron entre los discípulos que estaban buscando a Cristo cuando él ascendió al cielo. La pregunta que debe ser considerada es ¿Cuál es el significado de la gloriosa aparición sobrehumana, una experiencia que Daniel también tuvo, así como el apóstol Juan en Apocalipsis? En la experiencia del apóstol la figura resplandeciente es definitivamente Jesucristo. Siendo eso cierto, la interacción de Ezequiel con un hombre deslumbrante de fuego, así como su interacción con el imponente carro de fuego y su conductor entronizado, significa que las visiones que experimentó han de encontrar su realización final durante la gloriosa y visible presencia de Cristo.

En el capítulo 10 de Ezequiel el carro celeste aparece al atalaya de Jehová una vez más. Esta vez, sin embargo, la atención se centra en el conjunto de ruedas. Él escribió: Y continué viendo, y, ¡mire!, sobre la expansión que estaba sobre la cabeza de los querubines había algo como la piedra de zafiro —como la apariencia de la semejanza de un trono— que aparecía sobre ellos.  Y él procedió a decir al hombre que estaba vestido del lino, hasta a decirle: “Entra entre el rodaje, debajo de los querubines, y llena los huecos de tus dos manos con brasas de fuego de entre los querubines, y arrója[las] sobre la ciudad”. De manera que él entró delante de mis ojos. Y los querubines estaban de pie a la derecha de la casa cuando el hombre entró, y la nube llenaba el patio interior. Y la gloria de Jehová procedió a levantarse desde los querubines hasta el umbral de la casa, y gradualmente la casa se llenó de la nube, y el patio mismo estaba lleno del resplandor de la gloria de Jehová. Y el sonido mismo de las alas de los querubines se hizo oír hasta el patio exterior, como el sonido de Dios Todopoderoso cuando habla. Y aconteció que, cuando él mandó al hombre vestido del lino, y dijo: “Toma fuego de entre el rodaje, de entre los querubines”, este procedió a entrar y a plantarse al lado de la rueda. Entonces el querubín alargó la mano de entre los querubines al fuego que estaba entre los querubines y [lo] llevó y [lo] puso en los huecos de las manos del que estaba vestido del lino, quien ahora [lo] tomó y salió.  Y se vio en pertenencia de los querubines la representación de una mano de hombre terrestre debajo de sus alas. ’’

Existe un interesante paralelo entre la visión de Ezequiel y el capítulo 8 de Revelación. Inmediatamente después de la apertura del séptimo sello Juan vio a: otro ángel y se puso de pie junto al altar, teniendo una vasija de oro para el incienso; y se le dio una gran cantidad de incienso para que lo ofreciera con las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono.  Y el humo del incienso ascendió de la mano del ángel con las oraciones de los santos delante de Dios. Pero inmediatamente el ángel tomó la vasija del incienso, y la llenó del fuego del altar y lo arrojó a la tierra. Y ocurrieron truenos y voces y relámpagos y un terremoto. Y los siete ángeles con las siete trompetas se prepararon para tocarlas. ’’

¿Qué representa el fuego del ángel que se arroja sobre la tierra? Simboliza la destrucción de la organización terrenal de Dios. Esa destrucción es representada por los males asociados con las primeras cuatro trompetas, que han sido consideradas en detalle en el capítulo concerniente a Revelación en el libro Jehová Mismo Ha Llegado A Ser Rey.