Un análisis del tercer capítulo de Miqueas.

Cuando publiqué la primera edición de Jehová mismo ha llegado a ser rey hace 20 años, no tenía del todo claro cómo se aplicaban ciertos aspectos de la profecía de Miqueas a la Watchtower. De hecho, tampoco lo tenía claro en la edición final de 2016. Ahora, en cambio, en 2025, sí lo tengo claro.

Desde la pandemia y la promoción de las vacunas de ARN mensajero por parte del Cuerpo Gobernante, está claro que los testigos de Jehová fueron vendidos por dinero. Debido a que las vacunas no eran seguras ni eficaces, un número incalculable de testigos de Jehová han muerto y morirán por complicaciones. Debido a ello, los líderes de la Watchtower se han vuelto culpables de derramamiento de sangre.

Se designó a Miqueas para que le indicara a Jacob su rebelión y a Israel su pecado. Mi misión es similar: indicarle a la Watchtower su apostasía. Miqueas 3:8-10 dice: “Pero yo, gracias al espíritu de Jehová, estoy lleno de poder —también de justicia y de fuerza— para comunicarle a Jacob su rebelión y a Israel su pecado. Oigan esto, por favor, jefes de la casa de Jacob, y ustedes, comandantes de la casa de Israel, que detestan la justicia y tuercen todo lo que está derecho, que construyen Sion con derramamiento de sangre y Jerusalén con injusticia”.

Aunque Miqueas originalmente habló contra los líderes de Israel y los reyes de Jerusalén —el pueblo pactado de Dios—, la denuncia de Jehová está, en realidad, dirigida a los “comandantes” del cristianismo. Eso se debe a que la congregación de Cristo se originó en Jerusalén, también conocida como Sión. Y los problemas de Dios con los “comandantes” no se resolverán hasta la parte final de los días, mucho después de que el Israel carnal dejara de ser el pueblo de Dios.

¿No es cierto que la Watchtower afirma ser la Sión terrenal? De hecho, inicialmente la revista insignia de la organización se llamaba La Atalaya de Sión. Siendo así, la profecía de Miqueas confirma que los edificadores de Sión son culpables de derramamiento de sangre.

El hecho de que los cabezas y comandantes sean superintendentes cristianos debería ser evidente por el hecho de que unos cuantos versículos más adelante el capítulo 4 dice: “En la parte final de los días, la montaña de la casa de Jehová será firmemente establecida por encima de la cumbre de las montañas y será elevada por encima de las colinas, y a ella afluirán pueblos”.

Los testigos de Jehová han sido engañados al hacerlos creer que la parte final de los días comenzó en 1914 y que el aumento numérico en el número de “publicadores” cumple esa profecía (que también se encuentra en el capítulo 2 de Isaías). Jehová previó este engaño, y por eso está escrito: “Esto es lo que dice Jehová contra los profetas que están descarriando a mi pueblo, que proclaman ‘¡Paz!’ cuando tienen algo que masticar con los dientes pero le declaran la guerra al que no les pone nada en la boca: ‘Van a tener noche; no habrá ninguna visión; para ustedes solo habrá oscuridad, no adivinación. El sol se pondrá para los profetas y el día se oscurecerá para ellos. Los hombres de visiones quedarán avergonzados, y los adivinos, desilusionados. Todos tendrán que cubrirse la boca, pues no habrá respuesta de parte de Dios’” (Miqueas 3:5-7).

Los comandantes de la Watchtower se jactan de residir en un paraíso espiritual, de practicar la “adoración pura”, de estar en unidad y en paz con Dios. Pero cuando el Cuerpo Gobernante proclamó que Jehová había provisto las vacunas y que Dios sabe qué es lo mejor, en esencia le declararon la guerra a los ancianos que pudieran expresar sus reservas con respecto a que el rebaño se inyectara la vacuna no probada. Los ancianos fueron amenazados con ser destituidos si no se sometían al plan del Cuerpo Gobernante de sacar provecho de la pandemia promoviendo el programa de vacunación de la OMS.

Los comandantes afirman que la luz se hace cada vez más brillante. Se supone que es un proceso ininterrumpido. Así lo dice Proverbios. Será un gran shock cuando la luz se convierta en oscuridad, como si el sol se pusiera prematuramente. ¿Cómo se oscurecerá el sol metafórico para los dizque profetas? Los hombres de visiones quedarán en vergüenza cuando todas las cosas que han declarado que se han cumplido desde 1914 (guerra mundial, hambre, epidemias, etc.) ocurran en el futuro.

¿No es cierto que el Cuerpo Gobernante se ha declarado a sí mismo como el esclavo fiel y discreto, aunque Jesús lo planteó como una pregunta sin respuesta cuando dijo: “¿Quién es en realidad el esclavo fiel y prudente a quien su amo puso a cargo de los sirvientes de la casa para darles su alimento al tiempo debido?” (Mateo 24:45).

No les corresponde a los nombrados para alimentar a los domésticos del amo declararse fieles y discretos. La respuesta a la pregunta de Cristo, “¿quién es realmente el esclavo fiel?”, no llegará hasta que el Hijo del Hombre haga una inspección sorpresa y emita su juicio final. Aun así, el presunto esclavo no permite un resultado desfavorable.

El autodeclarado esclavo fiel y discreto incluso presume que dará “instrucciones que salvarán vidas” durante la oscuridad de la tribulación. Dios está con ellos y siempre lo estará, aunque esté escrito: “no habrá respuesta de parte de Dios” para ellos.

En las últimas décadas, la Watchtower se ha convertido en un negocio, cuyo principal objetivo es el dinero. Los abogados de la Sociedad luchan contra los supervivientes de abuso infantil para evitar que los arrastren a los tribunales. La organización desaloja a congregaciones enteras de los Salones del Reino que los testigos de Jehová construyeron con sus propias manos y que dedicaron a Jehová, y luego los vende en el mercado inmobiliario en auge. A los testigos de Jehová se les trata como a niños y se les dice que deben someterse al orden teocrático, aunque se les esté estafando y desposeyendo. Ahora, la organización está invirtiendo su botín mal habido en varios fondos de cobertura administrados por la Watchtower. Mientras tanto, proclaman que Jehová está con ellos y que se salvarán de la tribulación que se avecina. Es como si Jehová les dijera: ¿están seguros?: “Sus líderes juzgan a cambio de un soborno, sus sacerdotes enseñan por un pago y sus profetas practican la adivinación por dinero. Aun así, se apoyan en Jehová y dicen: ‘¿Acaso no está Jehová con nosotros? A nosotros no nos caerá encima ninguna calamidad’” (Miqueas 3:11).

Dios tiene la intención de cambiar la deplorable condición espiritual de aquellos a quienes él llama “mi pueblo”, como la que se describe en este lapso de versículos: “Pero ustedes odian el bien y aman el mal; a mi pueblo le arrancan la piel y la carne de sus huesos. Se comen también la carne de mi pueblo; le arrancan la piel, rompen sus huesos, los destrozan, como lo que se cocina en una olla, como carne en una olla” (Miqueas 3:2, 3).

Tal como se mencionó anteriormente, aquellos que despellejan al pueblo de Dios y en sentido figurado se comen su carne deben ser supervisores cristianos al momento de la inspección y la restauración final de Cristo en la parte final de los días.

Tome nota de que el último versículo del capítulo 3 de Miqueas pasa al primer versículo del capítulo 4 así: “Así que, por culpa de ustedes, Sion será arada como un campo, Jerusalén se convertirá en montones de ruinas y la montaña de la Casa será como una colina cubierta de árboles. En la parte final de los días, la montaña de la casa de Jehová será firmemente establecida por encima de la cumbre de las montañas y será elevada por encima de las colinas, y a ella afluirán pueblos”.

La destrucción de la Sión terrestre precede claramente al establecimiento de la exaltada montaña celestial de la casa de Jehová en la parte final de los días. Hasta hace unas décadas, ciertos escritores de la Watchtower, entre quienes muy probablemente estaba Fred Franz, reconocían este orden de los acontecimientos. Así lo declara incluso La Atalaya del 15 de junio de 1982, en un artículo titulado “La adoración del único Dios verdadero ya está siendo exaltada”. Los primeros tres párrafos dicen:

“LA I GUERRA Mundial fue un tiempo de oscuridad como el cual la humanidad nunca antes había experimentado uno. Fue como si los poderes de la oscuridad hubieran dominado universalmente. Pareció como si ‘el gobernante del mundo’ hubiera triunfado. (Juan 14:30) Cuando su imperio mundial de religión falsa, incluso la cristiandad, patrióticamente apoyó a las naciones enloquecidas por la guerra, se ejerció tremenda presión en toda gente religiosa. Por eso, hasta la adoración del único Dios vivo y verdadero decayó. Los que la apoyaban fueron perseguidos y quedaron bajo restricciones, hasta el punto de ser encarcelados. La condición de ellos llegó a ser calamitosa, como la que se describe en Miqueas 3:12:

2‘Sión será arada como un simple campo, y Jerusalén misma llegará a ser simples montones de ruinas, y la montaña de la casa [el templo] será como los lugares altos de un bosque’… como un campo abandonado y cubierto con mucha vegetación tan alta como árboles debido a haber pasado muchísimo tiempo.

3 Parecía como si hubiera llegado el fin… para todo el sistema de cosas de la Tierra. Los adoradores del Dios de la Biblia se resignaron a aquella manera de ver los asuntos, pues llegaron a ser ‘objetos de odio de parte de todas las naciones’”.

Ahora, sin embargo, no se menciona que Sión fue arada como un campo durante la Primera Guerra Mundial. Lo más probable es que los profetas de Betel se dieran cuenta de lo tenue que era esa interpretación y cómo podría llevar a algunos a cuestionar su autenticidad. Aun así, el orden bíblico es innegable. Según Miqueas, Sión primero será arada como un simple campo, y luego la montaña de la casa de Jehová será elevada por encima de las colinas.

Irónicamente, Fred Franz tenía razón. La Jerusalén terrenal se convertirá en un montón de ruinas antes de que se establezca el Reino de Jehová como refugio. Y si le creemos a Jesús, “Jerusalén” quedará desolada durante la gran tribulación. ¿Con qué frecuencia han leído estas palabras los testigos de Jehová? “Ahora bien, cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos acampados, sepan entonces que se ha acercado su devastación. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a las montañas; los que estén en medio de Jerusalén, que se vayan de allí, y los que estén en el campo, que no entren en ella. Porque estos son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. ¡Ay de las mujeres que estén embarazadas o amamantando en esos días! Porque habrá gran angustia en esta tierra y habrá ira contra este pueblo. Y caerán muertos a filo de espada y serán llevados prisioneros a todas las naciones; y Jerusalén será pisoteada por las naciones hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones” (Lucas 21:20-24).

Aunque Lucas no menciona la gran tribulación en relación con la desolación de Jerusalén, el relato de Mateo sí lo hace. Por lo tanto, la pregunta para los cristianos razonables es: ¿Qué representa “Jerusalén”?

La profecía de Miqueas indica que es la organización terrestre de Jehová la que se ha rebelado contra él. Puesto que Fred Franz ya ha identificado a la Watchtower como la Sión que supuestamente fue arada como un campo, pero esta nunca ha sido repudiada, podemos esperar que la organización Watchtower se convierta en montones de ruinas en el futuro cuando “Jerusalén” sea desolada.