Durante todo el día del 11 de Septiembre del año 2001, mientras se repetían vez tras vez las imágenes por los medios de difusión del colapso de las Torres Gemelas, parecía como si se hubiera detenido el mundo el tiempo suficiente como para dar a todos la oportunidad de tener una visión real del terror colectivo que privó en ese día. Por un corto periodo de tiempo los mercados financieros del mundo se convulsionaron; parecía que el futuro mismo de Los Estados Unidos estuviera en duda. Aunque la convulsión ha pasado y el país ha vuelto a la normalidad, la seguridad que el pueblo NorteAmericano conocía antes del 11de Septiembre terminó para siempre. Esta seguridad fue reemplazada por el reconocimiento de cuán frágil y vulnerable la nación más poderosa del mundo es.
Para aquellos que estamos interesados en el desarrollo y cumplimiento de las profecías bíblicas, los trágicos acontecimientos del 11 de Septiembre deben motivarnos a cuestionar nuestras creencias y suposiciones respecto al cumplimiento de ciertas profecías que tienen que ver con el rey Anglo-Americano. Sin duda alguna, la Sociedad Watchtower nos ha revelado un entendimiento bastante respetable de las profecías bíblicas; pero; a diferencia de la doctrina donde podemos tener una seguridad bastante razonable, la profecía es más incierta, no podemos hablar en los mismos términos absolutos respecto a las profecías, tal y como hacemos con las doctrinas. El grado de confiabilidad entre las enseñanzas bíblicas básicas y la interpretación de acontecimientos que tal vez aún no han sucedido es muy diferente.
Por ejemplo, Revelación 13:3 nos dice: “Y vi una de las cabezas de ella como muerta por degüello, pero su golpe de muerte fue sanado, y toda la tierra siguió a la bestia salvaje con admiración”.
La interpretación que la Sociedad Watchtower da a este versículo parece ser bastante razonable, pues se nos dice que la cabeza que fue degollada fue la del imperio Anglo-Americano. Esto parece tener sentido en vista de la revelación que dio el ángel al apóstol Juan, pues en Revelación 17:10 leemos: “Y hay siete reyes: cinco han sido, uno es, el otro aún no ha llegado pero cuando llegue tiene que permanecer un poco de tiempo”.
Los cinco reyes que habían caído antes del Primer Siglo son aquellos que se mencionan en la Biblia y que habían dominado al pueblo de Dios. Ellos son: Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia y Grecia. Aquel que “Es” era el rey Romano que dominaba al mundo en el tiempo en que se le dio la revelación al apóstol Juan. Este “religioso” rey Romano dominó al mundo por medio de la Iglesia Católica Romana por mucho más tiempo del que los historiadores reconocen como la caída oficial del imperio Romano. Con el tiempo, una ex-colonia del imperio Romano,- el imperio Británico,- Tomó el lugar de éste, hasta convertirse en el rey del Siglo XX. El rey que “Aún no ha llegado”, – desde el punto de vista de Juan,- resultó ser el rey Anglo-Americano.
Pero la pregunta que debemos considerar es si la profecía que predice el golpe mortal a una de las cabezas de la bestia se ha cumplido ya, pues la profecía pronostica un golpe mortal a esta cabeza, para después ser sanada y restaurada. En el libro “Apocalipsis…¡Se Acerca su Magnífica Culminación!” publicado en 1988, la Sociedad Watchtower presenta una explicación bastante convincente de que esta profecía se cumplió en el tiempo de la Primera Guerra Mundial. Pero, ¿Es verdad eso?, ¿Está ésta explicación en armonía con los hechos históricos? y algo aún mucho más importante: ¿Está ésta explicación en armonía con la profecía?
Según el comentario de la Sociedad Watchtower, la Primera Guerra Mundial fue devastadora para todo el sistema político mundial por la impresionante pérdida de vida y de recursos que ésta acarreo. Según esta interpretación, parece ser que el mundo estuvo a punto de terminar…..para después volver a la vida. Sin duda alguna, la Primera Guerra Mundial fue una catástrofe enorme para las naciones de Europa. Pero, ¿Fue ese el verdadero cumplimiento de dicha profecía? Si esto fue así, entonces podemos preguntarnos por qué la Segunda Guerra Mundial, que fue mucho más grande y destructiva que la Primera, no fue, de manera más especial y justificada, el cumplimiento de la profecía que prostica que la potencia mundial que forma parte de la bestia política de Satánas sufre un golpe catástrofico y mortal.
En lo que respecta a la participación de Los Estados Unidos en la guerra, podemos decir que la Primera Guerra Mundial no fue tan costosa como la Guerra Civil Norteamericana, o la Segunda Guerra Mundial. En términos de vidas, Los Estados Unidos perdieron en la Primera Guerra Mundial aproximadamente la misma cantidad de soldados que en la Guerra de Vietnam.
Uno de los problemas a los que nos enfrentamos en la interpretación actual de esta profecía tiene que ver con el hecho que la alianza Anglo-Americana aparentemente se formó casi al final de la guerra. Al principio de la guerra, la posición de Los Estados Unidos era de neutralidad, pero cuando el barco Británico Lusitania fue hundido por un barco de guerra Alemán, matando a 120 pasajeros NorteAmericanos, la opinión pública se fue manifestando a favor de la guerra, hasta que Los Estados Unidos entraron en este conflicto bélico al lado de Francia y La Gran Bretaña en 1917.
Ahora nos preguntamos: ¿Cuáles son las posibilidades que la Palabra de Dios nos muestre al rey Anglo-Americano siendo muerto por una espada al tiempo en que esta alianza se estaba formando por primera vez? Esto no parece muy razonable. Además, los gobiernos de Gran Bretaña y Estados Unidos en ningún momento estuvieron en peligro de ser derrocados durante la Primera Guerra Mundial. Simple y sencillamente no había inestabilidad política en Washington o Londres durante, ni después de la Primera Guerra Mundial. De hecho, de todos los gobiernos Europeos, solo el gobierno de la Rusia Zarista fue el único que recibió lo que podría llamarse un golpe de muerte; gobierno que, como todos sabemos, fue derrocado por el movimiento Bolchevique de 1917.
Debido a que la Segunda Guerra Mundial fue mucho más devastadora que la Primera, no podemos afirmar que la destructividad de la Primera Guerra Mundial de 1914 haya llenado los requisitos necesarios para que se cumpliera esta extraordinaria profecía. De hecho, parece ser que la Primera Guerra Mundial en vez de debilitar al victorioso dúo Anglo-Americano, lo fortaleció tanto política como militarmente, y; debido a que no podemos señalar ningún hecho histórico durante las guerras del Siglo XX donde la potencia Anglo-Americana haya sido arruinada, podemos concluir que esta profecía aún no se ha cumplido.
“La Bestia Salvaje Que Asciende Del Abismo”
El apóstol Pedro escribió: “Porque ustedes saben que ninguna profecía de La Escritura proviene de interpretación privada alguna”. Esto significa que cuando tratamos de interpretar alguna profecía, tenemos que tomar en cuenta que la profecía se origina en la mente de Jehová Dios. Siendo esto así, solo puede haber una interpretación correcta que pueda satisfacer la exactitud de la Palabra de Dios.
Debido a que todas las profecías bíblicas están interrelacionadas, la primera asignación de un aspirante a intérprete debe ser el de descubrir patrones o algún común denominador en la “superficie” de alguna profecía. El lograr tener una panorámica general de alguna profecía bíblica puede compararse con el armar un rompecabezas. Al igual que en un rompecabezas, al principio las piezas que se consideran parecen ser las correctas en el lugar correcto, pero, conforme va emergiendo la forma cada vez más completa de la imagen que tratamos de construir, llegamos a la conclusión que algunas piezas no están en el lugar que creíamos era el correcto, y cuando estamos por terminar el rompecabezas nos damos cuenta que la imagen que tenemos está distorsionada.
Así sucede cuando tratamos de interpretar alguna profecía. Hace años parecía que nuestra interpretación de ciertas profecías eran correctas; sin embargo, cuando vemos a la Primera Guerra Mundial alejarse cada vez más y más de nuestros días, nos damos cuenta que es necesario reexaminar nuestra interpretación, pues nuevos sucesos no previstos nos hacen poner en duda una interpretación que ya habíamos dado por sentada, pues ciertas cosas no encajan en el panorama actual. Es tan absurdo insistir de una manera dogmática que algo es cierto cuando en verdad no lo es, como lo es el querer colocar una pieza del rompecabezas en un lugar en el que no corresponde. El querer forzar a que la Palabra de Dios signifique algo que no significa es violentarla, y el resultado de dicha acción solo puede resultar en una visión pobre y distorsionada de lo que queremos saber.
Un ejemplo claro de cómo hemos tratado de forzar una pieza en el lugar que no corresponde dentro del rompecabezas profético, puede verse en la interpretación actual que la Sociedad Watchtower da al texto de Revelación 11.7, donde se nos dice: “Y cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará.”
De acuerdo con la interpretación oficial de la Sociedad Watchtower, la bestia que asciende del abismo es el entero sistema político de Satánas que volvió a la vida después de haber recibido un golpe mortal, producto de la devastación causada por la Primera Guerra Mundial. Notémos ahora que Revelación 17:8 también nos habla de una bestia que sale del abismo, pues leemos: “La bestia salvaje que viste era, pero no es y no obstante está por ascender del abismo y ha de irse a la destrucción”.
De cualquier forma, la bestia salvaje que encontramos en el capítulo 17 del libro de Revelación ha sido interpretada como la Liga de Naciones, la cual sufrió un golpe de muerte durante la Segunda Guerra Mundial, para después volver a la vida bajo el nombre de Naciones Unidas. Por lo tanto, en dos lugares diferentes del libro de Revelación, la Palabra de Dios nos habla de una bestia salvaje que asciende del abismo. El gran problema que tenemos es que la Sociedad Watchtower ha interpretado a estas bestias salvajes como dos entidades completamente diferentes, a pesar que ambas provienen del abismo. Sin embargo, preguntémonos: ¿Cuán razonable es que Dios haya querido que estas bestias simbolizaran dos entidades diferentes a las que se les hiere de muerte en dos ocasiones diferentes?, ¿Es qué acaso no es este un claro ejemplo de interpretación privada de una profecía, en clara violación a la armonía natural que existe en la Palabra Profética de Dios? ¡¡Por supuesto que si lo es!! Ahora preguntémonos: ¿Cómo podemos resolver esta discrepancia y permitir que la Palabra de Dios se interprete a sí misma? La única manera como podemos hacer esto es buscando la armonía que existe entre el cumplimiento de varias profecías bíblicas y asegurándonos que nuestra interpretación y entendimiento estén de acuerdo con los hechos históricos y con la realidad en que vivimos.
Primeramente, recordemos que los acontecimientos que se mencionan en el libro de Revelación ocurren en un periodo de tiempo conocido como “El Día del Señor”. Pero, ¿Qué significa la expresión “El Dia del Señor”?
El Día del Señor es lo mismo que El Día del Juicio. Es el día cuando a Jesucristo se le da el poder total como Rey y Juez del mundo y comienza a juzgar a las naciones y a la humanidad.
Ahora nos pregúntamos: ¿Ha empezado ya el Día del Señor? O poniéndolo de otra manera: ¿Ha llegado ya el Día del Juicio Final? Para poder contestar esta pregunta, consideremos lo que el apóstol Pablo nos dice acerca del Dia del Señor: En la Primera Carta a los Corintios 1:7-9, él escribió:“Mientras aguardan con intenso anhelo la revelación de nuestro Señor Jesucristo. Él también los hará firmes hasta el fin para que no estén expuestos a ninguna acusación en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios por quien fueron llamados a tener participación con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor”.
Las palabras inspiradas de Pablo relacionan al Día del Señor con el Día del Juicio que precede al fin de este mundo. Si Jesucristo hace firmes a sus seguidores unguidos hasta el fin, -De manera que no estén expuestos a ninguna acusación por parte de él durante el Día del Juicio-, es entonces evidente que el Día del Señor es cuando el mundo es acusado y juzgado según sus hechos. Obviamente, esto aún no ha sucedido.
En 1 Corintios 5:5 Pablo hace referencia nuevamente al Día del Señor, donde dice: “A fin de que el espíritu sea salvado en el Día del Señor.” Debido al hecho que nadie tiene su salvación asegurada en este momento, no podemos decir de manera honrada que el Día del Señor ha llegado ya.
Pero, ¿Cómo se juzgará a las naciones y a la humanidad en general?, ¿ Qué normas usará Dios para determinar quién es digno de salvación, y quién es merecedor de destrucción eterna? La respuesta a esta pregunta es importantísima y de extrema relevancia en el asunto que tiene que ver con “La bestia que sale del abismo”
“Sus Nombres No Están Escritos En El Rollo De La Vida”
En el libro de Revelación se nos menciona la base que Dios usa para determinar su juicio y tiene que ver con la adoración que la gente da a la bestia salvaje que fue resuscitada y a su imagen. En lo que se refiere a la salvación que se otorga a los hijos unguidos de Dios, Revelación 15:2 se refiere a áquellos que “Salen victoriosos de la bestia salvaje y de su nombre y del número de su nombre.” Revelación 20:4 también nos habla de aquellos que fueron muertos por “Hablar acerca de Dios y los que no habían adorado a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano.”
De manera opuesta, se nos dice que aquellos que reciben un juicio adverso son aquellos que “admiran con gran admiración” a la bestia salvaje resuscitada. Revelación 15:2 nos dice que “Todos los que moran en la tierra la adorarán; y que el nombre de ninguno de estos está escrito en el rollo de la vida del Cordero que fue degollado desde la fundación del mundo.” Revelación 17:8 también emite un juicio similar, pues nos dice: “Y cuando vean como la bestia salvaje era, pero no es, y no obstante, estará presente, los que moran en la tierra se maravillarán con admiración, pero sus nombres no han estado escritos en el rollo de la vida desde la fundación del mundo.”
Es indudable que aquellos que reciben ” La marca” de la bestia son descalificados para vivir bajo el reino de Dios. Por lo tanto, la marca de la bestia representa el juicio irreversible de Dios. Aquellos que adoran a la bestia salvaje reciben un tatuaje simbólico permanente que los identifica ante los ojos de Jehová como merecedores de muerte. Lo que debemos de observar es que la adoración a esta bestia ocurre después del recuperamiento milagroso de lo que parecía una herida mortal.
Ahora debemos hacernos una pregunta pertinente: Si la condena irrevocable de Dios viene sobre aquellos que adoran a la bestia salvaje, ¿Cómo es que mucha gente desde el Siglo XX, y aún hasta nuestros días, que han estado muy activos en la política logran arrepentirse y servir a Dios? De acuerdo con la Palabra de Dios, solo puede haber dos bandos, y; por lo tanto, solo puede haber dos resultados y no hay lugar para la neutralidad. Es obvio que una persona o tiene la marca o no la tiene; así de sencillo. Si la persona tiene la marca no hay forma que ésta pueda deshacerse de ella. Esto es evidente, pues la Palabra de Dios nos dice que “Una úlcera perjudicial y maligna llegó a estar sobre los hombres que tenían la marca de la bestia salvaje y que adoraban su imagen”. Los tazones posteriores de la ira de Dios son derramados sobre aquellos que tienen la marca de la Bestia Salvaje, y notamos que aquellos que tienen las úlceras son aquellos que no se arrepienten de su idolatría.
Es obvio que nadie tiene aún la marca de la Bestia Salvaje, de otra manera, sería imposible que alguien que apoyó al sistema político en el pasado pudiera ganarse el favor de Dios, al arrepentirse y cambiar el derrotero en su vida. Es un hecho que, de manera literal, millones de los que ahora son testigos de Jehová se mantuvieron activos en la política y apoyaron al presente sistema de cosas. Muchos de ellos llegaron a servir en las fuerzas militares de sus respectivas naciones antes de llegar a ser Cristianos; sin embargo, ahora apoyan y tienen su esperanza en el reino de Dios.
Debido al hecho que el destino eterno de cada persona es determinado por la relación que ésta tenga con la bestia política satánica resuscitada, y debido a que esta bestia no resuscita sino hasta después de haber sufrido un catástrofico golpe que la hunde en el abismo de la muerte; es obvio, por lo tanto, que esta profecía aún no se ha cumplido.
Jehová es el Dios de la Justicia. Sus juicios NO son arbitrarios o caprichosos. Su decisión judicial decreta la muerte para todo aquel que adora a la bestia o a su imagen después de ser resuscitada. La idea que Los Estados Unidos, o Inglaterra, o cualquier otro aspecto del sistema político actual, – sufrió lo que podría considerarse como un golpe de muerte durante el periodo 1914-1918 no es apoyada por la realidad en que vivimos. Tampoco es realista el creer que la fundación de las Naciones Unidas después de la Segunda Guerra Mundial fue; de alguna manera, el principio del juicio. Si analizamos La Escritura detalladamente, nos damos cuenta que no podemos hacer referencia a algún hecho histórico que haya tenido la trascendencia que señala la profecía y que pueda considerarse como un punto de viraje en la historia de la humanidad. Es por lo tanto aparente que las circunstancias que rodean la muerte y el reavivamiento de la bestia política de Satánas es un hecho único y particular que marcará el comienzo del Gran Día de Juicio de Jehová.
En lo relacionado con el Día del Juicio del Señor, Revelación 17:8 nos dice: “Y cuando vean que la Bestia Salvaje era, pero no es, y, no obstante está por ascender del abismo y ha de irse a la destruccion. Y cuando vean como la Bestia Salvaje era, pero no es, y, no obstante estará presente, los que moran en la tierra se maravillarán con gran admiración.”
La críptica expresión anterior utiliza el verbo ser en tres diferentes tiempos; pasado, presente, y futuro. El momento en que la profecía nos habla en presente es en el breve periodo cuando la bestia “No es”; es decir, cuando está por ascender del abismo. Como ya hemos establecido, el Día del Señor aún no ha comenzado, por lo tanto, ¿Cuáles son las posibilidades que la profecía nos hable, o nos haya hablado en tiempo presente durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial; cuando La Liga de Naciones fue disuelta? Además, no parece razonable pensar que Dios juzgue a la humanidad basándose en la relación de ésta con la relativamente impotente e insignificante ONU de la actualidad. Es mucho más probable que las palabras del ángel tengan una aplicación futura, cuando los poderes de los cielos sean sacudidos.
Estamos por ser testigos del catástrofico colapso del sistema dominado por el dúo Anglo-Americano. El sistema democrático de cosas actual está por sufrir una calamidad sin paralelo alguno en la historia moderna de la humanidad. La caída de Los Estados Unidos sacudirá los cimientos del mundo y cuestionará la viabilidad de la existencia de la civilización como la hemos conocido hasta ahora.
El terror causado por el golpe de muerte al sistema Anglo-Americano hará pensar a la gente que el mundo se acabará en ese entonces; en ese mismísimo momento. Este fenómeno único y aterrador se describe en el libro de Revelación, después de la apertura del sexto rollo.
Y ví cuando abrió el sexto sello, y ocurrió un gran terremoto, y el sol se puso negro como el saco de pelo, y la luna entera se puso como sangre, y las estrellas cayeron a la tierra, como cuando una higuera sacudida por un viento fuerte echa sus higos aún no maduros, y el cielo se apartó como un rollo, y toda montaña y toda isla fue removida de sus lugares, y los reyes de la tierra, y los de primer rango, y los comandantes militares y los ricos y los fuertes, y todo esclavo y toda persona libre se escondieron entre las cuevas y en las masas rocosas de las montañas. Y siguieron diciendo a las montañas rocosas: “Caigan sobre nosotros y escóndanos del rostro del que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero, porque ha llegado el día de la gran ira de ellos, y, ¿Quién puede estar de pie?”
La Sociedad Watchtower ha reconocido que es razonable pensar que los siete sellos del libro de Revelación son abiertos de una manera rápida y sucesiva. El problema que tenemos es que no es posible armonizar esta profecía con nuestra Sacro-Santa interpretación y creencia que el año 1914 fue el comienzo del fin, pues es obvio que la apertura del sexto sello aún no ha ocurrido. Nos aventuramos en el absurdo cuando afirmamos que la Primera Guerra Mundial inició el terrible Día de la Ira de Jehová, que predice el colapso de las instituciones mundiales simbolizadas por montañas, y el eclipsamiento del firmamento político. Si los aterradores eventos contenidos en la apertura del sexto sello aún no han sucedido, es entonces obvio que tampoco se han abierto los cinco rollos que anteceden. Por lo tanto, esto significa que la presencia de Cristo no comenzó en 1914. Esto también significa que el reino aún no ha sido dado al Señor Jesuscristo como creemos, y por ende, Satánas y sus demonios aún no han sido arrojados del cielo a la tierra, teniendo gran ira sabiendo el corto tiempo que les queda.
Debido a que a Satánas se le presenta en el libro de Revelación como el Dragón de siete cabezas, su invisible cosmocracia se ha manifestado a través de cada una de las cabezas de su aparato político en la tierra. Por lo tanto, es razonable pensar que la séptima cabeza que es herida de muerte es solo un reflejo del golpe mortal que Satánas y sus demonios reciben al ser expulsado de los cielos por Jesucristo. Esto también es evidente por la cronología que otorga un periodo de tres años y medio de tiempo después que se da un golpe de muerte a la bestia, así como al tiempo en que Satánas es expulsado de los cielos. Ambos tiempos se suceden simultáneamente.
La confinación de Satánas al ámbito de la tierra es el preludio inmediato a su “Encarcelamiento” en el abismo y a su eventual destrucción. Por lo tanto, las acciones de Satánas en ese tiempo podrán compararse a las de un criminal que está a punto de ser capturado. Con frecuencia estos fugitivos toman a personas como rehenes. Esto es en realidad lo que Satánas hará; él tomará al mundo entero como su rehén. Cuando el Demonio Principal sea humillado por Jesucristo y caiga a la tierra con gran ira, Satánas causará la ruina del mundo; Satánas causará la ruina de su propio mundo.
Es posible que la aterradora situación de la tierrra que predice la profecía para el tiempo posterior a la apertura del sexto rollo sea causada por el uso de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva. La única pregunta que no podemos contestar es cuánta ruina permitirá Jehova Dios que se le cause a la tierra antes que Él intervenga. Sin duda alguna, el frágil sistema financiero mundial, -Punto de apoyo del mundo de hoy,- Simplemente se vaporizará y dejará de existir en caso que dichas armas sean utilizadas en guerra alguna. El resultado de esto será terror, pánico y caos. Bajo la amenaza de una guerra nuclear, el sistema financiero se vendrá abajo. El dinero y la riqueza de papel de la que dependemos para nuestro sustento perderá su valor; el dinero de papel parecerá en aquel tiempo a confeti que no sirve para nada. Los gobiernos dejarán de funcionar. Parecerá como si el mundo se hubiera detenido.
Parece ser que es cuando todo está perdido; cuando la civilización está a punto de desintegrarse, cuando la bestia que fue herida de muerte vuelve a la vida y aparece como el salvador del mundo. Es en ese tiempo cuando Jehová hace de Su Soberania Universal el tema más importante y vital en la historia del mundo. Debido a las tétricas condiciones que privarán en ese tiempo, la desesperada humanidad se verá forzada a tomar una decisión que determinará su destino eterno. ¿Elegiremos por el reino de Dios, -Que para entonces ya habrá sido implementado por completo,- o elegiremos ser gobernados por la Bestia Salvaje que asciende del abismo? Esta es una decisión reservada para el Día del Juicio.
La Última Hora del Octavo Rey
El futuro colapso del presente sistema de cosas aparentemente servirá como pretexto para implementar un nuevo sistema de gobierno mundial totalitario. El capítulo 13 del libro de Revelación predice que la Bestia Salvaje revivirá después de sufrir una herida mortal y que la imagen de la bestia“Causará la muerte de todo aquel que no adore a la bestia de una forma u otra.” Hasta el día de hoy, ningún testigo de Jehová; de hecho, ninguna persona en el mundo ha muerto por negarse a rendir honra a la ONU. Es claro hasta ahora que ni la ONU ni la alianza Anglo-Americana han forzado a la humanidad a reconocer su autoridad.
En algún momento del futuro, bajo las condiciones extremadamente críticas que existirán, la ONU impondrá su dominio al grado que “Pondrá bajo castigo de muerte a toda persona que se niegue a recibir su marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie podrá comprar o vender salvo aquellos que tienen la marca.”
Revelación 13:18 nos dice que la temible marca de la Bestia Salvaje es el número 666 y que éste número es un número de hombre. Para calcular este número debemos de usar nuestro discernimiento y recurrir a los profetas Hebreos, donde encontramos un ejemplo en miniatura de lo que ocurrirá en escala mundial. La profecía describe que es el mundo Babilónico quien causa la ruina y la desolación de todas las naciones del mundo. El capítulo 14 del libro de Isaías se refiere a Babilonia como aquella que tiraniza al mundo, pues nos dice: “Aquel que golpeaba a los pueblos en su furor con un golpe incensantemente, el que sojuzgaba a las naciones en su consumada cólera con una persecución sin restricción. Toda la tierra ha entrado en descanso, ha quedado libre de disturbio.”
Los versículos 12-17 describen a Babilonia como un hombre; como un individuo que busca exaltarse sobre todas las estrellas de Dios. El versículo 16 lee: “¿Es este el hombre que estuvo agitando la tierra, que estuvo, haciendo mecerse a los reinos?”
Esto es lo que sucederá cuando Las Naciones Unidas se exalten sobre todas la demás naciones y causen la ruina de los santos. De manera similar, el profeta Daniel predice cómo el Rey del Fiero Semblante causará la caída de algunas de las estrellas de los cielos para pisotearlas y humillarlas. Las estrellas de los cielos representan a los reyes asociados con Cristo Jesús.
Esto nos recuerda el drama que se desarrolló en las llanuras de Dura, cuando el rey Nabucodonosor construyó una imagen y exigía que los representantes oficiales de todos los pueblos; incluyendo a los del pueblo de Jehová que se encontraban en ese lugar, se postraran ante ésta imagen, o correr el riesgo de ser echados al horno ardiente. La imagen que Nabucodonosor construyó medía 60 por 6. Parece ser, por lo tanto, que el hombre a quien el número de Revelación pertenece es ni más ni menos que Nabucodonosor. Nabucodonosor es también representado como la cabeza de la imagen de oro que termina siendo destruida por Dios. El rey Nabucodonosor representa al gobierno tirano y absolutista en el que el Octavo Rey se convertirá durante la última hora de su reinado.
No hay duda que existen en este momento fuerzas muy fuertes e insidiosas que, de manera sútil, están trabajando para lograr traer al mundo bajo un mismo y único yugo con una autoridad centralizada. De manera interesante, los símbolos Masónicos que aparecen en el billete del dólar NorteAmericano parecen predecir el eventual gobierno que Las Escrituras pronostican. Egipto, quien fue la primera potencia mundial de la profecía bíblica parece también representar a Los Estados Unidos en las profecías que se encuentran en Ezequiel, capítulos 29-32, y en el capítulo 19 de Isaías. El hecho que a la pirámide aún le falta una piedra en su parte superior parece indicar que el Novus Ordo Seclorum o el llamado Nuevo Orden es una obra en la que aún se está trabajando.
Podemos decir que hasta este momento a ninguno de nosotros se nos ha forzado a elegir entre el gobierno del hombre y el reino de Cristo Jesús. Cada uno de nosotros tenemos el lujo de vivir y adorar como queramos, especialmente en la Gran Bretaña y Los Estados Unidos. La mayoría de las naciones tienen leyes y sistemas legales que protegen al individuo de la tiranía que impuso al mundo Nabucodonosor en su tiempo. No obstante, es prudente y realista esperar que nuestros valores y derechos protegidos por la Constitución sean violados y destruidos en algún momento del futuro, cuando se encuentre en todo su apogeo el Gobierno y la Última Hora del Octavo Rey.
Uno de los mayores regalos que la Sociedad Watchtower ha impartido a los testigos de Jehová es el entendimiento claro de las cuestiones que están en juego y que envuelven nuestra integridad a Jehová y Su Soberanía Universal. Como organización nos hemos enfrentado ya a tiranos y despótas que han tratado de someternos. Aunque en este momento no tenemos un entendimiento claro y total de algunas profecías, ni de cuando éstas se cumplen, si sabemos una cosa: No debemos nunca socavar ni negociar nuestra lealtad a Dios y a Cristo bajo ninguna razón o circunstancia.
Esperemos, por lo tanto, que cuando llegue esta hora todos respondamos positivamente a la exhortación del ángel que coincidirá con la Última Hora del Octavo Rey cuando dice: “Teman a Dios y dénle honra porque la hora del juicio por Él ha llegado.”