Los testigos de Jehová dan a conocer un mensaje único. Este es el mensaje de la Biblia, el que todos conocemos como las buenas noticias. Estas consisten en que Dios ha dispuesto un nuevo gobierno, un gobierno mundial, que tomará el control total de los asuntos de la Tierra. El gobierno que Dios tiene la intención de instaurar, también conocido como el Reino de Dios, será administrado por su Hijo en quien confía: Jesucristo. Pondrá fin a las guerras y los conflictos que han afligido a la humanidad. La pobreza será eliminada. La mala salud e incluso la muerte serán cosa del pasado. ¡Esas sí que son buenas noticias!

Para que todo eso suceda, primero el dios actual de este mundo tiene que ser eliminado. Ese dios es Satanás el Diablo, a quien Jesús llamó el gobernante del mundo. Además, el mundo sobre el cual él gobierna debe ser destruido también. Es la única forma. Todo indica que el tiempo del fin está cerca. Desafortunadamente, la mayoría de las personas que estén vivas cuando la conclusión de este sistema comience morirán. Algunos serán resucitados. El libro de Apocalipsis nos muestro esto al indicar que aquellos que sean víctimas del cabalgar de los 4 jinetes irán a la Tumba, no al Gehena. Sin embargo, muchos otros nunca volverán a la vida, pues irán a parar al lago de fuego, el cual simboliza la destrucción eterna. La buena noticia es que una gran muchedumbre de personas sobrevivirá al fin del mundo y seguirá viviendo en la Tierra después de que todo mal sea abolido. Ese es el mensaje central de los testigos de Jehová.

Bajo la dirección de la Watchtower, los testigos de Jehová ciertamente han hecho un trabajo extraordinario. Increíblemente, la Watchtower publica material en más de 1000 idiomas. La Traducción del Nuevo Mundo de la Biblia está ahora disponible en 200 idiomas. Cada semana se añaden más. Este es un logro extraordinario. Y es en cumplimiento de lo que predijo Jesús cuando declaró: “Y las buenas noticias del Reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).

Cuando Jesús mencionó el “fin”, ¿se refería él al fin del mundo de Satanás? No. Eso no es razonable. ¿Por qué? Porque Jesús también predijo que antes del fin el mundo experimentará un terrible tiempo de angustia, como el que nunca se ha visto. Jesús se refirió a este tiempo como la gran tribulación. Y dijo que vendrá sobre toda la tierra habitada. Por lo tanto, no es probable que los testigos de Jehová continúen con su rutina normal, predicando y enseñando, yendo a reuniones y todo eso durante esa época de caos global. Por consiguiente, cuando Jesús dijo “y entonces vendrá el fin” se refería al fin del ministerio cristiano.

El libro profético de Joel nos da constancia de eso. Allí se representa al ministerio cristiano como un trabajo de cosecha. Jesús también usó esa analogía. El capítulo 1 de Joel expresa así el fin catastrófico de lo que hacen los cristianos verdaderos:

“Porque una nación poderosa e innumerable ha invadido mi país. Sus dientes son como los dientes de un león, y sus mandíbulas son como las de un león. Ha devastado mi vid y ha convertido mi higuera en un tocón. Las ha desnudado por completo y las ha echado aparte, dejando sus ramitas peladas. Laméntense como lo hace una virgen que se viste de tela de saco por el novio de su juventud. Ya no se llevan más ofrendas de grano ni ofrendas líquidas a la casa de Jehová. Los sacerdotes, los siervos de Jehová, están de duelo. El campo ha sido arrasado y el suelo está de duelo. El grano ha sido arrasado, el vino nuevo se ha secado, el aceite se ha acabado. Los agricultores están desesperados y los viñadores se lamentan a causa del trigo y la cebada. La cosecha del campo se ha echado a perder. La vid se ha secado, la higuera se ha marchitado. El granado, la palmera y el manzano, todos los árboles del campo se han secado. La alegría se ha convertido en vergüenza entre el pueblo. Vístanse de tela de saco y estén de duelo, sacerdotes. Laméntense, siervos del altar. 

Vengan y pasen la noche vestidos de tela de saco, siervos de mi Dios. Porque ya no se llevan ofrendas de grano ni ofrendas líquidas a la casa de su Dios. Ordenen un ayuno; convoquen una asamblea solemne. Reúnan a los ancianos junto con todos los habitantes del país en la casa de Jehová su Dios, y clamen a Jehová por ayuda. ¡Ay, qué día tan terrible será! Porque el día de Jehová está cerca y vendrá como una destrucción de parte del Todopoderoso. ¿No se ha quitado de delante de nuestros propios ojos el alimento? ¿Y no se han quitado de la casa de nuestro Dios la alegría y la felicidad? Las semillas se han resecado bajo sus palas. 

Los almacenes están vacíos. Los graneros se han demolido porque el grano se ha secado. ¡Hasta los animales se lamentan! ¡Las manadas de vacas van de un lado para otro confundidas porque no tienen pastos! Y los rebaños de ovejas sufren el castigo. A ti, oh, Jehová, te llamaré, porque el fuego ha devorado los campos de pasto del desierto y las llamas han consumido todos los árboles del campo. Hasta los animales salvajes te buscan, porque las corrientes de agua se han secado y el fuego ha devorado los campos de pasto del desierto”.

Puede ser difícil para algunos imaginar un escenario en el que el ministerio cristiano sea suspendido repentinamente y todo lo relacionado con él se acabe, pero eso es lo que describe la profecía. Y es a lo que Jesús se refería cuando dijo “y entonces vendrá el fin”.

En estos momentos, hay un campaña implacable por parte del Imperio angloamericano para provocar una guerra con Rusia, China e Irán. La guerra contra Rusia ya está en marcha en Ucrania. El ímpetu detrás de esta guerra suicida es el surgimiento de un nuevo bloque de poder agrupado en torno a la alianza Rusia/China. Se está creando un nuevo sistema financiero que no utiliza el dólar, el cual ha sido la moneda de reserva mundial desde el fin del último conflicto global.

Docenas de naciones aspiran a la promesa del desarrollo por encima de las condiciones que les impone el sistema del dólar controlado por los anglosajones y las instituciones relevantes como el FMI y el Banco Mundial. Es seguro que billones de dólares no deseados e innecesarios regresarán a raudales a los Estados Unidos como un tsunami. La única pregunta que queda sin respuesta es si el llamado sistema financiero transatlántico será devorado por una tormenta hiperinflacionaria, o si se producirá una reacción en cadena repentina e imparable que hará colapsar la pirámide de derivados de dos billones de dólares, lo cual provocará de la noche a la mañana un tremendo, impresionante y total colapso del sistema financiero. Esto deberíamos saberlo muy pronto.

Imagínese que un día el sistema financiero del que todos dependemos simplemente deja de existir. Todos nos veríamos afectados. Y todas las instituciones, incluyendo a los gobiernos de los Estados Unidos y Europa, colapsarían. Eso ciertamente encaja con la vívida imagen presentada en Joel: “Delante de él va un fuego que devora y detrás las llamas que consumen. La tierra que está delante es como el jardín de Edén, pero detrás queda un desierto, y nada puede escapar” (Joel 2:3).

Un colapso del sistema bancario arruinaría a la Watchtower y pondría fin a sus operaciones. Lo más probable es que se imponga la ley marcial después. Y tal vez en medio del caos y la guerra mundial venidera, veamos incluso una invasión china a los Estados Unidos.

Recientemente, la organización cambió su interpretación de Joel. Ahora afirma que la invasión de las langostas sucedió en el pasado, pero sus representantes no han mencionado nada acerca de un cumplimiento moderno. No obstante, la profecía no tuvo un cumplimiento antiguo. Esta se cumplirá durante el venidero día de Jehová.

Con razón, Jehová dirige el libro de Joel a los ancianos de su pueblo y les dice que despierten de su estado de embriaguez espiritual: “Oigan esto, ancianos, y presten atención, todos ustedes, los habitantes del país. ¿Ha ocurrido algo como esto en sus días o en los días de sus antepasados? Cuéntenselo a sus hijos, y que sus hijos se lo cuenten a los hijos de ellos, y que los hijos de ellos se lo cuenten a la siguiente generación. Lo que dejó la langosta devoradora, se lo ha comido la langosta con alas; y lo que dejó la langosta con alas, se lo ha comido la langosta sin alas; y lo que dejó la langosta sin alas, se lo ha comido la langosta voraz. ¡Despierten, borrachos, y lloren! Laméntense, todos ustedes, los que beben vino, porque les han quitado el vino dulce de sus bocas” (Joel 1:2-5).