Hay un pequeño artículo en jw.org titulado “¿Cuándo será el fin del mundo?”.
La Organización nos explica allí que, si bien algunas versiones de la Biblia utilizan la expresión “fin del mundo”, esta también puede traducirse como “conclusión del sistema de cosas” o “final de esta época”. Luego, el artículo cita algo que mencionó el Señor Jesús: “Ahora bien, el día y la hora no los sabe nadie, ni los ángeles de los cielos ni el Hijo; solo el Padre”.
Aparentemente, los testigos de Jehová están tan adormecidos a causa del adoctrinamiento de Betel que ni siquiera detectan la evidente contradicción. Lo que la Watchtower nos está diciendo es que, aunque nadie sabe el día ni la hora, el fin del mundo ya ha empezado. Aunque nadie admitirá que ese es el mensaje, eso es lo que da a entender el artículo, ya que la conclusión del sistema y el fin del mundo son términos intercambiables y supuestamente ese periodo de tiempo comenzó en 1914. Pero si la conclusión empezó hace casi 107 años, ¿cómo es que nadie sabe el día ni la hora?
En realidad, la conclusión no ha comenzado. Sin embargo, puesto que los testigos de Jehová están tan convencidos de que ese es el caso, por ese motivo es que Cristo señaló que “el Hijo del Hombre viene a la hora en que menos se lo esperan”.
Jesús habló de la “conclusión del sistema” o el “final de esta época” en otra ocasión antes de discutirlo en el contexto de la gran tribulación que vendrá sobre toda la tierra habitada. En la parábola del trigo y la mala hierba, Jesús explicó que “La cosecha es la conclusión de un sistema”.
Debido a su terca obsesión con el año 1914, la Sociedad se ha visto obligada a aventurarse en el reino del absurdo, al afirmar que Jesús envió a sus poderosos ángeles ese año a realizar la siega.
Aunque los Estudiantes de la Biblia ya eran un grupo separado y distinto de las iglesias de la cristiandad, supuestamente los ángeles comenzaron a arrancar la mala hierba de entre el trigo en ese entonces. Nadie entre los exaltados líderes de la Organización se ha aventurado jamás a explicar cómo es que fueron destruidos en el horno de fuego los hacían parte de la mala hierba en aquellos años. *
Es aún más inexplicable que, a pesar del programa de erradicación de malezas llevado a cabo por los recolectores sobrehumanos en todo el campo, haya más mala hierba ahora que nunca, si realmente fuera cierto que los feligreses de las iglesias son los hijos del Maligno que Jesús tenía en mente. Pero si la mala hierba de esa parábola simboliza a esas personas, nos encontramos ante un gran problema. Dado que el propósito de la cosecha es remover permanentemente “todas las cosas que llevan al pecado y a las personas que violan la ley” del Reino de Cristo, también conocido como la congregación del Señor, ¿deberíamos concluir que no hay nada que lleve al pecado o personas que violen la ley entre los testigos de Jehová en este momento? Nadie creería eso. Obviamente no es cierto. La realidad es que hay muchas cosas que causan tropiezo dentro de la Sociedad y algunos de los que la dirigen son personas que violan la ley, es decir, hijos del Maligno.
En cuanto al hecho de que nadie sabe el día ni la hora, ¿se estaba refiriendo Jesús al día y la hora del fin o a algo más? Siempre es prudente considerar el contexto de un pasaje bíblico cuando queremos saber su verdadero significado. Así que, al analizar lo que Cristo expresó, nos damos cuenta de que él se estaba refiriendo al día y la hora de su venida. Esto fue lo que dijo: “Ahora bien, el día y la hora no los sabe nadie, ni los ángeles de los cielos ni el Hijo; solo el Padre. Porque, tal como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del Hombre. Porque en aquellos días antes del Diluvio la gente comía y bebía, los hombres se casaban y a las mujeres las entregaban en matrimonio… hasta el día en que Noé entró en el arca; y no hicieron caso hasta que vino el Diluvio y los barrió a todos. Así será en la presencia del Hijo del Hombre. Entonces dos hombres estarán en el campo: uno será llevado y el otro será abandonado. Dos mujeres estarán moliendo con el molino de mano: una será llevada y la otra será abandonada. Así que estén siempre vigilantes, porque no saben en qué día viene su Señor. Tengan en cuenta una cosa: si el dueño de una casa supiera en qué momento de la noche va a venir el ladrón, se quedaría despierto y no permitiría que se metiera en su casa. Por eso ustedes también estén preparados, porque el Hijo del Hombre viene a la hora en que menos se lo esperan” (Mateo 24:36-44).
Las palabras de Jesús están dirigidas a sus discípulos. Por eso dijo: “no saben en qué día viene su Señor”. Lo que él describió en el capítulo 24 de Mateo armoniza con la parábola del trigo y la mala hierba. ¿De qué manera? En ambos casos, Jesús ilustra cómo los inicuos y los justos serán separados unos de otros. De hecho, después, Cristo pasó a hablar de los esclavos que han sido nombrados en su casa, algunos de cuales son fieles, pero otros malvados. Al final, sin embargo, los malvados recibirán el peor de los castigos junto con los hipócritas.
Los que son llevados y abandonados son los mismos que componen el trigo y la mala hierba. Obviamente, los ángeles estarán involucrados en ese proceso, el cual podríamos llamar “selección sobrenatural”.
La venida de Cristo será un acontecimiento único. A Jesús se le ha dado toda la autoridad para juzgar. El juicio comenzará primero con la casa de Dios, es decir, dentro de su Reino. La venida del Señor resultará en una limpieza completa de la casa. Por esa razón, el libro de Malaquías plantea lo siguiente: “¿Quién resistirá el día de su venida y quién podrá mantenerse en pie cuando él aparezca? Porque él será como el fuego del refinador y como la lejía de los lavanderos”.
Algunos que han sido ungidos, pero que serán juzgados como esclavos inicuos y perezosos, serán “arrancados” del Reino de Cristo y “atados en manojos” como si fueran mala hierba. No obstante, por otro lado, los hijos del del Maligno son simplemente falsos ungidos, debido a que fueron plantados por Satanás. Así como Pablo expuso a los apóstoles superfinos de Corinto como farsantes que se disfrazaban de ministros de justicia para poder ganar influencia sobre la congregación, no deberíamos creer que sea una hazaña difícil para los masones infiltrarse en la Organización y llegar a los niveles más altos haciéndose pasar por ungidos. De igual forma, la operación de Satanás que involucra al hombre que desafía la ley terminará abruptamente, disuelta por la gloriosa manifestación del Hijo del Hombre.
Nadie sabe el día ni la hora de la venida del Hijo del Hombre para comenzar la siega. Pero cuando comience, será el fin de la era durante la cual los hijos del Reino y los hijos del Maligno han convivido dentro de la organización terrestre de Jehová. La separación será tan decisiva e inequívoca como cuando Noé y su familia entraron al arca y la mano de Dios cerró la puerta, dejando a los inicuos afuera esperando su destrucción. Así será la presencia del Hijo del hombre.
*Para más información, lea el capítulo 3 del libro Jehová mismo ha llegado a ser rey en www.testigosdejehova.info.