PREGUNTA: ¿Por qué cree usted que el fin aún no ha llegado? ¿Cuál es el propósito de permitir que el sistema actual continúe? ¿Qué está esperando Jehová para poner fin a este sistema miserable? Es desalentador que estemos en el año 2019 y nada haya pasado aún.

La respuesta corta para esa pregunta es que Dios es paciente, tal como lo escribió el apóstol Pedro: “Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento.’’

Sin embargo, es probable que sepa que el versículo siguiente dice lo siguiente: “Sin embargo, el día de Jehová vendrá como ladrón, y en este los cielos pasarán con un ruido de silbido, pero los elementos, estando intensamente calientes, serán disueltos, y la tierra y las obras [que hay] en ella serán descubiertas.’’

Así que, nuevamente, se nos recuerda que el día de Jehová, o el día del Señor, vendrá tan inesperadamente como un ladrón. E, independientemente de cuando venga, de acuerdo con el apóstol Pablo, la llegada del fin, parecida a un ladrón, será precedida inmediatamente por una declaración de “paz y seguridad”.

Jesús habló de las cosas que debían ocurrir antes del fin, al decir lo siguiente: “Pero el que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo. Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.’’

Con respecto a la pregunta de por qué el fin no ha llegado todavía, obviamente eso se debe a que las buenas nuevas del Reino no se han predicado en la medida en que Dios desea. ¿Cuánto tiempo más esperaremos? Es imposible decirlo. Sin embargo, a medida que el ministerio tradicional de puerta en puerta se vuelve cada vez menos efectivo, me parece que la Watchtower ha logrado grandes avances en los últimos años a través de la promoción de las campañas de los exhibidores y por medio de JW.org, lo cual ha logrado que haya información disponible en más de 900 idiomas. Dado el hecho de que incluso las llamadas naciones subdesarrolladas ahora tienen un acceso limitado a la World Wide Web, el alcance total del alcance global en múltiples idiomas de la Sociedad es extraordinario y ha sido reconocido como tal.

Sin embargo, debido a que los testigos de Jehová están bajo una influencia engañosa, también existe una confusión considerable en cuanto a lo que depara el futuro. Por ejemplo, es probable que los testigos de Jehová asuman que cuando Jesús hablaba del fin de las buenas nuevas, él se refería a la gran tribulación. Pero tal no es el caso.

En 1981, apareció un artículo en la revista La Atalaya del 15 de diciembre, titulado ‘’Segando en el tiempo del fin’’, en el cual se hacía una distinción entre dos palabras griegas: synteleia y telos. El término synteleia es traducido como la conclusión del sistema de cosas en la TNM, y el “fin de la era” o el “fin del mundo” en algunas traducciones. Pero el artículo señala que synteleia no se refiere al final absoluto como el término telos, sino que es un período que precede inmediatamente al fin y, por lo tanto, en las escrituras hebreas, ” el tiempo del fin” es la expresión equivalente. Curiosamente, la traducción griega antigua del libro de Daniel (la Septuaginta) usó la palabra synteleia donde la expresión ‘’tiempo del fin’’ aparece en el español moderno.

Sin embargo, la Sociedad insiste en que el tiempo del fin y la conclusión del sistema comenzaron en 1914 y han estado en curso durante más de un siglo hasta que el fin (telos) llegue. No obstante, la Watchtower ha aplicado mal los términos anteriormente mencionados. El fin que viene después de que se han predicado las buenas nuevas en toda la tierra habitada no es el fin del mundo. Es el final del trabajo de predicación y de formación de discípulos y el comienzo del período de tiempo relativamente corto conocido como la conclusión del sistema de cosas: la siega.

Que “el fin” no sea necesariamente el fin del mundo es evidente en el uso de la palabra en el capítulo 7 de Ezequiel, donde Jehová le ordenó a su Atalaya que dijera lo siguiente a Israel: “Un fin, el fin, ha venido sobre las cuatro extremidades de la tierra. Ahora el fin está sobre ti, y tengo que enviar mi cólera contra ti, y ciertamente te juzgaré según tus caminos y traeré sobre ti todas tus cosas detestables… Una calamidad, una calamidad singular, ¡mira!, viene. Un fin mismo tiene que venir. El fin tiene que venir; tiene que despertarse para ti. ¡Mira! Viene. La guirnalda tiene que venir a ti, oh habitador de la tierra, el tiempo tiene que venir, el día está cerca. Hay confusión, y no el gritar de las montañas.’’

El fin que sobrevino a Israel obviamente no fue el fin de Israel como nación. Fue el fin de la iniquidad y la idolatría que prevalecía. Lo más interesante es que Jehová entró en juicio con su pueblo descarriado por medio de “la espada, el hambre y la peste.’’ (Ezequiel 7:15) La espada, el hambre y la peste son presentados exactamente en el mismo orden de la apertura de los sellos dos a cuatro del Apocalipsis. Además, Jesús predijo que la guerra, el hambre y la pestilencia marcarían el comienzo de los dolores de angustia durante la conclusión o el tiempo del fin.

Si bien los testigos de Jehová se ven obligados a creer que la Primera Guerra Mundial y la gripe española cumplieron la señal del tiempo del fin, nadie puede explicar cómo esa guerra y la pandemia subsiguiente pudieron haber llevado a cabo los juicios de Jehová. También se considera imposible que la guerra, el hambre y la peste puedan desatarse sobre este mundo de una manera más terrible en el futuro, ya que eso no encaja en el dogma de la Watchtower de 1914. Pero no hace falta decir que la venida de Cristo pondrá fin al engaño de la Sociedad de 1914 y a la predicación de las buenas nuevas.

Y esa es realmente otra razón por la cual Dios ha dejado que todo continúe igual, para permitir que la presuntuosidad y la maldad lleguen a florecer plenamente dentro de la directiva de los testigos de Jehová, tal como se indica en el capítulo siete de Ezequiel: “¡Mira! ¡El día! ¡Mira! Viene. La guirnalda ha salido. La vara ha florecido. La presunción ha brotado. La violencia misma se ha levantado en vara de iniquidad. No procede de ellos, ni procede de sus riquezas; y no procede de su persona, ni hay eminencia alguna en ellos. El tiempo tiene que venir, el día tiene que llegar.’’

Simultáneamente con el trabajo acelerado de predicar las buenas nuevas, los propios pecados de la Organización están saliendo a la luz cada vez más. Con toda seguridad, llegará el momento, llegará el día en que Jehová requerirá una rendición de cuentas.